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hijos nunca tomasen los nombres de las madres; la tercera, que nunca se llamasen las mujeres Atenas, como de antes se llamaban. Lo que toca á la fabula de los poetas verse ha esto por Ovidio, libro 8.° Metamorphoseos, y cuanto á la historia y verdad, Marco Varron en el libro De populo romano, y en Sanct Augustin, que le sigue y aprueba su narracion, libro 18, capítulo 9.o de La Ciudad de Dios. La figura de Neptuno era como de una cosa divina que gobernaba la mar; pintábase como un hombre desnudo que nadaba en la mar, que se le parescia la mitad del cuerpo desde el ombligo arriba, y una fisga de hierro de tres púas ó dientes con que se matan algunos grandes peces, en la mano, por sceptro real. Con este instrumento heria una piedra de donde salia una mar muy amarga. De la mar muchos rios manaban. Gran multitud de tritones, que son ciertos peces, segun Plinio, libro 9.o, capítulo 5.o, y libro 36 capítulo 7.o, que tienen munchas partes semejantes de hombres, y parece tener una como trompeta en la boca con que hace algun sonido, y llamaban los trompeteros de Neptuno. Estos, nadando se llegaban á la imágen de Neptuno, y como que venian á serville de su oficio y honralle. Todo esto dice Albrico en el libro De imaginibus deorum. Destos peces tritones y de su figura, y lo que tienen semejante á la figura humana, y cómo acometen á las mujeres que nadan donde ellos están, cuenta muchas y maravillosas cosas Pausanias en el libro 9.° y en otros de su Historia.

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CAPÍTULO CXIV

Dicese quienes fueron Antinoo y Simón Mago.

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gó, mandó edificar una ciudad para su entierro y sepultura, y púsole nombre Antinoi, por perpetuar la memoria de aquel mozo desdichado. Afirmaba Adriano que del espíritu de Antinoes habia nascido una estrella en el cielo, y que él la había visto luego quel mozo fué ahogado. Mandó por edicto público hacer sus estátuas y su retrato y llevallo por todo el 2 orbe, poniendo penas que todos 3 por dios lo adorasen. Los griegos fueron los primeros que lo consagraron, por servir é agradar á Adriano, los cuales afirmaban que daba respuestas y quitaba dudas, como oráculo, las cuales haber compuesto el mismo Adriano se jactaba. Holgábase mucho Adriano con los que con Antinoes habían con versado, y cuando le hablaban dél, los oia de buena gana, y todo lo que de Antinoe le decian, munchas veces consigo meditaba. Mandóle constituir en la ciudad Mantinea, ciudad de Arcadia, en Grecia, un solenísimo y rico templo, donde pusieron su imágen, proveyéndole de sacerdotes y ordenándole sacrificios, y cada un año se celebrase una fiesta señalada. De cinco en cinco años asimismo mandó Adriano que en honor de Antinoe se celebrasen los juegos que se llamaban certamina. Estos eran ciertos desafios como torneos y combates, en los cuales peleaban uno con uno, ó muchos con muchos, peligrosamente, donde muchas veces morian. Poníanse ciertas joyas y premios para los que venciesen. Llamábanse por otro nombre ludi quinquenales, juegos de cinco en cinco años. Tambien se decian agones, y así se toman en el 2.° de los Macabeos, capítulo 4.: Cum aut quinquenalis agon Tiro celebraretur, et rex presens esset; y Sant Pablo, I ad Chorinthios, capítulo 9.o, así lo toma: Omnis qui in agone contendit, ab omnibus se abstinet, et illi quidem ut corruptibilem coronam accipiant. Todo lo de suso escripto dicen de Adriano y aquel mozo Antinoe su bardaja, Dion y Elio Sparciano en la Historia y vida de Adriano, y Pausanias en el libro 8.° y en otras partes de su Historia. De los nuestros refiérenlo tambien y abomínanlo Eusebio, libro... capítulo... De Erangelica preparatione; Sant Hierónimo, sobre Isaias, capítulo 2.o, y Atanasio y Teodorito, libro 8.", Origenes y Pru

