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que viven, señaladamente en los animales, son lo húmido y cálido proporcionado, y más tiempo viven los hombres y animales, y tambien las plantas, en las regiones cálidas que en las frias, cæteris paribus, porque lo cálido en estas regiones tales abriga y conforta lo húmido, pero en las frias el húmido congela y espesa y amortigua y aun mata lo cálido. Pues como todas estas tierras destas Indias, por la mayor parte, sean por el húmido y cálido, y por las otras muchas calidades de suso expresas, temperatísimas, todas y por la mayor parte naturalmente han de ser y son de necesidad sanísimas; desto se ha necesariamente de seguir que todas las gentes, naturales vecinos y habitadores dellas, naturalmente son de larga vida. Así lo dice Aristóteles en el libro De longitudine et brevitate vitæ, párrafo último, que comienza: quidam homines longe, etc, y Sancto Tomás allí tambien lo sigue donde dice que aquellos hombres ó gentes son de vida más larga que otros, que viven en tierras que son cálidas y húmedas, ó templadas en ambas á dos calidades, y en las cálidas más que en las frias; luego las gentes destas Indias son naturalmente de larga vida, Item, los que han de vivir mucho, segun el mismo Filósofo, no deben abundar en muchas superfluidades, porque la superfluidad tiene fuerza de contrario; pues los indios, como está probado, no tienen superfluidades, sino solamente toman deste mundo lo necesario, luego son de larga vida. Item, los hombres templados en el uso venéreo con sus mujeres son de más larga vida que los dados mucho á aquel vicio, porque éstos son de muy poca vida, porque se les deseca la virtud del húmido y así se consumen, y por consiguiente se envejecen y mueren más presto; y pone ejemplo el Filósofo en los gorriones, que no viven por esta causa dos años, y siempre menos que las hembras; pues los indios son moderados, como dejimos en el capítulo... en esto, luego son naturalmente de larga vida, y bien se confirma por las grandes multitudes que hallamos de gentes, y muchas personas muy viejas, como ya dejimos. Lo dicho todo es tambien de Alberto Magno, en el libro De morte et vita, tratado II, capítulos 6., 7., 8.° y 9.o, y en el De natura loci lo toca en muchas partes. Luego los tres susodichos inconvenientes, cuarto y quinto y séptimo, no han lugar ó no tienen tanta fuerza ó eficacia en las gentes destas partes, aunque no sean los padres de los que nacieren de tanta edad como convernia, y, por consiguiente, no por eso dejarán las gentes destas tierras de ser de buenos entendimientos para pro

ducir actos racionales é intellectuales. El octavo tampoco terná eficacia para dejar de parir las muchachas puesto que de poca edad se casen, lo cual, que sea así, la experiencia que con los ojos tenemos habida sea la probanza, pues hallamos, como dije, esta Isla é islas y toda esa vastísima Tierra Firme tan frecuentada y plenísima rebosando de mortales; porque cuasi es de las mujeres destas tierras lo que dice el Filósofo, en el libro de De admirandis natura auditis, cap. 70. de las mujeres de Humbría, provincia de Italia, parte de Tuscia, y es en el Florentinado: habla, conviene á saber, que son muy fetosas 6 abundosas en los partos y de cada parto paren muchos, y parir uno solo las acaece muy raro. Y esto baste para cumplir con la causa quinta que suele ó puede concurrir con otras para que los hombres sean bien intellectivos.

1

Cuanto á la sexta y última 1, de la cual presto nos queremos expedir, diremos que, aunque los manjares destas gentes comunmente no sean favorables al entendimiento, de sí mismos, por ser raíces y legumbres y otras cosas muy terrestres, ó que tienen mucho de terrestridad, pero contra este inconveniente se provee con mucha templanza y abstinencia que en sus comidas ordinarias (como en el cap. 34 2 se dijo) tienen, y otras muchas cualidades que segun por lo mucho que se ha referido se puede colegir les favorecen. Y con esto concluimos las seis causas naturales, universales y particulares que pueden y suelen concurrir, ó algunas dellas, para poner tales disposiciones en los humanos cuerpos, que las ánimas que en ellos se infunden sean de mucha natural nobleza, y, por consiguiente, de sotiles y altos entendimientos, como arriba en el capítulo 22 parece.

