FELIPE DE MALLA.

CONCILIO DE CONSTANZA.

(Continuacion.)

Si desgraciado fué en la guerra el pacificador de la Iglesia Segismundo, Emperador de Alemania, no lo fué en la diplomacia; y siguiendo su principio político de que «el disimulo era la cualidad primera de los príncipes,» supo conseguir en distintas ocasiones, por este medio, lo que se habia propuesto de antemano.

Depuestos habian sido por el Concilio de Pisa los antipapas Benedicto XIII y Gregorio XII, que pretendian y disputaban el pontificado á la vez que Juan XXIII; y siendo cste último el más legítimo, à él acudió Segismundo para lograr la convocacion del concilio que tanto tiempo deseaba la Iglesia. Á este fin tuvieron Segismundo y Juan XXIII una entrevista en Lodi (1413), y despues de una discusion bastante viva, en la que el papa queria la prerogativa de convocar el concilio en Italia y el Emperador en uno de sus dominios, se resolvió esto último mediante la promesa, por parte de Segismundo, de mantener al papa Juan XXIII en el sólio Pontificio. (1) Los Reyes de la Cristiandad deseaban tambien que el concilio se celebrase en un punto fuera de Italia, à fin de que el papa y su corte tuviera ménos influjo; y como en aquel entonces se hacia dificil reunirse en dicho país á causa de la sangrienta guerra entre Ladislao y Luis de Anjou, que se disputaban el reino de Nápoles, este pretesto debió servir de gran argumento al Emperador para decidir al Pontífice. Convencido éste con las razones expuestas por Segismundo, ó mejor fiado en su promesa, decide, por último, convocar el concilio para la ciudad de Constanza y designa el mes de Noviembre de 1414 para su apertura. El pontifice procede inmediatamente

(1) Dumont, Corps Diplom., t. I, p. 365 Cherrier. Histoire de la lutte des Papes et des Empereurs de la maison de Souabe, tomo III, p. 354.