Adoraron y sirvieron los romanos por dios á un mozo que traía por manceba el emperador Adriano, porque se vea la prudencia y vileza y torpísima oscuridad de los entendimientos de los infelices romanos. Aquel mancebo 6 manceba, que Antinoes ó Antinous, segun Pausanias (y mejor es Antinoes, segun todos los que dél escribieron), era de increible hermosura, y por esto de Adriano muy amado. El cual, yendo de Judea á Egip-dencio, y Tertuliano, libro 1.9 Adversus Mar

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to Adriano y por el rio Nilo, cayó acaso y así murió, y mujerilmente dicen que fué llorado por Adriano, y no sólo llorado, pero primero que de otro fué adorado, y en aquella comarca donde Antinoes murió ó se aho

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cionem, y en el Apologeticon adversus gentes, capítulo 13; y dejados los demás, quiero aquí poner lo que Sant Hierónimo, hablando desta nefandidad, dice: En tanto los griegos y romanos en aquel tiempo fueron en este vi

finado.-2 mundo.-3 lo ado — señalada.-' di

cenlo.

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cio sumidos, que los muy claros filósofos de Grecia, públicamente y sin vergüenza tenian muchachos por mancebas. Y Adriano, enseñado y erudito en las artes de filosofía, tuvo á Antinde y le consagró por dios, templo y sacrificios y sacerdotes le instituyó, y de su nombre llamó á una ciudad de Egipto. Y adelante junto allí añide: Inter scorta quoque in fornicibus spectaculorum, pueri steterunt publice libidini expositi; donec sub Constantino imperatore Christi Evangelio coruscante, et infidelitas universarum gentium et turpitudo deleta est. Todo esto es de Sant Hierónimo, donde se alegó sobre Isaias: In fornicibus id est lupanaribus spectaculorum, id est locorum eminentium in quibus spectabantur, id est inspiciebantur ludi, etc., lo que más afeaba aquellos actos. Bien se aprovechaba el emperador Adriano de la filosofía y sciencias que habia aprendido, porque fué de muchas artes estudiosísimo, cuando en tan grande ceguedad de entendimiento y corrupcion de voluntad caia. Pero aprovecha poco la mundana sabiduria si no hay cognoscimiento y comunicacion de la divina. Por esta falta, los reyes de la gentilidad tuvieron tambien una abominable costumbre, que hacian capar ó castrar los mochachos hermosos desde niños, porque nunca les naciesen barbas, cuasi transpasándolos de naturaleza de varones en mujeril, para usar mal dellos, segun en el libro 6.o, capítulo 10 De Civitate Dei refiere Sant Augustin. Esta costumbre nefanda dicen que quitó el emperador Domiciano, segun cuenta Ammiano, libro 18.

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Tuvieron y adoraron por dios los romanos al diabólico, nigromántico, hechicero y lleno de toda maldad y vicios Simon Mago, cuya estátua pusieron en el rio Tíber, entre dos puentes, con un letrero y título escripto con letras latinas que decian: Simone deo sancto. Al cual tenian, confesaban y sublimaban como á sumo dios, y no solamente á él, pero con él á una mala y pública mujer que traia consigo, como á primera y summamente ó summo spíritu consagraron, canonizaron y tuvieron por diosa de gran merecimiento; á los cuales y á sus imagines adoraron, ofrecieron incensos, olores y hicieron sacrificios. Todo esto se dice en la Historia eclesiástica, libro 1.o, capítulo 13, y como se lee en la historia y martirio de Sant Pedro, despues de que por oraciones de Sant Pedro y Sant Pablo haber caido de muy alto, por donde hacia entender al emperador Nero y

