MONOGRAFÍAS, DOCUMENTOS, NOTAS Y APUNTES REFERENTES Á HECHOS VISTOS, OÍDOS, LEÍDOS Ó ESCUDRIÑADOS. POR el ex-administrador de "El Antruejo,, GEOLOGÍA Y PROTOHISTORIA, FLORA, FAUNA, HIDROLOGÍA, ETC., ETC. Don Juan Vilanova y Siera,. en Valencia de Alcántara. El célebre geólogo valenciano, íntimo amigo del señor duque de la Victoria, D. Cipriano S. Montesino, invitado por éste, vino en su compañía, á nuestra villa, en la primavera de 1892, hospedándose en el antiguo convento de franciscanos, que sirve en la actualidad de casa palacio á los herederos de nuestro ilustre amigo y paisano. Sin descansar apenas de las molestias del viaje, al romper el día, en la mañana siguiente al de su llegada, acompañado del administrador del duque, Ricardo Teomiro y un obrero, marchó al campo á practicar estudios sobre el terreno y exploró las antas de la Zafra, el Cerro alto y el alcornocal de Valverde. Halló buenos ejemplares de la época neolítica y restos de alfarería prehistórica; al atardecer, cuando regresó al convento, trajo un cuchillo de piedra, de aquella remota época y otros efectos curiosos. Estaba ya anunciada y se disponía á dar una conferencia aquella noche en el Fomento de Artesanos, y un telegrama urgente, recibido de Madrid, le obligó á marchar en seguida, sin poder cumplir su propósito. El señor duque, á propuesta nuestra, pidió al Sr. Vilanova unas cuartillas en las que sintetizase su parecer, acerca de la constitución geológica de Valencia de Alcántara, y habiéndose ofrecido gustoso á escribirlas, pocos meses después, en carta fechada por el actual señor marqués de Morella, en 27 de Octubre de 1892, en nombre de su señor padre, nos envió el siguiente trabajo hasta ahora inédito: "GEOLOGÍA Y PROTOHISTORIA DE VALENCIA DE ALCANTARA Entre los hechos curiosos que ofrece la distribución geográfica de los materiales terrestres de la península, estrechamente relacionada con la historia genética de la misma, es ciertamente el más notable la especie de confinamiento de la formación granítica y de las llamadas arcáicas ó primitivas de sedimentos, hacia los límites occidentales del territorio, ocupando la mayor parte de Galicia, de Portugal y Extremadura, y en el centro formando las cordilleras de la Estrella y de Guadarrama en grandes masas, y en pequeños manchones, en Toledo y en varios puntos de Sierra Morena. Para volver a encontrar dichos depósitos en nuestro territorio, hay que trasladarse á la parte alta de Cataluña y á los Pirineos orientales. Ahora bien, precisamente Valencia de Alcántara se halla situada dentro de la zɔna granitica y al contacto, por decirlo así, de pizarras pertenecientes á lo que yo llamo terreno silúrico inferior. El granito extremeño es por su naturaleza esencialmente silicio y micáceo, de lo más antiguo que se conoce; quizás por él comenzara el enfriamiento primitivo del globo. A más de esta circunstancia, acredita sin el menor género de duda su remotisima antigüedad, el estado de descomposición que se encuentra en todas partes y muy especialmente en Extremadura, donde con frecuencia se ostenta en forma de grandes cantos redondeados más bien que angulosos, á los que llaman los habitantes del país, cuyo lenguaje no se ha viciado aún, con los galicismos modernos, berruecos; citándose en confirmación de su abundancia, entre otros, el antiguo cantar de A Trujillo, por donde entrares, pasarás una legua de berrocales. En Valencia de Alcantara obsérvase lo propio aunque no en tan vasta escala, pues en el parque mismo de la casa pa'acio del excelentísimo señor duque de la Victoria, destacase una especie de altozano ó cabezo formado de granito dispuesto á la superficie en forma de peñascos sueltos ó berrueccs. Da la la naturaleza granítica del suelo, sobre el que se levanta la población y la facilidad de descomponerse dicha roca, no deberá ciertamente extrañarse que la naturaleza de la tierra vegetal sea también muy arenosa, salpicada de puntos brillantes que revelan la presencia de la mica, cnya descomposición es más lenta que la del feldespato, con alguna parte de arcilla