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CAPITULO XV.

ABDERRAHMAN III. EN CÓRDOBA:

DESDE ORDOÑO III. HASTA SANCHO I. EN LEON.

De 950 à 961.

Grandeza y esplendidez de la córte de Abderrahman III.-Descripcion del maravilloso palacio de Zahara.-Embajada del emperador griego Constantino Porphirogeneta.-Otras embajadas de príncipes extrangeros al soberano de Córdoba.-Grave disgusto de familia. Suplicio de su hijo Abdallah.-Muerte de Almudhaffar.-Ordoño III. de Leon. -Conspiran contra él su hermano Sancho y el conde Fernan Gonzalez. Frustra su empresa, y repudia á su muger Urraca.-Muerte de Ordoño III. y elevacion de Sancho el Gordo.-Sancho es destronado. -Refúgiase á Pamplona.-Pasa á Córdoba á curarse de su extremada obesidad. Su amistad con Abderrahman.-Repónele el califa en el trono de Leon.-Fuga y desgraciado término de Ordoño el Malo.Guerras y engrandecimiento de Abderrahman en Africa.-Conquista de Tunez.-Riquísimo y espléndido regalo de Ahmed.-Célebre embajada.-Othon el Grande de Alemania.-El monje Juan de Gorza.— Sobre el martirio de San Pelayo.-Ultimos momentos de Abderrahman III.-Su córte. Ciencias, letras, artes. Poetisas de su alcázar.Dicho célebre de Abderrahman III.

A cinco millas rio abajo de Córdoba habia un ameno y apacible sitio, donde Abderrahman, convidado por su frescura y frondosidad, solia pasar las temporadas de primavera y otoño. Alli hizo construir

edificios magníficos y bellos jardines, pasion predilecta de los árabes. En medio levantó un soberbio alcázar, que se propuso decorar y enriquecer con todo lo mas suntuoso y que mas pudiera halagar los caprichos de la imaginacion humana. Tan galante como espléndido el califa, dedicóle á su esclava favorita, la mas hermosa y linda de su harém, llamada Zahara, que significa Flor, y de cuyo nombre llamó á la nueva ciudad Medina Zahara, ciudad de las flores.

Para la construccion de este palacio trabajaron, dicen sus historias, diez mil hombres, mil quinientos mulos y cuatrocientos camellos. Entraban cada dia seis mil piedras labradas, sin contar las de mampostería. Hiciéronsele quince mil puertas, y sustentábanle cuatro mil trescientas columnas de mármoles preciosos. Empleábanse en su servicio interior trece mil setecientos cincuenta esclavos varones, y seis mil trescientas cuarenta mugeres. Los pavimentos y paredes eran tambien de mármol, los techos pintados de oro y azul, las vigas y artesonados de cedro con relieves de un trabajo exquisito. En los salones habia elegantes fuentes que derramaban sus aguas en tazas y conchas de mármoles de colores. En la llamada del Califa habia una de jaspe con un cisne de oro de maravillosa labor, trabajado en Constantinopla, y sobre

(4) Otros escriben Azzahra.Aun quedó entre nosotros el nombre de azahar, aplicado á la flor

del naranjo del limonero, que es una de las mas aromáticas y agradables.

la fuente del cisne pendia del techo una magnífica perla que habia regalado á Abderrahman el emperador griego Leon VI. Contiguo al alcázar estaba el generalife (1), con multitud de árboles frutales, bosquecillos de laureles, arrayanes y mirtos, estanques y lagos en que se pintaban las frondosas copas de los árboles y las arreboladas nubes del cielo. En medio de los jardines, y sobre un cerro que los dominaba, se veia el pabellon del califa, sostenido por columnas de mármol blanco con capiteles dorados, en el cual descansaba cuando volvia de caza. Las puertas eran de ébano y marfíl. Cuentan que en el centro de este pabellón habia una gran concha de pórfido con un surtidor de azogue vivo, que fluia y refluia como si fuese de agua, y daba con los rayos del sol y de la luna un resplandor fantástico. Los baños de los jardines eran igualmente de mármol, hermosos y cómodos; las alcatifas, cortinas y velos tegidos de oro y seda, con figuras de flores y animales que parecian vivos y naturales á los que los miraban. En suma, dice el escritor árabe de quien tomamos esta descripcion, dentro y fuera del alcázar estaban como compendiadas todas las riquezas y delicias del mundo que puede gozar un príncipe poderoso. Con razon, pues, escla

(4) Genat al Aryf, jardin de recreo, sitio de placer. El que con este nombre se conserva todavía en Granada al oriente de la Alhambra puede dar idea del gusto

de estos jardines, en que se mezclaba lo agreste con lo bello, y en que competian la naturaleza y el arte.

ma en su estilo otro escritor arábigo (1), «que solo el Dios del cielo podria llevar cuenta de los grandes tesoros que en esta posesion consumió el califa Abderrahman.>>

Espléndido y fastuoso en todo, hizo construir en Medina Zahara una mezquita que en preciosidad y elegancia, ya que no en grandeza, aventajaba á la de Córdoba. Edificó tambien una zeka ó casa de moneda, y otros muchos edificios, y cuarteles para el alojamiento de su guardia, que se componia de doce mil hombres, cuatro mil slavos de á pie, cuatro mil africanos zenetas de caballería, y otros cuatro mil caballeros andaluces; los gefes y capitanes de esta guardia habian de ser ó de la propia familia real, ó jeques principales de Andalucía. En sus cacerías y espediciones, ademas de la guardia militar que le acompañaba Hevaba siempre consigo un número de esclavos y esclavas, y hacia tambien que le acompañasen algunos vazzires, alcatibes, sábios, poetas y astrónomos, porque Abderrahman no daba un paso en que no desplegase una ostentacion y una pompa verdaderamente orientales. ¿Pero qué se hizo esa ciudad de delicias, ese depósito de todo lo mas magnífico y bello que la imaginacion de un árabe pudo inventar? ¿Qué fué de Medina Zahara? Ni un solo vestigio ha quedado de esta ciudad de maravillas; todo ha desaparecido, y tuviéramosla por una ciudad fantástica, y las des

(1) Ahmed Almakari, Hist. de las Dinastías mahom. en España.

cripciones que de ella hacen sus historias se nos antojáran fabulosas, si no nos certificáran de su existencia las muchas monedas en ella acuñadas que se han conservado y aun subsisten. Edificóse Medina Zahara por los años 324 y 325 (936 y 937 de nuestra era). Asi vivia el califa Abderrahman III. el tiempo que le dejaban libre las guerras de que en el capítulo anterior hemos hablado. La tregua celebrada en 944 con el rey Ramiro de Leon, le permitió poderse dedicar mas tranquilamente á los placeres del campo y al trato y comunicacion con los eruditos y sábios de su córte, que eran entonces muchos, y de los cuales andaba constantemente acompañado. La fama del esplendor y brillo de la córte de Córdoba y de las guerras de Abderrahman en Africa y España habia llegado á los reinos estrangeros y á los paises mas apartados. En 949 recibió el esclarecido príncipe Ommiada una embajada del emperador griego Constantino Porphirogeneta, hijo de Leon VI., el que le habia regalado la famosa perla del alcázar de Zahara, solicitando la renovacion de las antiguas relaciones de amistad y alianza que habian existido entre sus mayores contra los califas de Bagdad. La carta del emperador venia escrita en pergamino con caractéres de oro y azul; esta carta contenia otra en fondo azul y letras de plata, en que se espresaban los regalos que ofrecerian al príncipe musulman los enviados del monarca bizantino. La primera estaba escrita de mano del mismo empe

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