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1822.

aterraba su espíritu, consumian su existencia, y devorado por el terror, la esperanza, el recelo, las sospechas y el disimulo, aumentaba el odio á sus semejantes, y se entregaba al funesto escepticismo. Asi es que su enfermedad dominante se agravaba de dia en dia, y en el mes de Abril sufrió un ataque de gota que dobló sus padecimientos fisicos y morales. Ni amaba á la reina Amalia, siempre llorosa, enferma, y consagrada á los ejercicios religiosos, ni en sus hermanos hallaba el consuelo, la amistad y la confianza que la naturaleza inspira, no obstante su predileccion por don Carlos, y la uniformidad de sus sentimientos en muchos puntos.

Entre tanto la licencia empujada por las tramas descritas celebraba sus orgias en Cádiz, donde en Entierro de el entierro del secularizado Clararosa, que con sus Clararosa eu escritos tanto habia contribuido á los escándalos

Cádiz.

pasados, quiso conceder los honores de la ovacion á las ideas que representaba. Al lado de los escesos de la anarquía levantábase la tempestad del realismo, de instante en instante mas bravía y poderosa. Don Santos Ladron, gefe de prestigio y nombradía, conducia á la lid á sus paisanos en Navarra en compañía de Juanito; y aunque derrotados se acogieron á los Alduides, no tardaron en renacer y penetrar en el territorio patrio. Con este motivo el marques de Casa Irujo, nuestro embajador en PaReclamacion rís, pidió al gabinete de las Tullerías que mandabajador en Pa- se internar á los refugiados; mas aquel gobierno, influido por los comisionados de Fernando, enzarzado en sus intrigas, y ansioso de derrocar el gobierno español, daba ya claras muestras de mala voluntad, y aumentaba su ejército con veinte y cinco mil hombres; asi es que eludió la reclamación con respuestas evasivas. Roma por su parte aunque despachó las gracias que desde Abril del nismo año tenia detenidas, suspendió las bulas de

de nuestro em

ris.

Espiga y Muñoz Torrero, diputados de las Cortes anteriores, que habian sido nombrados obispos de Sevilla y Guadix. El 10 de Marzo algunos paisanos de los barrios bajos y varios soldados gritaron en Madrid "viva el rey absoluto," y la milicia corrió á las armas: los culpables fueron arrestados, pero no se cortó de raiz la causa de su desconten10, que era la desunion de las guarniciones, cuyos individuos divididos en bandos se insultaban mútuamente, ó eran insultados por los paisanos. Los regimientos de Fernando VII y de Almansa, victoreadores de Riego, trababan contínuas peleas con los granaderos de la guardia, debiéndose á la solicitud del general Morillo el que cada dia no corriese la sangre, y se enmarañase y generalizase el combate.

Irritadas las Cortes con el nombramiento de los ministros, y queriendo á todo trance manifestar el odio que les inspiraban, propusieron que ningun representante del pueblo pudiese obtener empleos hasta un año despues de concluida la legislatura; y discutida la proposicion en 12 de Marzo, fue desechada por sesenta y siete votos contra sesenta y cuatro. Esta desunion de buen agüero para el príncipe, porque en ella anteveía la ruina completa de la libertad, complacíale en estremo, y reíase á espaldas de unos y de otros de la inocencia de los liberales.

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gundo batalion

Los secretarios del despacho participaron al congreso que hallándose cerca de la corte el se- Paso del segundo batallon del regimiento de Asturias, que de Asturias. con Riego á su frente habia proclamado la libertad en las cabezas de San Juan, habíale concedido el rey permiso para que pasase por Madrid, y saludase la lápida de la Constitucion colocada en la Plaza Mayor; y que si agradaba á las Cortes podia desfilar por delante del edificio de doña Ma

Escena del sable de Riego.

ría de Aragon. La asamblea nacional resolvió que hiciese alto enfrente del salon de sus sesiones, y que una diputacion acompañada de cuatro maceros del congreso, y compuesta del comandante y de un individuo por clase, se presentase en la barra á recibir del presidente un ejemplar del código gaditano, que deberia conservar el cuerpo, y leer todos los años el 16 de Marzo en conmemoracion de este dia. Y puesto que estaba mandado dar á todo el ejército el leon por enseña, el ministro de la Guerra remitió uno de bronce á las Cortes para que lo regalasen á los de Asturias, que deberian usarlo desde entonces, juntamente con sus banderas. La guarnicion, representada por individuos de todas graduaciones, recibió al batallon de Riego en la puerta de San Vicente, y atravesando las calles al son de su música y de los entusiasmados vivas de los madrideños se dirigió á la plaza de doña María conforme al ceremonial convenido; y al tiempo de poner el vice-presidente Salvato el libro de la Constitucion, cerrado en una hermosa caja de caoba, en manos del comandante de Asturias, se desciñó éste el sable que Ilevaba, y diciendo que era el mismo que blandió don Rafael de Riego en las cabezas en el memorable dia en que lanzó el grito de libertad, lo entregó al vice-presidente.

