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Cuenca y el regidor Don Mamerto José de Alique, al recoger del ruinoso convento los efectos y cosas que podian servir en las parroquias de la ciudad: y reconociendo que esta escultura de mármol, en tres piezas casi iguales, debia corresponder á persona señalada, segun lo daba á entender el mérito del trabajo, deseosos de que no acabara de perderse, la hicieron llevar á sitio mas seguro, depositándola en la capilla de San José, situada antes del ingreso á la iglesia de la Merced que hoy hace de parroquia de San Esteban, en donde últimamente se encontraba, y de donde la hé recogido, mediante una donacion á la parroquia, para regalarla á la Academia de la Historia, que ya la tiene en su museo. Es decir, que si no se han podido hallar los huesos del eminentísimo jurisconsulto en la antes trastornada y ya demolida iglesia de San Francisco, por fortuna existe la lápida sepulcral que los cubria de que podemos aprovecharnos.

En una estátua yacente de alto relieve del tamaño natural se representa al difunto, descansando la cabeza sobre dos almohadas, vestido de toga sobre hábito de San Francisco, de que se ven el cuello y las sandalias, con borla y anillo de Doctor, virrete de Consejero, un libro tachonado de cinco clavos en quincucio, sobre el pecho, que sostiene la mano izquierda, y deben ser las Ordenanzas Reales; y cogida la toga con la mano derecha para levantársela y poder echar el pie. El mármol es ordinario y blando, la escultura mas que mediana sin firma de artífice, y las dimensiones metro y 55 centímetros de longitud total, por 64 centímetros de ancho y 25 de grueso. Como no se conoce retrato alguno de este español ilustre, no tenemos otro medio de juzgar de sus señas personales que la figura en relieve del sepulcro, que es creible se labrase á poco de su fallecimiento y con buenas y frescas noticias de su físico.

Puede deducirse de estos datos, que tenia la estatura regular de un metro y 52 centímetros, ó sea unos cinco pies y cinco pulgadas de Búrgos; cara larga y agraciada, ojos grandes, cabello poblado y tendido; y que era bastante grueso de cuerpo. William H. Prescott en la << Historia del reinado de los Reyes Católicos» dice de MONTALVO, que continuó sus trabajos aun despues de haberse quedado ciego; mas tengo para mí que no lo fué por completo, y que moriria con alguna vista, si bien escasísima; porque ninguno de los testigos de la informacion de hidalguia, que todos le conocieron y trataron en Huete hasta su óbvito, hace alusion siquiera á esta circunstancia, mas reparable que otras especificadas; ni él mismo lo dice cuando habla de sus achaques de decrepitud. Una persona de 94 navidades y que habia leido y escrito tanto y mas aun en los últimos años de su vida, natural es que tuviese agotado el espejo de sus retinas; pero pienso que no murió completamente ciego sino casi ciego. Adjunto pongo un dibujo bastante exacto del relieve sepulcral.

De la letra de nuestro escritor se conserva alguna corta muestra, lo bastante sin embargo para conocer que escribia con pulso firme, con pluma gruesa, trazando los caractéres y dicciones mas claramente de lo usual en la curia de su tiempo: la inicial de su nombre es de forma gótica. Abundaban en sus manuscritos las abreviaturas todavía mas de lo que acostumbraba la generalidad, que no era poco: maña que hace disimulable la conveniencia de economizar el papel, escaso aun, y el pergamino nada barato; como hoy adoptan papeles delgadísimos los negociantes y casas de mucha correspondencia por el ahorro del franqueo ó del porte. Su firma, de que acompaña un facsimile, era abreviada en palabras, y en letras, pues

PLANTA DE LA IGLESIA DEL ANTIGUO CONVENTO DE SAN FRANCISCO

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Sello-escud o

en los do cu mentos.

que usaba

Facsimile de la Firma

que solo ponia Alfonso Licenciado con estas abreviaturas: Al. licen. Precedíanla unos signos, al modo de los escribaniles, que no es fácil asegurar, si eran rasgos caprichosos, iniciales, ó cifras significativas: parece, no obstante, asemejarse al Jesús cifrado de este modo JHS. Al final ponia un trazo perpendicular, con dos puntos en la parte superior, como rúbrica ó contraseña.

Usaba escudo de armas, y en los documentos las ponia con un sello exágono irregular de 16 milímetros en su mayor diámetro; dentro del cual habia un escudito rodeado de un cordon ó rosario, con azucenas de trecho en trecho. En la parte interior se figura un campo ó monte de azucenas, la central descollando como un arbusto. Entre el escudito y el triángulo superior se lee Mōtalvo horizontalmente: de que se infiere que el heráldico autor del emblema noviliario, interpretando Mont-alvo, monte blanco, creyó representarlo bien en un campo de azucenas cándidas; pero receloso de que alguno no comprendiese fácilmente su idea, á semejanza del este es gallo de el vulgarizado pintamonas, quiso añadir el rótulo de Montalvo para mayor seguridad. El dibujo que del mismo tamaño presento está tomado de la cédula de citacion al Real de Manzanares en 1454 y de la sentencia que dió como Asistente de Toledo en 1463. Es de creer que este mismo escudo fuese el que tenia en sus casas de Huete y en sus reposteros, de que habla la egecutoria.

A la muerte del DOCTOR, sus herederos, á quienes habia dejado bienes de consideracion y un nombre digno de perpetuarse, le costearon el monumento de alabastro de que se acaba de hablar, en que intervino el cincel de un escultor acreditado y acaso la cooperacion del regio influjo, supuesto que los Reyes Católicos tenian al difunto en su real aprecio y gracia.

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