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esta nueva, que la carta era de persona de las islas, muy fidedigna. Y el haberme dicho lo que ha referido el soldado que vino á rendirse esta tarde y habia dos horas que salió de su campo, me hace creer que hay algo. Plegue à Dios que sea todo como Vandester lo dice, que seria una grande nueva para el servicio de Dios, del Rey y de V. A., juntada con la retirada del ejército de los protestantes, para domar los rebeldes de las islas y traerlos al servicio de V. A.; y mas si hubiese comodidad de dineros y municiones de guerra, y alguna gente para apretarlos con las armas antes que nos alojemos.

Copia de carta del Almirante, mi señor, á S. A.; fecha en el campo á 21 de setiembre 1599.

Envía al sargento mayor Baltasar Lopez, para que represente al Archiduque las necesidades del ejército, y los inconvenientes que pueden seguirse de una sublevacion general.

SERENÍSIMO SEÑOR.

Teniendo escrita lo que va con esta, me han venido á avisar el maestre de campo Gaspar Zapena y los sargentos mayores don Pedro Sarmiento y Baltasar Lopez, y el capitan Móxica, que anoche se oyeron hablar soldados en corrillos y juntas, con gran libertad, de la necesidad que se pasa; y para dar satisfaccion á todo el ejército y entretenerle con nueva esperanza, les he dicho que envío al sargento mayor Baltasar Lopez para que represente á V. A. la necesidad de todos, y le suplique se sirva de enviar dinero con que atajar este daño. V. A. se sirva de oirle y de

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considerar el inconveniente que seria si hubiese una alteracion general, y que lo que agora se puede remediar con poco, costaria despues mucho y grande trabajo reducirlo á buen término, y todo lo que tras desto se puede seguir, pues V. A. lo sabe y entiende mejor que todos. Y para ayuda de las necesidades presentes, escribe agora Vanetten que no nos podrá proveer de pan mas que hasta fin deste mes, como V. A. lo verá por su carta. Y remitiéndome al sargento mayor, y á lo que tengo escrito, no me alargo mas en esta. Suplico á V. A. se sirva de mandar que se vean todas mis cartas, y que se responda particularmente á lo que por ellas he consultado y suplicado á V. A., porque de algunos cabos dellas no he tenido respuesta. Del campo á 21 de setiembre de 1599.

Copia de carta del Almirante, mi señor, á S. A.; fecha en el campo á 4 de octubre de 1599.

Cuestion promovida por el conde Federico y demás jefes de la infantería alemana, sobre el valor de la moneda en que han de pagárseles sus sueldos.-Quejas de los soldados irlandeses contra don Alfonso Dávalos.-Desmanes cometidos en Peer, y medidas que se toman para el castigo de sus autores.-Presa de ganado que se ha hecho al enemigo en Bommel.

SERENÍSIMO SEÑOR.

En llegando aquí el aviso de la paga que viene para el ejército, acudicron á mí el conde Federico y todos los cabos de la infantería alemana á quejarse, de que el oficial del pagador les habia dicho, que no se les habia de dar la moneda de la paga al placarte del rey, sino como valia en

el país en que nos hallamos, y que esto era contra sus stalbriff, y contra las órdenes que habia para ello, y yo les dije que se sosegasen, que yo me informaría de su pretension, y que no daria lugar á que se les hiciese agravio. Trujéronme luego una órden del Cardenal en que mandaba, que mientras él estuviese en estos Estados se les diesen las pagas al placarte del rey, como á los demás; y visto que esta órden era contraria de otras de V. A. y por tiempo limitado que ya habia espirado, é informándome de que su stalbriff decia lo contrario, los desengañé que sin nueva órden de V. A., yo no permitiria que fuesen pagados al placarte del rey, sino como corre la moneda en Bolduque, de que se han agraviado, y creo que acudirán á V. A. Es lo que pretenden muy contra razon y contra sus asientos; y aunque aquí fué advertido dello el Cardenal, no quiso remediarlo y no conviene al servicio de V. A. que esto pase adelante, porque es mucho lo que va á decir en ello.

