XXXI.-Bibliografía extreme. ña.--El apuntador de las apuntaciones apuntadas, carta escrita al consultor Mora, por Tiburcio Cuchilla, aprendiz de barbero. Tal es el título de un folleto en 4.o, 19 páginas, papel de hilo, con el sigiente pie de imprenta: En la imprenta de la Junta Superior de Extremadura, que poseo. No se fija año ni lugar de la impresión; algunos de los lectores de EL CURIOSO, ¿podría decirme si la tirada se hizo por la imprenta de la Junta Suprema, en Valencia de Alcántara, que consta la hubo, y publicó la GACETA cuando era capital de Extremadura, por haberse refugiado en ella dicha entisalud, con el Cuartel General del 5.o Cuerpo de Ejército?-Madrid, A. V.

NÚM. 6

uscritores

nuestro, como aseguran algunos autores? ¿Qué fundamento sciertos existen para sostener este criterio?-L. C. B.

XXXIII.--Quema de la puerta de las huertas.-Sé por EL CURIOSO, cuando se quemaron; ¿podría decírseme, cómo y cuándo se hicieron las nuevas, que todavía conocimos muy adelantado el siglo XIX?-P. M.

XXXIV. Ara romana.-Escribe Torres Tapia, (CURIOSO, página 45) que se trajo á Valencia, desde Villavieja, en el camino que va á Mayorga, una piedra, ara ó altar de los gentiles, que hoy se halla en un sillar de la pared de un cercado con una inscripción; lo que en ella se puede leer, no dice más que Ara loves».

Torres escribía en 1763; de entonces á la fecha, ¿se ha perdido dicha ara, ó existe todavía? ¿Qué cercado era ese? ¿Se conoce la inscripción completa?-G. L.

nuestro paisano, diputado en las Cortes de 1822. ¿Se ha impreso esta obra? Caso contrario ¿se conserva el manuscrito? ¿Dónde para?-F. M.

XXXVI.--La patrona de la villa. -¿Cuál es? ¿Bajo qué advocación se venera? ¿Es Nuestra Señora de los Remedios? A. A.

XXXVII.--Copla popular.--Antes de la primera mitad del siglo XIX, se cantaba en esta villa, la siguiente:

Señor don Gabriel Suárez, Bien se puede usted alabar, Porque tiene unos ahijados, Los más chuscos del lugar. ¿Quién era D. Gabriel? ¿Quiénes

fueron sus ahijados? Por qué motejaba á éstos la musa popular.--J. M.

XXXVIII.-Marmont en solfa.Reciente la guerra con el francés, y muchos años adelante, se cantaban unas tonadillas en las que se aludía á Marmont porque marchabatan temprano y de mañana y se le prevenía que si le cogía Wellington, había de zurrarle la badana». ¿Se conoce íntegra la letra y música de la tonadilla?

Si el Centenario de la guerra de la Independencia se conmemora en la villa, con algún acto, ¿no sería número de gran atractivo, una masa coral, de niños, que con tiempo la aprendiesen y dieran luego á conocer al público valenciano?-A. Y M.

XV. La cruz de las monjas.— Quizá satisfagan al preguntante señor C. G. los siguientes datos:

En este Ayuntamiento se presentó una relación Jurada del señor don Francisco Mata, en la que se espresa haberse gastado cuarenta y tres reales en remover la Cruz del paraje que tenía, á la frente de la Portería de Monjas, y sea contra D. Francisco Peñaranda, nuestro Mayordomo de propios. Del acuerdo de 23 de Febrero 1732.

Mata Peñaranda en su cuenta dice: gastos que se han ocasionado en mudar la Cruz, por la indezienzia que tenía á el sitio del Convento de religiosas. Se ocuparon seis maestros, 5 reales de jornal y dos oficiales, á 5 reales, 40 reales. Por cera y pez griega para soldar una rotura que tenía la cruz, 3 reales. Total, 43 reales.