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Por todas las susodichas causas seis naturales, y por otras accidentales que se introdujeron hablando de aquéllas, queda, si no me engaño, asaz evidentemente probado ser todas estas indianas gentes, sin sacar algu na, de su mismo natural, comun y muy generalmente, de muy bien acomplixionados cuerpos, y así dispuestos y bien proporcionados para recibir en sí nobles ánimas y recibirlas con efecto de la divina bondad y certísima Providencia, y por consiguiente, sin alguna duda, tener buenos y sotiles entendimientos, más ó ménos menores ó mayores, segun más ó ménos causas de las seis susodichas en la generacion de los cuerpos humanos concurrieren.

'desta.-2 101.3 89.- por la mayor parte.

CAPÍTULO XL

Donde se continúa probando lo mismo que en el capítulo precedente.

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Probado hasta aquí que estas indianas gentes son de su naturaleza de buenos entendimientos por las causas naturales, de aquí adelante quiero probar y demostrar serlo asimismo por sus manifiestos propios efectos. Estos 2 no pueden proceder sino de sotiles ingenios y muy buenos entendimientos, uno de los cuales y muy principal es la política y regimiento que tenian entre sí, el cual manifiesta su prudencia é ingenio, y actos de buenos 3 juicios y de hombres tan bien como otras razonables gentes entendidos. Pero porque la gobernacion y regimiento político y prudencia con que se rige presupone á la gobernacion y regimiento económico. que es el de la casa y á la prudencia con que se rige, y esta gobernacion económica presupone á la monástica, que es la gobernacion de cada un hombre y á la prudencia con que se rige, veamos primero que de la política hablemos cómo los indios de estas tierras se habian en las dos primeras; y así veremos cómo se proveian y gobernaban, ó se habian en el regimiento de sí mismos, que se llama monástica, quasi gobernacion de uno, y en la doméstica ó paternal ó económica, en lo que concierne al entendimiento y uso de razon, y despues tractaremos cómo se habian y sustentaban antes que viniésemos los españoles en la de la ciudad ó política. Para mayor entendimiento de todo lo que se ha de decir, es bien presuponer, segun el Filósofo en el 6. de las Ethicas, y Sancto Thomas en la Prima secundæ, cuestion 67, y en otras muchas partes, que el fin de las virtudes morales es el bien humano, y este bien humano es vivir el hombre segun razon cada uno, segun el estado que tiene y segun lo que pide y requiere aquel estado. El cual fin no lo ponen de nuevo los hombres, sino que el Hacedor de la naturaleza imprimió en nuestra razon práctica ciertos principios naturalmente claros, y notas que nadie puede ignorarlas por la lumbre que tiene cada uno en su ánimo, que es el entendimiento que llaman agente, si naturalmente no es ligado en el uso de la razon, como en los niños y bobos y mentecaptos; y estos principios, así notos y claros, son los fines de las morales virtudes, son tambien los preceptos de la ley

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'sus.-2 cuales. - entendimientos.-4 bien.- la.

