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(*Ap. lib. 8. núm. 14.)

que en vez de entorpecer auxiliase los procedimientos de Elío, que tenia del monarca las facultades mas ámplias é ilimitadas (*). Henchía tambien el general las cárceles del santo oficio de presos políticos, creando para juzgarlos una comision mista compuesta del regente de la audiencia don Miguel Modet y de varios inquisidores. A proporcion de la violencia ejercida por Elío eran los esfuerzos de los valencianos para romper la argolla que los oprimia: apenas sufocada una irrupcion del volcan abríase otro crater á corta distancia. En Enero de 1817 habia descubierto una conjuracion fraguada para proclamar la Constitucion de Cá- Conspiraciodiz, y habia poblado el patíbulo de víctimas pro- cia. cediendo atropellada y despòticamente con escarnio de las leyes de partida. Con la sangre derramada lejos de amortiguarse el espíritu liberal enardecíase, y á su calor reverdecíase el arbol de la libertad y retoñaba su cortado tronco; iba á espirar el año de 1818 y mugía ya cercana la tor

menta.

Los individuos de las logias de Valencia habian urdido, de acuerdo con sus hermanos de Madrid, una vasta conspiracion para derrocar el gobierno de Fernando, debiendo representarse la primera escena del drama en la capital que baña el Turia el dia primero del año nuevo 1819. Don Joaquin Vidal, uno de los gefes conjurados, acababa de regresar de Castilla, donde habia atado los cabos de la urdiembre, mientras don Diego Calatrava los estendia á la provincia valenciana. Vidal de regreso de la corte habia almorzado con O'donell, segundo cabo de aquella capitanía general, quien poseía el secreto de lo que se trataba: muchos oficiales de la guarnicion se habian alistado en el partido liberal, y el éxito parecia asegurado por el acierto con que estaban tomados todos los

nes de Valen

Vidal.

caminos. Elío solia concurrir al teatro, y los conju rados se habian apoderado de los billetes correspondientes á los palcos vecinos al suyo: aquella noche, durante la comedia, debia tremolarse el pendon de la libertad: el oficial del piquete pertenecia á los enemigos del tirano, y érales igualmente adicto el que guarnecia la ciudadela, único fuerte de la ciudad. Dispuestas de este modo las cosas, un incidente imprevisto se llevó consigo los planes y las esperanzas: con la noticia de la muerte de la reina Isabel suspendiéronse las representaciones teatrales, como se acostumbraba en España, y la idea de los conspiradores quedó frustrada. Obligados á concertar nuevos medios para apoderarse de Elío, reuniéronse en una de las siguientes noches en la casa llamada del Porche, situada junto á la plaza de Carlet, pero un cabo del regimiento de la Reina, de apellido Padilla, descubrió al general el punto y el objeto de la junta, y Elío, llevado de su carácter impetuoso, partió en su compañía y la sorprendió en el mas crítico momento. Avisado Vidal de la llegada de Elío al frente de sus miñones salióle al encuentro, y desnudando el sable descargó un terrible fendiente, que á no haber dado contra el marco de la puerta, en cuyo lindar se hallaban los opresores, hubiera desgajado á Elío. Aprovechando éste el movimiento del coronel Vidal metióHiérele Elío. le cobardemente el acero por la espalda, y rodó sin sentido el valiente guerrero, digno de mejor suerte.

Entre tanto los compañeros de Vidal huían saltando las tapias del jardin: un capitan de la Reina, llamado don Juan María Sola, se quitaba la vida por no dar en manos de sus verdugos, y el jóven don Felix Beltran de Lis, acogido á la piedad de los vecinos, era maniatado desapiadadamente por ellos. Algunos lograron fugarse: don Diego Calatrava, el capitan don Luis Aviño, los sargentos

bles.

1819.

Rangel y la Rosa y otros cayeron sucesivamente en las garras de sus contrarios. Las monstruosidades del proceso son tales que los cabellos se erizan al contemplar aquellos asesinatos jurídicos en una nacion gobernada por leyes justas y humanas. Condujeron al desgraciado coronel al hospital, y apenas recobró el sentido se acordó de un papel interesante que guardaba en el uniforme, y rogó á la monja que le cuidaba se lo entregase; pero encendida en cristiano celo la enfermera ofrecióle reducirlo á cenizas y corrió á ponerlo en manos de un inquisidor, pasando por conducto del arzobispo á las de Elío. Otro acto no menos afrentoso para el tirano fue mandar prevenir trece túnicas ne- Rasgos horrigras de ajusticiado antes de fallarse la causa, cual si de antemano tuviera marcado el número de víctimas que ansiaba sacrificar. El 22 de Enero Vidal, luchando con las últimas agonías, fue arrastrado á la horca, al pie de cuya escalera murió cuando ya degradado le vestia el verdugo la túnica vil: sus compañeros despues de arcabuceados aparecieron pendientes del patíbulo; y el anciano y virtuoso franciscano Perez, que asistió á Vidal en sus últimos momentos, salió desterrado de Valencia por no haber cedido á las amenazas del tirano y haberse negado á revelarle los secretos de la confesion. A todos sorprendieron la serenidad é imperturbable calma del jóven don Felix Beltran, porque apenas cubria el bozo su cara: al salir de la ciudadela nombraba el escribano á cada uno de los reos, y oyéndose apellidar Beltran á secas gritó con firme voz: de Lis. Solo el amor á la libertad puede inspirar el desprecio de la vida en tan tiernos años. Vestido de gala por la tarde el monstruo don Francisco Javier Elío, y acompañado de algunos oficiales de su estado mayor iniciados en la conjuracion, y torcido el curso del torrente convertidos

