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HISTORIA DE

ESPAÑA EN EL SIGLO XIX

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ESPAÑA

EN EL SIGLO XIX

SUCESOS POLÍTICOS, ECONÓMICOS, SOCIALES Y ARTÍSTICOS, ACAECIDOS

DURANTE EL MISMO.

DETALLADA NARRACIÓN DE SUS ACONTECIMIENTOS Y
EXTENSO JUICIO CRÍTICO DE SUS HOMBRES,

POR

D. FRANCISCO PI Y MARGALL

(OBRA PÓSTUMA)

Y

D. FRANCISCO PI Y ARSUAGA

ILUSTRADA POR J. PASSOS Y P. BÉJAR

TOMO II

BARCELONA

MIGUEL SEGUÍ EDITOR

RAMBLA DR CATALUÑA, 123

1903

ES PROPIEDAD DEL EDITOR.

Fot. - Tip. - Lit. del Album Salón. — Rambla de Cataluña, 125.

M

1038344

CAPÍTULO XVII

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I

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Situación de América. - Sus quejas. Conducta de la Junta central y de la Regencia. — La Infanta Carlota. · BUENOS AIRES. Liniers y Elio. El 1.o de Enero de 1809. - Don Baltasar Hidalgo de Cisneros. - Instrucciones que llevaba. — Reunión de jefes de las milicias. - Sublevaciones de Charcas y la Paz. Libertad comercial.- El bandolerismo y el duelo. Sociedad secreta. El 18 de Mayo. La asamblea del 22. - Castelli, Villota, Passo. - Vacilaciones del Ayuntamiento. — Ultimátum de los revolucionarios. — Nueva Junta popular. — Propaganda revolucionaria. - Paraguay y Montevideo. - Deportación del virrey y de los oidores de la Audiencia. La Junta forma un ejército. - Ocampo. - Situación de Liniers. Fusilamientos. — Acciones de Cotagaita y Sinpacha. — Nuevos fusilamientos. — Acción en la pampa de Aronca. La Paz se adhiere å la Junta de Buenos Aires. — Belgrano contra el Paraguay. Capitulación. - Bloqueo de Buenos Aires. Elio. Escuadrilla revolucionaria. - Belgrano depuesto.

Determinaron los sucesos de la Península hondas perturbaciones en toda

América.

La desdichada política colonial de nuestros Reyes había, inconscientemente, fomentado justo descontento.

Sin Reyes la Nación, pudieron los americanos alentar la esperanza de una variación de conducta en la metrópoli.

Después de las saludables advertencias del Conde de Aranda y de los sucesos que luego confirmaron sus previsiones, parecia natural que nuestros gobiernos hubiesen meditado más la actitud que convenia adoptar respecto de nuestros hermanos de allende los mares.

Estudiar sus quejas hubiera sido patriótico. Igualarlos absolutamente á nosotros, acto de justicia.

Algo de esto pensó hacerse, algo se inició en decretos y manifiestos; pero se hizo tarde y, ¿por qué no decirlo?, se hizo más fiando al efecto de las palabras halagadoras y de las promesas inconcretas que en la elocuencia de los hechos.

Depuestos nuestros Monarcas, tanto por sus errores y sus flaquezas como por los ardides de la napoleónica astucia, invadida la Nación por extranjero ejército, entregadas á sí mismas las provincias, interrumpido, sino caducado el poder de la realeza, ¿no aconsejaba lo anormal de las circunstancias que procurá

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