Poesías líricas, Volumen2

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Ediciones de "La Lectura", 1926
 

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Página 247 - Verdad es que en la patria no es la virtud dichosa, ni se estimó la perla hasta dejar la concha. Dirás que muchas barcas con el favor en popa, saliendo desdichadas, volvieron venturosas. No mires los ejemplos de las que van y tornan; que a muchas ha perdido la dicha de las otras. Para los altos mares no llevas cautelosa, ni velas de mentiras, ni remos de lisonjas.
Página 102 - ¡Oh libertad preciosa, no comparada al oro ni al bien mayor de la espaciosa tierra! Más rica y más gozosa que el precioso tesoro que el mar del Sur entre su nácar cierra...
Página 236 - ¿Quién pensara que el color de tal suerte me engañara? Pero ¿quién no lo pensara como no tuviera amor? Madre, en ellos me perdí y es fuerza buscarme en ellos. ¡Ay, que me muero por ellos y ellos se burlan de mí.
Página 59 - En tiempo menos discreto que el de agora, aunque de más hombres sabios, 'llamaban a las novelas cuentos. Estos se sabían de memoria, y nunca que yo me acuerde, los vi escritos...
Página 180 - Invistes con vuestro padre inobediencia alguna, corred con vuestro ejemplo mis engaños, serenad mis paternos ojos tristes, pues ya sois sol donde pisáis la luna. De la primera cuna a la postrera cama no distes sola un hora de disgusto, y agora parece que le dais, si así se llama lo que es pena y dolor de parte nuestra, pues no es la culpa, aunque es la causa vuestra. Cuando tan santo os vi, cuando tan cuerdo...
Página 104 - Cuando la noche fría con su estrellado manto el claro día en su tiniebla encierra, y suena en la espesura el tenebroso canto de los nocturnos hijos de la tierra, al pie de aquesta sierra con rústicas palabras mi ganadillo cuento, y el corazón contento del gobierno de ovejas y de cabras, la temerosa cuenta del cuidadoso rey me representa.
Página 198 - Tiene su silla en la bordada alfombra de Castilla el valor de la Montaña que el valle de Carriedo España nombra. Allí otro tiempo se cifraba España, allí tuve principio; mas ¿qué importa nacer laurel y ser humilde caña? Falta dinero allí, la tierra es corta; vino mi padre del solar de Vega, así a los pobres la nobleza exhorta.
Página 151 - Adiós, dije mil veces, dueño mío, hasta que a verme en tu ribera vuelva, de quien tan tiernamente me desvío." No suele el ruiseñor en verde selva llorar el nido de uno en otro ramo de florido arrayán y madreselva, con más doliente voz que yo te llamo, ausente de mis dulces pajarillos, por quien en llanto el corazón derramo...
Página 229 - Oigo tañer las campanas, y no me espanto, aunque puedo, que en lugar de tantas cruces, haya tantos hombres muertos. Mirando estoy los sepulcros, cuyos mármoles eternos están diciendo sin lengua, que no lo fueron sus dueños.
Página 176 - ... que se duerme mi niño, tened los ramos. El niño divino que está cansado de llorar en la tierra por su descanso, sosegar quiere un poco del tierno llanto, que se duerme mi niño, tened los ramos.

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