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ADVERTENCIA

Al continuar en la NUEVA BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES la colección de Historiadores de Indias comenzada en la de Rivadeneyra, podía haber seguido uno de dos criterios: el de dar preferencia á libros de reconocido mérito literario, aunque fuesen accesibles á los lectores en varias ediciones, ó el de elegir otros de no pequeño valor intrínseco, que, por hallarse inéditos ó ser ya de bastante rareza, se hallan al alcance de pocas personas. El segundo criterio me ha parecido más razonable por ahora, pues creo que la NUEVA BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES no debe publicar solamente obras cuya principal excelencia consista en la belleza de la forma, sino también aquellas cuya importancia radique en su contenido (1), en la riqueza de noticias que aporten para que más adelante un genio de la Historia reconstruya el pasado. Por tal motivo, si los dos volúmenes ya impresos hallan benévola acogida en los lectores, incluiré en sucesivos tomos las más notables relaciones históricas de América impresas durante los siglos XVI, xvII y XVIII, y luego no reproducidas, que andan en pliegos sueltos ó en folletos, de difícil adquisición, y fragmentos de las Crónicas de Ordenes religiosas (*), escogiendo las más importantes y de las que no haya edición moderna.

Respecto á los libros que he publicado en estos dos primeros volúmenes, me limitaré á breves indicaciones, pues el tercero, que, Dios mediante, se comenzará á imprimir en el otoño próximo, contendrá un amplio estudio del P. Las Casas (3), donde analizaré con detenimiento las afirmaciones históricas que hizo en sus obras, especialmente en la Apologética, en la Historia y en la Destruición de las Indias; y como quiera que hay mucho por averiguar y decir de los restantes cronistas del Nuevo Mundo en el siglo XVI, procuraré estudiarlos lo mejor que pueda, utilizando para ello, á

) A este criterio obedece el que la NUEVA BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES ofrezca publicar, según el plan de su sapientísimo Director, Tratadistas de metodología y crítica históricas, Escritores científicos, Escritores políticos de los siglos XVI y XVII y Tratadistas de Arte militar.

(2) Esto es, quitando las prolijas consideraciones morales y religiosas que suelen contener y dejando la parte histórica.

Creo de gran utilidad vulgarizar algunas de estas Crónicas, porque á más de la riqueza de su contenido son libros raros y aun rarísimos.

(3) Uno de los capítulos que ya tengo escritos lo publiqué en la Revista de Archivos del año 1907, con el título de Doctrinas psicológicas de Fr. Bartolomé de Las Casas.

más de los libros impresos relativos al asunto, cuanto halle de valor en las bibliotecas públicas de Madrid, en los Archivos de Indias y de Simancas y en otros Establecimientos.

A fin de que los lectores conozcan las fuentes que me han servido para publicar los tomos primero y segundo de Historiadores de Indias, diré que la Apologética se ha copiado, hasta con las enmiendas de su autor, que van en forma de notas, del manuscrito ológrafo que posee la Real Academia de la Historia, dejando al final diez capítulos con la misma ortografía del original, para que algún curioso filólogo pueda estudiar la del P. Las Casas.

Una buena parte de la Apologética era ya conocida desde que el Sr. Fabié incluyó bastantes capítulos de ella como apéndice á la Historia de las Indias (1) del mismo autor, y D. Marcos Jiménez de la Espada entresacó veintisiete, no todos íntegros, referentes al Perú (2).

He juzgado conveniente dar á conocer la Apologética en su totalidad, pues, á más de su valor histórico, es la obra del P. Las Casas en que mejor se ve el pensamiento filosófico, la cultura y la psicología individual del celoso panegirista y defensor de los indios.

De la Guerra de Quito, por Cieza de León, imprimió ya el Sr. Jiménez de la Espada los cincuenta y tres primeros capítulos (3), y se proponía hacer lo mismo con toda la obra, pero no llegó á realizarlo; y como Cieza es uno de los cronistas de Indias más concienzudos y veraces, reproducimos íntegro dicho libro conforme al manuscrito que existe en la Biblioteca del Real Palacio (*).

El manuscrito de la Jornada del río Marañón, por Toribio de Ortiguera, se halla en la Biblioteca Nacional, es contemporáneo del autor y, á juzgar por su ortografía, parece copiado en América.