procedente de la acción química que ejerce sobre el último mineral indicado el ácido carbónico atmosférico, dando origen á la formación de carbonatos de potasa y de sosa, cuya presencia en el suelo favorece muy singularmente el desarrollo de los ce: eales, siquiera no encuentren éstos sino en pequeñísimas dosis, el elemento calizo que el agricultor extremeño haría bien en aportar mejorando con ello considerablement la fertilidad de sus tierras. El cultivo de la encina encuentra condiciones tales de bondad en la naturaleza de aquel suelo, que hasta se dá dicha especie vegetal espontáneamente, adquiriendo la cultivada dimensiones extraordinarias formando parte no despreciable de la riqueza forestal del país extremeño. La misma abundancia de cantos ó berruecos sueltos, hija como queda dicho de la estructura geológica del territorio, determina en toda la zona occidental de la península un hecho histórico may importante, cual es la existencia de muchos monumentos funerarios que en Galicia llaman mamoas y en Extremadura garitas, en cuyo seno se han descubierto tesoros inestimables de la historia humana en aquella región. ¡Cosa singular! En medio de la admirable profusión de documentos protohistóricos encontrados especialmente en Portugal, apenas si existe alguno que pueda referirse al períod que los especialistas llaman arqueo ó paleolítico, indicándose tan sólo en Portugal la estación de Leira, y la de Otta, donde han aparecido utensilios de pedernal que puedan referirse al mencionado período. Y por lo que respecta á la Extremadura española, en las garitas formadas de cinco ó siete grandes cantos cubiertos por otro, lo que se encuentra y tuve ocasión de ver en las varias existentes en las cercanías de Valencia, designadas con el nombre de antas, son hachas pulimenta las, alguna flecha de pedernal y cerámica tosca, perteneciente todo á los tiempos neolíticos. En algunas aparecen utensilios de cobre y de bronce.,, Hasta aquí el juicio del Sr. Vilanova y Piera, que está de acuerdo con el parecer de otro geólogo eminente, Luján, quien manifiesta á su vez que el foco de acción más enérgico del granito y aun de las rocas cristalinas en la sección occidental de Europa, es Extremadura, de tal suerte, que puede clasificarse como la erupción central de nuestro suelo, habiendo contribuído poderosamente á su configuración, dándole ese sello montañoso, áspero, quebradizo y desigual que la caracteriza. Sin duda por ésto, las sierras de la región no son ricas en plantas leñosas, per están casi todas cubiertas de espesos matorrales, siempre verdes; compónese este variado tapiz, de jaras comunes mezcladas con otros congéneres, principalmente el jaguarzo, tomillares, rodales de arbustos y semiarbustos, compuestos de romero, espliego, cantuezo, tomillo común, hisopillo, verdaderos brezales y otros compuestos de brezo ceniciento y brezo de escobas, retamas para tahonas, helechos, salvia, cicuta y siempreviva, don de viven y abundan los leporideos, especialmente los conejos, cazándose en sus manchas y jarales, el jabalí, venado, lobo, gato montés, lobo cerval, gar duña y comadreja, mientras cruzan los aires, en aves de rapiña, el buitre, el buitre negro, el águila, el milano, alcón, gavilán, mochuelo, coruja y lechuza.> Cabe aplicar al partido de Valencia, la magnífica descripción que del arbolado de Guadalupe, escribió fray Gabriel de Talavera, en el siglo XVI, del siguiente modo: Aquí, en la primavera, después de haber arrojado los árboles sus flores, tributan sus regalados frutos; aquí se hallan las hermosas, camuesas, las buenas bergamotas, con todos los demás géneros de peras que imaginarse puede, y aquí los olorosos membrillos, los duraznos, los melocotones, las granadas, los albérchigos, los nísperos y madroños y asimismo grande multitud de morales y moreras; aquí se hallan los victoriosos laureles, dedicados á Apolo y palmas vencedoras; grandes castaños, altos cipreses, crecidos robles, verdes alisos, amontonados fresnos y altísimos álamos, donde trepando las parras, consagradas á Baco, desde el tronco