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VI.

Viaje de D. Pedro de Valdivia á España (1).

El 6 de diciembre de 1547, estando el gobernador Valdivia próximo á embarcarse para el Perú y de allí ir á España, nombró á Francisco de Villagra su subteniente de gobernador y capitan general, para que gobernase mientras su ausencia; y cuando este se presentó el 8 del mismo mes al Cabildo de Santiago, los miembros de él escribieron la siguiente carta á S. M. Cárlos V:

S. C. C. M.-Por la relacion que podiamos dar á V. M., el Cabildo, justicia y regimiento de esta ciudad de Santiago del Nuevo Estremo, de lo que en su cesáreo servicio se ha hecho despues que á esta tierra vinimos, la hará el capitan Pedro de Valdivia, que nos ha gobernado hasta hoy con la autoridad que le dió el Cabildo y todo el pueblo en nombre de V. M. y hasta que su real voluntad fuese; porque así convino á su cesáreo servicio, y conviniera y conviene tenerla de V. M.

No nos alargamos á mas de que él ha determinado sobre los grandes trabajos, y pérdidas y gastos que en venir á esta tierra á conquistarla y poblarla, y descubrir otras adelante, ha pasado y gastado; toma este tan crecido descanso (que para él y para todos los vasallos de V. M. lo es) en ir á besar sus sacratísimas manos, y presentarse ante su cesáreo acatamiento y darle cuenta de todo lo que conviene al servicio de V. M. en estas partes.

Él nos deja á Francisco de Villagra de teniente general para

(1) Sacado del primer libro becerro del Cabildo de Santiago. - Este viaje no se verificó, pnes Valdivia volvió á Chile desde el Perú.

que nos gobierne y tenga en paz y en justicia, como él lo hacia, hasta que dé la vuelta, siendo nuestro Dios y V. M. dello servido, y juntamente con persona tan zelosa del servicio de V. M. y que tambien ha trabajado en estas partes, y ser en la condicion y valor hechura del capitan Pedro de Valdivia, atenderemos con él á la paz y quietud desta ciudad y sus vasallos, tierra y naturales della.

Y aunque en esto él y todos hemos de hacer lo que somos obligados, suplicamos muy humildemente á V. M. que por amor de Dios y por lo que al bien de todo lo dicho conviene, que V. M. sea servido de lo mandar despachar con toda brevedad con la autoridad de su gobernador y capitan general, y las demás mercedes que V. M. fuese servido del mandar dar, bajo de las condiciones que fueren de su real servicio; porque de la dilacion se podria causar inconveniente, y con su pronto despacho puede V. M. ser dél muy servido en todo.

Quedamos muy satisfechos con su ida, porque somos ciertos se sabrá dar en todo la diligencia que conviene al servicio de V. M., y porque se le han perdido las relaciones que ha enviado á V. M., y el oro para traer socorros del Perú por las altercaciones que en ellas ha habido tres veces, ha determinado ir á lo que aquí decimos.

Y porque todo lo dicho conviene tanto al servicio de V. M., tornamos de nuevo á suplicar á V. M. sea servido de nos hacer esta merced, porque con ella tenemos por cierto serán remunerados nuestros trabajos, por haber sido tan buen testigo dellos, y nosotros y todo el pueblo amarle como á padre, por haber recibido dél las obras como de tal.

Remitimonos en lo demás á su relacion.

Nuestro Señor

por largos tiempos guarde la sacratisima persona de V. M. con acrecentamientos de mayores reinos y señoríos.-Desta ciudad de Santiag o del Nuevo Estremo, á 8 de diciembre de 1547.-JUAN FERNANDEZ DE ALDERETE Y RODRIGO DE ARAYA, alcaldes; y regidores: JUAN GOMEZ, FRANCISCO DE AGUIRRE Y PEDRO GOMEZ.

VII.

Carta escrita al rey por Pedro de Valdivia, en Lima, á 15 de junio de 1548, dándole cuenta de la armada que habia hecho, y con que salia de aquel puerto para las provincias del Nuevo Estremo (1).

Muy alto y muy poderoso señor. Llegado á este reino de la Nueva Castilla y real del licenciado Gasca, presidente del que en nombre de V. A. tenia contra la tiranía de Gonzalo Pizarro y los de su rebelion, escribi á nuestro monarca y emperador, mi señor, teniendo por cierto á que ella iria á sus sacratísimas manos ó á las de V. A., lo que no tengo por cierto haber ido ninguna de las que hasta ahora he escrito, y en ellas daba relacion á S. M. y á V. A. de lo que en su real servicio he hecho en aquel reino y gobernacion del Nuevo Estremo, y de los grandes gastos que en sustentarlo, y poblarlo y descubrirlo, se me han ofrecido y cada dia se me ofrecen, y perseverando en el real servicio de V. A., de una nao que por gran ventura fué á aquella tierra, supe la rebelion de estos reinos y tiranía de Gonzalo Pizarro, y luego me dispuse á venir á servir á V. M., como siempre lo he procurado de hacer, y ha veinte y ocho años que lo hago. Venido al real de V. A., el presidente me dió cargo del campo juntamente con el mariscal Alonso de Alvarado, maestre de campo, y yo deseando el servicio de V. A., y merecer mas en su real acatamiento, hice lo que en nombre de V. A. me mandó, y procuré por mi parte de hacer todo lo á mi posible, para que la tiranía no pasase mas adelante con el menos daño posible, y menos muertes de los vasallos de V. A. Fué