Teniendo en cuenta que de la análoga Jornada de Omagua y Dorado, atribuída á Francisco Vázquez y publicada por los Bibliófilos españoles, se hizo una tirada relativamente corta, la hemos incluído en el segundo volumen.

La Descripción del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile, de Fr. Reginaldo de Lizárraga, ha sido, no ha mucho, dada á luz por el erudito limeño D. Carlos A. Romero ("); desgraciadamente, fué copiado el texto, no del manuscrito original, que se con

(') Colección de documentos inéditos para la Historia de España, tomo LXVI.

(2) De las antiguas gentes del Perú, por el P. Fr. Bartolomé de Las Casas.-Madrid, tipografía de M. G. Hernández, 1892.-LIX-290 págs. en 8.o

(3) Tercero libro de las guerras civiles del Perú, el cual se llama la Guerra de Quito, hecho por Pedro de Cieza de León, Coronista de las cosas de las Indias, y publicado por Marcos Jiménez de la Espada. -Tomo I.-Madrid, imp. de M. G. Hernández, 1877.-CXIX-176-120 páginas en 8.o

(') Lo describió el Sr. Jiménez de la Espada en las págs. CX á CXIV del mencionado libro.

(5) Descripción y población de las Indius, por Fr. Reginaldo de Lizárraga, dominico, obispo de la Concepción y del Paraguay, publicada en la «Revista del Instituto Histórico del Perú», con un prólogo y noticia biográfica del autor, por Carlos A Romero.-Lima, 1908.— VIII-209 págs. en 4.o

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serva en la Biblioteca universitaria de Zaragoza ('), sino de un pésimo compendio, con título de traslado fidedigno, hecho en el año 1735 por el amanuense José Tobed para D. Andrés González de Barcia; copia que hoy pertenece á la Biblioteca Nacional (2) y que, especialmente en el libro segundo, lleva mutilado el texto de casi todos los capítulos (3), como echará de ver quien compare la presente edición con la de D. Carlos A. Romero.

(1) Es un volumen en 4.o; su letra, de comienzos del siglo xvi1; el libro primero consta de 469 páginas y el segundo de 532. La última página de ambos es autógrafa del P. Lizárraga. Al principio lleva una nota que dice:

«En 15 de octubre de 1735 se empezó á copiar este tomo y se concluyó á 3 de noviembre del mismo año, y la copia se hizo á petición del señor D. José Manuel de Gaspar y Segovia, Fiscal de esta Real Audiencia, por encargo que á éste le hizo el muy ilustre señor D. Andrés González de Barcia, Consejero del de Castilla, y la copia la sacó José Tobed.-Fr. Baltasar de Ayessa, Bibliotecario.»

(2) Libro que el reverendísimo Fr. Balthasar de Obando compuso siendo Obispo de la ziudad Imperial, del reino de Chile, Relixioso del Convento de Santo Domingo. Año 1605.

En folio; 158 hojas útiles (308 páginas numeradas); portada y hojas en blanco al principio y al fin; cubiertas de pergamino. Signatura antigua, J.-41; moderna, núm. 2.934.

Al final hay la nota siguiente: «Se advierte que el autor de esta leyenda se llama Fr. Baltasar de Obando por su nombre de pila; pero en la religión, desde que tomó el hábito, le pusieron Fr. Rexinaldo de Obando y así se llamó hasta su muerte, por haverle mudado el nombre su Provinzial, como lo executó con todos los que en su tiempo tomaron el hábito en el convento de Santo Domingo de la ciudad de los Reyes, como más por extenso se ajusta del capítulo XIX del libro II, y escrivió esta obra el año de 1605, según se evidencia del capítulo III de dicho libro II.

