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1779, que se dividiese el terreno en dos partes, de las cuales, la una debia quedar á Corrientes y la otra al Paraguay; pero esta solucion que dió por resultado el límite del arroyo Hondo, poco duró, pues la cuestion volvió á suscitarse con motivo de la Real Ordenanza de Intendentes de 1782, que señaló á Buenos Aires y al Paraguay todo el territorio del Obispado correspondiente á cada una de estas Intendencias. En su consecuencia el Gobernador Intendente del Paraguay Don Pedro Melo de Portugal, en 1784, exortó al Teniente-Gobernador de Corrientes Don Alonso Quesada para que se sirviese desalojar el fuerte de Curupayty, por entrar este dentro de los términos de su Gobierno.

Quesada se opuso á esta peticion, apoyado en las anteriores alegaciones de Corrientes, en vista de lo cual el citado Gobernador Intendente del Paraguay acudió á la fuerza é hizo efectiva su jurisdiccion y dominio sobre dicho fuerte.

Pero aquel protestó contro el acto violento y acudió al Virey contra semejante procedimiento.

Durante el coloniaje sostuvieron sucesivamente Alós y Brú, Lázaro de Rivera y Don Bernardo de Velazco el derecho del Paraguay sobre las Lomas de Pedro Gonzales hasta el rio Paraná.

El último tenía la posesion hasta este rio, cuando cayó su autoridad española para levantarse sobre ella la autori dad de la soberania popular paraguaya.

Por resolucion del Virey Arredondo, el 5 de Noviembre de 1792 la poblacion de Neembucú pasó á la categoria de la Villa del Pilar, confirmándose así la lejítima autoridad del Paraguay sobre el territorio situado al Sud del rio Tebicuary; pero es fuera de cuestion que existía un litijio pendiente sobre el fuerte de Curupayty y la parte comprendida desde el arroyo Hondo hasta el rio Paraná. Y puede decirse que esta era la única cuestion que habia entre la antigua Provincia del Paraguay y el Rio de la Plata al

terminar el período del coloniaje español, como lo vere mos más adelante. (a)

(a) Sobre el litijio de las Lomas de Pedro Gonzales y Curupayty, véase: Coleccion de datos y documentos referentes á Misiones como parte integrante del territorio de la Provincia de Corrientes, hecha por una Comision nombrada por el Gobierno de ella (pág. 3: á 58 y 95 á 109). Memoría sobre los Límites entre la República Argent na y el Paraguay, por Belisario Saravia (cap 8, 90 y 10, pág. 59 á 120). Cuestion de limites entre la República Argentina y el Paraguay, por Manuel Ricardo Trelles (cap. V, pág. 49 á 51).

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CAPÍTULO XVII

Usurpaciones portuguesas-Respuesta del Ministro Español Marqués de Grimaldi al Embajador de Portugal sobre ellasUsurpacion de Cuyabá, Matogroso, Santa Rosa el Viejo, San Francisco de Paulo, el Guaira, Rio Grande y otras rejiones hasta el Marañon y el Amazonas-Reclamacion reivindicatoria contra estus y otras usurpaciones portuquesas-Carta de Don Manuel A Flores al Marqués de Valdelirios sobre la misma materia-Capitania General de Cuyaba, Matogroso y la Sierra del Paraguay-Via de comunicacion entre San Pablo y la Provincia de Ma togroso-Razon de la adopcion del Igurey por limite— Diferentes maneras de escribir este nombre-El Yaguary no es el Igurey-Situacion del verdadero Igurey-Su contravertiente El Igurey pretendido por los portuguesesNombres diversos-Coimbra y Alburquerque-Exploracion y protesta de Martin Boneo-Argumentos portuguesesInsubsistencia de ellos-Reclamación á la Corte de Lisboa Fromesa de demolicion de Coimbra y AlburquerqueTentativa de ocupacion de Pan de Azucar-El Fuerte Borbon contiene las usurpaciones portuguesas-Escursiones hasta Bahia Negra y al interior del Chaco Espedicion del Coronel Espinola por el rio Bermejo-Espedicion del Gobernador Intendente don Lázaro de Rivera contra los portugueses de Coimbra y Alburquerque-Significacion de este hecho.-Observaciones.

