Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

Digo que haré lo arriba contenido y lo cumpliré, hasta tanto que dello dé noticia á S. M. y en ello provea lo que más á su servicio convenga. Y que los cinco años se entiendan en cuanto al entrar españoles en las dichas tierras, y quel dicho término de los cinco años se resuelva por el tiempo que á sus Reverencias y á mí pareciere.-El licenciado Alonso Maldonado.

El cual, visto por el nuestro Visorey, Presidente y oidores de la dicha nuestra Audiencia, é ser cumplidero al servicio de nuestro Señor y nuestro efectuarse lo en él contenido, fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra carta para vos en la dicha razon, é nos tuvímoslo por bien. Por la cual vos mandamos á todos é á cada uno de vos, que veais el dicho asiento, que ansi tomó el dicho licenciado Maldonado, nuestro oidor, é lo guardeis y cumplais como en él se contiene; é contra el tenor é forma de lo en él contenido, no vayais ni paseis por ma nera alguna, hasta que por nos otra cosa se provea é mande, so pena de la nuestra merced é de destierro perpétuo de la provincia é desta Nueva España, é de perdimiento de la mitad de vuestros bienes, para la nuestra cámara, á cada uno que lo contrario hiciere.

É mandamos que esta nuestra carta é provision sea pregonada públicamente en esa dicha provincia, para que venga á noticia de todos é nadie pueda pretender ignocrania. É de como esta nuestra carta vos fuere notificada, é la cumpláredes é obedeciéredes, mandamos, so la dicha pena, á cualquier nuestro escribano, que para esto fuere llamado, que dé ende al que vos la mostrare testimonio signado con su signo, porque nos sepamos cómo se cumple nuestro mandado.

Dada en la ciudad de México, á 6 dias del mes de

Hebrero de 1539 años.-Yo, Juan Baeza de Herrera, escribano mayor del Audiencia Real de la Nueva España é gobernacion della, por S. M., la fize escrebir por su mandado, con acuerdo del Presidente y Oidores de su Real Audiencia.-D. Antonio de Mendoza.-El licenciado Ceynos.-El licenciado Loaisa.-El licenciado Tejada.— Registrada: Juan Leon.-Por chanciller, Agustin Guer

rero.

É porque nuestra voluntad es que lo contenido en la dicha provision haya cumplido efeto, vos maudamos que la veais é la guardeis y cumplais en todo y por todo, segun y como en ella se contiene; é contra el tenor y forma de ella ni de lo en ella contenido no vayais ni paseis, ni consintais ir ni pasar en manera alguna, so las penas en la dicha nuestra provision susodicha incorporada contenidas, de cient mil maravedís, para la nuestra Cámara, é á cada uno de vos que lo contrario hiciere. Y guardándola ó cumpliéndola, dejeis y consintais á los dichos Fr. Bartolomé de las Casas y Fr. Pedro de Angulo y Fr. Rodrigo de Adrada y á sus compañeros, ó cualquier dellos, ó á los religiosos de su órden que ellos enviaren, hacer y cumplir en todos los límites destas gobernaciones, en los indios que estuvieren de guerra, lo en la dicha provision contenido, sin que en ello les pongais impedimento al

guno.

Dada en la villa de Madrid, á 14 dias del mes de Noviembre de 1540 años.(1)-Fr. Garsias, Cardinalis His

(1) El P. Las Casas aprovechó su estancia en la Corte para conseguir providencias favorables á los Indios y particularmente á los de Tuzulutlan, haciendo, como se vé, que el Rey confirmase su concierto con Maldonado. Logró tambien que á nombre del Monarca se escribiesen cartas á los caciques que habian ayudado

palensis.-Yo, Pedro de los Cobos, secretario de su Cesárea y Católica Magestad, la fize escrebir por su mandado.-El Gobernador, en su nombre.-El Doctor Beltran. El Doctor Bernal.-El Licenciado Gutierre Velazquez.

