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donde se ha dicho por nuestros españoles que comian carne humana, son en algunos lugares, no en munchos, de hácia y encima de la costa de Paria, y en la tierra del Brasil, que es la costa adelante hácia el Levante, y en las provincias de Popayan y otras por allí; tambien por la provincia de Guatimala, la gente que llamaban los Achíes, que por las sierras habitaban. En la Nueva España no la comian tan de propósito, segun tengo entendido, sino la de los que sacrificaban, como cosa sagrada, más por religion que por otra causa. En otras munchas é infinitas partes érales cosa horrible y abominable, como las gentes de la Florida, que llegando los españoles que fueron en el desastrado é infelice viaje y conquista, segun ellos llaman, de Pánfilo de Narvaez, á tanto extremo de hambre que se comieron unos á otros, viéndolos los indios, de tal manera se escandalizaron que, si lo vieran al principio, como lo vieron al cabo, sin duda los mataran, y fuera para otros munchos dellos que habia por allí vivos muncho daño. Así lo dice Cabeza de Vaca que fué uno dellos 1, en su triste itinerario, puesto que no supe si él comió tambien de la carne humana, y dice que munchos se comieron unos á otros hasta que uno solo quedaba, y como era solo, no habiendo quien lo comiese escapaba; cuando alguno se moria, el otro ó los otros lo hacian tasajos, con que lo que les duraban se sustentaban. Lo mismo cuenta Strabon, libro 4.° de su Geografía, que acaeció en Francia y en España estando cercados, haber comídose unos á otros: In obsidionalibus quoque necessitatibus idem factitasse Galli et His ani aliique complures dicuntur. Hæc ille; y habla de las islas de Inglaterra é Hibernia, cuyas gentes dice ser andropophagi, que quiere decir comedores de carne de hombres, y llámalos manducones magni, tragones grandes de hombres: Andropophagi, id est, hominum carne vescentes manduconesque magni. Hæc ille. Aunque parece atribuirlo, segun algunos, á los de Hibernia, que está junto con Inglaterra; pero Sant Hierónimo, en el libro 2o Contra Joviano, parece declararlo, donde afirma que siendo él mancebo vido comer carne humana á los de Escocia (que son ingleses, porque la que agora llamamos Inglaterra y Escocia no son dos, sino sola una isla, puesto que agora está repartida en dos reinos y tenga dos reyes); y añade Sant Hierónimo más: que las nalgas de los pastores, y los pezones de las tetas de las mujeres, tenian por más sabrosos y estimaban por sus deleites. Quid lo

1 aunque no se.

quar de cæteris nationibus, cum ipse adolescentulus in Gallia viderim Scotos gentem britannicam, humanis vesci carnibus, et cum per silvas porcorum greges et armentorum pecudumque reperiant, pastorum nates et feminarum papillas solere abscindere, et has solas ciborum delitias arbitrari. Hæc Hieronimus. Los Masagetas ningun término tienen de vida, porque cuando alguno llega á muy viejo, júntanse sus parientes y con otras 1 bestias lo sacrifican, cuyas carnes despues de cocidas las comen y hacen gran fiesta, y este género de muerte tienen por dichosísimo; á los que mueren de enfermedad, porque los tienen por desdichados en no haber merecido ser sacrificados, no los comen, sino entiérranlos; esto dice Herodoto al fin del libro 1.o Y aunque algunas naciones usaron comer carne humana, pero la fuente de toda esta bestialidad fueron los Scitas, y por ventura naciones algunas dellos vinieron á poblar parte desta Ti rra Firme, de donde se pegó y cundió á las gentes que por acá la tuvieron esta pestilencia. Dellos dice Strabon, libro 4.o y libro 7.o, que les fué costumbre propria comer carne humana: Atqui commanducandorum hominum more Scitharum esse traditur. Hæc ille. Más agravia y encarece Solino, capítulo 25, este vicio reinar en los Scitas que otro alguno de los escriptores, porque dice dellos ser impia gente, por tener por manjar las entrañas de los hombres, y que, por 5 temor de no ser comidas dellos, munchas gentes de sus alrededores huyeron á otras lejanas tierras, por manera que habia muy grandes despoblados é desiertos inmensos, por huir dellos; lo mismo dice en el capítulo 63, donde los llama gente aspérrima; Pomponio Mela, libro 2.o, capítulo 1.o, y libro 3.", capítulo 6.", hace mencion dellos. La gente llamada Chalybes, que vive 6 vivia en Ponto, region de Asia la Menor, y fueron los que primero hallaron el hierro, segun aquello de Virgilio:

