EXPLICACIÓN DE LOS GRABADOS La vista general del Castillo de Caspe que ofrezco en la pág. 9, está sacada por D. Paciano Ross de una fotografía que sirve de ilustración al poemita del escritor caspolino D. Mariano Uriol, publicado en 1878 en el mismo Caspe. Hoy según recientes fotografías que han servido sólo para completar la antigua, nada queda casi del histórico salón del Compromiso, más que la puerta de entrada al mismo, que se conserva en las Casas Consistoriales, y de la cual ha sacado una fotografia ex-profeso el señor Simó, que ha servido para el grabadito que adorna el primero de los Apéndices de este libro. Para que mis lectores puedan tener una completa noticia de cuanto se refiere al Compromiso, copio la siguiente relación que figura en las eruditas notas de la obrita del señor Uriol ya citada: «Después de haber servido de refugio y casa fuerte, en unión de la Iglesia parroquial y del Convento de Freires Sanjuanistas, contiguos al Castillo, á las tropas francesas de Napoleón I, durante la guerra de la Independencia, se conservó bastante bien hasta la civil del 33 al 40, en cuya época, el partido liberal, amparándose en los dichos tres sólidos y vastos edificios, los convirtió en fuerte que los carlistas no pudieron nunca tomar, á pesar de sus recios y repetidos ataques, ni aun dirigidos en alguno de ellos por el mismo Cabrera en persona. Con este motivo, el Castillo, como los otros dos edificios, sufrió modificaciones y cambios que alteraron notablemente su aspecto y disposición, tanto exterior como interiormente. Y así siguió, hasta que en la nueva y triple civil guerra del 72 al 76, volvieron á ser convertidos en fortaleza militar los tres edificios, enlazados entre si con obras suplementarias, como ya antes lo habían estado; lo cual fue causa de la quema y destrucción del Cas tillo y Convento de San Juan, salvándose la Iglesia. >>Lo más notable de este edificio, desde el punto de vista histórico, era su salón principal riquísimamente artesonado, llamado de San Vicente y también del Compromiso, por haberse realizado en él todos los actos oficiales, relativos á este gran suceso, que tuvieron lugar en el Castillo. A él se subía por una rampa, más bien que escalera, de muy anchas y muy suaves gradas, accesible, por su inclinación, hasta para carruajes, y su pavimento era de peña viva natural. Estaba situado en el centro de la fachada occidental, coronada de almenas, que daba frente á la parte posterior de la Iglesia Colegial; y sus grandes ventanas, partidas en su luz ó hueco en forma de cruz griega, estaban colocadas entre los salientes estribos ó machones del muro, viéndose orladas de preciosas molduras y ricos medallones con escudos de armas, todo de piedra. En su interior había una chimenea ó alcobilla de lumbre, también de piedra, cuya boca estaba así mismo adornada de cariátides, medallones y escudos de armas. >>De sus muros, colocada sobre pelmodos de madera y sujeta con cadenillas de hierro, pendia, como precioso monumento histórico cuidadosamente conservado, la mesa de nogal con adornos tallados en madera, sobre que fueron extendidas y firmadas las actas de las sesiones del Parlamento general de Aragón, y al rededor de la cual se sentaron á deliberar los nueve Jueces que lo compo nían. >>Mas por una de esas fatalidades que son tan comunes en tiempo de guerra, al principio de la civil de los siete años, que tan fecunda fué en ruinas y calamidades de todo género, una noche de invierno en que los individuos del retén que tenía allí su asiento no podían calentarse, por no poder conseguir que ardiera la leña verde de chopo recién cortado que les habían dado de munición, echaron al fuego, encendido en la cocinilla del propio salón, la mesa arrancada y bajada ya anteriormente del sitio en que se conservaba; la cual iba siendo reducida á cenizas, cuando D. Francisco de Miguel, sargento de milicianos, que andaba, según él mismo lo refiere, recorriendo los puntos del recinto, haciendo el servicio nocturno de jefe de ronda, acertó á entrar allí; y dolorosamente impresionado al ver el lastimoso destino que se daba á un objeto que llevaba en sí recuerdos tan gloriosos y tan honorificos para Caspe, mediante entrega de algún dinero á los del retén, para que tomaran el aguardiente y comprasen leña de su gusto, recabó de ellos la única tabla que, además de un pequeño resto de los adornos, quedaba por quemar. >>>Con esta tabla convertida en dos aserrada por medio se hizo construir dicho señor de Miguel el tablero de la mesa escritorio que desde entonces usa, completándola de pies y demás piezas necesarias con madera nueva. El adorno obra hoy en mi poder, cedido por la persona á quien el mismo D. Francisco de Miguel tuvo á bien regalarlo. >>Decoraban las paredes de este salón cuatro grandes lienzos pintados al óleo, guarnecidos de marcos de madera de primorosa talla, en cuyos lienzos estaban representadas personal y simbolicamente las Virtudes cardinales; y por encima de ellos corría una faja de mármol negro, en la cual, en caracteres muy antiguos tallados á realce, y muy difíciles de descifrar para quien no estuviera muy versado en paleografía, había inscripciones que se cree eran conmemorativas del Compromiso, aunque hay quien opina que eran anteriores á este suceso. >>Los cuadros desaparecieron también al principio de la calamitosa época citada, llevando probablemente el mismo camino que la mesa, sobre todo sus grandes y hermosos marcos.>> |