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el duque de Susseux. Espartero recibió estas condecoraciones de un valor y mérito artístico extraordinarios por mano del coronel Wilde, comisionado del gobierno inglés en su cuartel general, quien al mismo tiempo le entregó las cartas autógrafas del mencionado duque de Susseux, del ministro de negocios extranjeros lord Palmerston, y del de la Guerra y las Colonias lord John Russell. La alta importancia y celebridad de los personajes que suscribieron esta correspondencia, y lo mucho que ella honraba al pacificador de España, nos inducen á darla á conocer á nuestros lectores. La carta del duque de Susseux, en la que se enaltecen las altas prendas de Espartero, decia en estos términos:

«El duque de Susseux al duque de la Victoria. - Palacio de Kensington 11 de agosto de 1840.-Señor duque: Habiendo recibido órdenes de S. M. la reina de la Gran Bretaña, mi sobrina, para trasmitir á V. E. por mano del coronel Wilde las condecoraciones de la gran cruz de la muy honrosa órden militar del Baño, en prueba de su augusto aprecio hácia vuestra persona, como tambien de su aprobacion por la leal conducta que habeis mostrado hácia vuestra soberana S. M. C., y por haberos consagrado enteramente á vuestra patria, me apresuro con placer extremo á ejecutar esta comision, tan honrosa como agradable para mí, en calidad de gran maestre interino. No puedo ménos, señor duque, de aprovecharme de una coyuntura tan agradable para manifestar á V. E. mi mayor consideracion, como tambien la admiracion con que el gobierno de S. M. B. mira vuestra carrera, tanto militar como política. Vuestro nombre siempre se pronuncia con elogio en este país, donde se cree reconocer en todas vuestras acciones públicas (que son bien numerosas) los frutos de un súbdito fiel, de un patriota verdadero, de un buen caballero y de un general tan hábil como distinguido. Habeis combatido, señor duque; por el trono de España, por la constitucion que habeis jurado defender y por la libertad de vuestro país; en fin, habeis combatido para conquistar la paz interior, y por este medio habeis contribuido á asegurar la paz general de la Europa, y creo, como lo deseo, que lo habeis conseguido con una lucha tan importante como gloriosa.

«Con esta conviccion, y animada de los sentimientos más amistosos hácia S. M. la reina Isabel, como tambien hácia la nacion española, la reina Victoria de Inglaterra envia á V. E. el cordon distinguido (que yo tengo el placer de trasmitiros), creyendo por este acto de su benevolencia, conferido á un general distinguido, á un buen patriota, confirmar la buena inteligencia entre dos naciones que de

ben respetarse y quererse, y añadir por este medio un nuevo lustre á la órden militar de su país, que cuenta ya tantos hombres distinguidos en el número de sus miembros, haciendo inscribir en su libro el nombre del DUQUE DE LA VICTORIA Y DE MORELLA.

«Haciendo los votos más sinceros por vuestra felicidad y gloria, como tambien por la conservacion de la salud y de la vida de V. E., tan importantes para los intereses de vuestra soberana como preciosos para vuestra valerosa nacion; y deseando que podais gozar por muchos años de esta prueba pública del alto aprecio en que la reina de Inglaterra tiene vuestros servicios, como igualmente de todas las distinciones con que os ha honrado vuestra misma soberana (con aclamacion general de vuestros compatriotas), distinciones que no solamente habeis merecido sino ganado, tengo el placer de ofrecerme, señor duque, de V. E. el más apasionado y sincero admirador y amigo.-Augusto Federico, duque de Sesseux.>>

te:

Á esta carta dió el duque de la Victoria la contestacion siguien

«Muy honorable señor duque de Susseux.-Barcelona 25 de agosto de 1840. Por la carta que V. A. tiene la dignacion de escribirme con fecha 11 de este mes quedo impuesto de las órdenes de S. M. la reina de la Gran Bretaña, su augusta sobrina, para trasmitirme por mano del coronel Wilde las condecoraciones de la gran cruz de la muy honrosa órden militar del Baño, con que tiene la bondad de favorecerme en prueba de su alto aprecio á mi persona y de su aprobacion por mi conducta en bien de mi reina y de mi patria.