India mittit ebur, molles sua thura Sabei
Et Chalybes nudi ferrum, etc.

estos, dice Solino, capítulo 25, no discrepar. de los Scitas en ser crudelísimos; donde da á entender ser antropófagos, comedores como ellos de carne humana; y dice más abajo que entre los antropófagos comedores de carne humana se numeran los Essedones, que de los mismos manjares se gozan, los cuales tienen una costumbre, que en la muerte de sus padres, juntados todos sus deu

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dos y parientes, cuando los llevan como á enterrar, van cantando y regocijándose y con sus proprios dientes los hacen pedazos á bocados, y juntas aquellas carnes con otras de animales cómenlas, haciendo gran convite y fiesta; solamente la cabeza desollada ó el casco della cubren de oro, y usan della para beber sus bebidas 2 como de taza ó de copa. Herodoto dice, libro 4.o, que la tal cabeza ó casco della dorada tienen por ídolo del padre, y cada año le hacen sacrificios y cerimonias; y más adelante por aquel libro, dice de 3 los Melanchlenis, que son pueblos septentrionales, y se llaman así porque siempre andan vestidos de cosas negras, que comen carne humana. Cierta gente de la Îndia, que se llaman de Callacia, comen tambien los padres, segun Herodoto, libro 3.o; y segun Solino, capítulo 45, y Pomponio Mela, libro 3.", capítulo 7.o, no sólo á los padres, pero tambien á los otros propincos, y comiendo de sus entrañas hacen gran fiesta, y esto no lo estiman por crímen, sino por obra de piedad que obran con ellos. Cuenta Munstero, en el libro 5.o de su Cosmografia universal, que la gente de la isla Giava, que es en la otra mar del Asia la Mayor, solian, cuando vian los padres ya muy viejos y que ya no habia provecho dellos, sacallos al mercado y vendíanlos á los que allí venian que acostumbraban comer carne humana, los cuales luego allí en su presencia los mataban y los comian como manjar bien sabroso. Refiere asimismo de los Tártaros, que los cuerpos de los enemigos que captivan en las guerras, para mostrar su crueldad, de la cual se jactan, y la venganza que dellos desean tomar, los asan en un asador al huego, y, ayuntados munchos para los comer, con los dientes como lobos los despedazan y así los comen, habiéndoles bebido primero la sangre. Muncho cruel bestialidad es ésta; no sé si los caribes destas tierras que della están inficionados pueden llegar á más, ni á tanto, puesto que si es verdad todo lo que dellos los nuestros dicen, no es en ellos chica, sino grande; sólo quiero que cojamos de aquí, que no fueron estas gentes solas en este pecado, y que así como Cristo y su Sancta Iglesia á las otras no menospreciaron', y con la predicacion de la fé aquellos vicios dejaron, como dice Eusebio y abajo se mostrará, por la misma manera nosotros á éstas ni debemos monospreciar, considerando que quizá tiene la divina Providencia entre ellos munchos y muy munchos pre

1 van sirviéndose.-3 los mauros, pueblos cercanos de la region de Scitia ó dentro della misma.4 á estas nosotros.

destinados, que sin alguna duda tiene al fin de salvar. Y en cuanto lo que toca al principal propósito que traemos de la gobernacion, sintamos tambien que aquellas costumbres corruptas en los que las padecen no derogan, como ni á las antiguas y modernas de otras partes, á saberse bien gobernar.

CAPÍTULO CCVI

Donde se refieren las costumbres que tenían los indios de la Florida.