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á los romanos que sobia al cielo y al cabo hecho pedazos, estaba Nero muy triste y indignado contra los dos apóstoles, porque por ellos habia perdido un tan grande y fiel amigo y dél tan querido y amado. Porque se vea la prudencia y consejo de los emperadores que sin cognoscimiento del verdadero Dios vivian, y tambien la filosofia de los que tenian á par de su lado. Acuérdome haber leido en la Historia de los danos, que son los del reino de Dinamarca, libro 6.o, que dos magos ó nigrománticos, que tenian por nombre Thor el uno y el otro Othino, con sus prestigios y maquinaciones diabólicas hicieron entender á los pueblos de aquel reino y del de Noruega y Suecia, regiones de Alemaña, que eran dioses y por dioses los rescibieron y veneraron, como solia con el mismo embaimiento y arte mágica engañar los hombres á que lo adorasen, por donde quiera que andaba, Simon Mago. Esto parece por el capítulo 8.o de los Actos de los Apóstoles, y por lo que Sant Clemente recita en el libro 1." y 2.o de su Itinerario. Otros munchos hechiceros y magos hobo en tiempo de la gentilidad que con sus engaños corrompian la simplicidad de las gentes, pretendiendo hacerse dioses y ser adorados, como parece asaz largo en las historias de Sant Simon y Judas y de Sant Marco y de los otros apóstoles, y tambien en el capítulo 13 de los Actos. Y esto es cierto que donde quiera que la fé cristiana no ha sido predicada (como el demonio tenga en tales gentes tan gran parte) destos males no han de faltar, ni que los haya nos habemos de maravillar, antes debemos á Dios dar inmortales gracias 3, porque de tan cierto, escuro y pernicioso peligro, con la lumbre de su fé y de su gracia ", sin se lo merecer, nos ha librado. Habia en Roma, entre los otros, dos dioses que eran de hombres, segun cuenta Servio en el 9.o de las Eneidas: el uno Peluno por nombre, de quien tracta Sanct Augustin, libro 6.°, capítulo 9.° De Civitate Dei, al cual adoraron porque dió industria para moler el trigo; por esta causa los molineros y panaderos con especial devocion y obligacion lo veneraban. El otro hermano se llamó Pituno, el que primero enseñó á poner estiércol en la tierra para engrosalla y hacella más fértil. Por este beneficio lo llamaron dios estercolero; empero, aunque estercolero, no dejaron de lo consagrar y adorar. ¡Oh bestiales romanos! Destos, Polidoro refiere parte de lo que dicho queda, libro 3.o, capítulo 11.

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CAPÍTULO CXV

De las diosas conocidas con el nombre de Venus.

Habiendo tractado de los dioses varones que las gentes idólatras antiguas, y con ellas más ciegamente los romanos, adoraron, de algunas de las diosas mujeres que tuvieron brevemente resta que digamos, y la primera sea Venus, que tan nombrada y tan venerada por toda la mísera gentilidad fué. Y segun Sanct Augustin, libro 4.0, capítulo 10 De Civitate Dei, fueron tres Veneres diosas: una, que adoraban y servian las doncellas vírgines, y ésta decian que era Vesta; otra, las casadas, y la tercera, las mujeres públicas. Segun los gentiles, dos eran: la una que veneraban las vírgines y casadas que amaban la castidad, y la otra las malas mujeres. La primera llamaban Venus Verticordia, cuasi vertens corda, porque creian, con su ceguedad, que tenia grande poder para volver los corazones de las mujeres que le fuesen devotas, de malos deseos é inclinaciones, á amar y desear limpieza y ser conservadas en castidad. Desta trata Ovidio, libro 4.° De Fastis, de la cual cuenta Valerio Máximo, libro 8, capítulo último, que, como por determinacion de los diez varones que gobernaban á Roma 2, vistos los libros de las sibilas, el Senado determinase que la imágen ó ídolo desta Venus Verticordia se consagrase y honrase haciéndole sus fiestas y sacrificios, porque más fácilmente los corazones de las doncellas y casadas del pueblo romano se apartasen y aborreciesen las deshonestidades, y amasen la limpieza y honestidad, y queriendo buscar la más casta y sancta matrona que hobiese en Roma para que consagrase la imágen ó státua, eligeron cient mujeres de las principales señoras romanas, y que aquellas ciento eligiesen de sí mis]mas las diez que sintiesen ser más virtuosas y sanctas, y las diez de sí mismas escogesen una. La cual fné Sulpicia, mujer de Fulvio Flaco, varon romano. Esta fué de todas elegida por la más casta y sancta, y así fué la más digna que mereciese consagrar la dicha imágen 6 estátua. Desta hace mencion Plinio, libro 7.°, capítulo 35: Pudicissima (inquit) feminæ semel matronarum sententia judicata est Sulpitia, Paterculi filia, uxor Fulvii Flacci, etc. La otra Venus es la devota y abogada de las mujeres que por sus

'por.- determinase el.- mujer de.- de.que consagró fué digna y.

