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moderna, salvas algunas raras excepciones, en que nos ha parecido conveniente conservar la ortografía del original, peregrino y curioso del documento. Sabido es que en el siglo XVI cada español tenía su ortografía particular. Además, las cartas originales de personajes ilustres, aunque firmadas por ellos, suelen estar escritas por mano de amanuense. En el caso de nuestros documentos, los escribientes solían ser sencillos Hermanos coadjutores, cuya ortografía consistía en carecer de toda ortografía (1). Reproducir textualmente los caprichos ortográficos del original es propio de colecciones de documentos, y nosotros lo hacemos en los que publicamos por vía de apéndice; pero presentar en el texto de la obra un mosaico de abigarradas ortografías, nos ha parecido grave inconveniente, porque si gustaría á tal ó cual erudito, había de dar en ojos á la mayoría de los lectores. Al citar textos no cambiamos ni una palabra, y, por consiguiente, ni una idea. Solamente cuando el yerro del amanuense es manifiesto, ó cuando falta alguna palabra para completar el sentido, ó cuando el vocablo es hoy desusado, añadimos entre paréntesis cuadrado la corrección ó aclaración.

Quiera Dios que acertemos en la vasta obra que empezamos. Complicadísima es la historia de la Compañía de Jesús, y sería temerario esperar que en tanta multitud y variedad de acontecimientos habíamos de llegar siempre al pleno conocimiento de la verdad. Algo haremos, si logramos demostrar el verdadero carácter de los principales hechos de la Compañía, y si conseguimos encadenarlos de suerte que, sin mucha dificultad, pueda seguirlos el atento lector.

(1) La anarquía ortográfica llega hasta el extremo chistoso de darse cartas españolas escritas con ortografía italiana. En el Registro del P. Laínez hay cartas que debieron ser escritas al dictado por algún amanuense italiano, el cual mezcló deliciosamente nuestro lenguaje con su ortografía. Así, por ejemplo, la frase «llévenle á Valladolid, para que se cure de sus muchos achaques», la escribe el buen italiano en esta forma: «Gliévenle á Vagliadolid, para che se cure de sus muscios acciaches.» ¿Cómo habíamos de reproducir en el texto semejante algarabía?

INTRODUCCIÓN BIBLIOGRÁFICA

Las fuentes históricas de donde hemos sacado cuanto escribimos en este tomo, son muy diversas y no fáciles de clasificar. Quisiéramos presentarlas al lector ordenadas según sus condiciones intrínsecas, lo cual sería más filosófico y racional. Pero siéndonos esto imposible, por la gran diversidad de los documentos y libros que habremos de citar, nos contentaremos con una división más externa, pero sencilla y clara. Dividiremos todos los documentos y autores en dos grandes grupos de Contemporáneos de los sucesos y No contemporáneos. Cada uno de estos grupos lo subdividiremos en otros dos, que son Inéditos é Impresos.

Contemporáneos inéditos.

EN PODER DE LA COMPAÑÍA: De los documentos inéditos que nos han servido para este volumen, unos se hallan en poder de la Compañía, otros han aparecido en archivos y bibliotecas públicas. Sabido es que en el siglo XVIII, al expulsar á nuestros Padres, se apoderaron los gobiernos de los papeles de la Compañía. Depositados éstos en archivos y en otros establecimientos públicos, hubieron de sufrir las tremendas vicisitudes que se dejan entender, al tiempo de las tormentas revolucionarias. Ahora van apareciendo acá y acullá los míseros restos de tan horrible naufragio. Alguna parte de sus antiguos manuscritos pudo conservar la Compañía después de tantas calamidades. He aquí la descripción de los volúmenes inéditos que poseemos, y nos han servido en este tomo. Los designamos con el título que actualmente llevan, aunque tal vez sea muy moderno y puesto cuando se les acomodó la última encuadernación. Pero como este título es á veces enmarañado y larguísimo, para simplifi

car las citas adoptamos los títulos abreviados que ahora indicaremos á nuestros lectores. Ponemos primero en paréntesis cuadrado los títulos abreviados de que nos servimos, y luego los títulos extensos tal como se leen en los volúmenes.