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Cumplido habemos con las islas en contar su gobernacion y buenas y malas costumbres; conviene de aquí adelante tractar lo mismo desta gran nuestra Tierra Firme, y por no dejar nada atrás, y tambien porque aún no tenemos entera noticia de la gran tierra de la Florida y reinos de Civola, quiero por ella comenzar y brevemente acabarla. Dos maneras de gentes habia y hay hoy en la tierra grande que llamamos Florida, segun que hasta hoy se ha visto: la una es de gente que vive desparcida y á manadas, sin firmeza de pueblo, ni policia alguna, sin sembrar, ni coger, aunque tienen muy buena tierra para ello; pero andan una temporada en una parte, y otra en otra, manteniéndose de las fructas y raices silvestres que hallan por los campos, y otras debajo del agua, que produce de sí misma la tierra, y de caza de venados y de pesquerias, los que están cerca de la mar y de los rios, y otras cosas semejantes; comen tambien arañas, huevos de hormigas, gusanos, lagartijas, salamanquesas, culebras, víboras que matan los hombres cuando muerden; comen tierra y madera, y estiércol de venados y todo cuanto haber pueden. Andan juntas las parenteras y familias de un linaje; son regidos de los padres ó del más anciano, en algunas partes, y no tienen señor, y en otras se juntan tambien todos los de una lengua y andan en compañia, y tiénenlo; traen las casas acuestas, que son ciertas esteras sobre cuatro arcos, que donde quiera que llegan, arman. Tienen barbáricas costumbres, y algunas buenas, aunque pocas. Cada uno tiene una sola mujer, sino los físicos ó hechiceros que tienen, los cuales son privilegiados, que pueden tener dos y tres, entre las cuales hay siempre grande amistad y conformidad como si fuesen hermanas. Cuando alguno casa su hija, el que la toma por mujer, desde aquel dia, todo lo que matare cazando ó pescando trae la mu

de los reinos.- cosas. con ciertas varas.

jer á la casa de su padre, sin osar comer ni hacer menos cosa ninguna dello, y de casa del suegro le llevan á él de comer; en todo el tiempo que dura el casamiento, el suegro ni la suegra no entran en casa del yerno, ni él en casa de los suegros, ni cuñados, y si acaso se topasen por alguna parte, se desvian 2 el uno del otro un tiro de ballesta, y mientra se van apartando llevan la cabeza baja y los ojos en tierra, porque tienen por cosa mala verse 6 hablarse; las mujeres tienen libertad para comunicar y conversar con los suegros y parientes. Esta costumbre dura desde una isleta que llamaron los nuestros de Malhado, hasta cincuenta leguas por la tierra dentro. En otra parte acostumbran, cuando no están conformes marido y mujer, dejar las mujeres y tornarse á casar con quien quieren. Esto hacen los mancebos, pero los que tienen hijos, siempre casados permanecen con sus mujeres. En cierta tierra de por allí, cuando se han de casar compran las mujeres á sus enemigos, y el precio que da cada uno por la suya es un arco, el mejor que tiene, con dos flechas, y si no tiene arco una red de una vara de ancho y otra de largo. Estos que compran las mujeres á sus enemigos matan las hijas luego como nacen, ó las dejan comer á los perros, y la razon que dan dello es porque si las diesen, multiplicarse hían sus enemigos y subjetarlos hían; y preguntándolos que por qué no las casaban con sus deudos ó parientes, respondieron que 3 es muy malo y feo casar alguno con su parienta; pero los que esta costumbre tienen son pocos y los de cierta lengua, y éstos creen muncho en sueños y por los sueños matan á sus hijos. Otras generaciones aman sobremanera sus hijos y los crian con todo el regalo que pueden. Cuando se les muere alguno, llóranlo los padres y dendos y todo el pueblo un año entero, cada dia por la mañana, antes que amanezca; comienzan los padres á llorallo y tras ellos luego todo el pueblo; lo mismo hacen á medio dia. Complido el año hacenle las honras y luego lávanse y límpianse de la tizne que por luto se deben haber puesto. A todos los difuntos lloran de aquella manera, salvo á los viejos, de quien no hacen cuenta, porque dicen que ya ha pasado su tiempo y que dellos no hay provecho, antes ocupan la tierra y quitan el mantenimiento á los niños. Entierran los muertos, salvo los que han sido físicos, que queman, y mientras el huego arde bailan ellos y hacen muy gran fiesta; hacen polvos los huesos, y pasado un año, cuando les hacen