natural, contenidos todos en un hábito que llaman los teólogos sindéresis, impreso en nuestra mente, y aquella es la centella de la lumbre del ya dicho entendimiento agente, como si estuviesen en un vaso de cristal ó de vidrio muy transparente. Contiene lo mismo en sí ciertas conclusiones, que son las razones de los medios proporcionados que, segun razon, se deben tomar y tener para alcanzar el fin, á las cuales devenimos guiados por los fines, porque así como sirve y guia el principio en las cosas especulativas ó de esciencia, de la misma manera sirve y encamina el fin, y tiene razon de principio en las cosas operables, y que deben los hombres, bien y ordenadamente obrar ó hacer, segun el Filósofo en el 2.o de los Phisicos y en el 7.o de las Ethicas. Y porque por todo agente se pretende obrar por algun fin, como parece en el 2.o de los Phisicos, y por consiguiente, por algun bien, porque el fin tiene razon de bien, de aquí es que todas las cosas apetecen y desean, como dice el Filósofo en el 1.° de las Ethicas; por esto el primer 1 precepto de la ley natural, y que contiene el hábito ya dicho sindéresis, es: que habemos de obrar el bien y proseguillo, y huir el mal, y sobre este precepto se fundan todos los otros preceptos de la ley natural que la razon practica, que es la que discierne y distingue el bien del mal cuanto al obrar, naturalmente aprehende y juzga ser bienes humanos y convenir á los hombres. Y porque (como está dicho) el bien tiene razon de fin y el mal razon de contrario, de allí es que todo aquello á que el hombre tiene inclinacion natural ó se inclina naturalmente, naturalmente lo aprehende y juzga la razon ser bueno, y por consiguiente ser digno de proseguillo hasta alcanzallo, y lo contrario de aquello ser malo y digno de huillo y evitallo, por manera que segun la órden de las inclinaciones naturales que los hombres tienen, así es la órden de los preceptos de la ley natural. Lo primero el hombre se inclina naturalmente á que el fin ó bien, en el cual comunica con todas las otras sustancias sensibles ó insensibles, animadas ó inanimadas, y esta inclinacion es que toda cosa que tiene sér apetece naturalmente la conservacion de su sér segun la naturaleza de cada una, y segun esta inclinacion pertenece á la ley natural todas aquellas cosas por las cuales la vida de los hombres es conservada, y por las que es impedida la muerte que corrompe su sér y las otras cosas nocivas é impeditivas de la vida. De aquí es que el hombre es obli

2

principio.-2 la razon.

gado, de ley natural, á comer y á se curar cuando estuvieren enfermos. Son tambien obligados los hombres, por precepto de la ley natural, á defenderse contra cualesquiera personas que injustamente les quisieren insidiar las vidas y procurar la muerte. Lo segundo, tienen los hombres inclinacion ! más especialmente á aquello en lo cual comunican con los otros animales, y segun esta inclinacion aquello se dice ser de ley natural que la naturaleza enseñó á todos los animales (conviene á saber): el ayuntamiento de macho y hembra para conservacion de la especie de cada uno y la educacion 6 crianza de los hijos y lo semejante. Terceramente, inclinacion tiene el hombre á aquel fin 6 bien que es segun la razon, la cual es propia al hombre, así como el hombre, naturalmente, es inclinado y desea saber las verdades, mayormente cognoscer á Dios, por lo cual dijo Aristóteles en el principio de su Methaphisica: Omnes homines natura scire desiderant. Es tambien inclinado el hombre, naturalmente, á vivir en compañía de otros, y segun esto pertenece á la ley natural todo aquello que á esta inclinacion conviene, como es que el hombre trabaje de huir la ignorancia y quiera saber las cosas que le cumplen y que no ofendan á los otros con quien ha de conversar, y que asimismo justifique no queriendo ni haciendo á los otros lo que no querria que los otros le hiciesen, y todo lo demás que á esto pertenece y toca. Y como está dicho, en nuestra razon práctica se contienen ciertas conclusiones que son los medios necesarios ó las razones de ellos para alcanzar el fin por quien los hombres se mueven á obrar, y para que estos medios se proporcionen á los fines, y cuando y como se deban tomar y usar rectamente de ellos, se requiere alguna virtud en el hombre: aquesta es la prudencia que suele aplicar los principios universales, que son los dichos fines, á las particulares conclusiones operables 6 que se han de obrar y disponer convenientemente los medios para alcanzar aquello que se pretende por fin. Para efecto de lo cual, tres actos se atribuyen á la virtud de la prudencia. El uno es el consejo, que es lo mismo que inquirir 6 buscar ó raciocinar. El segundo es juzgar de las cosas que inquiriendo ó buscando se hallan, y estos son los medios. El tercero es mandar, el cual consiste en la recta aplicacion de las cosas inquiridas 6 buscadas y juzgadas á nuestro obrar, y este es el principal acto de la prudencia. Item, porque segun la diversidad de los fines

1 á aquello.