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desvergüenzas llamamos públicas. De la cual habla Ovidio, libro 4.° De Fastis, é llamaba Venus Ericina ', á quien deben tener (dice él) por abogada las mujeres dichas. La razon se asigna porque ésta fué (segun la historia sacra de los gentiles, y refiérelo Lactancio, libro 1.o, capítulo 17) la que ordenó é instituyó el arte de ganar con sus cuerpos dineros públicamente las deshonestas mujeres en la isla de Chiple. Y esto hizo por no ser sola tenida por mala y deshonesta mujer, como hobiese sido (segun Lactancio, y segun Luciano, en el libro De Sacrificiis) muchas veces adúltera. Fuéronle muchas nasciones tan devotas, que ponian sus hijas, antes que las entregasen á los maridos, siendo vírgines 6 doncellas, en el lugar ignominioso y público, á ganar con sus cuerpos para que de aquello que ganasen con aquel infame oficio, ofreciesen á Venus presentes y dones. Así lo hacian los fenices, que eran los de Tiro y Sidon, provincia junto á Judea, segun Sanct Augustin, donde arriba fué alegado. Lo mismo, segun Lactancio y Justino, libro 18 6, en el Compendio de Trogo Pompeyo, hacian las gentes de la isla de Chiple, y cuéntalo desta manera: Que como fuese costumbre de los de aquella isla las doncellas, primero que se casasen, ir á ganar su dote con sus cuerpos, y para pagar las primicias dello á la diosa Venus, y fuesen ochenta dellas hacia la mar 8, donde estaba la flota de la reina Dido, para complir aquella su devocion y romería, hízolas todas tomar y meter en las naos y llevólas consigo para casallas con los mancebos que llevaba, y así poblar en Africa, donde iba á parar su camino. Y en el libro 21 refiere tambien Justino, que los locrenses, ciertos pueblos del reino de Nápoles, que son ó eran los de Calabria, ó quizá eran de la isla de Sicilia, viéndose muy apretados y angustiados de guerra que les movian los tiranos de los Reginoros ó de la ciudad de Rego, cierta ciudad en los fines de Italia, hicieron voto á Venus que si les diese victoria, saliendo victoriosos pornian todas sus hijas doncellas en un dia de la fiesta suya en el lugar público para que todos usasen dellas á su voluntad en honor suyo. El cual voto como en complir lo dilatasen y les fuese mal en una guerra que tuvieron con los lucenses, otros pueblos de Italia, dice Solino que Dionisio, tirano, llamólos á todos y exhortóles que adornasen cuando mejor pudiesen todos á sus mujeres

