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sí: mas como crecen los dones, crecen los dones, crece y renuevase la obligation de accrecentar diligencia en la guarda y conplimiento de aquello, lo cual nunca puede ser tanto que no pueda ser mas. Y porque vuestra mui excellente prudentia no se contentará desta generalidad, diré yo aquí en especial lo que quizá no querriades que dixiesse, y aun lo que ya yo estó cansado de decir, mas pues no cansa ni cessa la obra, ni canse ni cesse la palabra. Diceme vuestra alteza en la letra que me escrebió desde Perpiñans (7) al fin de setiembre, por la cual beso mill veces sus reales manos, que con mucho cansantio de espíritu y de de cuerpo entendió y participó de las fiestas que mandastes hacer y hecistes á los embajadores (8), y creolo lo primero porque no hai buen espíritu, que no canse y que no reciba desabrimiento y descontentamiento con lo que no es bueno, ca al paladar sano no puede ser suave lo amargo ni aun lo acedo. Pues como el vuestro sea tal in rei veritate (bendito sea aquel dador de todo bien que tal vos le dió), como no habia de cansar y tomar desabrimiento en lo que in rei veritate no es bueno ni honesto, mas lleno de mucha liviandad y ageno de todo buen seso, de toda madureza y virtuosa

(7) El arzobispo, segun dice después, comenzó á escribir esta carta á 28 de setiembre, en contestacion del aviso que le dió la Réina desde Perpiñan de haberse realizado la restitucion del Rosellon y de la Cerdánia. El 2 de setiembre fué cuando se tomó posesion del castillo de Perpiñan, y el 6 salieron los Reyes de Barcelona para el Rosellon. No tardó mucho la Réina en escribirá su confesor, puesto que la contestacion se empezó á 28 del mes: y por aquellos mismos dias parece que volvió á escribirle estando todavia en Perpiñian, poco antes de restituirse á Barcelona, donde entró el 9 de octubre (Zurita, lib I, cap. 18). El arzobispo hubo de recibir esta segunda carta cuando estaba á medioescribir la su ya, como indican las presentes expresiones, y sigue contestando á ambas.

yo assí:

(8) Parte fueron de estas fiestas las que Gonzalo Fernandez de Oviedo refiere (Batalla I, quincuagena III, diálogo XI) que con motivo de la ve nida de la corte celebró la ciudad de Barcelona pocos dias antes de ser herido el Rei por Juan de Cañamás. E esta fiesta, dice, fué en la alonja de aquella ciudad, donde comieron estos príncipes todos (los Reyes, el príncipe D. Juan y sus hermanas las infantas, á excepcion de la princesa de Portugal Doña Isabel que no asistió por su estado de viudez), é ansimesmo los grandes é galanes é damas, é ovo danzas después de la cena, seña que coincide con lo que dice la Réina en su carta de contestacion. E en la tarde, prosigue Oviedo, allí delante entre la lonja é la mar se hizo un hermoso juego de cañas de muchos caballeros, é en el mismo tiempo

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gravedad? Lo segundo porque fué tanto segun lo que acá yo vi por alguna letra de allá, que por bueno que fuese habia de dar hastio. Dulce es la miel, mas dice el sabio que daña y aun amarga demasiadamente tomada. No reprehendo las dádivas y mercedes, aunque tambien aquellas para ser buenas y meritórias deben ser moderadas; no las honrras de cenar y hacer collacion á vuestra mesa y con vuestras altezas, no la alegria de los exercicios militares, no el gasto de las ropas y nuevas vestiduras, aunque no carezca de culpa lo que en ello ovo demasiado. Mas lo que á mi ver offendió á Dios multiphariam multisque modis, fué las danzas, especialmente de quien no debia danzar, las cuales por maravilla se pueden hacer sin que en ellas intervengan pecados; y mas la licencia de mezclar los caballeros franceses con las damas castellanas en la cena, y que cada uno llevasse á la que quisiesse de rienda. ¡O nephas et non fas! O licentia tan illecita! O mezcla y soltura no catholica ni honesta, mas gentílica y dissoluta! O quan edificados irán los franceses de la honestidad y gravedad castellana! O quan enseñados para reprimir en su patria toda liviandad, toda inepta leticia, toda dissolution quantoquier que parezca humana! O, si yo lo entiendo, quanto pierde mi Réina y mi soberana señora en ello, ante los onbres digo, que an