[Regest. S. Ign.] Regestum litterarum S. P. Ignatii.—Cinco gruesos tomos en folio, donde se contienen las copias de las cartas que San Ignacio, ó en nombre suyo el P. Polanco, escribieron á diversas personas para el gobierno de la Compañía. En los primeros siete años de nuestra Orden, no sabemos que se llevase registro alguno de las cartas que el santo patriarca mandaba á diversas partes. Cuando el P. Juan de Polanco fué nombrado secretario de la Compañía en 1547, empezó á formar un registro de lo que escribía el P. General, pero contentabase al principio con anotar un brevísimo extracto de cada carta. Advirtiendo después lo necesario que era conservar íntegro el texto de todo lo que se escribía, comenzó á guardar copia exacta de todos los documentos. Con aquellos extractos y con estas copias se llenaron los cinco tomos que conservamos, aunque no todo el contenido de ellos sea del tiempo de San Ignacio, pues en los tomos iv y v sólo el principio pertenece al santo. Lo restante es del P. Laínez. Ya por descuido de los amanuenses, ya por el desorden de quien encuadernó las copias, se nota en ellas bastante perturbación cronológica. He aquí el contenido de cada volumen.

Tomo 1. Es el más confuso de todos. En los primeros 55 folios hay cartas enteras del año 1553, siguen 10 folios de extractos de cartas, pertenecientes generalmente al año 1552, vuelven cartas enteras del año 1553, y después continúan otros extractos hasta el folio 113. Aquí empieza lo más antiguo del tomo. Desde el folio 113 hasta el 144 hay extractos numerosísimos de cartas sobre destinos de la personas. Abarca esta parte un espacio de cinco años (Octubre 1547-Noviembre 1552). Desde el folio 144 hasta el 206 se encierra otra serie larguísima de extractos sobre negocios de la Compañía despachados en los mismos cinco años. Desde aquí hasta el 222, en que termina el tomo, aparecen ya cartas enteras, ya extractos, ya también apuntes del P. Polanco sobre la solución que daba San Ignacio á determinados asuntos, etc. Hay bastantes páginas en este tomo de letra del P. Polanco, aunque es más lo escrito por otros

amanuenses.

Tomo 11. Lleva en la primera página este título: «Italia, Germania, Hispania: 1553, 1554.» Aquí ya no hay extractos. Todas son cartas enteras, dirigidas no solamente á las tres regiones indicadas en el título, sino también á otros países. Excepto unos 15 folios, donde se contienen cartas de 1553, todas las demás pertenecen al año 1554. Están divididas en varios grupos, según los países á que se dirigen, y en cada grupo se sigue el orden cronológico. Ya aquí desaparece casi por completo la letra de Polanco.

Tomo 111. Aunque en el título dice: «Italia, Germania, Gallia: 1554, 1555, 1556», encierra también el volumen la correspondencia con otras regiones. Desde el folio 118 hasta el 202, las cartas son para las provincias de Aragón, Castilla y Andalucía. Después empiezan las cartas dirigidas á Portugal, India y Brasil, y tras ellas aparecen algunas cartas para España, hasta el folio 233. El tiempo de la correspondencia contenida en este tomo se extiende desde Diciembre de 1554 hasta Febrero de 1556. El orden y modo de copiar las cartas es parecido al que se observa en el volumen precedente.

Tomo IV. «Italia: 1556, 1557. Efectivamente, las cartas son exclusivamente para casas y personas de Italia. Sólo pertenecen á San Ignacio las cartas contenidas en los 131 primeros folios. Al fin de ellos hay esta nota: «Fin qui per

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comissione di nostro benedetto P. M. Ignatio, il quale in questo di passó di questa vita presente all' altra senza fine.» Las cartas prosiguen hasta Octubre de 1557, habiendo empezado el 16 de Febrero de 1556.