se diversifican y varían las especies de los hábitos, y diversos fines son el bien propio de un hombre solo y el bien de la familia y el bien de la ciudad y del reino; por ende necesario es que haya prudencias diferentes ó especies de ellas, segun la diferencia de estos fines, de tal manera que una sea prudencia, simpliciter dicha, que dejimos monástica, por la cual el hombre sabe regirse á sí mismo en lo que toca al uso de la razon y entendimiento, procurando su propio bien, al cual naturalmente es inclinado y las cosas para la vida necesarias, y esta es primera y origen y fundamento de todas las otras especies de prudencia, como abajo se dirán. La segunda prudencia es la económica, que quiere decir que sabe bien constituir y disponer y ordenar la propia familia ó casa para alcanzar el bien comun de ella. La tercera es la política, que dispone y ordena rectamente las cosas pertenecientes para conseguir el bien y utilidad comun de la ciudad ó del reino. Esta se divide en dos partes: la una es por la cual se sabe bien constituir y poner las leyes que son convenientes al bien público, y esta llama el Filósofo, Ethicas, capítulo 9.o, archiretórica, que es decir principal y que manda á los otros, la cual es propia de los príncipes, y que tiene suprema autoridad en la república. La otra es la que ejercita y pone por obra y ejecuta las leyes constituidas, y obrando y regiéndose por ellas las conserva, y ésta pertenece a todos los ciudadanos, quasi como los artífices movidos por el arquitecto ó maestro mayor de las obras, y Sancto Thomas tracta de ésta en la Prima secundæ, quæstion 47, art. 12. Aquestas tres partes de la prudencia son partes subjectivas, y cada una de ellas (segun el Filósofo) se divide en consiliativa y judicativa (conviene á saber); que en todas las cosas que se han de hacer tocantes al bien de sí mismo, el hombre particular ó á su familia y casa, ó á la ciudad y república, es necesario, que se presupone, que el hombre use de razon, como no hay quien de esto dude; y este uso de razon consiste: Lo primero, que cognosca y considere el fin y la razon dél. Lo segundo, que inquiera, discurra, y raciocinando busque los medios conveniente con el consejo, y lo que es bueno y provechoso para los negocios que ocurrieren, discerniendo y dividiéndolo tambien de lo que para ellos es nocivo y malo. Lo tercero, sentenciando, aprobando y admitiendo lo que conviene con el juicio, los cuales actos manifiesto es ser actos y operaciones propios de la razon y cognoscimiento del entendimiento, y por consiguiente, de la prudencia, porque la pruden

cia presupone al entendimiento, como esté subjetivamente en nuestra razon práctica, se. gun Sancto Thomas en la Prima secundæ, quæstion 57, art. 3.o, y en otras partes. Tambien cuanto á la rectitud tiene algo en el apetito, que es la voluntad, segun el Filósofo y Sancto Thomas, Prima parte, quæstion 22, art. 1 y 12, quæstion 58, art. 3.o: Videtur prudentis esse viri bene consulere posse circa illa quæ sibi bona et utilia sunt ad totius vitæ statum bene dirigendum. Quamobrem et vir prudens est consultativus, et infra: Itaque necesse est prudentiam esse habitum cum ratione vera qui non his agendis versatur quæ sunt hominibus bona, etcétera. Esto es del Filósofo en el 6.o libro, cap. 6.o de las Ethicas. Por manera que es imposible en cualquiera gobernacion 6 particular, que es la de cada uno, 6 económica, que es la de la casa, ó política de cada reino 6 ciudad (si es ordenada), no haber cognoscimiento del fin actual ó virtual: inquisicion, discurso y consejo, providencia, aprobacion y juicio de verdadera razon de hombres, y, por consiguiente, haber en ellos buen uso y ejercicio de razon y prudencia, porque, segun el mismo Filósofo, en el libro ya dicho, cap... de la Prudencia es ordenar al fin las otras cosas que son para alcanzar el fin, ó por respecto de sí mismo, así como el hombre prudente que bien ordena sus actos al fin de su vida, ó por respecto de sus subjectos en la familia ó en el reino ó en la ciudad. Entonces, pues, es ordenada la tal gobernacion 6 regimiento, cuando por las convenientes, ordenadas y proporcionadas operaciones al fin, el fin se alcanza y en este fin se dura y permanece, y por una órden, via ó camino, mucho tiempo se puede sustentar, por manera que cuando el fin siempre ó por la mayor parte se alcanza, y éste dura y permanece y se perpetua y prospera, señal es que ha habido en los hombres órden y proporcion y conveniencia de sus operaciones y medios al fin que se pretende de la humana vida, y este es vivir los hombres lo más sin impedimento de la vida, y vida quieta, descansada y suficientemente proveida; y que en cuanto posible fuere por natura sea perpetua, porque, segun el Filósofo, en el 8.0. de las Ethicas, cap. 6.o, no se pretende solamente la presente utilidad de la vida, sino que aquélla permanezca y sea perpetua cuanto posible fuere: non enim præsentem utilitatem civilis quærit, sed ad totam vitam, y como la comunidad, ó por otro nombre la universalidad, nunca muera, como notan los legistas en la ley, sicut Ff. quod unius cuiusque universitatis. La vida de una ciudad ó de un reino es perpetua, y este es el bien

