REVISTA CRÍTICA. ANUARIOS DE LA «ASSOCIACIÓ D' EXCURSIONS CATALANA.>> Escribir sobre los Anuarios á que el titulo de este artículo se refiere es ya tarea dificil. La activa Asociación que los publica esta relacionada con su similares ó semejantes en Europa y América, y todas miran sus trabajos con tanto cariño y predilección, que en artículos y sueltos, en periódicos y revistas, han agotado la materia ó poco menos. Tenemos á la vista las principales opiniones emitidas sobre el Anuario de 1881 y un extracto de las que se van emitiendo sobre el de 1882, y hemos de declarar que nos reconocemos incapaces de decir nada que sea nuevo ni que lo parezca siquiera. Porqué en tales artículos y sueltos se mira la Asociación de que nos ocupamos desde todos los puntos de vista. En los que proceden del extrangero, se la considera en general como Sociedad alpinista, y por más que algunos hallen en sus trabajos algo especial, que les llama la atención y no aciertan á decifrar del todo,-y no lo decifrarán hasta que conozcan el movimiento regionalista que se está operando en Cataluña,--no ven en ella más que una agrupación parecida á las que en muchas naciones cultas existen. En los que fueron redactados en el país se ve ya más claro, y los dos caracteres más salientes de la Asociación se tienen en cuenta y con arreglo á ellos son juzgados sus trabajos. La ASSOCIACIÓ D' EXCURSIONS CATALANA, en efecto, ostenta dos caracteres bien marcados. Es una Sociedad alpinista, cuyo objeto está más ó menos modificado por las circunstancias del país en que vive, y es al mismo tiempo una de las manifestaciones del renacimiento regional. Como Sociedad alpinista, hace sus salidas, recorre nuestras montañas y valles, procura infundir ó arraigar en sus asociados el amor á la naturaleza y el gusto por el campo, y sacándoles, aunqué solo periódicamente, de la viciada atmósfera de las ciudades, tiende á resolver el problema de aminorar los efectos del enervamiento, que la aglomeración excesiva y la descomunal agitación de la vida en los grandes centros producen en los que hemos de habitarlos. Como Agrupación regionalista es, cual todas las manifestaciones del renacimiento catalán, una protesta más o menos acen tuada contra la actual organización de la nación de que Cataluña forma parte. Su lema « patria y estudio» condensa perfectamente esos dos caracteres. Por ello sus Anuarios están llenos de datos y observaciones, y están escritos en catalán; por ello notan los estrangeros en sus publicaciones ese no saben qué, ese algo especial que llama la atención de los perspicaces. Las Asociaciones alpinas de Europa y de América son eu general agrupaciones nacionales; las que han nacido y viven en Cataluña son puramente catalanas. Estas observaciones son tanto más convenientes, en cuanto no han faltado Sociedades alpinistas, que al ocuparse de las publicaciones de la Asociación, sinó le han reprochado, han lamentado que usara una lengua menos conocida que la castellana. Explicado el motivo, el hecho les aparecerá como muy natural. Es de advertir, además, que ese último carácter no es especial de la Asociación de que nos ocupamos. Todas las que radican en nuestras comarcas participan de él en más ó en menos, y aún aquellas que se han creado con fines genuinamente nacionales, no pueden dejar de pagar tributo á la opinión dominante en Cataluña. Por mucho que se quiera ocultar, es lo cierto que no hemos entrado de lleno en la vida general de las regiones que forman el núcleo directivo de la nación, y en casi todas las manifestaciones de la actividad, sinó tenemos miras propias, no aceptamos por completo las que dominan en aquella. Repárese, sinó, la frecuencia con qué las agrupaciones catalanas se consideran obligadas á hacer protesta de su españolismo. Y es evidente, que cuando se protesta, se cree que lo que da materia á protestar, al menos puede ser puesto en duda. Esta última observación, empero, no es aplicable á la Asociación cuyos Anuarios tenemos á la vista. Es abierta y eminentemente catalana, y no cae en la vulgaridad de querer disfrazar sus sentimientos. Esta franqueza contribuye mucho á dar tipo propio á publicaciones. No vaya á creerse que el carácter eminentemente catalán lleve á la Asociación á ser exclusivista. En sus publicaciones acepta todas las lenguas, y si en las revistas bibliográficas de su Boletín y Anuario da idea de las extrangeras en el idioma en que están redactadas, en el último de los dichos Anuarios publica en francés los trabajos que relativamente á los Pirineos le han remitido los socios corresponsales franceses. Y hay más todavía: estamos persuadidos de que no tendría inconveniente en publicar en castellano ó en gallego los que tal vez le remitieran los que han nacido ó viven en Castilla ó en Galicia. Lo que hasta aquí llevamos escrito se refiere á uno de los caracteres de la Asociación; al que responde á la palabra «patria,» del lema. Vamos á aprovechar el espacio que nos queda para decir algo sobre el otro de los caracteres, ó sea del que responde á la palabra « estudio. » En un artículo que sobre el primer Anuario escribimos para un periódico barcelonés, hacíamos notar que el libro indicaba un verdadero progreso en la Asociación que lo había dado á luz, y añadíamos el siguiente párrafo: «Poco después de nacido el excursionismo, tuvieron muchos interés en desviarle de su objeto, para convertirlo en sociedad de arqueología religiosa de la Edad media, y aún hoy mismo, otras Asociones no se ocupan en sus salidas más que en examinar malos retablos y vulgares iglesias y cruces de término, encontrándolo todo sobresaliente.» Hoy podemos afirmar que el progreso es todavía más notable en el segundo Anuario. La ASSOCIACIÓ D' EXCURSIONS CATALANA « se va separando cada vez más de ese mezquino camino y entrando por el más ancho y fructífero de las averiguaciones científicas en todos sus ramos, sin perder, empero, de vista el objetivo primordial del excursionismo. » Y como no podía dejar de suceder, al entrar en esa vía más expedita, la Asociación ha ganado muchísimo en espíritu de crítica. Hoy, en la generalidad de los artículos, no se transparenta ya aquella juvenil inexpe riencia de los primeros excursionistas,-que todavía tienen algunos imitadores en otras sociedades,-los cuales se creían obligados á comenzar el acta de una excursión de cinco kilómetros que emprendían por la mañana, por la descripción de la salida del sol, con todo el obligado acompañamiento de gotas de rocío y de pajarillos canoros, y que en su candidéz pretendían leer la grandeza de Cataluña en cualquier ábside ó retablo de capilla, ó en los brazos de la primera cruz gótica que se les ponía á la vista. Hoy, no se hallan ya excelentes los desdichados mesones-que por desgracia tanto abundan en nuestro país,-provistos de todo, cual las ventas del Quijote, al decir del hostalero, pero en los que, si se entra con hambre, se sale con hambre y asco. Hoy se ponen ya las cosas en su lugar, y si se anima á los que están en buen camino, no se tiene inconveniente en decir cuatro verdades á lo que las merece. Este espíritu de crítica, que hallamos mejorado en el segundo Anuario con respecto al primero, que había ya entrado en esta vía, merece un aplauso sincero, y á proseguir en él, mejorándolo todavía, deben animar á la Asociación los que bien la quieran. El amor á la patria no ha de taparnos los ojos para que no vean defectos en sus cosas, sinó todo lo contrario: él aconseja á toda sociedad que tenga por lema el estudio, ponerlos á la vista para que puedan ser corregidos. El que de otra manera obra, no quiere bien á su país, por más que tenga siempre palabras cariñosas en los labios. |