Imágenes de páginas
PDF
EPUB

el enemigo á la vega, y con él los tornadizos y apegados á la tierra (almudechchanun ó mudejares); y finalmente, en el texto arábigo de las capitulaciones de Granada que ofrece dicho historiador:

ويسير المسلم فى بلاد النصارى امنا في نفس ومال ولا يجعل علامة كما يجعل 1 اليهود واهل التجن

.......... é irá seguro el muslim por el pais de los cristianos en su persona y hacienda, y no llevará señal, como lleva el judio y la gente de Ad-dechchan (mudechchanun),; donde con evidencia se hace alusion á los mudejares, en cuyo estado general entraron los muslimes de Granada, bien que modificado por la situacion diferente de la Península y la política de los Reyes Católicos, con faltar el nombre y la distincion de traje ordenada por las antiguas leyes, segun lo manifiesta dicha circunstancia y la de no emplearse la voz mudejar al comenzar aquellos asientos, hallándose usada terminantemente al principio de otras capitulaciones que en reducido espacio de tiempo les preceden.

Lo cual propuesto, la série de las relaciones generales pacíficas de los muslimes con los cristianos independientes, se ve enriquecida de un modo notable, acrecido el caudal histórico en lo comun, y menos ignorado por el estudio de aquellos sucesos, que determinan la mezcla de pueblos largo tiempo enemigos, unidos por el vínculo de nacionalidad á falta de los lazos de religion y de raza. Y este vínculo patriótico ha sido tan firme en la sociedad hispana, que á las veces se ha sobrepuesto á los demás vínculos, produciendo hechos históricos de inolvidable nombradía, así en las ásperas gargantas de Roncesvalles como en las empinadas cumbres de Muradal y de la Losa.

Durante la ilustre empresa de nuestra reconquista es harto frecuente en la historia patria ver reyes cristianos recibiendo colonias militares de los muslimes; ciudades y amires de los infieles que se les sometian, obligándose á tributo; pueblos enteros que se entregaban completamente á su gobierno, ó se mezclaban á la masa del pueblo cristiano á condicion de conservar su culto y leyes con alguna intervencion en su administracion privativa.

En todos estos casos hay una especie de mudejalat ó sumision de muslimes á cristianos mediante garantías, puesto que en general limi

les moros, indicando que así se designaban en Valencia y en Aragon (prout etiam in diversis Aragonum et Valentiae [regnorum

locis quae vulgariter Mendejas nuncupantur).

1 O. C. ibidem, pág. 812.

temos nuestra consideracion á la última clase que recibió más á la contínua la accion de la sociedad cristiana, reducidos los mudejares á condiciones análogas á las en que vivieron los mozárabes bajo la dominacion de los agarenos.

Dichas condiciones no fueron siempre las mismas: modificadas segun las circunstancias y la sucesion de los tiempos, su cambio produce dos épocas fundamentales, que iremos caracterizando sucesivamente.

Inaugúrase la primera no lejos del momento en que se muestra la decadencia del imperio musulman á la muerte del gran ministro amirita, amenazado por las victorias del padre del conquistador de Toledo, y á diferencia del mudejarismo, casi en gérmen, desnudo de significacion social y aislado, que surgiera de vez en cuando en los tiempos anteriores, sigue la influencia lenta, medida y uniforme del desenvolvimiento histórico-social, que llega á su cima en tiempo de Alfonso X; comprendida la segunda en el espacio que media entre la muerte de este rey hasta el año 1502, fecha fatal para los mudejares de Castilla, abraza el período de su último crecimiento, como tambien el de su más diversa organizacion y asimilacion posible.

Á estas épocas, significadas en lo de más relieve, atenta la dificultad de poner lindes por años y menudamente en negocio de tal consideracion, responde sin tormento de la exactitud histórica igual número de momentos relativos en la sociedad castellana. En el primero el mudejalato es una como necesidad del Estado, ó una conveniencia harto útil: en el segundo una condescendencia ventajosa.

Para trazar la historia de los mudejares de los reinos de Castilla, segun el estado político y social de los mismos en cada una de las épocas y momentos insinuados, prestan no escasa luz las indicaciones de nuestros escritores, diligentes investigadores en todo linaje de noticias, si esparcidas por su naturaleza y cubiertas de un tinte de menosprecio, que no sufre la averiguacion de la verdad, no fueran insuficientes á ofrecer un cuerpo de doctrina histórica: por cuyo defecto se ha menester corregirlas y ampliarlas con otros testimonios, que de ellos se nos han conservado, juntamente con las relaciones de los muslimes independientes, las cuales, aun dada su frecuente imperfeccion por el estado de apartamiento en que se hallaban respecto de sus hermanos en lengua, raza y religion, tienen valor no poco subido, por la solicitud con que se hallan escritas.

Con tales prevenciones, dispuestos á utilizar los materiales de la his

toria de ambos pueblos que hemos recogido, no sin compulsar con aficion, antes que feliz escrupulosa, cantidad considerable de sus documentos, escritos así en arábigo1 como en latin y en romance, al abrigo de la imparcialidad que conceden más de tres siglos puestos entre la época actual y los últimos sucesos de la mencionada historia y encendidos en amor vivísimo por declarar y restituir en lo que fuere justo, la alteza y virtudes de los hijos de nuestro suelo, acometemos la empresa de exponer la condicion de los vencidos conquistadores de España, que recibieron el nombre de mudejares.

1 Aquí fuera bien señalar la traza y medios, con que hemos podido allegar este linaje de datos, en buena parte poco ó nada conocidos, mayormente en lo relativo á fuente arábigas, si pudiera quedar desapercibido para alguien que han de buscarse en las publicaciones de los doctísimos Gayangos, D'Slane y Dozy, en las bibliotecas Escurialense y Nacional y en la muy provista del primero de los tres orientalistas citados. Á su amabilidad exquisita, de la cual teniamos que agradecer antes de ahora excelente direccion y consejo en los estudios orientales, somos deudores en el trabajo presente de abundante caudal de noticias y documentos, segun tendremos lugar

de advertir en el discurso de esta obra. No menos afortunados en lo tocante á erudicion hispano-latina y castellana, demás de las autoridades que citamos en el cuerpo de la obra, séanos lícito hacer presente en este sitio nuestra sincera gratitud hácia los Sres. don Tomás Muñoz y Romero, don Pedro Madrazo y don Vicente de Lafuente, señalados escritores y conocedores de la historia nacional, quienes con generosidad nada comun se han prestado á poner á nuestra disposicion documentos rarísimos de su particular pertenencia y de no dudoso interés para el asunto de nuestras investigaciones.

PARTE PRIMERA.

« AnteriorContinuar »