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mado á la consulta, al contador le mandaron que dijese lo que habia pasado con Gonzalo Pizarro é sus capitanes, el cual respondió: Lo que yo tengo entendido que Gonzalo Pizarro quiere, é sus capitanes, es ser gobernador absolutamente en todo el Perú, desde Quito hasta Las Charcas, sin que en él haya otro que sea su igual, y si se lo contradijeren, matar á vosotros y poner la cibdad á saco; y esto es lo que yo entiendo, lo cual digo en tan breves palabras. Los Oidores le mandaron que asentase aquella respuesta en el libro de acuerdo é lo firmase de su nombre, é respondió que no lo haria en ninguna manera, porque despues, siendo sabido por Gonzalo Pizarro, le mataria, é que él era ley viva, é que siempre que le fuese mandado daria cuenta de lo que allí decia. Los Oidores, visto que Gonzalo Pizarro llegaba ya cerca y que no les era siguro compeler Agustin de Zárate, pasaron por su respuesta, é como ya hobiese llegado al puerto de la cibdad de Los Reyes la nave en que estaba el licenciado Vaca de Castro, parescióles que seria cosa provechosa para ellos ir á tomar su parescer, pues era del Consejo Real del rey nuestro señor é habia sido su gobernador é capitan general de todo el Perú; é así fué el doctor Tejada, que era uno de los Oidores, con el secretario Pero Lopez, adonde estaba, é le habló sobre aquel negocio, pidiéndole en nombre de todos parescer si seria cosa acertada, por excusar los daños que podian resultar de dar la gobernacion á Gonzalo Pizarro. Vaca de Castro, habiéndose cuerdamente, respondió palabras graves y breves, diciendo quel negocio era pesado é que para pensallo era menester tiempo. Que él se miraria en ello y daria la respuesta, y ansí estuvo firme sin se querer entremeter en aquello que los Oidores querian facer, y aunqu'el mismo licenciado Cepeda fué á hablarle sobre lo mismo, respondió equivocadamente, sin querer dar parescer en que era bien fecho, antes por sus palabras se colegia lo contrario. En este tiempo allegaron al pueblo de Pachacama el licenciado Benito Suarez de Carvajal é Pedro de los Rios, que venian á se juntar con el visorrey, é como supieron lo que pasaba, no poca pena recibieron é temieron ser muertos por Gonzalo Pizarro. E Pedro de los Rios habló á Gonzalo Martel de la Puente, su cuñado, para que fuese á encontrarse con él é procurase el perdon, é llegado Gonzalo Martel fácil cosa fué de acabar, porque tenia grande amistad con Pedro de los Rios por la antigüedad, é la cerca del Cuzco, adonde entrambos se hallaron.

CAPÍTULO LXXVII

Cómo de la cibdad de Los Reyes salieron algunos vecinos é otras personas á recebir á Gonzalo Pizarro, el cual iba con buena ordenanza caminando hácia ella.

Por la manera que hemos contado allegó Gonzalo Pizarro hasta la sierra de Pariacaca, y estaba muy contento en ver que sus negocios se hacian tan prósperos, que creia que sin dificultad podria haber el gobierno de las provincias, é qu' estando apoderado dellas, que seria fácil cosa de acabar con el rey que aprobando le inviase provisiones para que le rescibiesen por su gobernador; é siempre tomaba su parescer con el capitan Francisco de Caravajal, soldado muy antiguo en Italia y en otras partes, é muy entendido é de juicio muy vivo é de memoria muy clara, é que si tomara otro camino que fuera más derecho, cierto se contara por muy excelente varon; mas como de suyo fuese cruel é vicioso é mal cristiano, como el tiempo le diese ya aparejo deseaba el sanguinario empezar á derramar sangre é que por ser cruel su nombre en todas partes fuese temido. Este le aconsejaba que ya no era tiempo de piedad; antes, que si no le fuese enviada la provision de gobernador, matase á todos los que lo estorbasen é se apoderase del reino de la manera que pudiese, trayéndole muchos ejemplos de hombres poderosos que por fuerza de armas comprehendieron. gobernaciones é se quedaron con estados é reinos; é ansi, por consejo de Caravajal, Gonzalo Pizarro, dejando el real camino que va del valle de Jauja á Los Reyes, mandó marchar el campo por otro que se hacia á la mano siniestra, que iba a salir al valle de Pachacama, para por él allegar á la cibdad de Los Reyes, de donde como supiesen estar tan cerca salieron algunos vecinos é otras personas á le rescibir, é le facian grandes ofertas para le servir, prometiendo para ello sus personas é haciendas, dándole cuenta de lo que habia pasado é de cómo el visorrey era ido con Alvarez; y ansí, con buena órden que mandaba llevar abajaron al valle de Pachacama, é todo el carruaje que venia en su bagaje era llevado encima de los hombros de los tristes indios, que no pocos dellos murieron de cansados é quebrantados. Martin de Robles é su hermano Antonio de Robles tambien salieron á hacer reverencia á Gonzalo Pizarro y hicieron las ofertas y ofrescimientos que los demás, con toda instancia.