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las honràs todos se jasan y dan á los parientes de los físicos aquellos polvos en agua que los beban. Estos físicos ó médicos curan desta manera: que cuando los llaman para curar el enfermo, danle cierta sajadura á donde tienen el dolor 6 de lo que siente, y chúpanle la sangre alrededor della; dan canterios de fuego, y esta es medicina muy provechosa y usada entre ellos, y los españoles hallaron provecho 2 en ellos; despues soplan aquel lugar que les duele y con aquello imaginan y creen los enfermos que les quita su mal. Tienen tambien otra costumbre: que cuando algun hijo 6 hermano se les muere, por tres meses no buscan de comer en la casa donde muere, antes se dejan morir de hambre, pero los parientes y vecinos les proveen de lo que tienen. Si alguno enferma ó no puede tener con ellos andando por los campos donde juntos andan buscando de comer, déjanlo mo. rir; pero si es hijo 6 hermano, lo llevan consigo acuestas. Entre algunas naciones de aquellas tierras tienen por costumbre desde el dia que sus mujeres se sienten pregnadas, no dormir juntos hasta que pasan dos años que han criado sus hijos, á los cuales dan de mamar hasta que son de edad de doce años, porque de aquella edad sienten que ya son para por sí buscar de comer. La razon que desto daban es por la muncha hambre que siempre tienen, porque acaece no hallar de comer dos y tres dias de aquellas raices y cosas de que se mantienen, y si los hijos no estuviesen, por el mamar tanto tiempo, con fuerzas, no lo podrian sufrir y así morirían presto. Cuando las mujeres tienen su costumbre menstrual, no buscan de comer más de para sí solas, porque ninguna otra persona gusta de lo que ellas traen. Las mujeres son en excesiva manera trabajadas, porque en veinticuatro horas no reposan ni duermen las seis, por sacar raices y otras cosas, y son para muncho. Hay en alguna parte unos hombres mariones impotentes y que andan cubiertos como mujeres y hacen los oficios como ellas, y que no tiran arco ni flecha; son muy membrados y por esto llevan muy grandes cargas; déstos se vido uno casado con un hombre de los otros; no se sabe si aquella impotencia se causan ellos por cerimonia y religion, como los gallos dedicados á la diosa Bericintia, de que arriba dejimos largo, 6 porque la naturaleza errando haya causado aquella monstruosidad. Emborráchanse algunos en otra parte con cierto humo, y dan cuanto tienen por él, y beben otra cosa tambien que sacan de las hojas

que.-2 entre ellos.-3 otra, como otra cosa,

de ciertos árboles ' que parecen á encinas, la cual tuestan en unos botes al huego y hinchen aquel bote de agua que es amarilla, y habiendo hervido dos veces échanla en otra vasija y enfrianla con medio casco de calabaza, y cuando está con muncha espuma bébenla tan caliente como la pueden sufrir, y desde que la sacan del bote hasta que la beben dan voces diciendo: ¿quién quiere beber? cuando las mujeres oyen aquellas voces, luego se posan sin osarse mudar, y aunque vengan muy cargadas temen hacer otra cosa, y si acaso alguna dellas se mueve, la deshonran y dan de palos y con gran enojo derraman el agua que tienen para beber, y la que han bebido la tornan á lanzar, lo cual ellos hacen sin pena y con facilidad. La razon de aquella costumbre 6 rito dicen ser porque si cuando ellos quieren beber aquel agua las mujeres se mueven de donde les toma la voz, con aquella agua se les mete una cosa mala en el cuerpo, que desde á poco los hace morir. Todo el tiempo que el agua cuece ha de estar el bote atapado, y si acaso no lo está y pasa alguna mujer, lo derrama y no bebe más de aquel agua. Están bebiendo esta agua tres dias, sin comer, y bebe cada uno della cada dia bien arroba y media. Son la gente más y mejor partida del mundo, y con todo esto son grandes ladrones, que volviendo la cabeza, el hijo al padre le hurta lo que puede. Mienten tambien muncho. Son tan usados á correr que desde la mañana sin descansar corren y siguen un venado hasta la noche, y desta manera matan munchos por seguirlos hasta que los cansan, y algunos toman vivos. Es gente muy alegre; por muncha hambre que tengan no dejan de bailar ni de hacer sus fiestas. Cuando algunos se topan ó se visitan siendo antes cognoscidos, primero que se hablen están media hora llorando, y acabado el lloro, el que es visitado da todo cuanto tiene al otro, y él lo rescibe, y de ahí á un poco se va con ello, y aun algunas veces despues de rescebido se van sin que hablen palabra. Los hombres son muy bien dispuestos, grandes y en muchas partes cuasi blancos; la una tecta tienen horada de una parte á otra, y algunos hay que las tienen ambas; por aquel agujero traen una caña atravesada tan larga como dos palmos y medio, y tan gruesa como dos dedos; traen tambien horadado el labrio de abajo, puesto en él un pedazo de caña delgada como medio dedo. Veen y oyen y tienen agudísimos los sentidos más que cuantos hombres parece haber en el mundo; así lo dice Cabeza de Vaca, que es