á

El cabeza de los alarifes era Francisco Rodríguez, que no sabía firmar y lo hizo á su ruego, en 23 de Febrero, Bartolomé Gómez Labrador. La cuenta de Peñaranda lleva

la misma fecha. Folio 28, acuerdos de 1732.-T.°

XVI.-Fú, fú, Tejela, apaga la vela.--¡Válganos Dios, y con qué textos se nos viene ahora el Sr. M. D.!; leyendo su pregunta, setenta años se me han quitado de encima; voy á explicarlo, porqué fuí uno de los que contribuyeron á popularizar el remoquete fú, fú, del que ya casi nadie se acuerda; tuvo principio y origen, en la iglesia del convento de las monjas, del que era sacristán el aludido Tejela, buenísima persona, cristiano viejo, muy temeroso de Dios y de sus

santos.

La primera vez que oí y ayudé á propagar el estribillo, fué en una Noche-Buena, allá por los años de 1830 á 33; los mozos y muchachos nos habíamos dado cita en la plazoleta del convento, para asistir á la misa del gallo; llegada la hora, anunciada por el volteo de las campanas, estrujando á unos y apretando á otros, consegui

mos hacernos hueco, y encontrar un sitio en la iglesia, que estaba hecha un ascua de oro, con tantas luces como las madres habían encendido.

Ahora mismo parece que estoy viendo la escena: las hermanas profesas, envueltas en sus hábitos blanco y negro y sus velos de seda negra, iban entrando en el oratorio para pasar en seguida al coro; precedíales la abadesa, Sor Concepción Morales, é iban delante de las madres, las educandas con sus velos blancos, señoritas doña Pascuala Cervera, D.a Ana María Beltrán, D. Ceferina Rivera, D. María Juana Beltrán, D." Micaela Vivas y D. Concepción Rivera; seguían las hermanas, Sor Dolores Rivera, Sor María Morales de San Rafael, Sor Soledad Rivera, Sor Santa Teresa Rojas, de San Vicente; Sr San Francisco, de Alburquerque y Sor San Diego Horna, de Valencia; cerraban la religiosa comitiva, las hermanas. legas, San Jerónimo Correa, San Joaquín Blanco y Santa Ana Braceros; atravesaron todas el Claustro, lleno de retablos y lamparillas, y resonaba en las claves de las altas bóvedas, el canto que entonaban, salmo, si no recuerdo mal, tan sentido como el Laetatus sum, quizá el más bello del Profeta, que terminaban, precisamente, antes de entrar en el coro.

En este momento, salían los tres oficiantes, y daba comienzo la misa y al llegar al Credo, las flautas y trompetas del órgano, pulsado por la hermana San Francisco, alegraban á los fieles, que entonaban en unión con la organista, cánticos y villancicos, repetidos y ahogados ya, á la terminación del santo oficio, con el ruido de zambombas y panderos, y mientras en el coro alto resonaban, como eco que se dilata y pierde, las últimas notas del órgano, atropellábanse los devotos, en la puerta y no faltaba algún espíritu valiente y atrevido, gracias al mosto, que al ver al sacristán empezar á apagar las luces,

le gritara, sin reparar en la santidad del templo:

Fú, fú, Tejela, apaga la vela, que era luego la comidilla de las viejas y la risa y algazara de la gente de pocos años; recuerdo más, y es que, como muchacho, gritaba como el primero y me encontré con un cachete bueno, que me propinó el tío Robledo, el hortelano del convento. ¡¡Por vida de los ratones!!

Las monjas, novicias y legas, terminada la misa, volvieron por el mismo camino al interior del convento, reuniéndose en torno de la larga mesa del refectorio, adornada con guirnaldas, y sobremateles, más blancos que el lino de sus velos de toma de hábito; veíanse dispuestos mil apetitosos caprichos, que tan á las claras mostraban las aficiones monjiles; ricos bizcochos y perrunillas; los moriscos alfajores; tiernas empanadas, aderezadas con sabrosas especias; dulces de todas clases y exquisitos turrones, y á poco les fué servida la cena por las legas, no faltando la tradicional, grande y hermosa tarta de almendras, que era repartida en porciones iguales entre las profesas y educandas, y es fama que estas últimas, en ocasión de haberle querido repartir este año á que me refiero, porción más pequeña que la de las hermanas, protestaron pacíficamente de la distribución y consiguieron que la tarta se repartiese cual era costumbre, y además, se las sirvió, por vía de desagravio, un pocillo de aquel rico chocolate que elaboraba el Sr. Pepe Vega, cuya memoria aún perdura.

