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Oviedo, de la cual van publicados dos tomos en folio de excelente impresion, el XLVII de la España Sagrada, doce en octavo del Viage literario à las iglesias de España del P. D. Jaime Villanueva, el Elogio de D. Antonio de Escaño y el Memorial histórico español, coleccion de documentos inéditos, empezada en mil ochocientos cincuenta y uno, de que se han impreso tres tomos y está para concluirse el cuarto. Asi puestas en regular estado las demas publicaciones, pensó la Academia que debia ya volver su atencion à la de las Memorias de sus individuos, de aquellos trabajos particulares, que cada uno emprende con especial aficion, y lleva á cabo con esmerada constancia y con el laudable deseo de adelantar ó fijar las ideas en puntos dudosos ó desconocidos.

Muchos trabajos de esta clase se han leido en las sesiones de la Academia, y en tanto que puedan publicarse los demas, se da principio por que este tomo comprende.

los

Empieza por el informe ó Memoria del Sr. D. Valentin Carderera sobre retratos de Cristóbal Colon, y continúa con la del Sr. D. Antonio Benavides sobre la guerra y conquista de Granada, tratos y conciertos que á ella precedieron: asuntos ambos de interes nacional, como lo es todo lo que se refiere á la época de nuestra mayor gloria, y general tambien, porque pertenecen no solo á la historia de España, sino á la del mundo.

Sigue la Memoria del Sr. D. Antonio Cavanilles sobre el Fuero de Madrid, que interesa instruyéndonos de lo que esta capital fué en otro tiempo, y da principio conveniente á las publicaciones que la Academia se propone hacer de los antiguos fueros municipales y provinciales, privilegios y cartas pueblas, fuentes puras de nuestra legislacion y de nuestra historia, en que se ve la vida pública y privada, los usos y las costumbres de nuestros mayores.

Se incluye en seguida la Memoria del Sr. D. Vicente Argüello, que trata del valor de las monedas del reinado de D. Alfonso el Sábio mencionadas en las leyes del Espéculo, Fuero Real y Partidas; la cual tenia la Academia destinada para este tomo desde el año mil ochocientos treinta y cuatro.

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A esta sucede la del Sr. D. Angel Casimiro de Govantes, en que se combate el sistema de Masdeu y se defiende el de los Cronicones de Sebastian y de Albelda acerca de la cronologia de los ocho primeros reyes de Asturias.

Viene otra del Sr. D. Pascual Gayangos, en la cual, continuándose con mayores y mas especiales datos la ilustracion de un asunto ya principiado en el tomo anterior, se trata del origen, procedencia y autenticidad de la crónica llamada del moro Rasis, trayendo el autor en apoyo de sus juicios pasajes numerosos de los historiadores árabes.

Concluye el tomo con las Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia, recogidas y ordenadas por el Príncipe Pio. Ha muchos años que estaba acordada su insercion y aun litografiadas las láminas segun el estado que entonces tenia el arte. Posteriormente las ilustró el Sr. D. Antonio Delgado.

Al principio, siguiendo la costumbre observada en los tomos anteriores, va el catálogo de los Académicos y una noticia histórica ó resumen de las actas de este Cuerpo desde el año mil ochocientos treinta y dos hasta el presente, en la cual se da razon de sus trabajos literarios, vicisitudes y actual organizacion. Prométese la Academia que sus esfuerzos en los ramos de su instituto, serán aprobados y bien recibidos las personas ilustradas y por los demas Cuerpos literarios.

por

NOTICIA HISTÓRICA

DE LA ACADEMIA

DESDE EL AÑO DE 1832 HASTA EL PRESENTE.

Cuando

uando la Academia dió al público, en 1832, el tomo VII de sus Memorias, era próspero su estado, y asi se echaba de ver en sus trabajos, proyectos y esperanzas.

