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Contando esos Hermanos cuyo nombre falta, son 139. Después de este catálogo sigue otro de varios colegios, hecho entre 1553 y fines de 1554, con breves notas sobre el talento, salud, etc., de cada uno. En algunos hay diferencia en los nombres, lo cual puede atribuirse á las muchas mudanzas que hubo en este año 1554.

(Toletanae [Provinciae]. Catalogi 1550-1559, f. 1.o)

CAPÍTULO XII

NUEVOS COLEGIOS EN ESPAÑA DESDE LA PROMULGACIÓN DE LAS CONSTITUCIONES HASTA LA MUERTE DE SAN IGNACIO

(1554-1556)

SUMARIO: 1. Aumento de la Compañía en España.-2. Colegio de Córdoba abierto el 11 de Diciembre de 1553.-3. El P. Nadal arregla su fundación por Enero de 1554.-4. Conversión del principal fundador.-5. Colegio de Ávila.-6. Colegio de Cuenca.-7. Colegio de Plasencia ofrecido en Trento al P. Laínez por el obispo D. Gutierre de Carvajal.-8. El P. Villanueva lo empieza en 1554.— 9. Conversión de D. Gutierre.-10. Principio del colegio de Sevilla.-11. Residencia de Granada abierta en 1554, y que muy pronto se convierte en colegio.-12. Noviciado de Simancas.-13. Breves noticias sobre las fundaciones de Murcia, Monterey y Sanlúcar de Barrameda.

FUENTES CONTEMPORÁNEAS: 1. Epistolae mixtae.-2. Litterae quadrimestres.—3. Polanco, Historia S. J.-4. Epistolae P. Lainez.-5. Epistolae P. Nadal.-6. Ribadeneira, Historia de la Asistencia de España.-7. Ambrosio de Morales, Historia manuscrita de Córdoba. -8. Actas del ayuntamiento de Córdoba.-9. Actas del cabildo de Ávila.-10. Ídem de

Plasencia.

1. Ya tenemos tres provincias en España. El P. Estrada dirígese á la de Aragón, resuelto á vencer las dificultades que se levantan contra el colegio de Zaragoza. El P. Miguel de Torres baja á la Andalucía para terminar los negocios de Córdoba, y esperando fundar nuevos colegios en Granada, Sevilla, Baeza y Sanlúcar. El P. Araoz queda en Castilla, algo contristado por los avisos que le da el P. Nadal sobre abandonar los negocios seglares, pero animado de buen espíritu y resuelto á promover con todas sus fuerzas la mayor gloria divina. Finalmente, el P. Francisco de Borja, superior de todos, está decidido, como decía Nadal, á fundar colegios y tomar gente, que es una bendición de Dios. Un súbito y extraordinario crecimiento, así de individuos como de colegios, se siguió en la Compañía de España á la promulgación de las Constituciones. Aun no existían en 1554 casas de noviciado, y los que pretendían entrar en la Compañía eran recibidos y educados en los colegios.

Por las cartas cuadrimestres nos consta que en los primeros cuatro meses del año 1554 fueron admitidos en Alcalá nueve postulantes (1) y en Valencia diez (2). Aún más vocaciones se despertaban en Salamanca entre la juventud estudiosa de aquella universidad. Cuando á fines de Marzo del mismo año pasó por allí el P. Nadal, admitió á once, dando orden, empero, que no entrasen todos de una vez, sino que fuesen admitidos en casa con algunos intervalos de interrupción, para que fuese más fácil el educarlos en la vida religiosa (3).

Al mismo tiempo que Dios proporcionaba buenos sujetos á la Compañía, infundía también en personas ricas y poderosas deseos piadosos de fundar colegios á nuestra Orden.

