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la vela desde Veracauz y deteniéndose en Tabasco con una parte de sus reclutas, envió los buques y todo el resto de la fuerza á su hijo que se hallaba en Campeche para continuar la conquista de Yucatan. ¿Pero qué era todo esto contra las fuerzas confederadas de las provincias de la Península que se habian propuesto no dejarse subyugar? Pronto los Españoles se rindieron á la constante fatiga. Aun aquellos de los indios que por no ser de los guerreros, por temor ó que por cualquier otro motivo, hacian amistad con los extranjeros suministrándoles provisiones, suspendieron toda comunicacion, y los soldados españoles, cansados, heridos, mal alimentados y sufriendo el clima abrasador de las costas de Campeche, casi todos cayeron enfermos. Viéronse obligados á hacer constantes salidas, y fué necesario dejar sueltos los caballos aun á riesgo de que los mataran. Se vieron reducidos á tan corto número que apenas quedaron en pié cinco soldados para hacer la guardia y buscar provisiones para los demas. Hallando, pues, imposible permanecer por mas tiempo, se resolvieron á abandonar la plaza; y Gonzalo Nieto, que habia sido el primero que aizó el pendon

real sobre el suelo yucateco, fué el último en abandonarlo á los siete años de haberlo ocupado, y de haber estado en lucha constante y heróica pero estéril ante el valor indomable de los invencibles Yucatecos que, en el año del Señor 1535, habian extirpado completamente del suelo patrio á todos los invasores.

P. Cuál era el estado de la conquista en 1528?

R. Que D. Francisco de Montejo salió de Aké y fué á posesionarse de la antigua ciudad de Chichen-Itzá donde fijó sus reales, se atrajo algunos indios á fuerza de bondad y contemplaciones, y fundó una especie de nueva poblacion.

P. Qué hizo para extender su influencia y para reconocer la tierra?

R. Mandó al capitan Alonzo Dávila á la provincia oriental y lejana de Bakhalal ó Bacalar con instrucciones de reconocer la tierra, ver si habia minas de oro y plata y fundar una poblacion.

P. Consiguió el objeto de su expedicion el capitan Dávila?

R. No se lo permitió el carácter fiero y velicoso de los habitantes. El Señor de Chetemel ó Chichanjá le declaró la guerra, no encontró las minas que buscaba, y aunque fundó la poblacion con el título de Villa Real, se vió precisado á abandonarla.

P. Y de Montejo qué era en ChichenItzá?

R. Fué sitiado por el ejército yucateco, y despues de grandes y admirables combates en que la victoria fué de los Yucatecos, tuvo que ponerse en fuga valiéndose de un curioso estratagema para evitarse la persecucion de los vencedores.

P. A dónde se dirigieron los Españoles? R. Alcanzaron la costa y se fueron á Campeche para estar así en la Península y á la vez cerca de sus embarcaciones. Allí se les juntó el Capitan Dávila en 1530 y emprendieron de nuevo sus esfuerzos por penetrar en el interior de la Península.

P. Consiguieron esto?

R. No fué posible, porque los Yucatecos se hacian cada vez mas fuertes y los Españoles por el contrario cada vez mas débiles. El Adelantado D. Francisco de Montejo se dirigió con tal motivo á Nueva-España, de

jando en Campeche á su gente al mando de su hijo que era de su mismo nombre.

P. Qué consiguió Montejo en Nueva-España?

R. Compró buques, armas y demas provisiones, reclutó gente y se dirigió con una parte á la provincia de Tabasco, que pertenecia á su gobierno, enviando la otra parte á Yucatan.

P. Qué se consiguió con esto?

R. Nada, pues aun no podia en manera alguna corresponder al número y á la fuerza del ejército yucateco que defendia su nacionalidad. Los Españoles se rindieron; y, á los siete años de haber invadido la Península fueron completamente extirpados por los Yucatecos el año del Señor 1535 en que ya ningun español quedaba en Yucatan.

LECCION XVIII.

CONTINUACION DE LA CONQUISTA.—SU CONSUMACION.-D. FRANCISCO DE MONTEJO (HIJO).

En el intervalo de dos años que medió (1535 á 1537) entre el abandono que hicieron los Españoles y su vuelta, ocurrió el notable incidente de que el Virey de Méjico, sabedor

sle que los conquistadores no habian traido anisioneros á Yucatan, procuró que vinieran

gunos, como en efecto vinieron Fray Jacobo de Testera y otros cuatro sacerdetes de la órden franciscana, que desembarcaron en Champoton la víspera de la fiesta de S. José, 18 de Marzo de 1535. La influencia religiosa consiguió casi inmediatamente lo que en manera alguna habian podido obtener las armas de los guerreros españoles, porque los Yucatecos se hicieron sensibles y aun dóciles á la predicacion evangélica, al grado de prepararse ya á deponer toda actitud hostil y ofrecer vasallaje al monarca de la tierra, que se obligara á ampararlos y sostenerlos en la religion que se les anunciaba y de que tenian noticias por las prediccioùes de sus sabios ú oráculos. Pero sucedió desgraciadamente, que una partida de aventureros españoles se presentara vendiendo los ídolos que en otros lugares habian robado, y sospechando los indios que hubiese alguna confabulacion entre los mercaderes y los misioneros, se resolvieron tambien á hacer salir á los padres, terminando así tan mologra damente esta conquista espiritual.

En cuanto á D. Francisco de Montejo, re

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