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FUNDACIÓN

DE LA

COMPAÑÍA DE JESÚS

LIBRO PRIMERO

Fundación de la Compañía

CAPÍTULO PRIMERO

SAN IGNACIO DE LOYOLA ANTES DE SU CONVERSIÓN

SUMARIO: 1. Patria, padres y nombre de San Ignacio.-2. Fecha de su nacimiento. -3. Noticias acerca de su juventud. - 4. Instrucción y costumbres.-5. Varios biógrafos falsean algo la imagen de Ignacio.-6. Verdadero retrato del joven caballero según los contemporáneos.

FUENTES CONTEMPORÁNEAS: 1. Documentos sobre la vida y milagros de S. Ign.-2. Gon zález de Cámara, Vida del P. Ignacio.-3. Laínez, Carta al P. Polanco.-4. Nadal, Miscellanea de regulis S. J.-5. Polanco, Vita P. Ign.-6. Varia historia. Relación.-7. Antonio Láriz, Relación.--8. Ribadeneira, Vida de S. Ign.

1. En el término de la villa de Azpeitia, provincia de Guipúzcoa, dos kilómetros al Oeste del casco de la población, se levanta el majestuoso santuario de Loyola. El viajero, que desde Azpeitia se dirige á visitarlo, se encuentra ante todo con la espaciosa escalinata que da acceso á la iglesia de San Ignacio. Este templo, de figura rotonda, sólidamente construido y adornado con algo profusa magnificencia, ocupa el centro de toda la construcción. Á los dos lados y á la espalda de la iglesia se extienden tres rectángulos vastos y bien proporcionados. Si al llegar el viajero al pie de la escalinata, endereza sus pasos á la izquierda, hacia la puerta que se abre en medio del ala derecha del edificio, puede ya, desde el umbral de esa misma puerta, contemplar la casa solariega de los Loyolas.

Ésta, que ahora se llama la Santa Casa, es un edificio de forma casi cúbica y de no muy grandes proporciones, enclavado entre las paredes del ala derecha del santuario. Hasta la mitad, poco más o menos, de su altura la construcción es de piedra, y desde allí en adelante de ladrillo. El enorme espesor de las paredes, la falta de ventanas en la parte inferior y los torreoncitos en que terminan las cuatro

esquinas, manifiestan claramente el carácter de fortaleza que daban á sus viviendas muchos señores de la Edad Media (1). En esta casa vino al mundo el fundador de la Compañía de Jesús.

Fueron los padres de San Ignacio D. Beltrán Yáñez de Oñez y Loyola y D.a Marina Sáenz de Licona y Balda, ambos de noble linaje. La casa de Loyola, cor la que se había juntado poco antes la de Оñaz, era de las principales de Guipúzcoa y de las que se llamaban de parientes mayores, los cuales tenían el honroso privilegio de haber de ser invitades por cartas del rey mismo, cuando debían reunirse los nobles para prestar el juramento de fidelidad y en otros casos solemnes (2). La casa de la madre de San Ignacio está situada en la villa de Azcoitia, aunque, segun parece más probable, D.a Marina vió la luz en Ondarroa, pueblo crecido de la costa de Vizcaya (3).

Trece hijos, según Ribadeneira (4) y Polanco (5), tuvieron don Beltrán y D. Marina, ocho varones y cinco hembras. El último de los varones, y, según varios autores, de todos trece hijos, fué el glorioso patriarca, que, bautizado en la parroquia de San Sebastián de Azpeitia, recibió el nombre de Íñigo, que después se había de mudar en el de Ignacio.

¿Cuándo ó cómo se hizo esta mudanza? No está muy claro. Ateniéndonos á los escritos del santo, vemos que al principio firmaba sus cartas con esta humilde fórmula: De bondad pobre, Íñigo. La primera vez que aparece el nombre de Ignacio es en el año 1537, en carta dirigida á micer Pedro Contarini (6), y firmando el santo en latín. Desde entonces, durante algunos años, aparecen los dos nom

(1) Quien desee más noticias sobre la casa de San Ignacio, puede consultar el curioso estudio histórico del P. Rafael Pérez, S. J., titulado La Santa Casa de Loyola. Bilbao, 1891.

(2) Véanse los Bolandos Acta Sanctorum Julii, t. vII. De S. Ignat., § 2.o

(3) Véanse las noticias que hay sobre la madre de San Ignacio en Henao, Averiguaciones de las antigüedades de Cantabria. Adición á la Dedicatoria.

(4) Vida de S. Ign., l. 1, c. 1.

(5) Vita P. Ign., p. 10. El P. Henao, en la obra citada, 1. 111, c. xxxv, reduce á diez los hijos de D. Beltrán y D." Marina, siete varones y tres hembras, añadiendo como dudosas dos hijas. Como no da ninguna prueba positiva de que San Ignacio no tuviese más hermanos de los que él le atribuye, nos atenemos al dicho de Ribadeneira y Polanco. Por lo demás, recomendamos este capítulo y los siguientes del P. Henao, por las curiosas noticias que recogió sobre el linaje de los Loyolas desde el siglo XII hasta el XVII. Véase también el árbol genealógico de las familias de Oñaz y Loyola empezado por el P. Cabré y terminado por el P. Vélez, en la obra Monum. hist., S. J. Polanco, Hist. S. J., t. 1, apénd. 2.°

(6) Cartas de San Ignacio, t. 1, p. 382.

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