hasta su altura, los hermosean con sus frutos y frescas hojas, y ellos las sustentan con su firmeza; también fertilizan este suelo muchas olivas, consagradas á Palas, símbolo de la paz; muchos naranjales, con grande abundancia de cidras, toronjas, ceoties, limas y limones; con mucha abundancia de zamboas y membrillos; aquí los avellanos, los quejigos, con su flor como de peral, que nacen en las aberturas de los peñascos de los montes; aquí los nogales, enebros, ojaranzos, los nísperos, los castaños, los robles, y para concluir, la añosa y secular encina y el pródigo alcornoque, que ha centuplicado, en pocos años, la riqueza del país. No es, pues, extraño, que con tales dones, el agricultor sea tardo y perezoso, para transformar los medios de cultivo; el bracero, indolente, y en general, flemático y muelle, el jornalero todo; á ello contribuye no el suelo tan sólo, sino la placidez de su ambiente y la serenidad de su clima; el cielo aparece, por lo común, descubierto; una atmósfera calina se observa á mediados de Junio y Julio, hasta principios de Agosto, con calor sofocante en las horas medias del día, que una brisa fresca y agradable va reemplazando á medida que el sol camina á su ocaso; no son frecuentes las tempestades; fórmanse si acaso, en otoño é invierno y en esta última estación, aun cuando algunas veces hay heladas y nieves, son pasajeras é insignificantes; dominan los vientos N. O. y soplan también, con menos frecuencia, los N. y N. E., que son fríos y fuertes; durante el invierno, corren los S. y S. O., que son húmedos y cálidos; tales son las condiciones físico climatológicas del país. La parte de frontera que á la provincia de Cáceres corresponde, empieza en el monte de Salama, donde se une la sierra de las Mesas con la de Gata, sitio que llaman los del país Peñas Molladas; toca en Valverde del Fresno, sigue las corrientes del Tuerto y Basavieja hasta la confluencia de este último con el Eljas, enfrente de Cilleros y con éste va á buscar al Tajo, cerca de Zarza y Estorninos, 17 kilómetros por bajo de Alcántara, abandonando al gran río, dentro ya del partido de Valencia, en Cedillo, para incorporarse á su afluente, el Sever, el cual á los 12 kilómetros de esta villa, lo cruza el ferrocarril Madrid-Cáceres-Portugal y lo abandona á su vez en el sitio llamado Pego de la Negra, en esta jurisdicción. El punto de confluencia de los dos ríos, Tajo y Sever, se halla á los 33° 40 55" latitud y 3° 52′58" de longitud occidental; éste es el punto más entrante de España en Portugal. En el Pego 6 Molino de la Negra, deja la línea fronteriza de seguir curso de agua; frente á dicho punto, sube á la cordillera de la Pícara, corta el ac mino de Valencia de Alcántara á Portalegre en la cima de Sierra Fría, y serpenteando entre dicho río Sever y un arroyuelo llamado Abrilongo, cae por fin en este último, desde el pico de la Lamparona y el cerro de los Tres términos, donde refiere una conseja popular que se juntaron tres obispos á comer en una misma mesa, teniendo cada uno la silla dentro de su diócesis. Con el curso del Abrilongo sigue la línea desde el pueblo de la Codosera, ya en la provincia de Badajoz, hasta el pontón de las Barradas y vuelve á ser raya seca hasta el Caya. El término de Valencia está bañado por la Vid, riachuelo que desemboca en el Sever, junto al Carrascal; nace en el Alemtejo, (Portugal) cerca de Alegrete, pueblo del partido de Portalegre, situado á poco más de una legua de la frontera de España. Cerca de Herrera, población portuguesa, se le incorpora el río llamado de Portaje, que tiene su origen en la misma provincia de Alemtejo, en las inmediacionés de Portalegre; pasa junto á Castello de Vide y entra en nuestro término, para morir en el Sever. Este río, del que ya hemos dicho que sirve de límite entre una parte de la frontera de España y Portugal, nace en la sierra de San Mamed, cima más elevada de la de Portalegre; sigue su curso hacia el O. por el valle de San Salvador ó Arameña y junto á unas antiguas minas donde se explotaba mineral de plomo, cerca de los pozos