Componíanla varones respetables, de fama muy conocida. El Sr. D. Martin Fernandez de Navarrete era Director, elegido ya por tres veces, como despues lo fué en cuatro sucesivas. Eran Académicos de número los Sres. D. Francisco Martinez Marina, D. Vicente Gonzalez Arnao, D. Diego Clemencin, D. Francisco Antonio Gonzalez, D. José Sabau y Blanco y D. Tomás Gonzalez Carvajal; nombres que viven en la memoria de todos y pasarán á la posteridad remota. Supernumerarios eran los Sres. Don Antonio de Siles, R. P. Maestro Fr. José de la Canal, D. José Garcia de la Torre, Don Justo José Banqueri, D. Juan Pablo Perez Caballero, D. Sebastian Miñano, D. Vicente Argüello, D. Antonio Lopez de Córdoba, D. José Gomez de la Cortina, D. Pedro Maria Olive, D. Pedro Sainz de Baranda, D. José Maria de Zuaznabar, D. Miguel Salvá, y D. Marcial Antonio Lopez y D. Francisco de Paula Quadrado, á la sazon ausentes: Honorarios, personas de las mas elevadas de España y de las mas notables de Europa: Correspondientes, muchos sugetos ilustrados y bien conocidos en cada una de las provincias de España, y otros de los reinos extrangeros.

El estado económico de la Academia, escaso como era, porque la pobreza, y en especial en España, ha sido siempre patrimonio de las letras y cuerpos literarios, habíase mejorado desde el arreglo de la Hacienda pública que se hizo en 1828, lo cual dejó consignado la Academia, diciendo: «Mejorado notablemente en este período el estado »de sus intereses, por el órden establecido en la distribucion de las rentas del reino, la 1

TOMO VIII.

>>>Academia ha podido atender ya con desahogo á sus ocupaciones, dirigidas siempre á »promover los adelantos de la historia de España.»

Su estado literario se demuestra por la publicacion de dicho tomo, en el cual se comprenden obras, que con los preciosos documentos que contienen sus apéndices, ilus-tran asuntos interesantes de nuestra historia. Demuéstrase todavia mas por los proyec tos y trabajos que tenia concebidos y habia emprendido para dar en breve el tomo siguiente y otros sucesivos. «Quédase disponiendo, decia á su nombre el Secretario en »la Noticia histórica, la continuacion de otros, para que ya estan preparados copiosos »materiales.»>

Aparte de las Memorias, se proponia la Academia continuar publicando por separado otras obras importantes.

Y animada de su noble deseo, llamó tambien á las personas no pertenecientes al Cuerpo, ofreciendo premios, para los cuales señaló estos dos asuntos: 1.° autenticidad y crédito que merezca la Historia compostelana, publicada por el P. M. Florez, y severamente censurada por Masdeu; 2.o cuáles fueran las relaciones políticas y comerciales de la corona de Castilla con las demas naciones antes del descubrimiento de la América.

Por esta relacion se ve cuan altos eran los proyectos y esperanzas de la Academia. Creció en un principio, lejos de entibiarse, el ardor y la constancia de tan dignos Académicos; pero á las circunstancias favorables sucedió muy pronto una série tal de contratiempos y desventuras, ya privadas y personales, ya en la Corporacion, ya generales y públicas, que fué imposible superarlas con todos los esfuerzos.

Empezó primero la desgracia por la parte personal, por la sensible pérdida de muchas de las mas antiguas é ilustradas personas que componian la Academia. En poco mas de un año tuvo esta que llorar la muerte de los Sres. D. Francisco Martinez Marina, D. José Sabau y Blanco, D. Diego Clemencin, D. Tomás Gonzalez, D. Tomás Gonzalez Carvajal y D. Antonio Siles. A D. Diego Clemencin sucedió en el cargo de Secretario el Sr. D. Vicente Gonzalez Arnao.

Afligidos con tan graves pérdidas, los que quedaron continuaban sosteniendo el honor del Cuerpo, y trabajaban para llevar adelante los planes y tareas comunes con firme ánimo y resolucion. Pero arreciaba ya por entonces en nuestra España la brava tormenta de la guerra civil, que se extendió luego por todas partes, arrancando á todos de sus asientos, llamando los ánimos á las discusiones políticas, exaltando las pasiones y embargando por fin todas las facultades con las atenciones presentes, las aficiones, los cuidados, las dificultades, los peligros. Hay momentos en la vida de las naciones, como en la de los individuos, en que lo presente lo absorbe todo, sin que quede capacidad para volver la vista á lo pasado, á los dulces ó tristes recuerdos con que vamos enlazando y componiendo la fugaz existencia. Períodos semejantes no son á propósito para el estudio de la historia: rómpese al contrario con ella, y no se vuelve á establecer la ley de continuidad hasta que han pasado, dejando añadido un nuevo eslabon en la cadena de los tiempos.

Y absorbiendo, en los años de que hablamos, las atenciones generales de la política y guerra, á la vez que todas las fuerzas, todos los recursos y medios públicos, no po

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