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social; pero aún es lo que fué y aún puede pintársela como la pintaron nuestros autores picarescos y como ella se pintó en su lenguaje.

Por lo tanto, el estudio de la germania, lejos de ser algo equivalente á las tendencias actuales de la arqueología criminal, es tan positivamente antropológico como el de cualquier otro entronque que haya de descubrir los particulares de la naturaleza de los pícaros y de la picardía, que define con bastante propiedad el aspecto íntimo de las que merecen seguir siendo denominadas sociedades picarescas.

EL CALÓ.—Es el sucesor de la germania. En el estudio acerca de LA HAMPA se dan noticias y datos suficientes para poder explicarse la influencia de los gitanos y los hampones entre sí, sin que se pueda asegurar que estas dos sociedades se hayan confundido nunca. Entre ellas no existe más que cierta vecindad y cierta semejanza, que por contacto y simpatía han determinado una especie de injerto recíproco. De este modo puede decirse que actualmente la que podemos llamar germania, está agitanada y el caló agermanado.

No importa al alcance de este estudio otra cosa que precisar el hecho, y por lo mismo se prescinde del estudio del caló, que es el dialecto que habla en España un pueblo errante. Lo que nos importa es su influencia en el lenguaje y en los procedimientos de los delincuentes españoles, y el caló que éstos hablan no se debe confundir con el estudio del dialecto que lo origina.

CALÓ CRIMINAL.-Para que se juzgue de la naturaleza del caló que hablan los delincuentes, empezaré por presentar una colección de palabras recogidas por encargo mío en uno de nuestros establecimientos penales y catalogadas con el título de caló carcelario. Estas palabras se pueden distribuir en cuatro grupos: primero, palabras de germania; segundo, neologismos jergales; tercero, palabras de caló; cuarto, neologismos gitanos, palabras agitanadas y entronques del caló con la jerga.

Primer grupo: piltra (cama), viuda (horca).

Segundo grupo: cal (1) (fiscal); pasma (2) (policía secreta); diablo, trullo (calabozo); castes (castigo); gañoteo (3) (horca); bola (libertad); tralla (4) (cadena y, por extensión, grillos); cucos (cabos de vara); tirante (5) (bastón); sorna (6) (oro); paleta, pluma (cuchara); la falla (7) (la baraja).

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(2) Debe ser de PASMAR. Puede que la llamen así en dos sentidos; porque sorprende y porque pega.

(3) De GAÑOTE, garganta.

(4) Seguramente es una elipsis ó contracción de TRAHILLA. (5) Ese bastón debe aludir al que se usa en presidio porque «tira golpes».

(6) Difícil es decir si esta denominación es metafórica y puede en tal sentido considerarse como derivado del verbogermanesco sornar, aludiendo á que el oro duerme, es decir, está oculto, ó si es un derivado del caló. En tal caso pudiera derivar del caló sorabé, í, fino, delicado. También pudiera ser derivación del caló sonacay (oro).

(7) Del término «fallar», referente al juego.

Tercer grupo: Jambó-baró (1) ó baranda (2) (comandante de presidio); estaribel (3) (cárcel); buchí (4) (verdugo); parné (dinero); lama (plata); manró (pan); libanar (escribir); churí (puñal); currelar (trabajar); la bocata (el hambre).

Cuarto grupo: dunorré-barí (5) (mayor, administrador de presidio); jundó-gaché (6) (empleado del cuerpo); burnó (7) (juez); jundó-pasma (8) (empleado de la policía); jundunarer (9) (la tropa); berí ó berón (10) (el presidio); burda (11) (puerta); recañí (12) (reja de ventana); currupen (castigo de

(1) Baré, baró, en caló, es grande, superior, excelente. Jambo, debe ser hambó (de hambé, gente, muchedumbre), jambo-baró grande entre la muchedumbre.

=

(2) De barandar (caló) = castigar, azotar.

(3) En el caló carcelario dicen estaribé.

