1856; y en cuanto a lo segundo, inútil es discutir la afirmación del clero, sobre que a los pueblos apartados solo van los sacerdotes, a llevar las luces de la civilización, puesto que gustan más de vivir en las ciudades. Tiene razón el Lic. Cabrera al decir: "Lo cierto es que en algunas ciudades de México el número de templos abiertos al servicio público es considerablemente excesivo, en relación con las necesidades religiosas. Una población de diez mil habitantes tiene lo suficiente con uno o dos templos abiertos al culto, y sin embargo, existen poblaciones como la ciudad de Cholula, en que el número de iglesias es tan grande en relación con su población, que constituye una verdadera curiosidad para los turistas ver tal número de templos, todos ellos abiertos al culto, todos ellos dando ocupación a sacerdotes, y, por lo tanto, significando una fuerte contribución para los fieles. "Puebla es una ciudad de cien mil habitantes, y es curioso hacer notar que, hasta antes de la llegada a ella del Ejército Constitucionalista, tenía cerca de doscientos templos abiertos al público. "Mérida es una ciudad de sesenta mil habitantes, y le bastan doce templos, es decir, uno por cada cinco mil almas. "Veracruz es una ciudad cuya población regular ha sido siempre de cincuenta mil habitantes, y, sin embargo, tres iglesias han bastado siempre para el servicio religioso." 3 Podría contestarse al señor Manrique y Zárate que los sacerdotes católicos prefieren vivir en Puebla, ciudad donde el Estado y los particulares sostienen numerosas escuelas, y no van a los pueblos pequeños y apartados, menos aun cuando son malsanos. En el Sur de Michoacán, en Guerrero, en muchas partes de la República. hay dilatadas regiones con pueblos hasta de dos y tres mil habitantes, en donde no se encuentra un sacerdote. Por lo demás, la agitación actual que han provocado los directores de la Iglesia mexicana, aparentemente carece de razón de ser, porque no han confesado hasta hoy ni confesarán nunca seguramente cuáles son las verdaderas y ocultas intenciones que los impulsan. Pensar en una regresión a los tiempos anteriores a la Reforma, mejor dicho, a la edad media, sería un síntoma claro de enajenación mental, porque hasta significaría desconocer y negar la Proyecto de adiciones al Proyecto de Constitución, presentadas por el Dip. Francisco Villalobos.-Zarco, Ob. cit. Tomo I. Pág. 680. Pastoral del obispo de Huejutla, de 22 de noviembre de 1925. 2. 3. Lic. Luis Cabrera. Ob. cit. Pág. 16. 4. Véanse las declaraciones del Presidente de la República, Sr. General D. Plutarco Elías Calles, publicadas en "El Universal", edición correspondiente al 25 de julio de 1926, que reproducimos en estas páginas. 1 célebre encíclica de León XIII, de Rerum novarum, que los miembros del clero están obligados a acatar. Es verdad que estos sucesos provocados por el clero, les hace vivir por unos días la ilusión desmesurada de las persecuciones bajo los emperadores romanos, asimilando los húmedos sótanos de nuestras casas-siglo XX a las fabulosas catacumbas. Pero el simulacro es grotesco, porque hace muchos años se agotó la cepa de los mártires. El Gobierno de México, actualmente, no persigue a nadie, ni ha buscado querellas inútiles; no hace más que respetar y cumplir como es de su deber, las leyes fundamentales de la República. |