1 blanca.

CAPÍTULO LXXVIII

Cómo el maese de campo Francisco de Cararajal, por mandado de Gonzalo Pizarro fué á la cibdad de Los Reyes á prender y matar á los vecinos que del Cuzco habian venido.

En alguna manera podriamos compadescer el escrebir de las guerras ceviles pasadas, porque no obstante que en el reino, despues de la rota de las Salinas é desbarate de Abancay subcediese la muerte del 1 marqués, y don Diego usurpase el reino, eran todas pasiones particulares que rescrecieron de las que hobo entre los dos gobernadores, é despues, aunqu' el reino estuvo tiranizado é se rescrecieron algunas muertes hasta que se dió la cruel batalla en Chupas, no fueron tantas ni tan lamentables como serán de aquí adelante, de lo cual no rescibo poca pena en lo escrebir. Mario y el cruel Sila é Dionisio con otros tiranos fueron crueles con solamente sus enemigos; mas éste, ni daba la vida al enemigo ni perdonaba al amigo aunque el yerro fuese fácil é la culpa no grande 3, y cierto se rescibió en la cibdad de Los Reyes gran temor en ver que Francisco de Caravajal, sin culpa ni razon ninguna, de los ramos de un árbol fuesen por él ahorcados Martin de Florencia é Pedro del Barco é Pedro de Saavedra, como luego diré ó daré á entender con toda claridad; é lo que pasó es que como todos los que venian de la cibdad de Los Reyes, holgándose de ver á Gonzalo Pizarro junto á su cibdad, le nombraban gobernador, llamándole señoría, é como él otra cosa no desease, é ya desde Goamanga todos lo mismo le llamasen, deseaba que sin dilacion ni poner inconvinientes, los Oidores por via de Audiencia hiciesen el mismo nombramiento é le diesen provision para que lo pudiese ser, é como le avisasen que los Oidores no tenian tal propósito, aconsejado de su maestre de campo

1 viejo.- domésticas. Despues de la muerte del famoso tirano Cayo Jullio Cesar, concordados Otaviano Augusto, y Marco Antonio, é Lépido, é repartido entre ellos el mundo por la forma del triunvirato, usaron de aquella tan gran crueldad de la proscricion, adonde fueron muertos tantos varones consulares, y entrellos aquella lengua de sabiduría Marco Tullio Ciceron, é dice Suetonio y otros autores que traido á la cibdad de Roma é puesta en el Foro della su cabeza é mano derecha, fué grande el espanto que recibieron los romanos de lo ver, é no menos se.mas, é yo proseguiré, dejando aparte mi aflicion, lo comenzado. lo que subcedia.