y fin humano deseado y amado de todos; y á esta semejanza y comparacion, todas las otras comunidades y compañías se determi nan, como el Filósofo allí afirma: Omnes autem societatis partibus civilibus similes esse videtur, etcétera; pues del deseo y apetito natural de los individuos que deseen y apetezcan todo cuanto es por natura posible perpetuarse, no habrá quien de ello dude. De lo cual se sigue haber precedido en cada. una de las tres susodichas gobernaciones cognoscimiento y consideracion actual 6 virtual del fin: inquisicion, discurso, consejo, aprobacion y juicio de verdadera razon de hombres, y por tanto haber en ellos buen uso y ejercicio de razon, y la virtud y hábito intelectual subjectado en la razon práctica, que es la prudencia de que hablamos.

CAPÍTULO XLI

En el cual se continua la misma materia de la prudencia, etc.

Hay en los tales, consiguientemente, providencia, que es la principal parte de tres que contiene en sí la prudencia, que son ': memoria de las cosas pasadas é inteligencia de las presentes, y providencia de las por venir; en cuanto de las cosas pasadas y de las presentes, entendidas, conjeturamos cómo habemos de proveer las venideras, porque la providencia importa respecto de alguna cosa distante en la cual aquello que al presente ocurre, debe de ordenar, y por esto tambien se dice ser razon de la órden que se ha de tener para alcanzar el fin, y en la órden ó ordenacion que se debe tener al fin, que siendo recta se incluye en la razon de la Providencia; requiere rectitud de consejo, y de juicio, y de precepto, sin los cuales no puede haber recta órden ó recta ordenacion y aplicacion de los medios para alcanzar el fin. Por el contrario, si no hobiese en los hombres consideracion del fin, ni usasen de la inquisicion del discurso de consejo y aprobacion de lo aconsejado y juicio de verdadera razon 2 y providencia, y de las otras partes integrales de la prudencia, que son memoria, inteligencia, razon, entendimiento, docibilidad, solercia, circunspeccion y cautela, no ternian órden ni guardarian proporcion, aplicacion ni conveniencia en sus operaciones y medios al fin, y, por consiguiente, el fin de la humana vida no alcanzarían, y cuando lo alcanzasen seria acaso y pocas ve