2. El de Córdoba debió su origen al noble y piadosísimo P. Antonio de Córdoba, de quien ya hemos hecho honorífica mención en capítulos pasados. Apenas entró religioso el buen D. Antonio, concibió deseos vehementes de establecer la Compañía en Córdoba, su patria. Para lograr este objeto escribió á su madre D. Catalina Fernández de Córdoba, marquesa de Priego, de cuya piedad ́estaba seguro que acogería tan santa idea. Aprobada por la noble señora la proposición de su hijo, escribieron ambos á San Ignacio, pidiéndole un colegio en Córdoba, y ofreciendo para ello la renta de una canongía y una dignidad que D. Antonio tenía en aquella ciudad (4). El santo Patriarca, consultándolo con el P. Nadal, determinó que partiese á Córdoba el P. Villanueva para asentar los principios de aquella fundación. Por otra parte, San Francisco de Borja sugirió que enviasen al mismo D. Antonio, cuya presencia facilitaría la ejecución de lo comenzado. Escribióse, pues, á Villanueva, mandándole partirse para Andalucía, y hubiérase puesto de camino al instante el rector de Alcalá, si una enfermedad no le hubiera detenido algunos meses. Hé aquí cómo se explica el mismo Villanueva en carta á San Ignacio, fecha el 2 de Setiembre de 1553: «Hubiera ido al principio, si nuestro Señor no me lo hubiera impedido con una enfermedad que me dió á primeros de Julio, que me ha durado hasta ahora, y aunque ando levantado y estoy mejor, todavía no estoy tan libre que para escribir ésta no sea menester buscar mano

(1) Litterae quadrimestres, t. 11, p. 629.—(2) Ibid., t. 111, p. 126.—(3) Epistolae P. Nadal, t. 1, p. 255.

(4) Véase la carta de D. Antonio en Epistolae mixtae, t. 11, p. 788. No conservamos la carta de la marquesa que D. Antonio mandaba junto con la suya.

ajena. Pienso, placiendo á la bondad de Dios, de aquí á quince días partirme para Córdoba. El P. D. Antonio quedó esperando, según he entendido, en Medina, y ansi creo que vendrá por aquí y nos iremos ambos» (1).

Llegó Villanueva á Córdoba acompañado del Hermano Alonso López, licenciado, el 26 de Setiembre de 1553 (2). Adelantóse luego á Montilla, donde residía la marquesa de Priego, y donde ya estaba el P. D. Antonio, venido de Medina. Trató Villanueva con ambos. sobre los medios de fundar el colegio, y resolvieron todos tres que convenía interesar en el asunto á la ciudad misma de Córdoba. Ya la marquesa había dado por su cuenta algunos pasos en este sentido, aunque sin llegar á un acuerdo definitivo con el ayuntamiento (3). Ahora juzgó conveniente que el P. Villanueva se encargase por sí mismo de esta negociación. Por aquellos días llegaron de Alcalá los PP. Benito y Navarro con los Hermanos Marcelo, Bernardo y Ramírez. Dejólos á todos aposentados en Montilla el P. Villanueva, y él con su compañero volvió á Córdoba. Fué introducido en el ayuntamiento el 13 de Octubre, y después de presentar unas cartas de recomendación que le había dado la marquesa (4), explicó á los regidores el fin é instituto de la Compañía, les propuso el plan de fundar un colegio en Córdoba, y pidió para esto el poderoso apoyo de la ciudad. Fué bien recibida la proposición por el ayuntamiento, y tal vez se hubiera animado él mismo á costear todos los gastos de la

(1) Epistolae mixtae, t. 111, p. 463. Por esta carta de Villanueva se corrige el yerro cronológico del P. Roa, quien pone la entrada en Andalucía de los PP. Villanueva y Antonio de Córdoba en el año 1552. Por esta carta se ve que este hecho ocurrió en Agosto de 1553, y entonces no fueron los dos Padres, sino Villanueva y un Hermano.

(2) Litterae quadrimestres, t. 11, p. 499. El P. Bustamante, que llegó á Córdoba con San Francisco de Borja el 18 de Octubre, dice que estaban allí Villanueva y los otros desde un mes antes. Epistolae mixtae, t. III, p. 574. La fecha puntual la da el P. Ribadeneira, Historia de la Asistencia de España, l. 1, c. XXIII.

(3) Así nos lo demuestra un escrito, relativamente moderno, pero fundado sin duda en documentos contemporáneos. Aludimos á la obra anónima intitulada «Memorias de el Colegio de la Compañía de Jesús | de | Córdoba. | Desde el año de 1553 hasta el | de | 1741.» Guárdase en el instituto provincial de Córdoba. El autor, que debe ser algún jesuíta del siglo XVIII, morador de aquel colegio, describe minuciosamente los pasos de la fundación, citando á veces documentos antiguos, ya de nuestro colegio, ya de la ciudad, los cuales por desgracia parecen haber desaparecido. Véase el c. I.

(4) El autor anónimo de las Memorias dice haber visto estas cartas en el archivo de la ciudad. Ibid. Cuando yo visité este archivo, por Junio de 1900, no pude hallar estas cartas.

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