Francisco de Caravajal é de otros capitanes suyos, acuerda que con temores que resciban de ver muertos á algunos de los qu' ellos tenian por odiosos, viniesen á complir su desco, é como al tiempo que Gonzalo Pizarro saliese de la gran cibdad del Cuzco con la facinerosa empresa que traian, se huyesen della Gabriel de Rojas, é Garcilaso de la Vega, é Jerónimo de Sória, é Jerónimo Costilla, é de la cibdad de Arequipa Luis de Leon, é despues el licenciado Caravajal, é Martin de Florencia con otros, acuerda que Francisco de Caravajal vaya con otros á la cibdad de Los Reyes y entrando en ella á la primera vigilia de la noche los prenda á todos los más que pudiere haber é los mate sin tener misericordia ni piedad, é qu'el capitan Pedro de Puelles con algunas lanzas fuese á correr el campo, hasta entrar dentro en la cibdad, é mirando cómo estaba la gente della se volviese á le dar aviso; é porque acertase Caravajal á dónde posaban todos los que habia de prender, llevó por guia á Antonio de Robles, porque desto queria servir; mas Dios, como es tan justo, le dió el pago con ser muerto como la historia dirá adelante. Quieren tambien decir que Martin de Robles, su hermano, fué á lo mismo, é yendo el cruel de Caravajal acompañado de algunos arcabuceros fué para la cibdad, y entrando en ella con la escuridad de la noche, que otra claridad no habia que la que mostraban el claro y muy sereno cielo que en aquella region jamás las nubes no engrosan con su escuridad, antes está sereno é tan hermoso que hasta agora en el mundo no se sabe que en ninguna region sea tan excelente. Allegado á la cibdad, Caravajal, fué á prender al capitan Garcilaso é á Gabriel de Rojas, é por aviso que tuvieron huyeron, é yendo donde estaban Machin de Florencia, é Pedro del Barco, vecino del Cuzco, fueron presos, é lo mismo Luis de Leon, vecino de Arequipa; é Jerónimo Costilla salió huyendo de la cibdad con pensamiento de se ir á juntar con el visorrey, é tambien huyó Jerónimo de Sória é Gaspar Gil, é como Caravajal no los pudiese haber á la mano, le fueron robados todos sus dineros é haciendas, é á Garcilaso é á ellos le fué quitada la encomienda que tenian de indios, é pasaron por grandes trabajos; é toda la cibdad andaba alborotada é los vecinos estaban temerosos no fuese robada la cibdad é sus mujeres forzadas, aunque yo no sé el pensamiento de todos qué tal era. Tambien se prendió el capitan Vasco de Guevara y otros algunos, entre los cuales fué Manjarrés.

CAPÍTULO LXXIX

De cómo fueron ahorcados Machin de Florencia é Pedro del Barco é Pedro de Saavedra, é de cómo el capitan Pedro de Puelles, allegado á la cibdad, dió la vuelta á juntarse con Gonzalo Pizarro.

Por la manera que habemos contado fueron presos Machin de Florencia é Pedro del Barco, hombres que mucho habian servido en conquistas y en otras guerras al rey nuesro señor é que no eran dignos de ser muertos tan cruelmente; mas en tiempo de tiranos los buenos é virtuosos padescen é los inquietos é de ruines mañas se sustentan, hasta que Dios con su castigo les da el pago que los facinerosos merescen. Tambien fué preso Pedro de Saavedra, é despues que Caravajal, ansí á ellos como á los que se huyeron hubo robado lo que tenian, que no era poco, fué á la cárcel y llamando á Pedro del Barco, y á Machin de Florencia, y á Manjarrés, y á Luis de Leon, para que los llevasen á matar, despues de haber usado con ellos de una gran liberalidad, que fué, sabido que habian de morir, dar lugar que fuesen confesados, Manjarrés, mirando agudamente que para salvar la vida no tenia otro remedio sino cebar con el dinero, qu'es anzuelo para coger á los codiciosos, y la cobdicia insiaciable de Caravajal no era poca, llamólo con grande humildad y metiéndole por debajo la ropa dos pedazos de oro que valian poco menos de dos mil pesos, le dijo: Señor capitan, sea eso para guantes, y vuestra merced se acuerde de mi. Caravajal, como sintió lo que era, sin pensar ni más oir dijo: Metan allá al señor Manjarrés y saquen á Pedro de Sayavedra, el cual hasta entonces no lo pensaba matar, y el oro de Manjarrés fué parte para dalle á él la vida y al otro la muerte; y ansí, sin más pensar salió con ellos fuera de la cibdad á ponerse junto á un árbol que cerca della estaba, donde tenia pensado que los tristes hobiesen fin, é cuando allegó al árbol ya el dia habia salido y Pedro de Puelles venia, el cual, como emparejase con el maestre de campo, con grandes risas dijo: Ea, buenos caballeros, corred el campo é no pareis aquí, que embarazais á estos caballeros en el camino que han de llevar; y ellos, que la misma intencion tenian que él, pasaron sin nada les decir, é despues de haber confesado los hombres sin culpa, mandó el verdugo que todos cuatro, de cuatro sogas quedasen allí sepultados. Luis de Leon tenia un hermano que andaba en servicio de Gonzalo Pi