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é hijas y las enviasen al templo de Venus, de todas las cuales se escogesen por suertes ciento, las cuales hagan voto por todo el pueblo, por honra y devocion de la religion, estu[viesen] un mes dando sus cuerpos á todos los que los quisiesen, en el lugar público 6 infame donde ganan las pecadoras mujeres. Lo cual por todos aceptado, atavian sus mujeres y hijas con las más y mejores joyas que tuvieron y tráenlas al templo de Venus. Traidas, tenía el tirano gente de armas aparejada; da sobre ellas, despójalas á todas, y á los maridos más ricos de algunas hizo matar, y á otras, porque descubriesen las riquezas de sus maridos, hizo dar tormentos. Todo esto es de Justino. La misma costumbre de poner las doncellas en aquel lugar infame y oficio antes que las entregasen á sus maridos, por amor y reverencia de la diosa Venus, para que de lo que allí ganasen las primic as le ofreciesen, tuvieron, segun Strabon, en el libro 16 de su Geografia, los asirios y armenios y babilónicos, y segun Herodoto, en el libro 1., los lidos, de Lidia, provincia de Asia. Y segun Solino, capítulo 4.o, y Pomponio M la, libro 1.o, capítulo 8.o, los augilas, pueblos de Africa. Por esta devocion y hacer servicio á Venus, muy grande, la madre de Afra ofreció á su hija en aquel lugar de pecados, para que á muchos diese su cuerpo, y de todos, para que ofreciese dones á Venus, ganase, aunque despues, convirtidas por un obispo sancto, madre y hija fueron mártires, como en el capítulo 144, cuando el dios Priapo tratábamos, se dijo largo. Pintaban á esta señora diosa toda desnuda, para dar á entender que los que de aquel vicio son apasionados siempre, cuasi no siendo en su mano, para cometello están aparejados. O tambien para significar que aquel crímen 6 pecado, puesto que por mucho tiempo esté oculto, al cabo, tarde que temprano suele ser público y con vergüenza del que lo comete revelado. Pintábanla nadando, como arriba se dijo, porque se entienda que los infelices hombres que torpemente aman siempre andan llenos de sobresaltos y peligros y amarguras, como los que en la mar nadan. Esto dice Juan Bocacio, libro 3.o, capítulo 23 De genealogia deorum. Los templos que se hicieron á esta diosa fueron munchos 3, por diversos lugares y naciones, como paresce por Pausanias en munchas partes de su Historia; pero el templo que tuvo en la cumbre del monte Erice, que es en Sicilia, fué riquísimo y ornatísi

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1 mata á.1 libro.-3 porque, aun.—5 y. — 6 lugares.- el monte.

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mo, segun Polibio en su libro 1.° Del cual dice Diodoro, libro 5°, capítulo 14, entre otras señaladas cosas, que aunque la gloria y prosperidad y fama de otros muchos templos haya llegado al summo, munchas veces empero algunos han caido de aquella honra y estima que tuvieron, por algunas adversidades calamitosas que les ocurrieron. Mas el templo de aquesta diosa en el monte Erice, desde su principio siempre fué en devocion, estima, honra, y en gloria y fama creciendo por munchos y luengos siglos. Porque todos los reyes y señores y naciones que en aquella isla reinaron, cada uno se esmeraba en honrar y enriquecer y adornar cuanto más y mejor podian aquel templo, por devocion y reverencia de Venus. Y á la postre 3, los romanos, despues que aquel señorio tuvieron, en devocion y reverencia y en dones y en todo servicio y cultu desta diosa, á todos los pasados excedieron. El Senado tuvo gran cuidado del cultu y honor desta diosa y de dar riquezas á su templo. Estableció que diez y siete ciudades de aquella isla le fuesen fidelísimas y subjectas, y que con oro y tributo le sirviesen, y para guarda del templo docientos hombres de armas allí siempre estuviesen. Todo esto y mucho más Diodoro refiere. Y así parece la gran devocion y reverencia que los romanos á esta tan sancta diosa tuvieron, y tambien su muncha 3 sabiduria y prudencia 6.

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huego se halla debajo de la tierra, como arriba de los volcanes ha parecido. Pero dejada por agora la tierra, y hablando del huego, dice Ovidio, libro 6.° De Fastis:

Nec tu aliud Vestam quam vivam intellige flammam1

Esta dícese vírgen porque el huego 2 es inviolable elemento, el cual ninguna cosa engendra, y por esto añide allí Ovidio:

Nataque de flamma corpora nulla vides; Jure igitur virgo est quæ semina nulla remittit.