como.- mudan-3 tienen.

tuvo hartos años á su pesar entre ellos, y sus palabras son éstas: veen y oyen más y tienen más agudo sentido que cuantos hombres yo creo que hay en el mundo. Son grandes sufridores de hambre y de sed y de frio, como aquellos que están más acostumbrados y hechos á ello que otros. Esto dice Cabeza de Vaca, cuyo es todo lo arriba referido, en una Relacion que dió de aquella tierra al Emperador. Dice dellos cuanto á las guerras, que es gente que tiene tanta astucia para se guardar de sus enemigos como ternian si fuesen criados en Italia y en continua guerra, y pone allí de ellos algunos notables estudios y ardides, y da este aviso: que quien contra ellos hobiese de pelear, ha de estar muy avisado que no le sientan flaqueza, ni cudicia de lo que tienen, porque si temor les cognoscen, ó alguna cudicia, ella es gente que sabe cognoscer tiempos en qué vengarse y tomar esfuerzo del temor de los contrarios, etc.; esto dice Cabeza de Vaca. Las mujeres tienen muncha autoridad para hacer paces. Cuando en algunos pueblos riñen unos con otros, apuñéanse y apaléanse hasta que quedan muy cansados, y entonces se desparten y algunas veces los desparten mujeros mediando y entrando entre ellos, y nunca hombres van á despartillos; por ninguna pasion que tengan entre sí, meten en ella arcos ni flechas; desque se han apuñeado toman sus casas y mujeres y vanse á vivir por los campos apartados de los otros hasta que se les pasa el enojo; el cual pasado, tórnanse á su pueblo y son amigos como si cosa entre ellos de pena no hobiera pasado, y así no es menester quien haga las amistades; y si los que riñen no son casados, vanse á otros sus vecinos y aunque sean sus enemigos los res ciben con alegria y 2 tratan benignamente y les dan de lo que tienen; de manera que cuando pasado su enojo vuelven á su pueblo, vienen ricos. Pueblo hay en aquella tierra 3 del cual la mayor parte de los moradores eran de nubes tuertos, y algunos dellas del todo ciegos. Todas estas costumbres refiere Cabeza de Vaca de diversas gentes y lenguas, no todas de cada una, sino que unas tenian unas y otras otras. Finalmente, todas aquellas gentes, ó la mayor parte dellas que Cabeza de Vaca vido y conversó, y de quien cuenta las costumbres dichas, son las cercanas á la costa de la mar del Norte y las vecinas á ellas, y no munchas leguas la tierra dentro, puesto que despues se desvió muncho de la mar entrando más en la tierra y topó otras naciones munchas y diversas y más

quita.- tratan.- cuya, que la.