Los amigos de Riego pretendian que se colocase en el salon aquel acero; pero los hombres mas reflexivos conocieron la ridiculez de verificarlo, puesto que no habia brillado en heróicos combates, ni triunfado de ejércitos poderosos, sino que solamente se habia distinguido en ser el primero que relució con fortuna en pró de la causa nacional, ya que los de Lacy y Porlier carecieron de ella. Contentáronse pues las Cortes con mandar que se devolviese á Riego para que con él defendiese la

Constitucion, reservándose las mismas su propiedad para que á la muerte del caudillo se depositase en la armería nacional, despues de haber grabado en la vaina el acuerdo del congreso, y espresado alli que pertenecia á la patria, Tambien en la sesion del 19 fueron declarados beneméritos los Marzo de 1822. héroes ensalzados por los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado muertos en Villalar en defensa de las franquicias de Castilla, mandando inscribir sus nombres en el salon de las sesiones, y levantarles monumentos públicos. Ya en el año anterior, y al tener nacimiento la sociedad de los comuneros, publicaron estos que habian encontrado los sepulcros de aquellos mártires políticos, y exhumaron sus huesos con mucha pompa y festejos, acudiendo á la fúnebre ceremonia milicianos voluntarios de casi toda Castilla. Con iguales distinciones honró la asamblea los nombres de Lanuza, Heredia y Luna, sacrificados por la tiranía en Aragon.

Las opiniones manifestadas por las Cortes y la conducta de los palaciegos, encendiendo con nuevo brio la discordia y aumentando el ardor de los inquietos, inspirábanles nuevos atentados en las ciudades de provincia, donde la desunion y pugna de las guarniciones, como hemos apuntado, daban campo á contínuos choques. En Valencia, la rabia contra el general Almodovar y contra el gefe político Plasencia, sostenedores del orden, concentrábase contra los artilleros del segundo regimiento, que á fuer de buenos soldados obedecian á las autoridades constituidas. Insultados á cada paso aquellos militares por la desbordada plebe rayaba en heroismo su sufrimiento; pero en la noche del 17 de Marzo, cuando un concurso numeroso acompañaba á causa de su armoniosa música la retreta de los artilleros, algunos mal intencionados apedrearon el piquete, y aun quisieron obligarle á detenerse en

Refriega de los artilleros en Valencia.

1822.

1822.

frente de casa del coronel y á victorear á Riego. Los soldados, ardiendo de cólera contra la gente bulliciosa que asi los afrentaba, dejáronse llevar culpablemente de su furor, é hicieron fuego y dispersaron á la muchedumbre causando varios heridos. Las señoras y los ciudadanos pacíficos que ha bian acudido al incentivo de la música, desbandados y llenos de horror, ignoraban la causa del ataque, y culpaban al piquete en el primer hervor de la sorpresa. El autor de la trama, encaminada á conseguir la salida de los artilleros, fue, segun el parte de Plasencia al gobierno, un regidor de aquella ciudad.

Dada cuenta á las Cortes de tan triste acontecimiento, los diputados mas ardientes quisieron que el ministerio exonerase del mando á Almodovar y á Plasencia; y habiéndose negado á ello los secretarios del despacho, resolvió la asamblea enviar un mensage al rey pidiéndole que nombrara empleados amigos de la libertad, y que fomentara el gobierno en todas partes la milicia voluntaria. No satisfechos los representantes de la nacion con aquella medida, decretaron en 25 de Marzo haber lugar á la formacion de causa contra el gefe político Plasencia, por haber suspendido de sus funciones á un alcalde que se negó á darle cierto testimonio de una sumaria gubernativa. ¡Tan ciegas son las pasiones! Al ver la resistencia del gobierno á quitar el mando antes de este acuerdo á las autoridades de Valencia, un diputado dijo: que esto era autorizar al pueblo para que se hiciese justicia con el puñal.

Mas funestas aparecieron las turbulencias de Pamplona el 19 del mismo Marzo, en que los paisanos y el regimiento de Hostalrich se batieron en Discordia de las calles en sentido opuesto, pues aqui eran los soldados los que obligaban al vecindario á pro

Pamplona,

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