RELACION DE LA entrada de Fr. BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, OBISPO DE CHIAPA, EN CIUDAD-REAL, Y SU CONDUCTA CON LOS INDIOS ESCLAVOS. (1)

Muy magnifico Señor:

Por la letra que á vuestra merced escribí desde Guazaqualco, fué el aviso de cómo Fr. Bartolomé de las Casas, obispo desta ciudad y segund dice de la mitad desta Nueva España, era desembarcado en la provincia de Yucatan, con cantidad de frailes Dominicos, que fueron segund me han informado cincuenta los que sacó por labarra de Sanlúcar, y cuarenta los que llegó áaquella provincia. Alli dicen tomó la posesion de su obispado contra la

á los misioneros, dándoles las gracias y exhortándolos á continuar en sus buenos oficios. Remesal en su Historia inserta varios de estos documentos, en que se procuró facilitar la obra de pacificacion por medio del trato con los indios y de su instruccion en la religion y en las artes, habiéndose tambien dictado nuevas disposiciones para el cumplimiento de todo esto, so pena de graves castigos.

(1) El original de este documento existe en el Archivo de Indias en Sevilla. Ciudad-Real ó Chiapa de los Españoles, ciudad de Guatemala, capital de su provincia y diócesi. El distrito asignado á

voluntad de los vecinos, ellos resistiéndolo, al fin aunque no pacíficamente salió con ella, de donde vino á la villa de Tabasco. Y de diez frailes que habia enviado por la maren una barca no escapó sino uno (1), donde por lo subcedido osaria afirmar y aun jurar á vuestra merced que los vecinos desta ciudad, y aun no sé si de toda la Nueva España, quisieran fuera el Obispo el ahogado y los frailes, aunque fueran franceses, los salvados. Habiéndose algo reformado de los trabajos de la mar, descanso allí poco tiempo, y con su gente y casa partió para esta ciudad, donde fue bien recibido y hospedado, con banquetes en los caminos y otros buenos recibimientos que se le hicieron. Finalmente, entró en esta ciudad debajo de pallio, como hombre que á S. M. traia en los pechos y á sus provisiones en el cofre; fue visitado de toda manera de gentes y recibido por Obispo desta ciudad, al cual recibimiento en cabildo se hallaron un Regidor é un Alcalde, porque los demás estaban absentes, que no poca. queja muestran de los que le recibieron, Domingo de Ramos.

El Obispo eligió cuatro confesores, para que estos y no otros algunos, confesasen en esta ciudad, á los cuales dió poder para absolver, escepto en los casos que para

esta última comprendia las estremidades de las dos Audiencias de Méjico y de los Confines, separadas entre sí más de cuatrocientas leguas y donde por tanto eran más difíciles de remediar los excesos para cuya represion se habian dado las nuevas leyes en que tanta parte se suponia al P. Las Casas, razon que influyó poderosamente en el mal recibimiento que allí tuvo.

(1) Los nueve frailes restantes se habian ahogado cerca de la isla de Términos, en la bahia de Campeche, en una barca que el nuevo Obispo habia enviado delante con parte de su equipaje y algunos misioneros.

sí reservó, que son los que juntamente con esta relacion á vuestra merced envio. Como la cosa no pudo ser tan secreta, y el Obispo la mandó publicar, comenzóse en la ciudad un rum rum, de decir que el Obispo comenzaba á desalforjar, aunque algo temprano, lo que en España habia procurado y con S. M. negociado; y como el primer punto les pareció á los desta ciudad tan en perjuicio de sus haciendas, que era que, por cualquier via que el esclavo fuese habido, no pudiese ser absuelto su amo si no lo pusiese en libertad, alteróse en alguna manera la ciudad. Y creyendo que su señoría lo habia hecho é publicado, más para atraer á todos á la buena obra que con los esclavos naturales él queria que hiciesen, que no para efetualla, segun ha subcedido, tomáronlo más por la via que dije que creian, que no por la que despues se vió. Hobo muchos medios, con parte de los cuales, rogado por algunos desta ciudad, yo fuí á hablar al Obispo; en uno ni en ninguno de los cuales no quiso venir, sino que con todo rigor los esclavos habian de ser libres ante todas cosas, agora fuesen comprados, agora habidos en cualquier manera. Hobo algunas personas que libertaban sus esclavos, con tanto que las ayudasen á hacer una casa que tenia comenzada, cuya labor, á más tirar, se acabaria en cuatro meses, en lo cual el Obispo jamás quiso venir, ni dar licencia á este tal para que se confesase, ni á otros, que con este celo de se confesar, hacian con su señoría otros partidos, tan justos y honestos, que en dos años me parece no les quedára esclavo alguno. Alterados en todo estremo, con la seguridad y pertinacia de su señoría, ocurrieron á Gil de Quintana, dean desta Iglesia, con requirimientos y protestaciones que le hicieron, como á Comisario que es de las Bulas de la Cruzada, para que

« AnteriorContinuar »