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Costumbres se han contado destas gentes barbarísimas; pero si consideráremos que estan en el estado primero y rudo en que estuvimos y estuvieron todas las otras gentes á los principios que por el mundo los hombres se desparcieron, hallaremos que 3 siendo traidos á la vida culta y política, como lo fueron aquellos de quien Tulio hace mencion en el principio de su Retórica vieja y en otras partes que fueron atraidos por aquel varon sabio, y como redujo á vida ordenada Cecrops á los atenienses, y de los que dice Plutarco ser á la mansedumbre y afabilidad por otro sabio varon atraidos, y como se trujeron los italianos que eran harto incultos y silvestres en tiempo de Jano, por Saturno, y como trujo aquel noble y discreto varon de Arcadia 7 trujo, segun Teodoncio, á los atenienses, y Rhadamanto á los de Licia. y Minos á los de la isla de Candía, y Zechio Croatino á los de Bohemia; de lo cual largamente hecimos mencion en los capítulos... y no menos que todos aquellos y ni con mayor dificultad, antes con menos, serán persuadidos, inducidos y atraidos á toda mansedumbre, quietud, concierto y buena órden de política, y tambien á la cierta y verdadera religion, pues son hombres racionales como los otros y les fueron conferidas en sus ánimas, en su creacion, las simientes y principios é inclinaciones naturales de las ciencias y de las virtudes, y no les falta sino sólo el ejercicio dellas, segun en el capítulo... evidentemente probamos; y de todo el linaje humano y de cada individuo dél es propio y natural holgarse con lo dulce y con lo suave y blando y con la benignidad y mansedumbre, y acepta y se agrada y alegra con los beneficios y buenas obras, y lo contrario desecha y aborrece y huye, y lo cruel y áspero estima por desconveniente y malo, y en todas estas cualidades, dispusiciones, inclinaciones naturales humanas, son semejantes natural y univer

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de las cuales costumbres pudo saber, sino...—2 Déjese blanco para el sumario.-3 tienen necesi.-- y como redujo á vida ordenada Cecrops á los atenienses.

por Jano y por Saturno.- segun Tulio que fué. segun otros. trujo á los mismos atenienses.

salmente todos los hombres, como en el suso alegado capítulo... fué por sentencia de Tulio declarado. Eso mismo, si advertiéremos que aquestas gentes cuanto más estan en el primero y rudo estado, como estuvimos y estuvieron todas las naciones del mundo, tanto son menos culpables que los que salidos de aquel estado y puestos en órden y política conversacion, y embuidos y enseñados en religion, tuvieron las costumbres bestiales, barbáricas y depravadas que éstos, y otras peores, al menos no más detestables que nosotros y las otras gentes cuando éramos y estaban en el mismo estado. 1 No desconfiaremos de la reducion y atraimiento razonable, culto y político estado déstos, pues vemos y nos gozamos de vernos á él reducidos y á las munchas otras naciones como nosotros barbáricas; porque si éstos andan desparcidos y sin pueblos y por los campos, acuérdesenos cuántas naciones arriba referimos que andaban desparcidas; y de los scitas dice Herodoto, libro 4.o, y Trogo Pompeyo y Justino en el 2.° afirman traer las casas consigo, y éstas ser unos carros cubiertos de cueros de animales, donde traen sus mujeres é hijos, y los alemanes, desparcidos, una casa aquí é acullá moraban; ni sembraban, ni cogian, como trae dellos Cornelio Tácito. De vivir en barrios y caserios no se escapó muncha parte de España, segun Estrabon, y hoy se ve por Galicia y en las montañas. Si éstos comen fructas silvestres y serpientes y otras cosas viles, y á nosotros al presente abominables, no debemos olvidar los que arriba quedan señalados, que serpientes y otras vilezas comian; y los alemanes, segun Cornelio Tácito, ni araban, ni sembraban, ni cogian; comian fructas silvestres. Algunas gentes de España, en especial los que moraban en las sierras y montañas, de bellotas monteses, de alcornoques, tostadas y molidas, hacian cierto pan de que se mantenian las dos partes del año, segun en su libro 3.o cuenta Estrabon. Si éstos matan las hijas por no dallas por mujeres á sus enemigos, miremos que en la guerra que tuvieron los españoles cántabros, las mujeres mataron á sus hijos por no vellos en poder de sus enemigos, esclavos, y un muchacho, viendo á su padre y hermanos presos dellos, los mató por mandado del mismo padre Así lo escribe, libro 3.o, Estrabon. Item, si las mujeres de aquéstos son muy trabajadas, no nos maravillemos, porque las mujeres de Egipto eran las que todos los trabajos de fuera, que

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