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publican, por mas que no tengan semejanza con los retratos de él que acaban de hacer el Sr. Bossi y su traductor, no tanto por el natural, cuanto por las extravagancias de su imaginacion y capricho. ¡Y qué! ¿menguará por esto la gloria del gran Colon como descubridor de un nuevo mundo? No por cierto: sus defectos fueron propios de la condicion y fragilidad humana, adquiridos tal vez en su educacion, en su carrera y en su pais, donde el tráfico y la negociacion formaban el principal ramo de la riqueza pública y privada. Alejandro, dominado de la cólera, y despues de la supersticion : Alcíbiades lleno de admirables prendas y de infames vicios: César reuniendo á cualidades eminentes una ambicion desordenada por el mando universal, que era su ídolo, segun la expresion de Ciceron, no dejan de presentarse en las plumas de Plutarco y de Cornelio Nepote, como hombres dignos de ser admirados por todos los siglos. Pero si la verdad obligó á estos historiadores á no disimular tales defectos, para ejemplo y correccion de sus semejantes, tambien supieron aprovechar estas sombras para dar mayor realce y brillo á unas pinturas, que no quieren, ó no saben imitar los modernos, acaso por carecer de la integridad, rectitud y demas virtudes que caracterizaban á los que en la antigüedad escribian como maestros de la moral pública.

58. No puede negarse á Fr. Bartolomé de las Casas un zelo fervoroso á favor de los indios. Vino á España para abogar por ellos, y en Mayo de 1517 llegó á Aranda, donde estaba la corte, y enfermo el célebre cardenal Jimenez de Cisneros. Por esta causa no pudo negociar con él, y pasó á Valladolid á esperar al rey D. Carlos 1, que en efecto llegó muy pronto cuando ya habia muerto el cardenal. El jóven príncipe, de diez y siete años, en un pais extraño, ignorando el idioma castellano, y dominado por los flamencos que le acompañaban, expidió por sugestion de estos muchas cédulas de repartimientos y

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I Véanse las págs. 112, 145, 176 y otras del tom. 11 de esta Colec.

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mercedes en las Indias, y diversas licencias para llevar esclavos á aquellos dominios, sin embargo de la prohibicion que para ello habia. Conoció Casas que el camino de lograr sus pretensiones era captarse el favor, y seguir las ideas de los flamencos, y lo logró, especialmente el de Mr. de Laxao, sumiller de corps y uno de los mas favorecidos del rey; pero como viese que sus opiniones y proyectos podrian sin embargo tener alguna dificultad, segun la conducta codiciosa de los nuevos huéspedes varió de plan, y propuso entre otros remedios, que á los castellanos que vivian en las Indias se diese saca de negros, para que asi fuesen los indios mas aliviados en las granjerías y en las minas. Bajo este supuesto se trató de los esclavos que serian menester para las cuatro islas Española, Fernandina, S. Juan (Puerto-Rico) y Jamaica: se pidió informe á los oficiales de la casa de contratacion de Sevilla, y contestaron que cuatro mil. Entonces los flamencos se aprovecharon de su influencia y obtuvieron este permiso, que vendieron á los genoveses en 240 du, cados, con condicion de que por ocho años no diese el rey otro: merced (dice Antonio de Herrera) que fue muy dañosa para la poblacion de aquellas islas y para los indios. Dedúcese de esta narracion verídica y cierta: 1.° que el lic. Casas, por aliviar á los indios, estableció y autorizó el tráfico de los negros para las islas del Nuevo-Mundo, como si estos no fueran racionales. ¡ Admirable contradiccion del espíritu humano! 2.° que no fueron españoles los que agenciaron esta infame negociacion é intervinieron en ella, sino flamencos codiciosos, y genoveses traficantes. ¿Y quién diria entonces al lic. Casas,

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Véase á Sandoval en su Hist. del emperador Cárlos v, lib. 2, SS 40 y 41, y lib. 3, § 16.

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Herrera, Déc. 2, lib. 2, caps. 16 y 20.- Casas presentó al gran canciller el memorial que se le habia mandado hacer para el remedio de las Indias, cuando ya hacia dos años y medio que andaba en la corte, y en el tercer artículo proponia que para las cuatro islas se permitiese á todo vecino llevar francamente dos negros y dos negras. Muñoz le copió para su coleccion.

que estos negros que como esclavos trasportaba desde las costas de Africa para aliviar á los indios en sus faenas y labores, se habian de levantar con el pais y erigir un imperio independiente, con aprobacion y reconocimiento de las naciones cristianas y cultas de la Europa, en la misma isla Española, que fue el primer establecimiento. y morada de los europeos en el Nuevo-Mundo? ¿Y qué dirán ahora el Sr. Bossi y su traductor, cuando ni aun en Colon ni en Casas hallen el consuelo que en vano buscaban sus miradas de humanidad entre los demas espa-. ñoles?