«Tan señalada muestra de benevolencia me ha sorprendido agradablemente, experimentando una satisfaccion extraordinaria, asi por el distinguido honor que se me concede, como por el motivo que lo produce y que tanto ensalza la justicia de la causa que he defendido con honradez y lealtad. Mi primer deber en ocasion tan lisonjera es rogar á V. A. se sirva ofrecer á la augusta reina de la Gran Bretaña mi eterna gratitud y la seguridad de mis ardientes votos por la prosperidad de su reinado para bien del pueblo inglés, unido por vínculos estrechos á la nacion española.

«El placer con que V. A. se ha apresurado á ejecutar la comision como gran maestre interino de la órden, el ventajoso concepto que debo á su mucha bondad y los elogios que me concede por haber combatido fielmente por el trono de mi reina, por la constitucion que he jurado y por la libertad de mi patria, todo excita tambien mi reconocimiento hácia V. A. y mi deseo de que sea un hecho positivo su

juicio de que la paz interior de mi país contribuya á asegurar la neral de Europa.

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«Lo que más me congratula de la carta de V. A. es el que por tal conviccion, y animada de los sentimientos más amistosos hácia mi reina y mi nacion, la reina Victoria de Inglaterra me envie el cordon distinguido que V. A. me trasmite y ha puesto en mis manos el coronel Wilde; y no dudo de que apreciando justamente mi reina y mi patria el honor que se me dispensa como celoso defensor de sus derechos, se confirmará la buena inteligencia de ambas naciones, respetándose y queriéndose, como V. A. oportunamente dice, para su mútua prosperidad y lustre.

«Rindo tambien á V. A. las gracias por la sinceridad de sus votos en mi favor, y siempre los mios corresponderán á la distinguida señal de su aprecio, conservando la más grata memoria de la alta persona de V. A., y deseando ocasiones en que poder justificar mi cordial afecto y consideracion, con la que tengo el honor, señor duque, de aceptar su amistad y ofrecerme su más apasionado atento servidor Q. B. L. M. de V. A.-EL DUQUE DE LA VICTORIA Y DE MORELLA. »

La carta del ministro de la Guerra y las Colonias, lord John Russell, participando á Espartero su inscripcion en la órden militar del Baño, y la contestacion del conde-duque, estaban concebidas de esta

suerte :

«El lord John Russell al duque de la Victoria.-Londres 16 de julio de 1840.-Señor duque: He recibido órdenes de la reina para anunciaros que ha sido del agrado de S. M. el nombraros caballero honorario gran cruz de la muy honrosa órden militar del Baño. Al daros conocimiento, señor duque, de vuestro nombramiento al primer rango de esta órden distinguida, me apresuro á felicitaros por una prueba de favor por la que S. M. ha querido manifestaros el aprecio que hace de la nacion española y del más ilustre de sus guerreros.

«Aprovecho esta ocasion, señor duque, para ofreceros la seguridad de mi alta consideracion.-John Russell, ministro de la Guerra y las Colonias.-Á S. E. el duque de la Victoria.»>

<«<Excmo. señor lord John Russell.-Barcelona 25 de agosto de 1840. --Excmo. señor: He recibido la fina comunicacion de V. E. de 16 de julio, anunciándome haber sido del agrado de S. M. la reina de la Gran Bretaña nombrarme caballero honorario de la gran cruz de la muy honrosa órden militar del Baño. Agradezco debidamente la distincion honorífica con que vuestra soberana se digna favorecerme, manifestando así el aprecio que hace de la nacionn española y de mi

persona por haber tenido la suerte de consagrarme con utilidad en su servicio y el de mi reina.

«Quedo tambien reconocido á V. E. por la felicitacion que se sirve hacerme con este motivo, y que me proporciona ofrecer á V. E. mis respetos con la seguridad de mi alta consideracion.-EL DUQUE DE LA VICTORIA Y DE MORELLA.»