1 providencia.-2 ni dependencia,

ces, al menos en aquellas cosas que pertenecen á la razon y entendimiento que pueden obrar ambos á dos contrarios, y hacerlos ó dejallos de hacer, como son los actos propiamente humanos de los que el hombre tiene señorío en cuanto es hombre y señor de sus actos y obras por el entendimiento y voluntad; por lo cual se dice ser de libre albedrio, que es facultad del entendimiento y de la voluntad, y estos actos ú operaciones son los que proceden con deliberacion de la voluntad; de manera que está en su mano hacellos ó no hacellos y hacer el contrario, como los oficios que requieren diversos actos y contractos y comercios y otros semejantes, y ya que en las operaciones naturales, que solamente son determinadas á un efecto, pudiesen siempre, 6 por la mayor parte, alcanzar el fin de la naturaleza y perpetuarse en aquellas, como abajo parecerá, pero en la gobernacion y regimiento ordenado y uniforme, cual conviene para alcanzar el fin, así monástico y eco nómico como político, en ninguna manera podrian durar, permanecer, perpetuarse ni prosperarse. La razon es porque donde quiera que falta la órden debida que, segun San Agustin, libro 19, cap. 14, de la Ciudad de Dios, es una disposicion concertada que da ó pone á cada cosa en el lugar que segun los grados de su dignidad merece, no puede 2 haber sino confusion, y donde hay confusion, que es contraria de la órden, ninguna cosa puede estar concertada ni tener su lugar, y por tanto, ni cognoscerse convinencia ni proporcion de los medios y operaciones humanas al fin, y por consiguiente, ni el fin alcanzarse, ni perpetuarse los hombres en vida humana, que es vida concertada y quieta, porque, segun San Agustin, en el libro... de las Confesiones, las cosas no bien ordenadas son inquietas, y las ordenadas viven en uniformidad y quietud, y así serian los hombres más infelices que las bestias, porque las bestias, y aun las cosas insensibles é inanimadas, guardan inviolablemente la órden que las tiene puesta la naturaleza, y en esta son perpetuas; pero los hombres desordenados y que no usan de los actos susodichos de la razon, con muy culpable irracionabilidad en infinitos casos, no pueden sino quebrantalla, y por consiguiente, en cosa ninguna buena ni propiamente humana se pueden perpetuar. Esto parece bien claro en el curso de los cuerpos celestiales, que por el concierto y direccion y uniformidad de sus movimientos se arguye la órden y el ordenador, y por consiguiente, su per

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petuidad. Por el movimiento oblicuo, que es el del círculo que llaman los astrólogos zodiaco, no puede ser causa de perpetuidad, como prueba el Filósofo en el 12 de la Methaphisica. Así por esta semejante, si en la vida de los hombres no hubiese órden, no habria proporcion ni uniformidad de aplicacion y conveniencia de los medios y operaciones al fin, que es el bien humano, y no habiendo la tal proporcion, conveniencia y aplicacion, no habria prudencia ni partes de ella, las que son necesarias para el buen regimiento de la vida humana, que es el fin á que se inclina naturalmente la creatura racional, que es el hombre, porque la razon lo aprehende y juzga por bien humano, y por consiguiente, tiene precepto de la ley natural que lo adquiera y prosiga y se perpetue en él cuanto es posible; y no habiendo prudencia ni las partes de ella, no habria cognoscimiento ni consideracion del fin, ni inquisicion, discurso, consejo, ni aprobacion, ni uso de buena ni verdadera razon en los hombres, sino que sus actos y operaciones serian hechos por fuerza é ímpetu súbito de imaginacion como las bestias, ó por algun principio natural como las cosas insensibles é inanimadas, y así todos sus movimientos y todas sus obras serian oblicas, retorcidas, confusas y desbaratadas, y por consiguiente, en ninguna obra propiamente humana, como es señaladamente la monástica, económica y política gobernacion, podrian permanecer, durar ni perpetuarse, como asaz parece por todo lo que se ha dicho. Y es aquí de notar eso mismo para mayor declaracion de lo que arriba se ha tratado; que la prudencial monástica que negocia, como se dijo, cerca de la gobernacion de sí mismo, es simpliciter y en gran manera prudencia (segun el Filósofo) y tiene el nombre comun de prudencia, porque las otras partes de ella tienen sus nombres propios, como prudencia económica: prudencia, legis positio, que es la auctoridad para el hacimiento de las leyes; y politica prudencia, que es la ejecucion y guarda de ellas, quasi como si las otras partes de la prudencia procedan de la primera prudencia monástica, que es ser los hombres prudentes cerca de la gobernacion de sí mismos. Videtur (inquit Fhilosophus) et prudentia maxime esse quæ circa ipsum et unum, et habet ipsa commune nomen prudentia. Illa autem hæc quidem economica, et autem legis positio, hæc autem politica. Et huius hæc quidem consiliativa, et autem iudicativa, etc., ex 6.o, Ethic., cap. 6 et 9. Porque manifiesto es que

1 política.

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