Tomo v. Como se indica en el titulo, comprende este volumen las cartas dirigidas á Francia, Flandes y Alemania desde el 3 de Marzo de 1556, hasta el 1.o de Abril de 1559. Los 46 primeros folios pertenecen solamente á San Ignacio. Ha debido perderse algún tomo de este precioso registro, pues en ninguna parte aparecen las cartas dirigidas á España, Portugal y la India, en el último medio año de la vida del santo.

[Exemp. hisp. Exer.] «Exemplar Hispanicum | Exercitiorum Spiritualium | A. S. P. N. Ignatio | Probatum variisque in locis munu propria | Emendatum. Se ha perdido el primitivo autógrafo que escribió San Ignacio, y qué fué examinado por aquella comisión de Salamanca el año 1527, cuando el santo fué preso por la autoridad eclesiástica. El manuscrito más antiguo que conservamos fué posteriormente encuadernado en pasta, juntamente con la primitiva versión latina hecha en 1541, y con ella forma un volumen en 4.0, cuyos folios miden 216 milímetros de largo, por 157 de ancho.

Este ejemplar es el que la Congregación general quinta, celebrada en 1593, llamó autógrafo, y con el nombre de autógrafo suele citarlo el P. Roothaan en sus notas á los Ejercicios, aunque advirtiendo en el prólogo, como es la verdad, que está escrito por amanuense, pero revisado y corregido por mano de San Ignacio. Antes del texto de los Ejercicios hay un folio donde se copia un fragmento que el P. Boero dice ser de una carta del P. Ribadeneira. Empieza así: «Ihs | Existimo exemplar hoc.....,» etc. En este párrafo nos da Ribadeneira estas noticias, no despreciables. Debieron existir tres manuscritos principales de los Ejercicios, uno el primitivo, escrito por el santo, que se ha perdido; otro éste, que parece copia del primero, y por fin un tercero, que solía llevar consigo el P. Nadal, y del cual poseía una copia el P. Ribadeneira. Este último era un poco más limado en el estilo, y según conjetura probable, sobre él se hizo la traducción latina que se presentó para obtener la aprobación de Paulo III.

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En el folio siguiente empieza el texto de San Ignacio sin ningún otro título, en esta forma»: «Ihs | Annotaciones para tomar alguna inteligencia en los exercicios spuales | que se siguen y para ayudarse así el que los a de dar como el que los a de rescibir.» Sigue todo el libro de los Ejercicios en 64 folios numerados, incluyendo la primera hoja de Ribadeneira. Alguno debió reparar en la impropiedad de comprender ese folio en la numeración del texto ignaciano, y puso al pie de las hojas, en el borde exterior, otra numeración, que llega hasta el núm. 63, aunque en algunas hojas ha desaparecido el número, por berse gastado un poco las puntas inferiores del papel. Por lo demás, el manuscrito está bien conservado, y la letra del amanuense es muy legible. El texto es el mismo que se imprimió en Bilbao: «Thesaurus spiritualis Societatis Jesu», 1887, pues el texto castellano de esta edición se corrigió por este manuscrito. La única variación que se nota es tal cual mudanza ortográfica de poca monta, en que los editores se tomaron la libertad de acomodarse á la ortografía moderna. Las correcciones hechas por mano de San Ignacio son diez y ocho. Ninguna de ellas introduce alteración notable en el texto, y todas ellas se dirigen á expresar con más exactitud algunos pensamientos del libro.

[Exerc. Trans.] Exercitiorum | I et II | Translatio.-Este título lleva por defuera un tomo en folio encuadernado en pasta, donde se contienen los dos ejemplares presentados á la censura para obtener la aprobación pontificia de los Ejercicios. Ambos ejemplares están hermosamente escritos (sobre todo el pri

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