justaban otros dentro en la mar sobre barcos é á menos de cien pasos de los del juego de cañas. E hacian de esta manera: que en la proa de un batel iba un hombre en pié, é llevaba una lanza enristrada é una pavesina con que se cubría al tiempo de encontrar con otro justador que venia contra él: é cada barco llevaba veinte remeros, é la mar era tranquila, é partia el un barco con su justador contra el otro con la mayor velocidad que les era posible, é encontrábanse los justadores, é á veces i ban al agua ellos é los paveses, é hacianse encuentros que causaban mucha risa é placer. E eran mas de treinta bateles con mas de otros tantos justadores; é la ciudad les daba précio á los que mejor lo ha cian. Fué fiesta de mucho placer é regocijo, en que aquella insigne ciudad gustó

bien. Ya entonces habian venido los embajadores y caballeros franceses para seguir los tratos que se traian entre manos acerca de la restitucion de los condados de Rosellon y Cerdánia, y de la paz que se juró en el inmediato mes de enero. Después verosimilmente se darian otras fiestas á los embajadores con motivo de la conclusion del ajuste y de la entrega efectiva de los condados. -En el tomo IV de las Memórias históricas de Barcelona escritas por D. António Capmani, (pag. 73 del apéndice) se inserió una notícia de las funciones celebradas en diferentes tiempos en la lonja de aquella ciudad; pero no se hace mencion de las que dieron ocasion á la presente nota.

te Dios no dubdo nada. O Reina Vasti, quan injustamente privada del reino, porque tu gravedad y honestidad no se conformó con la liviandad y embriaguez del Rei Assuero! O Réina de Sabba quan agenas tus fiestas de aquesto! O bendita Helisabeth, hija del Rei de Ungria y duquesa de Lorena, quan quita y apartada de todo ello! O Reina de los Angeles, porque no andemos por las ramas, porque sofrís á vuestra dama, á vuestra sierva, que quiera y sufra cosa de vuestra soberana excellentia y de vuestra perfectissima honestidad tan agena! O cabeza tan majada y no castigada ni escarmentada, visto en que pararon ayer las de Sevilla (9) ¿Hai osadia para passar un dedo ni un pelo el pié de la mano? O (si lo osare decir) memoria o desmemoramiento de gallo, que canta una y otras veces porque no se acuerda si ha cantado! Pues que diré de los toros, que sin disputa son espectáculo condenado? Lleven doctrina los franceses para procurar que se use en su reino; lleven doctrina de como jugamos con las bestias; lleven doctrina de como sin provecho ninguno de alma ni de cuerpo, de honrra ni de hacienda, se ponen allí los onbres á peligro; lleven muestra de nuestra crueza que assí se embraveze y se deleita en hacer mal y agarrochar y matar tan crudamente á quien no le tiene culpa; lleven testimonio de como traspasan los castellanos los decretos de los padres santos que defendieron contender ó pelear con las bestias en la arena. O que diria si todo lo cupiesse la carta! Pero baste lo dicho, porque creo yo bien que se hizo y hace todo con cansantio de espíritu. Mas esto no callaré, que la mesma circunstantia del cansantio agrava el pecado. Perdon lleva la embriaguez que se causó de mucha sed y el furto que se cometió con gran

(9) Pulgar en su crónica aí año 1490 refiere las solemnísimas fiestas que se hicieron en Sevilla, estando allí la corte, desde mediados de abril hasta princípios de mayo con ocasion del ajuste de boda entre la infanta Doña Isabel, hija mayor de los Reyes cató licos, y el príncipe heredero de Portugal D. Alonso. Pero antes de pasados

siete meses de matrimónio, el príncipe murio desgraciadamente de la caida de un caballo á orillas del Tajo en júlio de 1491. Este es el paradero de las fiestas de Sevilla que menciona la carta; y no habiendo pasado sinó dos años, se habló del sucomo de cosa reciente y de

ceso

ayer.

menester y aun el homicídio cometido con demasiada ira: mas lo que se excede sin appetito y sin deleite, que excusation tiene? Perdónelo todo nuestro Señor, amen, no dé la pena que merece amen, amen; y á mi perdone no lo que excedo en decir esto, mas lo que fallezco en no lo decir assí conplido como debo.

Por Dios y por su passion mirese agora con mucha diligentia que hai que emendar en todas las cosas que pueden recibir emienda, que hai que añadir de bien y de diligentia en las que conciernen las personas, las familias, y los reinos y señorios, los consejos del estado, de la justicia y de la hacienda con todos los otros ministerios y officios, y aun las nominationes á los beneficios por vigor de los indultos (10), Mirese quanto posible fuere en la paga de lo que se debe que sin dubda es mucho, y tomese por espuela y por aguijon para todo, quod quum augentur dona, rationes etiam crescunt do

norum.