ahora abandonados, nacen seis ú ocho ojos de agua, que aumentan mucho el Sever, el que dando luego vuelta al E. rodea el elevado cerro que ocupa Marván, riega aquellas feraces huertas contiguas á la carretera que conduce á Portalegre, y la espléndida vega de Niza, que ofrece perspectivas más encantadoras que Cintra, con sus bosques de pinos, cedros, castaños y eucalitus y volviendo el Sever al N. por entre peñas y precipicios, entra en España, por las cercanías de nuestra villa, recibe el pequeño Vid, y finalmente se pierde con él en el Tajo, al O. de Herrera de Alcántara. El Alburrel está formado por los regatos Canito, Alpotrel, arroyo de las Moreras y las Pajeras; el primero procede de las aguas vertientes de San Vicente; el Alpotrel nace entre las Pereras y Aguas claras; las Pajeras, á donde afluyen las aguas de arroyo de las Moreras, es continuación del arroyo del Espadañal, término de Valencia, recogiendo asimismo las aguas del de las Landas, afluyentes todas de las Pajeras. El Canito, Alpotrel, y las Pajeras, se unen en el sitio llamado la Junta, término de ésta nuestra villa, en el límite de las cuadrillas de Valde Luisa, Quinto de las Yeguas y Quinto de los Potros, y unidas las aguas de dichos regatos, toman el nombre de río de Alburrel, que corre en dirección al E. y atraviesa la carretera de Cáceres á Valencia, en el kilómetro 20, bajo un hermoso puente de piedra, cuya fábrica llama la atención de los inteligentes por el trazado de los dos arcos de que consta. El Alburrel se mezcla y une al riachuelo la Vid, en el sitio llamado de la Misericordia, y aumentado así su caudal de aguas, corre á verterlas y perderse en el Sever, junto á la dehesa de la Cabra. LAS AGUAS DE LA CAÑERÍA AÑO 1652 Dice el padre Fray Juan de la Trinidad, en el capítulo 28, página 164 de su Crónica de la provincia de San Gabriel, edición de Sevilla, por Osuna, año 1652: Había cerca del Convento (se refiere al de los Majaretes, en el caserío de San Pedro) dos fuentes, de cuyas corrientes se regaba la huerta, llamada de Malpica, en las cuales se vía y hoy día se ve, una cosa singular, y es que, siendo así que una dista de otra solos seis ó siete pasos, la una está de todo punto seca en el invierno, y en entrando la primavera comienza á manar, y corre de suerte que cuanto más entra el verano, más abundancia tiene de agua, y comenzando el otoño va menguando, hasta que con el invierno se seca, quedando el manantial enjuto. Y la otra por el contrario, de verano no corre y en el invierno es abundantísima de agua. Estas fuentes, después de la traslación del convento de los Majaretes, vienen desde su nacimiento encañadas á la villa de Valencia, por ser el agua de ella copiosa y saludable.» LAS CAMPANAS QUE SE LLEVARON LOS PORTUGUESES «El Sr. Alcalde mayor propuso á la villa como con la noticia del excelentísimo señor Vizconde de Barbazena, Gobernador de las Armas de la provincía de Alemtejo y General de la Artillería, que fué cuando se ganó esta plaza, mandar por las campanas de las Iglesias de esta villa para la ciudad de Yelves, le escribió á S. E.a suplicándole las dejase por vía de limosna, pues sabía lo destruído y pobres que habían quedado dichas Iglesias, y respondió á su merced no puede dejar más de una á cada Iglesia, como lo hizo, y con efecto, llevó el Ayudante de la Artillería las cinco restantes, por cuya razón es de sentir que la villa, sin embargo de la cortedad de medios envíe persona á representarlo á S. Magestad (que Dios guarde) el Sr. D. Pedro II de Portugal, para que su cristiano y piadoso celo, si fuere servido, mande se restituyan por vía de limosna.» Noticia copiada del Acta del acuerdo tomado por la villa el 10 de Diciembre de 1705, estando Valencia sujeta á la obediencia de Portugal. LA MISA DE DOCE AÑO 1750 Dicha misa se pagaba de los bienes que constituían el Mayorazgo que en esta villa fundó el comisario general D. Juan de Rivera, segundo abuelo de D. Antonio de Guzmán y Cárdenas, regidor perpétuo que era en 1750. D. Antonio fué hijo de D. Martín de Guzmán y Cárdenas y de D. Ana de |