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Y porque el huego no se puede bien figurar, por eso en el Capitolio, donde los romanos tenian las imágines ó ídolos de muchos dioses, no estaba imágen de la diosa Vesta, que significaba huego, ni en otra parte, por lo cual ordenaron que en lugar de 6 imágen hobiese en el templo á ella dedicado huego siempre, que se llamaba eterno ó perpétuo, porque nunca se apagaba. Desto toca Sanct Augustin, libro 2.", capítulo 29 De Civitate Dei, é Ovidio, libro 6.° De Fastis. Para la conservacion y perpetuidad deste huego sacro, y ministerio de la diosa Vesta, Numa Pompilio, segundo rey de Roma 7, muerto Rómulo, el cual fué muy religioso y todo su cuidado fué darse á constituir sacerdotes y cerimonia para el cultu de los dioses y augmento de la religion, entre ocho órdenes ó cosas que constituyó cerca della (segun Dionisio Alicarnaseo en el libro 2.o de las Historias romanas) fué la quinta constituir las vírgenes 9 vestales, nombrándolas del nombre de la diosa Vesta, por sacerdotesas suyas, y porque tuviesen cuidado de conservar el huego sacro. De las cuales dice Tullio, libro 2.° De legibus: Virgines vestales in urbe custodiunto. ignem foci publico sempiternum. Y segun Titu Livio, libro 8.o de la 3. década, y en el libro 1.o de la primera, fué tambien el primero que le mandó edificar templo en Roma. Escogia el summo sacerdote veinte vírgines destas para ser vestales, con munchas cerimonias y condiciones, como trae Aulo Gelio, libro 1.o, capítulo 12 de sus Noches Acticas. No habian de ser menores de seis años ni mayores de diez 20, Habian de tener padre y madre; no habian de ser trabadas de la lengua, ni sordas, ni con otro defecto del cuerpo. No habian de ser emancipadas, ni sus padres ambos, ni cualquiera dellos, haber sido ni servido como es

1 nataque de flamma corpora nulla vides.- ninguna cosa engendra.- tenia. del huego cuyo. -6 cuya - el.—8 otro.- por sacerdotisas.-10 no.

clavos, ni haber usado oficios viles ni bajos. Item, no se podia elegir alguna vírgen para vestal cuyos padres no tuviesen casa y fuesen vecinos en Italia. Luego que la presentaban en el portal del templo al gran pontífice y sacerdotes, era libre de la potestad de los padres y alcanzaba derecho de poder hacer testamento, y de otros previlegios era dotada. Y segun parece sentir Plinio, libro 16, capítulo 35, como agora se acostumbra en nuestra cristiandad tresquilar las monjas, así las tresquilaban, con otras cerimonias que con ellas se usaba. Los primeros diez años aprendian los ritos y cerimonias de las cosas sagradas; los siguientes diez años, las ejercitaban; otros diez despues, á las vírgines que venían de nuevo, como habian de ser novicias enseñaban Todo este tiempo pasado, si alguna se quería casar podía casarse, y si no, quedábase en perpétua virginidad 2. A estas vírgines vestales privilegió mucho el rey Numa señalándoles rentas públicas. Cuando salían fuera las llevaban en literas ó carros; los magistrados se levantaban á ellas haciéndoles reverencia, y si acaso topaban algun malhechor que se llevase á justiciar, por privilegio podian librallo. La negligencia en atizar y conservar el huego sacro era crímen capital, por lo cual cuenta Valerio, libro 1.o, capítulo 1.o, que Licino, pontífice máximo, sentenció á una vírgen á quemar porque una noche que le cupo tener del huego sacro cuidado, fué negligente en lo atizar. Y Titu Livio, libro 8.o de la 3.a década, y de la 2. guerra púnica ó contra los de Carthago, pone por prodigio que por negligencia aquel huego se apagase, porque cuando se apagaba, turbábase toda la ciudad y creian que les habia de venir algun grande infortunio. Cuando las vestales vírgines alguna culpa liviana cometian, el Pontífice máximo con vergas al modo de disciplina las castigaba. Pero si cometian stupro contra su virginidad, enterrábanlas vivas. Estaba de la puerta de la ciudad (que se llamaba Collina, por la cual salian al collado Quirinal, donde habia el templo de Rómulo 5, por otro nombre Quirino, y otra puerta se llamaba tambien Salaria) una cueva honda, en la cual descendian por una escalera, adonde las metian 7. Cuando las llevaban iban todos sus parientes con luto, llorándola como ya muerta; detrás de todos seguian

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viles-2 la negligencia en atizar y conservar el huego sacro era pecado capital.--3 summo. 4 fuera. 6 que se llaman en por.- ciertos escalones.-7 y para que no pareciese que las mataban de hambre, poníanles algun pan y leche y aceite y una candela sola ardiendo.-8 los.

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