Antológia española: Coleccion de poesías líricas, Volumen1Karl W. Hiersemann, 1875 - 394 páginas |
Otras ediciones - Ver todas
Términos y frases comunes
agora aire alegre alma amado amante amar amor ANACREONTICA andaba Y ahora Antologia española aquesta aurora aves beldad bella beso blando cabellos callar CANCION canto céfiro ciego cielo contento corazon crece cuidado dama daño decia deja desdicha deseo despues dichosa digo divino dolor duelo duerme dulce duro engaño enojos envidia EPIGRAMA esperanza fiero flautos flores fortuna fuego Galan gloria gozar habeis hallo hermosa hermosura huye Ines ingrata Júpiter lágrimas LETRILLA lijero llanto llorar madre matan mira mis ojos morir muda mudanza muero muerte mundo Murió nieve ninfa niña noche ofende ojuelos olores olvido pasion paso pastor pecho pena perlas placer prado quejas quereis querellas quiero Rabia REDONDILLAS remo rosa Secretos del corazon siento Solia que andaba sombra SONETOS sueño suerte sulco suspiros tambien teme tengo tierno tierra tormento triste vence ventura Vénus verde viento VILLANCICO vivir vuelo Zagal zampoña zarcillos
Pasajes populares
Página 165 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido, y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!
Página 279 - No he de callar, por más que con el dedo, ya tocando la boca, o ya la frente, silencio avises, o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Página 94 - Corrientes aguas, puras, cristalinas; árboles que os estáis mirando en ellas, verde prado de fresca sombra lleno, aves que aquí sembráis vuestras querellas, hiedra que por los árboles caminas, torciendo el paso por su verde seno; yo me vi tan ajeno del grave mal que siento, que de puro contento con vuestra soledad me recreaba, donde con dulce sueño reposaba, o con el pensamiento discurría por donde no hallaba sino memorias llenas de alegría.
Página 166 - Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido ; no los cuidados graves de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanza, de recelo.
Página 307 - Aquí de Elio Adriano, de Teodosio divino, de Silio peregrino, rodaron de marfil y oro las cunas; aquí ya de laurel, ya de jazmines, coronados los vieron los jardines que ahora son zarzales y lagunas. La casa para el César fabricada ¡ay! yace de lagartos vil morada. Casas, jardines, cesares murieron, y aun las piedras que de ellos se escribieron.
Página 145 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 164 - ¿Es más que un breve punto el bajo y torpe suelo, comparado a aqueste gran trasunto do vive mejorado lo que es, lo que será, lo que ha pasado?
Página 88 - El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso, he de cantar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, de pacer olvidadas, escuchando.
Página 92 - Materia diste al mundo de esperanza de alcanzar lo imposible y no pensado, y de hacer juntar lo diferente, dando a quien diste el corazón malvado; quitándolo de mí con tal mudanza que siempre sonará de gente en gente.
Página 279 - En otros siglos pudo ser pecado severo estudio, y la verdad desnuda, y romper el silencio el bien hablado. Pues sepa, quien lo niega y quien lo duda, que es lengua, la verdad, de Dios severo, y la lengua de Dios nunca fué muda.