Las educandas, que eran muy animadas, no dejaban de tener noticia de cuanto sucedía en la villa por las amiguitas que solían ir á visitarlas en la grada baja ó locutorio, situada en lo que muchos años después fué tocador de señoras del antiguo y ya desaparecido casino de la Unión; al través de aquella reja, sostenían anima

das conversaciones con sus amistades, deudos, y relaciones, y se enteraban de las corridas de toros que se celebraban en la plaza ó de las funciones de teatro que se efectuaban en uno de aquellos grandes y vetustos salones del castillo, y ponderabánse los méritos de las actrices, entre las que sobresalían D. Dolores Aldana, doña María Catalina Suero, D. Petronila y D. Ramona Higuero, la esposa y cuñada de D. Gabriel Suárez, doňa Rosario y D." María Rosa, y entre los actores, los jóvenes D. Manuel Sandoval, D. Alonso y D. Eleuterio Peñaranda, Salvado, D. Pedro Sandoval, que tenía una excelente voz, y otros que escapan ya á la memoria.

A la salida de una de estas funciones teatrales cogió una pulmonía la Srta. D. Isabel Redondo, hija del boticario D. Antonio, la que falleció á los pocos días.

Ahí tiene explicado el Sr. M. D. cómo y cuándo nació el fú, fú, con otras noticias del convento, que EL CURIOso puede tachar si no las encuentra publicables.-J. R.

XVII.-La Teixina.-Es una dehesa, en vínculo de mayorazgo, sita en término de la ciudad de Portalegre, (Portugal), que disfrutó D. Pedro de Contreras, en cuyo poder estaban las fundaciones.

En 1825 tenía interés en saber su contenido D. Antonio Orellana, teniente coronel del Regimiento provincial de Trujillo, y residente en Cáceres; en dicha villa, el expresado señor, dió poder ante Manuel Telesforo Diez, el 4 de Junio de 1825 á Diego Martín Pérez, vecino de Arroyo del Puerco, para que viniera á ver si lograba testimonio de las fundaciones de los mayorazgos que disfrutaba el marqués de la Conquista, hermano del D. Antonio Orellana. Vino Pérez el 9 de Junio, y no sacó nada en limpio, porque el administrador del mar

qués, D. Fernando Vital, presbítero, estaba en Segovia, y por otra parte, no tenía poder para exhibir ninguna documentación.

En el protocolo del escribano Araia, folio 25, año de 1715, existe un documento por el cual resulta que D. García Antonio de Contreras, gobernador de esta villa, da poder en la fecha citada á D. Margarita de Contreras Villalobos, su hermana, religiosa en el convento de San Bernardo, en la ciudad de Portalegre para que parezca en la ziudad de Lisboa, ante S. M. y pida se le dé la posesión, real, zivil, natural vel quasi de una dehesa que tengo en la jurisdiccion de dicha ciudad de Portalegre, que llaman la dehesa de la Teixiña, que me toca y pertenece.»

Queda complacido el Sr. X.-A.

XVIII.-La cabaña Negrete y el rey Jorge III de Inglaterra.-En virtud de Breve pontificio y para atender á las urgencias de la Corona, se concedió facultad á Carlos III para enajenar todas las dehesas correspondientes á los maestrazgos de las Ordenes militares; Cotadilla y Manjuanes, fueron vendidas á la Excma. Sra. doña María Agustina de la Torre y Castañeda, condesa del Campo de Alanje, viuda, para ella y sus sucesores, en 16 de Octubre de 1762, por escritura otorgada ante D. Antonio Martínez Salazar, secretario de S. M. su contador de rentas, escribano de Cámara; &., con facultad la poseedora de poder nombrar Juez conservador, guarda mayor y menores», &.

Se expidió título de juez conservador, á favor de D. Juan Antonio Morejón, en 16 de Mayo de 1794, y se le dió la posesión por el gobernador Ulloa, en la casa de las dos dehesas dichas, en 11 de Agosto de 1794, entregándole el bastón, insignia de tal juez conservador..

La condesa falleció el 26 de Octu