59. Ciertamente es necesario compadecerse de esta falta de juicio, de estas ideas absurdas, de esta crasa ignorancia, y de esta fatal preocupacion con que algunos extrangeros escriben de las cosas de España. El descubrimiento de la América, dice el traductor frances de Bossi, pertenece, enteramente á la Italia, porque en ella nació Colon. Bien se percibe á primera vista la absurdidad: de este argumento, porque el casual nacimiento de una persona no da derechos á su patria sobre lo que pueda grangearse durante su vida con su industria é ingenio, y mucho menos cuando se ha naturalizado en otro pais, contrayendo con él las mas sagradas obligaciones. Pero á mayor abundamiento no dice Ramusio, escritor italiano que floreció antes de mediado el siglo XVI, que Colon propuso primero á la Señoría de Génova su proyecto de dirigirse á

I Prefacio del traductor, pág. 1.-El Sr. Bossi atribuye gratuitamente al fanatismo religioso de los españoles la sangrienta destruccion de los indios, y deduce que hubiera sido una felicidad para todo el mundo que otros, y no ellos, hubiesen aportado los primeros á aquellas costas, y establecídose allí (Ilustrac. 21, pág. 164). Pero ademas de la falsedad que en sí envuelve la primera suposicion, no mandaba allá Colon que era italiano y muy religioso? ;no dice el obispo Casas que el único título para la ocupacion de aquellos paises era la conversion de sus naturales á la religion católica? ; no era entonces España la nacion mas culta y poderosa de la Europa? ¿no hicieron despues las demas naciones mayores atrocidades en sus conquistas? Pero la ignorancia ó la malicia son los agentes que mueven la pluma de esta clase de escritores, á merced de cierta polí tica ambiciosa que atropella por todos los derechos, y promueve la division y la discordia entre los hombres.

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la India por el occidente, y que pareció extraño á cuantos lo oyeron, como que jamas habian pensado ni discurrido sobre tal cosa, aunque se preciaban de saber el arte de navegar, y lo calificaron todo por consiguiente de un sueño ó de una fábula1? Si viendo que no se daba crédito á su palabra en su patria, se dirigió á tratar sobre ello con el rey de Portugal en 1470'; ¿cómo el Sr. Bos. si, trastornando la cronología de la historia de Colon, pretende disculpar la repulsa de los genoveses con los temores y rezelos que tenian en 1475, de que se apoderado los turcos de Caffa amenazaban una destruccion general de los establecimientos que tenian en el Archipiélago? Añade el Sr. Bossi, que segun una tradicion constante en Venecia, aunque no existen documentos que la apoyen, tambien propuso Colon su empresa á aquella república; y que un magistrado de ella le aseguró haber visto en los archivos públicos alguna mencion de este ofrecimiento y de la repulsa de los venecianos, empeñados entonces en circunstancias no menos críticas que los genoveses 4. . . . . ¿ por ventura eran mas favorables las de España cuando Colon se presentó con su proyecto? Tratábase nada menos que de arrojar á los moros de la península, que la habian ocupado cerca de 800 años, amenazando invadir en sus principios las demas naciones de Europa, como lo hicieron en los paises de la Francia contiguos á los Pirineos; sin embargo se le auxilió á Colon con varias cantidades de dinero, se le mandaron dar alojamientos por donde transitase, y se le dispensaron otras honras, aun mucho antes que se concertasen y conviniesen con él las condiciones para em

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1 Ramusio, Colec. de Viages, tom. II, fol. 1. Este colector murió el 10 de Julio de 1557, segun dice el Sr. Camus en su Memoria sobre la coleccion de los grandes y pequeños viages &c., pág. 8.

2 Véase el § 54 de esta Introduccion.

3 Bossi, Ilustrac. 12, á su Vida de Colon, pág. 137.

4 Bossi, Ilustrac. 14, pág. 138.

5 Véanse los documentos núms. 2, 4 y otros de nuestra Colec. Diplom.

prender su nuevo viage y ofrecido descubrimiento. El mismo Colon alude á esta burla y desprecio con que oyeron sus planes los genoveses, venecianos, portugueses y otros, cuando escribiendo á los Reyes-Católicos, les decia:,, Me abrió Nuestro Señor el entendimiento con ma» no palpable, á que era hacedero navegar de aquí á las "Indias, y me abrió la voluntad para la ejecucion dello; » y con este fuego vine á V. A. Todos aquellos que su"pieron de mi impresa, con risa le negaron burlando: » todas las ciencias de que dije arriba non me aprovecha»ron ni las autoridades dellas: en solo V. A. quedó la fe. »y constancia; ¿quién dubda que esta lumbre no fué del Espíritu Santo?" Asi hablaba Colon; porque en efec to, cualesquiera que fuesen las objeciones que á su pro-. yecto pusiesen algunos geógrafos españoles (porque otros le apoyaron y favorecieron) en el exámen que se les mandó hacer, y tanto ridiculiza el Sr. Bossi, no eran mas atinadas las que pudieron hacérsele en Italia, espe cialmente en Génova, donde segun Ramusio jamas se habia discurrido sobre este punto de geografía, aunque se preciaban de saber el arte de navegar; y lo mismo puede presumirse de los portugueses, de quienes dice Colon que en catorce años no pudo hacerse entender de ellos.

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60. Continúa el traductor del Sr. Bossi diciendo, que la España no hizo mas que prestar (á Colon) un auxilio solicitado por largo tiempo, y perseguir al que la habia enriquecido. Aunque Colon vino fugitivo á España desde Portugal á fines de 1484 5, parece, por la carta del duque de Medinaceli, que le tuvo en su casa dos años desde su llegada; y el mismo Colon se expresa en su diario, dia 14 de Enero de 1493, en estos términos:

I Colec. Diplom., núm. 140, pág. 262.

2 Muñoz, Hist. del Nuevo Mundo, lib. 2, § 26. Remesal, Hist. de Chiapa y Guatemala, lib. 2, cap. 7.

3 Bossi, Ilustrac. núm. 15, pág. 139.
4 Prefacio del traductor, pág. 1.a
5. H. Colon, Hist. del Alm., cap. 11.
6 Colec. Diplom., núm. 14, pág. 20.

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