Imágenes de páginas
PDF
EPUB

por virtud desta, conforme á lo que Su Santidad mandaba, eligiéndole por su confesor, los absolviese. Hobo ciertas razones por escripto entre el Dean y el Obispo, en que en fin dellas, el Dean confesó tres.ó cuatro personas, de que avisado el Obispo, un dia despues de Pascua, le envió á llamar, y certificado 1 Dean que el Obispo le queria prender, con escusas de color, no quiso ir á su llamamiento, de lo cual enojado el Obispo, le mandó prender con un canónigo é un alguacil é otras personas eclesiásticas; el Dean se defendió é puso mano á un espada, con la cual dicen quel mismo se dió una cuchillada en una mano, é el alguacil otra en una pierna. A las voces é alboroto ocurrió toda ó la mayor parte de la ciudad, y finalmente, el Dean por entonces no fue preso, y el Obispo, visto lo acaecido, quisiera mandar volver á prendelle con toda riguridad, para lo cual no halló el aparejo que quisiera; y aun hablando verdad, yo ví la cosa en tales términos, que no sé si se lo consintieran ni aun si pasara la cosa á inviar al Obispo á esa ciudad á vuestra merced, por quel alboroto fue tanto, que á más questo se diera lugar; por quel Obispo estaba con sobrado enojo, y el pueblo con tanta alteracion, que ni los unos ni el otro miraran cosa que bien les estuviera. Á esta causa y ruego de algunas personas que procuraban estorbar pasiones, el Obispo sobreseyó su furia, aunque descomulgó al Dean y á los que con él hablasen. Estando la cosa en estos términos, hobo de parte del Dean ciertos requerimientos y escriptos que dió al Obispo, diciendo, durante el tiempo de los tres años de la publicacion de la Bula, no ser su juez el Obispo ni tener el dicho Dean otro superior sino el Arzobispo de Sevilla, comisario general. Á lo cual el Obispo respondió alegando ciertas razones con.

tra esta. Y sano de su mano, una noche se fué desta ciudad, no se sabe si á donde vuestra merced está ó á la Audiencia de Gracias á Dios; sabido por el Obispo, procedió contra él por sus censuras, hasta quel domingo pasado le anatematizó y publicó por maldito y descomulgado.

Ha sido tanto el fuego que en esta ciudad ha andado, que la Semana Santa se pasó no como entre cristianos; están tan alborotados los vecinos desta ciudad, que no sé cómo lo puedo dar á entender à vuestra merced, porque el Obispo es tan seco y tan porfiado en esta su tema que ha tomado, que dice y afirma que ni S. M. lo mande ni Su Santidad lo determine, él no ha de dejar lo comenzado, por ques lo que conviene al descargo de las conciencias de toda esta Nueva España y de S. M., del cual muestra estar tan favorecido, que por pasatiempo cuenta haber sido él el todo para la mudanza del Consejo de Indias, y de lo nuevamente proveido en esta Nueva España y Paria. De que plega á Dios no haya más males de los subcedidos, que en otra relacion á vuestra merced haré, segund que lo tengo entendido de nn hidalgo que se dice Juan de Mazariegos, que há tres dias llegó á esta ciudad.

PRETENSION DEL P. LAS CASAS DIRIGIDA AL CONSEJO DE INDIAS, PARA QUE SE NOMBRÁRA PROCURADOR DE LOS INDIOS DEL PERÚ Á DIEGO DE OCAMPO. (1)

Muy poderoso señor:

D. Fr. Bartolomé de las Casas, obispo que fue de Chiapa, digo que los indios del Perú tienen necesidad de una persona que sea su procurador en la ciudad de los Reyes, para que vuelva por ellos y alegue su derecho, y á quien acudan en sus agravios; porque los indios por sí mesmos casi nunca piden justicia, por más agraviados que estén, y si alguna vez la piden, ó no la alcanzar, ó con muy gran dificultad. La razon es porque los indios no saben leer y escribir, ni saben la lengua española, y los españoles ningun caso hacen dellos, mas antes los menosprecian, y así no los oyen; allende desto, dícenles en las Audiencias que aleguen su justicia por demandas y respuestas, lo cual ellos no saben hacer, ni tienen posibilidad para pagar al procurador y al escribano y los demás derechos. Y por esto es necesario que un procurador procure y solicite sus causas, el cual

que

(1) Archivo de Indias en Sevilla.-Este documento y el le sigue no están fechados en las copias que se nos han remitido, y deben ser posteriores al año 1550 en que las Casas renunció su obispado, continuando sin embargo dedicado con todas sus fuerzas á tratar de los negocios de Indias en la corte.

TOMO VII.

11

conviene que sea persona, de quien conocidamente se sepa que vuelve por los indios y les es aficionado, de los cuales hay muy pocos. En la ciudad de los Reyes hay un hombre, que se llama Diego de Ocampo, muy hábil, el cual procura por los indios siempre, sin ser su procurador, sino por la obligacion que tiene á cristiano. A este conocen ser tal, aun los que están en esta córle vecinos del Perú; á este Diego de Ocampo sea V. A. servido mandar nombrar por procurador de los indios en aquella Audiencia de la ciudad de los Reyes, y dalle bastante poder para ello, señalándole algun partido, cual V. A. fuere servido, en lo cual recibirán los indios gran merced de V. A.

REPRESENTACION DE FRAI BARTOLOMÉ DE LAS CASAS AL CONSEJO, SOBRE La libertad de LOS INDIOS ESCLAVOS, QUE PO

SEIAN LOS ESPAÑOLES RN GUATEMALA. (1).

Muy poderoso señor:

El obispo que fue de Chiapa beso las manos de V. A. y suplico les plega saber las necesidades grandes que padecen las gentes naturales de las provincias de Guatemala y Honduras y Nicaragua, y tengan por bien de las remediar.

Y una general, es las grandes cargas que tienen de

(1) Archivo de Indios en Sevilla.

los tributos, de que cada dia son más agraviados, así con la cantidad como con la calidad, forzándolos á dar de lo que no tienen ni pueden haber de sus tierras.

Estos moderó en lo más de la provincia de Guatemala el licenciado Zorita, como justo y temeroso de Dios; y despues los otros dos Oidores, á título de Audiencia, como hombres parciales y amigos de los comenderos, le revocaron todo lo que hábia hecho.

[ocr errors]

Enviaron despues de venido á aquella Audiencia, el que llaman doctor Megias, de la provincia de San Salvador, donde luego en llegando, procuraba casarse más que ver las carestías de los indios; por que se vea qué cosas podia en aquella tierra hacer, cobrando á comenderos por deudos y amigos; y dejó los indios en mayores angustias y opresiones que estaban.

En las cosas que hizo, mandó que diesen los indios cierta cantidad de pescado cada semana, no habiendo rios ni mar dentro de diez y doce leguas.

En cierto pueblo ó pueblos, mandó que por tasa fuese la mitad del pueblo á trabajar en las milxas ó estancias debajo de comenderos, tres veces en el año, y que por trabajo de tres dias les pagasen á cada uno un real, estando prohibido por V. A. que no haya servicios personales; y con un real, cómo comerá y dejará á su mujer y hijos de comer, habiendo de ir diez y doce leguas, y quizá muchas más, á trabajar á la hacienda del español?

Mandó que el comendero y el cacique repartiesen los tributos á los indios, en lo cual habrá mil vejaciones y agravios y robos. Mandó con pena á los indios que no vendiesen las gallinas por más de un real, valiendo á dos reales, y sino quisiesen venderla á rea!, dió licencia que los españoles se la tomasen por fuerza. Mire V. A. qué

« AnteriorContinuar »