zarro, y por intercision deste se le dió la vida, é los demas, dadas á sus gargantas las vueltas de las sogas, fueron muertos, é la nueva fué á la cibdad de Los Reyes y puso tan grande espanto que causó tanto temor que algunos quisieron desamparar la cibdad, é sin tiento se preguntaban unos á otros ¿qué crímen habian cometido por donde meresciesen ser muertos? y en conclusion, aquel dia fué de juicio y de grande aflicion. Pedro de Puelles con sus compañeros entró en la cibdad, diciendo él y ellos muchas veces: ¡Viva por muchos años, viva el gobernador Gonzalo Pizarro é andando paseando por la cibdad, allegados á las casas de Maria d'Escobar, aposento del licenciado Cepeda, viéronlo estar armado con una cota, pensativo y el rostro muy triste, porque no poco estaba arrepentido de lo pasado. Pedro de Puelles se volvió adonde estaba Gonzalo Pizarro. E Caravajal mandó poner en los cuerpos de los muertos rétulos que decian: Por amotinadores; y Gonzalo Pizarro envió al Cuzco á mandar que le inviasen la hacienda de Pedro del Barco Ꭹ la de Martin de Florencia, que no era poca, aunque despues se fizo en Paria almoneda de los bienes de Pedro del Barco, la cual valió pasados de cient mill escudos.

CAPÍTULO LXXX

Cómo los Oidores, con parescer de los obispos de Lima é Quito é de otras personas, acordaron de nombrar á Gonzalo Pizarro por gobernador é le dieron provision dello.

Público era en la cibdad de Los Reyes por todos los que en ella estaban Gonzalo Pizarro querer la gobernacion con achaque que le pertenescia por la cláusula del testamento. del marqués su hermano. El licenciado Cepeda é los Oidores, al tiempo quel visorrey fué preso creyeron quel campo suyo luego fuera deshecho é que todas las provincias del reino fueran gobernadas por el Audiencia, é Cepeda siendo Presidente lo ordenaria todo á su voluntad; é como las cosas hobiesen subcedido de otro arte qu' ellos pensaron, é viesen que Gonzalo Pizarro con tanta desvergüenza hobiese llegado á la cibdad de Los Reyes é sin justicia muertos aquellos vecinos, é que los qu'estaban en la misma cibdad salian á le servir no haciendo caso dellos, é que si se querian poner en resistencia no eran bastantes, é que ya Pizarro por ninguna via queria dejar de haber el gobierno, é no embargante que el licenciado Vaca de Castro no quiso dalles sobrello su parescer, acordaron de tomallo de los obispos

é oficiales del rey y facer lo qu'estos les aconsejasen, é así, á pedimiento de los Oidores se juntaron el obispo de Los Reyes don Jerónimo de Loaysa, é don Juan Solano, obispo del Cuzco, é don Garci Diaz, electo obispo del Quito, é fray Tomas de Sant Martin, provincial de los dominicos, é Agustin de Zárate, contador de cuentas, y Alonso Riquelme, tesorero de Su Majestad, é García de Saucedo, su veedor, é Juan de Cáceres, su contador; é juntos todos estos perlados é oficiales é los Oidores Tejada é Zárate, Cepeda habló en esta manera: que por ser negocio que tanto importaba al servicio de Su Majestad, habia con toda humildad interrogado quisiesen juntarse con él y con los demás Õidores para tratar lo que se habia de hacer sobre lo que Gonzalo Pizarro pedia, pues los negocios estaban en términos muy diferentes de lo que al principio se creyó, é Gonzalo Pizarro buscaba ocasion para tiranizar las provincias; que cada uno dijese su parescer é despues se escogiese el mejor camino é por donde Su Majestad no fuese deservido; é dichas estas palabras por el licenciado Cepeda, trataron sobre aquel negocio, é no embargante que se habló en la desvergüenza con que Gonzalo Pizarro venia, é las muertes é prisiones que habia hecho, é que para poner freno á su osadia era nescesario darle la gobernacion, si yo tengo de decir la verdad, lo deseaban é le favorescian, é ansí por votos se vino á resumir el acuerdo en que se le diese la gobernacion con que hiciese pleito homenaje de la dejar siempre y en todo tiempo que por Su Majestad le fuese mandado, y en el libro del acuerdo se asentaron los votos y paresceres de los perlados y oficiales, los cuales fueron, dejando aparte las causas é inconvinientes que ponian, que fuese gobernador, é lo firmaron de sus nombres; é yendo á firmar el licenciado Zárate delante del secretario Pero Lopez é Simon de Alzate, escribano, dijo mirando contra los que estaban en la congregacion: Escribanos, dadme por testimonio cómo juro á Dios y á esta cruz que firmo esta provision de miedo é porque no me maten, porque yo no tengo poder para echar tal firma, é todos me sean testigos de lo que digo. Lo cual oido por el doctor Lison de Tejada, dicen que dijo: Dalda acá, que yo no la firmaré de miedo; y firmó. y cuando iba á firmar el licenciado Cepeda, dicen tambien que dijo que lo firmaba tambien de miedo; lo cual acabado, la consulta se deshizo y cada uno se fué á su casa.