>>>Concuerda este escrito con el libro original, de donde se sacó el año de 1735, que está archivado en la librería de San Lázaro de la ciudad de Zaragoza, por mandado del señor D. Joseph Manuel de Gaspar y Segovia, siendo Fiscal de la Real Audienzia de este reyno de Aragón en dicha ziudad.-Pedro Mato.>>

(3) A veces, el amanuense Tubed falsea por completo la idea del original, y pone disparates como éste (libro II, cap. IX): «fué un hombre el dicho Marqués de Cañete, que por haber injuriado un hijo suyo de palabras á indios de aquel valle, estuvo para cortarle la cabeza, y fué menester mucho para haberlo de templar». El texto original da una relación muy distinta: «Don Francisco de Mendoza, que dijimos haber venido despachado por el Marqués para Don Pedro de Cabrera, llegado á Piura hizo no sé qué liviandad de caballero gentil hombre y cortesano, la cual en desembarcando el Marqués se la dijeron; sintiólo mucho, y luego propuso de lo embarcar para España, y lo tractó ó amenazó lo había de hacer». Refiere luego la intercesión de D. García de Mendoza en pro del delincuente, y la memorable sentencia con que le replicó su padre el Virrey: «Por vida de la Marquesa, que si como Don Francisco hizo esta villanía la hicieras tú, del primer árbol te dejara ahorcado. No traigo yo hijos, deudos, ni criados, para que agravien al menor indio del mundo, cuanto menos á ningún hombre honrado y vecino, sino para que los sirvan, agasajen y honren.»

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APOLOGETICA HISTORIA SUMARIA

CUANTO A LAS CUALIDADES, DISPUSICION, DESCRIPCION,

CIELO Y SUELO DESTAS TIERRAS, Y CONDICIONES NATURALES, POLICÍAS, REPÚBLICAS, MANERAS DE VIVIR E COSTUMBRES DE LAS GENTES DESTAS INDIAS OCCIDENTALES Y MERIDIONALES,

CUYO IMPERIO SOBERANO PERTENECE

Á LOS REYES DE CASTILLA.

ARGUMENTO DE TODA ELLA

La causa final de escrebilla fué cognoscer todas y tan infinitas naciones deste vastísimo orbe infamadas por algunos, que no temieron á Dios, ni cuánto pesado es ante el divino juicio infamar un solo hombre de donde pierda su estima y honra, y de allí le suceda algun gran daño y terrible calamidad, cuanto más á muchos, y mucho más á todo un mundo tan grande, publicando que no eran gentes de buena razon para gobernarse, carecientes de humana policía y ordenadas repúblicas, no por más de por las hallar tan mansas, pacientes y humildes, como si la Divina Providencia en la creacion de tan innumerable número de ánimas racionales se hobiera descuidado, dejando errar la naturaleza humana, por quien tanto determinó hacer y hizo, en tan cuasi infinita parte como esta es 1 del linaje humano, á que saliesen todas insociales, y por consiguiente, monstruosas, contra la natural inclinacion de todas las gentes del mundo, no permitiendo que yerre así alguna especie de las otras corruptibles creaturas, sino alguna por maravilla de cuando en cuando. Para demostracion de la verdad, que es en contrario, se traen y copilan en este libro (referida primero la descripcion y calidades y

felicidad de aquestas tierras, y lo que pertenece á la geografía y algo de cosmografia) seis causas naturales que comienzan en el cap. 22, conviene á saber, la influencia del cielo, la dispusicion de las regiones, la compostura de los miembros y órganos de los sentidos exteriores é interiores, la clemencia y suavidad de los tiempos, la edad de los padres, la bondad y sanidad de los mantenimientos; con las cuales concurren algunas particulares causas, como la dispusicion buena de las tierras y lugares y aires. locales de que se habla en el cap. 32. Item otras cuatro accidentales causas que se tractan en el cap. 26, y éstas son la sobriedad del comer y beber, la templanza de las afecciones sensuales, la carencia de la solicitud y cuidado cerca de las cosas mundanas y temporales, el carecer asimesmo de las perturbaciones que causan las pasiones del ánima, conviene á saber, la ira, gozo, amor, etcétera. Por todas las cuales, ó por las más dellas, y tambien por los mismos efectos y obras destas gentes, que se comienzan á tractar en el cap. 39, se averigua, concluye y prueba haciendo evidencia, ser todas, hablando à toto genere, algunas más y otras muy poco menos, y ningunas expertes dello, de muy buenos, sotiles y naturales ingenios y capacísimos entendimientos; ser asimismo

1 sobriedad en el comer.

1 estas son.

H. DE INDIAS. -1

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