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Muerte de Vidal y compa

ñeros.

Ferocidad de Elio.

Descrédito.

Prostamo de 60 millones.

María Luisa.

en aduladores, paseó en su mas rica carroza por delante de los cadáveres, pendientes de la horca, insultando á la humanidad con un rasgo digno de Calígula.

La mudanza del ministro de Hacienda no habia hecho correr las fuentes de la riqueza pública, agotado su nacimiento por la sed insaciable de los cortesanos; por el contrario, lejos de ascender el crédito decaía con los vaivenes políticos. Y un rey que se reputaba árbitro de dos mundos no encontró en Europa quien le prestase tres millones de duros, no obstante que hipotecaba los fondos de la guerra y señalaba el crecido interes del ocho por ciento. Apurados todos los medios, y sondeados inútilmente tantos vados, lanzóse en el violento recurso de imponer en 14 de Enero un préstamo forzoso de sesenta millones de reales, á propuesta de la comision de reemplazos que se habia establecido en Cádiz. En medio de la miseria general y de la inaccion del comercio, la nueva carga agoviaba la respiracion del enfermo y aumentaba el descontento en vez de disminuirle. Los ministros aparecian en la escena, y desaparecian con la rapidez del rayo: entraban y salian á tientas, sin plan, sin sistema; diríase que eran una especie de maniquís que se movian por ocultos resortes manejados por la mano de Ugarte y de Chamorro, quienes á su arbitrio apretaban ó aflojaban el muelle. Al marques de Casa Irujo reemplazó en 12 de Junio don Manuel Gonzalez Salmon, y á Eguía, destinado al mando militar de Granada, don José María Alós.

En 2 de Enero habia muerto en Roma la reiMuerte de na María Luisa, y en 19 del mismo mes Carlos Carlos IV y IV en Nápoles, quien sucumbió por fin á sus inveteradas dolencias. Las privaciones á que se vieron espuestos en sus años postreros, tan sensibles para los que habian ocupado un trono poderoso;

los disgustos y sinsabores que derramó sobre sus canas la mano de un hijo ingrato alejando de su lado al amigo de su corazon, al único consuelo que en el mundo les restaba, y las lágrimas en fin con que regaron la tierra estrangera olvidados de sus súbditos y de la Europa entera, despertaron la ternura de los que no estaban dominados por la fria venganza. Como débiles mortales pagaron con sus flaquezas el tributo á la naturaleza; pero como reyes armados con el férreo cetro del despotismo y combatidos por las olas de las revoluciones ni se tiñeron con la sangre de sus pueblos, ni se complacieron en levantar cadalsos, aun cuando llamaron á su puerta las conspiraciones. Desfigurado su reinado con las calumnias de los aduladores de su hijo, vivieron en Italia, zumbando siempre en sus oidos la envenenada saeta de falsas acusaciones: si no dieron dias de gloria á su patria tampoco atribularon el mundo resucitando las amarguras que Tiberio y Neron hicieron apurar á los romanos. Embalsamados sus cadáveres fueron trasportados de Nápoles y Gaeta á Alicante, y de aqui al Panteon del Escorial, para que reposasen al lado de sus antepasados. Alli en el silencio de la tumba anuncian á los siglos que son los únicos monarcas de España, de la familia de Borbon, que espiraron en la desgracia y en el destierro perseguidos por un hijo.

La clave de todos los males era el ministerio de Hacienda: la falta de recursos anunciada y repetida por los ministros del ramo secaba el arbol de la vida necesaria al gobierno. Habíase confesado sin embozo al desesperado reino "que los gastos habian escedido en tal cantidad á los productos de las rentas, que habia sido preciso echar mano de los fondos particulares, arruinando los establecimientos mercantiles; que las rentas de la

:

Idea de su reinado.

Revelaciones impolíticas.

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