Pretende tambien el conde Federico que le han de pagar el sueldo de coronel al pié de alemanes altos, que es muy diferente del pié de alemanes bajos con que está levantado su regimiento, y fúndalo en otra órden del Cardenal con que se le dió la paga pasada ; y yo tampoco he venido en esto, ordenando que se le libre la paga conforme á su asiento y no de otra manera.

Habiendo visto las relaciones de los soldados efectivos, que faltaron en la muestra de 29 de setiembre, los tomé de repente el dia de Sant Francisco, y les hice tomar muestra, porque por no darles la paga, no se volviesen á hacer daño en el país y se llevasen otros tras sí, que fué el expediente que á todas las personas con quien lo traté, paresció mejor. Y en cuanto á los españoles, italianos y walones, no pudo haber fraude por tener señas y ser tan

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cerca esta diligencia de la muestra general; y con los alemanes que no las tienen, usé de todo el rigor que se pudo, y creo que ha quedado algo sentido el conde Federico, porque no le pasaron treinta y seis criados suyos que presentó en la muestra sin ningunas armas, incluyendo en ellos` cuantos habia en su casa, que ya si fueran gentiles hombres y con armas, se pudiera pasar; pero hicieron tal representacion que el comisario de muestras no lo pudo disimular, y yo quejándome dello, no lo admití como cosa tan fuera de razon; pues bastaba se le hubiesen pasado los oficiales del estado, coronel y los gentiles hombres que se acostumbran. De todo creo que acudirán allá las quejas, y V. A. podrá mandar lo que fuere servido: que yo sin órden de V. A. no entiendo que he podido hacer otra cosa, ni la haré, hasta que V. A. me mande avisar de su voluntad.

Los irlandeses han tenido un pleito con don Alfonso Dávalos sobre la contribucion que se les daba en Herentales el año pasado, en que ha habido muchas cosas que no son para referirlas á V. A. en carta. Al fin el auditor general ha condenado á don Alfonso Dávalos y á los capitanes de su tercio á que vuelvan este dinero á los irlandeses; y aunque fuera muy justo que lo pagara don Alfonso Dávalos solo (que tengo yo por muy cierto que se quedó con él) por haber confesado los capitanes que le rescibieron y no incomodarlos en esta paga, he ordenado que paguen á la hora la mitad, y la otra mitad en la primer paga que venga, de que me ha parescido avisar á V. A., para que si don Alfonso se quejare y V. A. quisiere saber lo particular que en ello ha habido (en que ganará poco don Alfonso,) V. A. me lo mande avisar, que yo lo escribiré; y el secretario Mancicidor y el tesorero Trincoart saben algo ó lo mas dello. Nuestro Señor la serenísima persona de V. A.

guarde y ensalce como deseo, etc. Del campo á 4 de octubre de 1599.

Escrita esta he rescibido otra carta de V. A. fecha en 2 deste, sobre lo que toca á la paga de los alemanes, á que no tengo que responder, mas de remitirme à lo que sobre ello he escrito, y que he ordenado al pagador lo ejecute como V. A. lo manda, etc.

En lo que toca al castigo de los que hicieron la desórden en Pere (1) se entiende, y una de las cabezas se ha prendido y se anda en busca de la otra, que es el capitan Reynoldo, soldado de la compañía del capitan Joan Cexate. Podrá V. A. mandar que si acudiese por allá, se prenda, porque era el principal de todos y el que gobernaba la tropa, y el ser capitan agrava mucho su delito; y el que está preso acá es un sargento reformado. Ciérrase esta á 7.

Teniendo aviso que los de Bommel estaban algo descuidados, envié ayer doscientos caballos y quinientos infantes á ver si les podiamos tomar el ganado; y todos se dieron tan buena maña que les tomamos todo el que habia fuera de la villa y algunos caballos, que ha sido refresco para el ejército, porque las vacas que se repartieron fueron ciento setenta y cinco, y las que se hurtaron sin venir á la particion, me dicen que serian otras ochenta ó mas, y los caballos cuarenta, y destos traspuso los mas la caballería sin que pudiese remediarse.

(1) Así dice; pero mas adelante escribe Peer, que es el verdadero nombre.

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