No es menos lisonjera la del ministro de negocios extranjeros, lord Palmerston, en la cual despues de mostrar un vivo interes por la nacion española, se tributan grandes elogios á Espartero. Decia así:

«El lord Palmerston al duque de la Victoria.-Oficinas de negocios extranjeros 11 de agosto de 1840.-Señor duque: Hallándose los reglamentos de la órden del Baño anejos al ministerio de lord John Russell, corresponde á él y no á mí el comunicaros que S. M. se ha dignado conferiros aquella muy honrosa y distinguida órden. Pero me ha cabido en suerte, como encargado de la direccion de las relaciones extranjeras de Inglaterra, participar oficialmente de las transacciones en el curso de las cuales habeis prestado tan grandes servicios y adquirido la elevada reputacion que han inclinado á S. M. á desear que vuestro nombre se añadiese á la lista de los hombres eminentes á quienes se ha conferido la órden del Baño; y creo, por lo tanto, considerareis muy natural que os dirija algunos renglones para manifestaros el placer que me causa el motivo que conduce al coronel Wilde á Barcelona.

«Mis deseos han sido que la influencia de Inglaterra se extendiese á ayudar al pueblo español en los esfuerzos que ha hecho por conseguir constitucionalmente su felicidad doméstica, como tambien la prosperidad nacional; he deseado ver á España ocupar de nuevo el lugar que la corresponde entre las primeras potencias de Europa, y seguir una política independiente y española; porque estoy persuadido que el poder y la prosperidad de España constitucional serán un elemento más de seguridad para la paz general de Europa, y debe contribuir á promover el progreso de la civilizacion por todo el mundo. Estoy igualmente convencido de que à medida que los verdaderos á intereses de la España dirijan su política, deben estrecharse más los vinculos que la unen con la Inglaterra, porque nuestros dos países se hallan ligados por intereses recíprocos tan importantes como son

numerosos.

«Con la más cordial satisfaccion, por lo tanto, he visto el triunfo completo y final de la causa de S. M. la reina Isabel; y por lo mismo me regocijo de que se me haya proporcionado esta ocasion de ofre

ceros, señor duque, las expresiones de mi aprecio hacia la persona de V. E.; pues que por vuestra perseverancia en las dificultades más extraordinarias, por la pericia y tino de vuestros planes, por el acierto y valor que habeis mostrado al ejecutarlos, y sobre todo por vuestra moderacion y generosidad en la victoria, habeis contribuido tan poderosamente al logro de un resultado tan grande como glorioso. «Tengo la honra de ser, señor duque, su muy fiel servidor.-Palmerston, ministro de negocios extranjeros.»

El duque de la Victoria contestó:

«Excmo. señor lord Palmerston.-Barcelona 25 de agosto de 1840. ---He tenido el placer de recibir de mano del coronel Wilde la muy favorecida carta de V. E. de 11 de este mes, con motivo de haberse dignado S. M. la reina Victoria de Inglaterra conferirme la honrosa y distinguida órden del Baño. Grande ha sido para la satisfaccion de haber alcanzado del gobierno de S. M. B. tan alta muestra de estimacion por los servicios que he prestado á mi reina y á mi patria; y para que nada faltase á ella, tiene V. E. la bondad de expresarme particularmente los sentimientos que le animan en mi favor, y que acojo lleno de gratitud.

«Es una verdad demostrada por los hechos que V. E. ha procurado la cooperacion de Inglaterra para ayudar los esfuerzos de la Espaǹa por conseguir constitucionalmente su felicidad. Pero el deseo que más honor hace á V. E. es el de que esta nacion ocupe de nuevo el lugar que le corresponde entre las primeras potencias de la Europa. Un deseo tan generoso, cuando las relaciones que sabiamente ha dirigido V. E. son el testimonio y la garantía de su sinceridad, no podrá ménos de hacer eco en el pueblo español, que no omite ningun sacrificio por volver al rango que llegó á tener, y por adquirir la independencia que demanda su patriotismo y exige la justicia.

«Yo no dudo que los vínculos que unen á España con Inglaterra serán duraderos y cada vez más estrechados; porque la buena armonía no puede ser alterada respetándose los derechos, siendo análogos los principios, guardándose las debidas consideraciones y concurriendo francamente, por medio de una politica justificada, á que los intereses respectivos se conserven y enlacen, sin que la dignidad nacional sea rebajada, y sin que falte la reciproca consecuencia que aleja la discordia.

«Durante mi mando he tenido ocasiones de persuadirme de que tal es la disposicion de la Inglaterra acerca de su aliada la España; y asi no puedo ménos de estar convencido de que V. E. en su alta posicion

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