Destruidas y abandonadas la ciudad de Villa Rica del Espiritu Santo sobre el rio Huibay, la Ciudad Real sobre el Paraná y la Segunda Jerez sobre el rio Pardo ó Camapuán, los mamelucos portugueses dirijieron sus miras de usurpacion al Norte del Paraguay.-Con tal motivo conviene recordar algunos números ó capítulos de la Repuesta á la Memoria presentada el 16 de Enero de 1776 por cl Embajador de Portugal Don Francisco Inocencio de Souza Coutiño relativo á la negociacion entablada para tratar del arreglo y señalamiento de límites de las posesiones españolas y portuguesas en la América Meridional. El Ministro Español Marqués de Grimaldi, se espresa asi:

63. Mandame no obstante lo dicho, S. M. no omitir hacer aquí especial mencion de algunos Establecimientos mas de los Vasallos Portugueses en Dominios de esta Corona, y voy á cumplir tan superior precepto.

« 64. En el año de 1724, y en los subsiguientes fueron infestados por los Moradores de S. Pablo los Terrenos que baña el Rio Cuyavá, donde existen las Minas Cuyavá. Su riqueza dió motivo á la Corte de Lisboa para nombrar á César de Mineses el año de 1729 por Gobernador que mandase á los Bandidos que se habian fijado allí atrahidos del oro, concediéndole facultad para fundar la Villa de Buen Jesus de Cuyavá y habiéndose despues erijido Provincia lo que hoy se denomina de Cuyavá. »

« 65. Acia la parte Occidental del Rio Paraguay yace una Sierra llamada Matogroso, que por ser muy abundantes de buenos Labaderos de oro, empezaron á frecuentar los Portugueses Paulistas establecidos ya en Cuyavá. Pobló allí en el año de 1732 Antonio Hernandez de Abreu, dando á aquel Establecimiento el nombre de Real de Minas, que en 1734 trocó por el de S. Francisco Xavier de Matogroso. Comunicábase esta Villa con la de Cuyavá atravesando los dos rios Jaurú y Paraguay; pero el deseo de hallar camino mas recto que evitase su paso hizo reconocer á los Paulistas una sierra alta donde tiene su verdadero orijen el Rio Paraguay, y en las vertientes de ella, al Sur descubrieron muestras de exelente metal oro, y una mina de diamantes que se conserva intacto y con guardias de vistas. »

« 66. Como, con el motivo del tratado de Límites, se desocupó el pueblo de Santa Rosa el viejo, situado ácia la Márjen Oriental del Rio Itenés, que donominan tambien Guaporé, en los confines de las Misiones de los Moxos y Baures de la Gobernacion de Santa Cruz de la Sierra se establecieron en él los Portugueses por disposicion de D. Francisco Rollin de Moura, Gobernador de Matogroso, quando se acababa de anular dicho tratado. Pidióse luego por nuestra parte la restitucion del Pueblo de Santa Rosa

el viejo; pero Moura que habia resuelto retenerle, se aceleró á fortificarle, y no solo afirmó allí un Presidio sino que procedió despues á fundar otras Poblaciones en el distrito por donde corre Itenés, desatendiendo de este modo las varias instancias que el Gobernador de Santa Cruz de la Sierra le repitió para que mandase evacuar y abandonar aquellos territorios comprendidos en nuestra demarcacion. »

67. Algunos años despues, por Agosto del de 1767, uniéndose de nuevo diferentes Moradores de S. Pablo con algunos asesinos, prófugos de la Villa de S. Isidro de Curuguatí, de la Provincia del Paraguay, por haber sido cabeza de rebelion, principiaron otro Establecimiento á 30 leguas de dicha Villa en la Márjen del Rio Igatimi que desagua en el Paraná, capitaneados por el cabo de Banderas Portugués Juan Martinez Barros. Noticioso de ello el Gobernador del Paraguay comisionó en Diciembre del propio año á su Teniente de Gobernador para que pasase á intimar á Barros desocupase luego aquel sitio. Finjieron los Portugueses estaban allí de tránsito por haberse adelantado solo con el fin de perseguir á una partida de Indios Bárbaros Ladrones, y despues de asegurar con mil protestas que al instante retrocederian á S. Pablo, principiaron á edificar presurosamente un Fuerte denominado S. Francisco de Paulo, el qual concluyeron mediante los auxilios que de la misma Capitania de S. Pablo se les enviaron con porcion de artilleria, municiones y número de Tropa que le guarneciese. Desde entonces permanecen los portugueses en aquel puesto, desestimando los reitera. dos requerimientos del Gobernador del Paraguay, sin duda. á causa del interés que se les sigue de conservar aquella colonia, por cuyo medio aseguran los Paulistas la comu. nicacion mútua con los moradores de su propia Nacion, que ocupan no solo los Campos de la antigua Ciudad de Jerez, la cual teniamos fundada á la orilla del Rio Mboteteí, que desagua en el Paraguay, y los de la Ciudad y Provincia del Guairá, asolado como aquella por los mismos

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