(1) Sacado del original que se halla en el archivo general de Sevilla entre los documentos traídos de Simancas.

Dios servido, que en la cesárea y real ventura de nuestro monarca y de V. M., y bondad del presidente, y solicitud de los capitanes de su campo, con muerte de solo un hombre V. A. obo la victoria. El presidente hizo justicia de Gonzalo Pizarro y de los que halló mas culpados, y cada dia la hace de los que lo merecen, porque V. M. crea que no se pudiera enviar á estos reinos, quien mejor que él entendiera las cosas de acá, ni de quien V. A. pudiera ser mas bien servido.

Concluidas las alteraciones destos reinos, habido del presidente verdadera noticia de lo que he gastado en servicio de V. A. en la sustentacion y poblacion de aquella tierra, y descubrimiento de la de adelante, que son mas de trescientos mil pesos, y conociendo el deseo que tengo de servir á V. M., me proveyo en su real nombre de gobernador y capitan general de aquella gobernacion del Nuevo Estremo, por virtud del poder y comision que para ello de nuestro César tenia, por todo el tiempo de mi vida, señalándome por límites de la gobernacion desde veinte y siete grados hasta cuarenta y uno norte sur meridiano, y del este oeste, que es travesía de cien leguas, como lo relata mas largo la provision, que por virtud de poder me dió, y della envió un traslado autorizado juntamente con la instruccion de la Audiencia de V. M. que en estos reinos reside; y me dió así mismo los capítulos que yo pedí al presidente, y los que en nombre de V. A. me otorgó: todo lo envió al real Consejo de V. A., para que allá se vea, y mande V. A. lo que mas á su servicio convenga.

Por la capitulacion mandada á V. A. verá lo que pedí se me concediera, no se me concedió todo, porque la comision de S. M. no se estendia á mas: como humilde súbdito y vasallo suplico á V M. me mande enviar su real provision para confirmacion de lo que el presidente me dió, y juntamente con ella me mande hacer las mercedes que en la capitulacion pido, que aunque V. A. no tenga entera relacion de mis servicios, les serán tan aceptos, que tendrá por bien de me hacer mercedes, porque

aunque no obiera gastado trescientos mil pesos en sustentar, y poblar y descubrir aquella tierra, solo por la haber sustentado, estando tan mal infamada como quedó despues que della dió la vuelta el adelantado Almagro, y por la voluntad y deseo con que tomé la jornada, y me ofrecí á gastar lo que tenia en servicio de V. A. en cosa razonable, V. A. me mandará hacer todas mercedes.

Demás de los gastos que en la sustentacion de la tierra se me han ofrecido para venir á servir en esta jornada á V. A., y llevar la armada que llevo, que por no hacer daño á los naturales deste reino, irá muy poca gente, y la cantidad della irá por mar, y para ello juntamente con el galeon y galera que estaban en este puerto de la real armada de V. A., las cuales llevo, y así mismo otras dos naos que me cuestan, dejado á parte lo que en esta tierra metí, que fueron mas de ochenta mil pesos, mas de otros sesenta mil.

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El presidente envió aquí á mandar á los oficiales de V. A. que apreciaren el galeon y galera, y otros costos de vituallas que habia, y me las diesen quedando obligado á pagallo á los oficiales al tiempo que acá nos concertamos, y aprecióse en veinte y siete mil y tantos pesos; estoy obligado á pagallo á V. A., á quien humildemente suplico, que pues todo se gasta en su real servicio, yo no quiero mas de para gastallo en él, sea servido enviarles á mandar no los cobren de mí; pues yo no quiero mas vida de para gastallo en servicio de V. A.

A V. A. suplico mande ver las mercedes que en la capitulacion pido, y me las mande conceder, pues V. A. tiene por costumbre de gratificar los que le sirven, y hacerles en mayor grado las mercedes que son los servicios, y porque V. A. hallará por verdad, que con lo que he gastado en esta jornada, que le he venido á servir, y los gastos de la armada que llevo, me cuesta despues que por servir á V. A. tomé la empresa, mas de cuatrocientos mil pesos, y los que tengo por bien empleados, habiendo sido en servicio de V. A.

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