Vuestra venida sea mucho enhorabuena. Sabe nuestro Señor cuan abiertos tengo los ojos para ver el suelo, que vuestros chapines huellan y poner allí muchos ratos, ya que no pue de ser todavia, mis pollutos labios: pero aquí en esta honrada alhambra en aquellos ricos y lindos pavimentos y tan limpiamente losados cumplalo nuestro Señor, amen.

Porque vuestra alteza es avarienta de las escripturas que le presento ó comunico, y no las muestra quizá con mucha prudentia y no menos caridad, sino son tales que se deban mostrar, por esso y porque va en latin, enbio al dottor de Talavera (11) para que

(10) Habla del indulto y bula apostólica de 27 de júlio de 1493, en que el Papa Alejandro VI acababa de conceder á los Reyes católicos el derecho de presentacion para ciertas canongias y beneficios en todas las iglésias de Es paña cuyos prelados no fuesen cardenales: y del indulto anterior del afio 1486, en que Inocencio VIII les habia concedido un derecho todavia mas ámplio de presentacion en los territórios hasta entonces adquiridos ó que en

adelante se adquirieren de infieles.
(11) Era el nombre que se daba co-
munmente al doctor Rodrigo Maldo-
nado, ministro del consejo real, como
consta de muchos documentos de aquel
tiempo, y señaladamente del libro
de declaratórias de Toledo. Que acom-
pañó á los Reyes en el viage de Barce-
lona, se vé por las firmas de la cédu-
la fecha en dicha ciudad á dos de ma-
yo de 1493, por la cual se prohibió
tener mula al que no tuviese caballo,

si le pareciere bien, la presente á vuestra serenidad, la mui excellente victoria y digna de immortal memória que nuestro Señor dió al Rei D. Alonso XI, vuestro cuarto abuelo, cerca del rio que dicen del Salado contra el Rei de Marruecos y de Bellamarin &cetera: la cual puse en latin acompañada de algunas sententias de la santa escriptura para que la leyesemos por lectiones á los maitines de aquella fiesta, que acá comenzamos ogaño á celebrar con mucha solennidad (12), como es razon, porque unas lectiones que ví en un breviario toledano me parecieron breves y no tales como yo quisiera; y assí verá vuestra alteza alguna de las occupationes que estragan mi tiempo, y si es razon dexarme vacar: pues ó que si viesse vuestra mui excellente devotion el officio de vuestra dedition de Granada! que no le publico ni comunico hasta que le vea, ni ge le enbio porque no le debe ver sin que yo sea presente para le dar razon de cada cosa y cosa contenida en él (13).

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ό

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De la ida del Rei moro para allende (14) remitome á lo que Hernando de Zafra ha escripto y escribe, que lo ha mui bien trabajado mente et corpore: no sé como le será re

y se halla entre las pragmáticas de Ramirez fol. 280. De este doctor Rodrigo Maldonado fué nieto D. Pedro Maldonado, capitan de la comunidad de Salamanca, que fué hecho prisionero en la batalla de Villalar, y después ajusticiado.

(12) Aunque el año de 1492 era Gra nada ya de cristianos, se conoce que no habia habido disposicion de celebrar solemnemente la memória de la jornada de Tarifa ó del Salado, cuyo aniversário concurria con el 30 de octubre, víspera de la fecha de esta carta del arzobispo; y el año de 93 fué el primero que se celebró en Granada. Pero la fiesta era mui anterior en la iglésia de España; y las lecciones de Toledo que no contentaron á Fr. Hernando, se imprimieron ya en el breviário toledano publicado en Venécia el año de 1483 bajo la direccion del presbitero Juan de Biedma, y dedicado al cardenal arzobispo D. Pedro Gonza

lez de Mendoza. En el estúdio que fué
del Maestro Fr. Enrique Florez, hai
un ejemplar de esta edicion mútilo en
la parte donde debian hallarse di-
chas lecciones; pero está el himno pró-
pio en su lugar, y en el calendá-
rio por donde empieza el libro, se
pone á 30 de octubre Bellum de Bena-
meri, que es la batalla ganada sobre el
Rei de Marruecos y Benamarin, como
solian decir nuestras antíguas crónicas
y como dice aquí el autor de la carta.
En otra edicion del breviário toledano
hecha en letra de Tortis, que existe en
el mismo estúdio, se hallan en el cor-
respondiente lugar las lecciones que
faltan en la primera.

(13) Hubo de presentar después este
oficio á la Réina, puesto que existe es-
crito todo de mano de Fr. Hernando
en el archivo de Simancas.
(14) Veanse las notas 15 y 16 de la
carta siguiente.

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