1 mayor.

CAPÍTULO LXXXI

En que se contiene la provision que dieron los Oidores á Gonzalo Pizarro de gobernador del Perú, la cual se apregonó despues de le haber recibido tal. por

Como se hobiese determinado de dar título de gobernador á Gonzalo Pizarro, no embargante que á los Oidores y á los más que se hallaron en las juntas y congregaciones les pesase y viesen que era añidir maldad á maldad, é que Su Majestad no les dió poder para que elegiesen gobernador, sino para que quitando los que habia la tierra estuviese libre, y ellos como Oidores é Presidente, siendo número de cuatro, representase un cuerpo el cual tuviese un sonido que era su nombre y apellido real, de tal manera que ninguno osase, sin temor de Dios ni suyo, irse á rienda suelta tras su cobdicia para que mediante la gran insaciabilidad della fuesen hechos tanctos insultos y muertos tantos indios por roballes lo suyo, é si lo hiciesen que lo castigasen con toda severidad; mas viendo cuán poca parte eran, hobieron de conformarse con la voluntad del tirano, aunque fué gran menoscabo dellos, porque en lo que toca al rey, en la hora que tuvieron atrevimiento para prender á su visorrey no tuvo en nada su hecho, ni su autoridad real rescibió deservicio, pues está claro si como estaba en Alemania gozando de sus trofeos estuviera en Lima, ni Gonzalo Pizarro fuera gobernador ni aun se levantara su ánimo á ser más que un particular; y al fin, visto que se habia de hacer, despues de haber dado una peticion algunos procuradores, diz que en nombre de las cibdades ordenaron la provision que aquí se pone, la cual ni tuvo vigor ni fué sino para engañar el tirano á los simples; el tenor de la cual es este que se sigue:

DON CARLOS, por la divina clemencia emperador semper augusto, rey de Alemania; Doña Juana su madre, y el mismo Don Cárlos, por la misma gracia reyes de Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Cecilias, de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Múrcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las islas Canarias, de las Indias, islas é tierra firme del mar Oceano; condes de Barcelona, señores de Vizcaya é de Molina, duques de Aténas y de Neopatria, condes de Ruisellon é de Cerdania, marqués de Oristan é de Go

