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>> en la perfeccion en que estuvieran como Boscan >>las pusiera, que no por no haber quedado aca>> badas de su mano, tenellas guardadas y ascondi>>das, donde nunca pareciesen sino tan mal con>>certadas y escritas como suelen andar por ahí >>de mano, de modo que la culpa de lo que en >> este libro no estuviere bien no la tiene Boscan, >>sino los que fueron causa de esta impresion, y á »éstos hanles de perdonar cualquier cosa, por el >> buen celo que han tenido con todos los buenos >>> ingenios y con el autor de este libro en que fue>>>se comunicado á todos.»

El privilegio para la impresion fué concedido «á la mujer y herederos de Boscan », y de esta palabra herederos han deducido sus biógrafos que dejó hijos, de lo cual no he podido hallar pruebas directas, aunque sí indicaciones en alguna de sus poesías.

No siendo mi propósito examinar todas las obras de Boscan, no me detendré mucho en lo que á sus poesías se refiere, las cuales fueron juzgadas con extraña severidad por algunos críticos del siglo XVI, y especialmente por el jefe de la escuela poética sevillana, Fernando de Herrera, no sin razon llamado el Divino, en sus anotaciones á Garcilaso, donde dice que Boscan «se atrevió á traer en su no bien compuesto vestido las joyas de Auxias March y el Petrarca.» Sin duda las composiciones á la italiana de Boscan no se pue

den presentar como modelos en sus respectivos géneros, notándose con frecuencia falta de armonía y fluidez en sus versos, elevándose rara vez en ellas á la majestad y grandeza de Herrera, y no igualándose nunca en la ternura y delicadeza con Garcilaso, quien desde luego, y en virtud de las raras y admirables dotes de su ingenio, oscureció á todos los poetas líricos de su tiempo, y á la mayor parte de los que, despues de él, han cultivado en España esta divina arte. Pero las faltas de armonía de Boscan se explican fácilmente teniendo en cuenta que no era el habla de Castilla su idioma nativo, y que no estaba aquella definitivamente formada cuando la empleó en sus obras, siendo muy de admirar, por otra parte, que la manejase con tanto acierto en la prosa, donde no son tan necesarios el número y las demas condiciones prosódicas como en el período poético, especialmente en las composiciones de versos endecasílabos, pues es sabido que no basta para formar este metro castellano su exacta medida, sino que es condicion en ellos indispensable la colocacion de los acentos, la cual, aunque sometida á reglas, sólo un oido ejercitado y sensible percibe y determina como corresponde. Por esto, porque el ejercicio y la experiencia son indispensables para la versificacion endecasílaba, vemos que los poetas del siglo XVI, que más altas dotes de ingenio tienen, suelen hacer endecasílabos duros é

inarmónicos más frecuentemente que los adocenados copleros de ahora, que les sacan la ventaja por haber venido despues de tener educado su oido desde la infancia en esta clase de metros. Dante abunda en estos defectos rítmicos, y hasta el mismo Garcilaso suele hacer versos poco armoniosos, á pesar de su prodigiosa organizacion artística, revelada en las por desgracia contadas poesías, que hasta nosotros han llegado, de tan insigne vate. ¿Cómo, pues, ha de maravillarnos encontrar en Boscan esa falta, cuando tenía en su disculpa los motivos que he indicado? Por esto se leen con ménos fatiga, y hasta con verdadero placer, sus composiciones hechas con los antiguos metros castellanos, en las cuales, por otra parte, no se echa tan de ménos la elevacion de los conceptos ni la grandilocuencia de los períodos.

Pero aunque Boscan no tuviera, en órden á la poesía castellana, más mérito que el de habernos conservado las inmortales obras de Garcilaso, bastaria con esto para merecer la gratitud de los amantes del arte divino, que es la expresion más alta y más adecuada de la belleza. Como ya he dicho, ademas de este mérito, tiene el de haber contribuido eficazmente á aumentar con las nuevas combinaciones métricas los medios de expresion poética; esto es, las formas, que son en las artes elementos tan necesarios para su existencia, como el fondo mismo de las obras

artísticas; y sin duda alguna, cual poeta y considerado en sí mismo y sin relacion con los que ántes y despues de él florecieron, Boscan debe tener en el Parnaso español un lugar, que le niegan con injusticia algunos críticos modernos.

Ademas de las obras comprendidas en las ediciones más completas de Boscan y Garcilaso, entre las cuales se hace mencion especial de la traduccion de la fábula de Leandro y Hero del poeta griego Museo, se dice que tradujo tambien de esta lengua una de las tragedias de Eurípides, cuyo nombre se ignora.

En cuantos escritos se conocen de Boscan se emplea el habla de Castilla, con lo que, dicen los críticos, que dió un golpe mortal á la lengua pro- · venzal y á sus dialectos d'oil y d'oc que tanto usaron los prosistas y poetas, de las costas del Mediterráneo en anteriores siglos; y, aunque en nuestros dias se hacen esfuerzos grandes, lo mismo en España que en Francia, para mantener vivas estas lenguas, como lenguas literarias, juzgo que no fué el menor servicio que Boscan hizo á la nacion española, el de contribuirá su unidad, extendiendo al antiguo principado de Cataluña el habla castellana.

Bueno es que la ciencia del lenguaje estudie, con los procedimientos científicos que hoy emplea, todos los idiomas que salieron de la unidad latina; esto, ademas de facilitar la inteligencia de

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las obras que en ellos están escritas, contribuye muy eficazmente á formar la ciencia filológica ó de las lenguas comparadas, que tan importante es para el verdadero conocimiento de la historia, la cual no es más, que la exposicion de las evoluciones que el espíritu humano ha verificado, siguiendo la ley de su desarrollo; pero sería ir contra esta ley, pretender que el lenguaje retrocediese en su camino, procurando que vuelva á determinarse en infinito número de dialectos, cuando todo tiende á reducirlos á los tipos principales, que engendran las circunstancias físicas y morales, que constituyen las nacionalidades modernas.

He dicho que Boscan escribió en lengua castellana todas sus obras, porque, áun cuando Mariana, Zurita y Feliu le atribuyen algunas escritas en idioma catalan, especialmente la Historia de las guerras de su tiempo, como el Sr. Torres Amat sospechaba, hay en esto una equivocacion que ha demostrado cumplidamente el señor D. Antonio Bofarull, quien me ha remitido, por medio de un amigo comun, la siguiente nota sobre este particular, por lo cual les muestro aquí mi agradecimiento.

<< El historiador Zurita, al hablar de las guerras de D. Juan II de Aragon contra Cataluña, cita algunas veces unas Memorias que escribió Juan Frances Boscan, en las que se apoyó asimismo el analista catalan Feliu, reproduciendo, sin comprobarlo, cuanto dijo

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