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Finalmente, las leyes fundamentales de la monarquía castellana no determinaron las épocas ni el modo de convocar las cortes, limitándose á preque en los negocios árduos hubiese de consultar el monarca con el reino. Quedó pues al arbitrio de los reyes la convocatoria, como tambien el número de procuradores; y asi es que habiendo concurrido tantos á las cortes que cita el Sr. Marina en el pasage inserto anteriormente, y á otras cuyos cuadernos hemos visto, se fue disminuyen

do sin saberse cómo el número de las ciudades de voto en córtes hasta quedar reducidas á diez y ocho segun el testimonio de Zurita (1), hablando de las celebradas en Toro por Fernando V en 1505.

dos

(1) Anales de Aragon, tom. 6.o, pág. 3. Veinte y eran en el siglo XVII, segun puede verse por la relacion del cronista Nuñez de Castro, inserta en el apéndice II de

este tomo.

CAPÍTULO V.

Fundacion y progresivo aumento del reino pirenaico, hasta su division en los dos reinos de Aragon y Navarra.

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Α

Al mismo tiempo que Pelayo alzaba en Astu

rias el glorioso estandarte de la insurreccion, resonaban en toda la cordillera del Pirineo los terribles gritos de venganza y libertad. Los vascones que habian peleado por esta tan bizarramente en tiempo de Sertorio, y que tanto habian resistido la dominacion de los godos, se alzaron en las montañas de Navarra y Aragon contra los conquistadores infieles.

La Vasconia no se limitaba en lo antiguo á lo que ahora llamamos provincias vascongadas. Sus linderos fueron con corta diferencia los siguientes durante el imperio romano. Por el oriente y parte del sur confinaba con el rio Gállego, desde su nacimiento hasta donde abandonando los mon

por

casi

tes sale á tierra llana, De alli corriendo algo hácia el S. O. iba en busca del Ebro cerca de donde recibe el Jalon; y pasando á la ribera opuesta llegaba á Gracurris ó Agreda, desde donde tiraba Calahorra en busca del Oceano septentrional, por los mismos límites que ahora dividen á Alava de Navarra, internándose algo mas en Guipuzcoa. Por el norte confinaba la Vasconia con el el Pirineo hasta las fuentes del Gállego. mar y Destruido el imperio romano, los vascos resistieron tenazmente á los suevos, alanos y godos, estendiendo sus confines hasta las fronteras de la Cantabria propia, no solo por la costa del Oceano sino por los paises mediterráneos.

El rey Wamba sofocó enteramente la rebelion de los vascos, y desde aquel tiempo no habla la historia de otro levantamiento de ellos. Destruido el imperio de los godos por los árabes, era natural que los vascos, sujetados á la fuerza por aquellos, y viendo ahora una ocasion propicia para hacerse independientes, se levantasen contra los invasores infieles sin reconocer el señorío de los reyes de Asturias.

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El origen del reino pirenáico está cubierto de oscuridad, aun mas que el de la monarquía restaurada por Pelayo. Algunos historiadores han dudado de la existencia de este reino en el siglo VIII, fundándose en que los escritores de aquella época no hacen mencion alguna de los re

yes del Pirineo (1); y por consiguiente suponen que aquel pais estuvo sujeto á los reyes de Asturias, dando mayor fuerza á esta suposicion con un testo de Sebastiano, obispo de Salamanca (2).

El historiador Moret trató de propósito esta cuestion (3), y respondiendo á aquellos argumentos con grande copia de doctrina, sentó como cosa indudable la existencia é independencia del reino pirenáico desde los primeros tiempos de la restauracion. De este mismo dictamen fueron Ambrosio de Morales (4), Garibay (5), Mariana (6), Blancas (7), D. Juan Briz (8) y otros historiadores.

Apoyada en las razones de todos estos y en

(1) El Pacense, el Biclarense, el monge de Albelda, Eginardo, secretario de Carlo Magno, el autor anónimo de los Anales de Pipino, Carlo Magno y Ludovico Pio, el poeta sajon que escribió en verso la vida y hechos de Carlo Magno, y otros.

(2) Tratando del rey D. Fruela I dice asi: «Vascones rebellantes superavit, atque edomuit. Muniminam quandam adolescentulam ex vasconum præda sibi servari præcipiens, postea eam in regale consortium copulavit. Sebast. Chron.»

(3) Investigaciones históricas, lib. 2, caps. 2 y 3.
(4) Crónica general de España, lib. 13, cap. 17.
(5) Por todo el libro 21 de su Historia de España.
(6) Historia general de España, lib. 8, cap. 1.o
(7) Coment. rerum Aragon.

(8) Historia de S. Juan de la Peña.

1

otros documentos respetables (1), la academia de la Historia en su diccionario geográfico-histórico, artículo Navarra defiende con atinada crítica la existencia independiente del reino pirenaico, rectificando la cronología de sus primeros reyes, y 'anteponiendo la dinastía de Iñigo Arista á la de García Jimenez.

Segun el citado artículo el reino pirenáico tuvo el siguiente origen: En el año de 732 el gobernador árabe Abderrahman pasó á guerrear en Francia por la Vacceya, y penetró hasta el Garona. La Vacceya no era el antiguo pais de los vas

(1) La academia ademas de haber consultado todos los historiadores mas conocidos, cita los autores y documentos siguientes: Historia de un anónimo que escribió antes de la mitad del siglo XII, los anónimos lemosino y pinatense que estaban en San Juan de la Peña, otro de la biblioteca Real de Madrid, la Crónica de D. Fr. García de Eugui, la del tesorero Garci-Lopez de Roncesvalles, la del príncipe D. Carlos de Viana, la de S. Juan de Pie de Puerto, la de Sancho de Alvear, un breve catálogo latino de los reyes de Navarra, las memorias de Diego Ramirez de Avalos Piscina, la Crónica de Berenguer Puig Pardines, la Genealogía de los reyes de Aragon, dedicada á D. Dalmao Mur, el Necrológio de S. Victorian, y las Genealogías de Iñigo Arista y Aznar Galindez, compara-. das con varios diplomas de Puigcerdá, Urgel y Lavax, y con lo que escribieron Martin de Segarra y Jimen Perez de Salanova, justicias de Aragon, hácia fines del siglo XIII; y á principios del XV Juan Jimenez Cerdan.

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