ano, archiduque de Austria, duque de Borgoña é de Brabante, conde de Flandes é de Tirol; por cuanto por parte de los procuradores de las cibdades y villas destos reinos, contenidos en una peticion que ante el nuestro presidente é Oidores de la Audiencia Real que reside en los dichos reinos del Perú fué presentada, nos fué hecha relacion que bien sabiamos la junta de gente y alteracion que en los dichos reinos ha habido ansí despues que Blasco Nuñez Vela vino por visorrey á ellos, y que no se podia refrenar la disolucion de la dicha gente, por ser belicosa, si no hobiese persona que la tuviese debajo de órden y regla y á quien tuviesen respeto é acatamiento, de lo cual se sigueria que la dicha nuestra Real Audiencia no fuese tenida en la veneracion que se requiere, ni nuestra justicia fuese ejecutada, ni las personas y haciendas de los vecinos destos reinos tuviesen la seguridad que se requiere; por todo lo cual y por otras muchas razones contenidas en la dicha peticion, convenia proveer gente é capitan general que hiciese y ejecutase lo susodicho é todo lo demás que los otros gobernadores que han sido destos reinos suelen y acostumbran ejercer y ejecutar, por lo cual ninguna persona de presente ocurria que mejor y más fácilmente y con mayor contentamiento destos dichos reinos pudiese administrar el dicho. cargo que era Gonzalo Pizarro, que al presente es procurador general dellos, ansí porque por haber sido conquistador es muy amado generalmente de todos los vecinos y gente de guerra y siempre ha mostrado muy gran celo á nuestro servicio y á la ejecucion de la nuestra real justicia y acrescentamiento de nuestra real hacienda; de como por el respecto y veneracion que comunmente se le tiene por ser hermano del marqués don Francisco Pizarro, que con su buena industria y ventura descubrió é conquistó esta tierra, de cuya riqueza hemos sido tantas veces socorrido en las nuestras nescesidades; por ende, que nos suplicaban é pedian por merced mandásemos proveer el dicho cargo de gobernador y capitan general al dicho Gonzalo Pizarro hasta tanto que siendo yo el rey consultado sobrello provea é mande lo que á nuestro servicio convenga, porque si se hobiese d' esperar la dicha provision sin proveerlo, en el entretanto subcederian muy grandes inconvinientes y toctal destruicion destos reinos; 6 que sobrellos proveyésemos como la nuestra merced fuese servido; lo cual, visto por los dichos nuestro presidente é Oidores, é comunicado é praticado con los perlados destos reinos y con

otras personas de letras y conciencia, y con los oficiales de nuestra real hacienda y otros criados nuestros que se presume que ternán á nuestro servicio el celo y respecto que nos tienen jurado y prometido, fué acordado que debiamos mandar dar esta nuestra carta para vos en la dicha razon, y nos tovímoslo por bien, é por la presente, acatando, demás de lo susodicho, los buenos y leales servicios hechos á nuestra corona real por el marqués don Francisco Pizarro, ya difunto, primer descubridor é conquistador desta tierra, y quel dicho Gonzalo Pizarro nos ha servido en ella, y esperando que así lo continuará de aquí adelante, le hacemos é nombramos nuestro gobernador é capitan general para que lo use segun é de la manera que lo usó y ejerció é pudo usar y ejercer el dicho marqués don Francisco Pizarro su hermano y los otros nuestros gobernadores que han sido en estos dichos nuestros reinos, hasta tancto que siendo yo el rey informado del estado dellos provea é mande lo que á nuestro servicio convenga; y mandamos á todos los Consejos, alcaldes, regidores, caballeros, escuderos, oficiales, homes buenos, y á los capitanes gente de guerra destos dichos reinos, que hecho por el dicho Gonzalo Pizarro el juramento é solenidad que por los otros nuestros gobernadores se suele y acostumbra hacer, le hayan y reciban y tengan por tal nuestro gobernador y capitan general dellos hasta tancto que otra cosa proveamos y mandemos, segund dicho es, y le guarden y hagan guardar todas las honras, gracias y mercedes, franquezas, libertades, prerrogativas é inmunidades que por razon del dicho oficio le deben ser guardadas, y mandamos al dicho Gonzalo Pizarro que guarde y haga guardar todas las cédulas é instruciones é otros mandactos nuestros, particulares é generales, dirigidos por nós al dicho marqués su hermano y á los otros gobernadores que han sido destos dichos reinos, cerca de la conservacion de los naturales y de la administracion de la justicia é de la buena gobernacion dellos, bien ansí como si á él fueran dirigidas; para lo cual y para todo lo que dicho es, por esta nuestra carta le damos poder complido con todas sus incidencias y dependencias, anexidades y conexidades, y los unos ni los otros no fagades ni fagan ende al por alguna manera, so pena de la nuestra merced é de cada diez mill pesos de buen oro para la nuestra Cámara é fisco. Dada en la cibdad de Los Reyes á veinte é un dia del mes de Noviembre de mill é quinientos é cuarenta é cuatro años. Yo, Pero Lopez, escribano de Cámara de sus cesáreas católicas majestades,

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