(4) En el caló es buchil.

(5) Ignoro de dónde deriva ó cómo se ha formado dunorré. Barí puede ser algo de lo que significan baribú (muy mucho), baribustré (mucho, en abundancia), baribustri, baribustripen (abundancia).

(6) Jundo, soldado; gaché, varón.

(7) Puede ser una alteración del busné, busnó, que significa en caló extraño, bárbaro, gentil.

(8) Entronque del caló y la jerga. Jundo (soldado); pasma (policía secreta.)

(9) De jundo, soldado.

(10) Beré, galera. Así como el galeote se transformó en presidiario, el caló no ha hecho otra cosa que trasladar el nombre de la antigua á la presente penalidad.

(11) Burdo (caló), puerto.

(12) Probablemente es un caso de agitanamiento de una palabra jergal. Reca (reja) ní. Tal vez haya influído en su formación el término dicani, mirada.

obra); la mugi (1) (la muerte); la rastrí (2) (la cadena y por extensión los grillos); flima (3) (calderilla, moneda de cobre); pápiros chinorrís (4) (los billetes de Banco); gañipen ó gábi (5) (el rancho); balebal (jamón); balichó (6) (tocino); cerdañí (7) (navaja); farda (ropa); bien fardao (bien vestido).

Resulta que de 46 denominaciones, dos son germanescas, 14 jergales, 11 de caló y 19 neologismos de caló y palabras agitanadas. La preponderancia del caló es evidente. Entre la germania y la jerga suman 16 palabras, y entre el caló y sus modificaciones, 30. Esta modificación puede servir, en mi concepto, como guía para formar juicio de la composición de la jerga actual.

No es esto decir que entre nuestros delincuentes habituales ó asociados se hallen muchos que puedan presumir de chamullar (8) y chanelar (9)

(1) Ignoro el modo de formación.

(2) Es otro caso de agitanamiento. Deriva, indudablemente, de rastra.

(3) Del caló flime, poco.

(4) Del caló papiri, vale bono, y chinorré, pequeño.

(5) Del caló gancibé, gancibén, avaricia.

(6) En caló, balebá, balibá, es tocino.

(7) Está alterado el nombre. En caló se llama la navaja serdaní. Es un nombre tomado de la germania (cerda, cuchillo) y agitanado después.

(8) Hablar.

(9) Entender. El término chamullar y chanelar lo traducen los delincuentes profesionales como una locución expresiva de que conocen y practican el oficio de ladrón.—¿Chamullas y chanelas? le pregunté á uno.-No es otro mi oficiome respondió.

desenvueltamente el dialecto español de la lengua zíngara. Esto ocurre por excepción, y solamente en aquellos que han hecho vida común con los gitanos, que tampoco todos los que lo son «de nación», como se decía antes, hablan la lengua de sus ascendientes. Es muy general encontrar gitanos (gitanas sobre todo) que no conservan memoria de su lengua primitiva. El único delincuente que he conocido hablando el caló con una incomprensible desenvoltura, fué un muchacho á quien vi rodeado de compañeros de su misma edad, parecido delito y semejante picardía, en un calabozo de la cárcel de Málaga.

Lo regular es que cada delincuente tenga un repertorio de palabras habituales, reduciéndolo á las más precisas para intercalarlas en la locución castellana. Por eso los vocabularios de caló no traducen ni el carácter, ni las variaciones, ni los límites de la jerga actual, y son perfectamente inútiles para conocer el verdadero lenguaje de los delincuentes (1).

Los delincuentes no son buenos conservadores ni de la lengua que ellos hacen, y su tendencia á la variabilidad ha de conocerse, más que en ningu

(1) El inspector de vigilancia D. Francisco García y García, publicó en 1889, en Zaragoza, el Catón del agente de la policía judicial, estudio muy estimable en todo menos en el «Vocabulario gitano», que no es más que copia de algunas palabras del Diccionario de D. Francisco Quindalé (Sales Mayo).

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