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tierra, lo cual no solamente es cabsa de no ser ella beneficiada, mas áun de no perder la gente el deseo é pío de su naturaleza y de sus cosas de Castilla, que siempre pian por ellas, y porque para la poblacion y perpetuidad importa que olviden á España y tomen amor y voluntad de permanecer en la tierra; y lo que los indios serian dello aprovechados y consolados no se puede decir ligeramente, y seria manera de trato, pues no de sola una arte y manera han todos de vivir.'

Asimismo seria cosa muy convenible que se proveyese que á costa de S. M. viniesen cantidad de burras para que se vendiesen á los caciques y principales, y ellos las comprasen por premia, porque demas de haber esta granjería de cuatropea, seria excusar que no se cargasen los indios, y excusar hartas muertes suyas: 2 y asimismo, que desde luego se mandase á los caciques é principales é mercaderes indios que tienen manera, cada uno segun tuviese, comprasen é tuviesen algunas ovejas, porque mejor ternian empleadas las joyas de oro que tienen y en sus ídolos en semejantes cosas, y de aquí se introduceria entre los indios manera de vivir y granjería.3

Y pues se ha visto que se da la seda aquí, y su granjería principal entre los indios para ser ricos es esta, seria bien que desde luego se proveyese que S. M. mandase venir algunos moriscos casados del reino de Granada, é que trujesen cantidad de simiente della, y que S. M. les diese pasaje franco y lo que hubiesen menester hasta acá, y avecindasen en algunos pueblos de S. M. para que introdujiesen en los indios el arte del labrar y se aprovechar, que segun su manera se darán á criarla; y segun es mucha la gente podráse labrar mucho, y estos han de venir en tiempo que puedan traer la simiente della y usar della.4

Con estas cosas no saldria de esta tierra tanto oro ni plata, porque se quedaria en ella y seria muy rica, y los vasallos españoles é indios enriquecerian, é rico el pueblo rico el rey, y por el contrario, &c.: y so emienda, no se habia de mirar en lo que S. M. gastase al presente, pues el que quisiere coger ha de sembrar primero; y porque de las tierras ricas, é pobladas, y que permanece la poblacion se sirven y aprovechan los señores dellas; y á lo ménos ternian con que hacer servicio á su rey cuando lo oviese menester, como agora ; y si se echa á la larga y á los de acá, como ellos tengan más ojo á las minas que á semejantes granjerías, la tierra estará ociosa, siendo la mejor del mundo, y se perderá en ello lo que se ve claro, y no solamente esta tierra recibirá este beneficio, pero extenderse hia á las otras tierras que se van descubriendo, en asaz servicio de Dios y del rey.

Tambien parece á muchos servidores de S. M. que seria bien dar franqueza á esta tierra de todas las cosas que en ella se crian y della

1 Al márgen: «Este despacho no puede leerse todo. Dice que los oficiales de Sevilla vean cómo se haga sin premia.»>

2 Al márgen: «Los oficiales tengan cuidado que esto se efectúe sin vejacion.»

3 Al márgen: «El virey vea esto y lo provea.»

4 Al márgen: «Los oficiales busquen los cristianos, y les den pasaje y matalotaje.>>

sacaren ó llevaren á Castilla, ó en ella metieren y vendieren, como la tiene la isla Española y las otras islas: en esto harán lo que allá les parescerá.'

Con otras cosas del servicio de Dios y bien destas ánimas quise enviar tambien estas cosillas que acá he oido platicar, y me parecieron complideras á mí el obispo de México, al servicio de S. M. y bien de la tierra; que es razon de procurar lo otro é no dejar esto.- FRAY JUAN, OBISPO de México.

En la cubierta: "Parecer del obispo cerca de la policía, &c., desta Nueva España para ser rica."

NÚM. 24.

OTRO PARECER DEL SR. ZUMARRAGA SOBRE LA MANERA DE POBLAR Y ENRIQUECER LA NUEVA ESPAÑA.

[No tiene fecha. Pónese aquí, porque se refiere al mismo asunto que el anterior, y en parte es igual.]

[Coleccion de Muñoz, Indias, 1534-1536, tomo 80.-Dos copias en mi poder, de igual origen que las anteriores.- Traduccion francesa en TERNAUX, muy abreviada, tomo XVI, pág. 71.]

ESPUES que venido á esta Nueva España ví la grandeza y dispusicion y poblacion della, y las diversidades de las tierras, y cómo en ellas se daban todas las cosas que se plantan, he platicado con muchos, y persuadido no á pocos, que seria servicio de Dios y gran provecho para la tierra, y no pequeña consolacion é causa para los moradores, y máxime los españoles, perder el deseo de Castilla, y que todos nos juntásemos para traer planta y simientes, pues seria causa que fuese esta la más rica tierra del mundo que se tuviese bajo de su señorío en todo el mundo, é considerando los lugares donde allá se crian, yenidos ó traidos acá, pues tanta manera hay de diversidades y extremos en esta gran tierra, la podrian plantar conforme á la cualidad de la tierra que la planta requiriese, caliente, fria ó templada, sierra, valle ó llano, segun allá lo aprendiesen, y viesen cómo y de qué manera podian traer algunos labradores de allá de aquellas partes para que diesen los primeros comienzos.

Demas desto, conociendo la grandeza é riqueza desta tierra, y la mucha poblacion que en ella hay, y el ingenio tan vivo de los indios, é las cosas que por sus manos hacen, y cómo cuantas cosas ven de Castilla las contrahacen sin aprenderlas; y vista y entendida la mucha pobreza dellos, por causa de no haber tenido ni tener ganados ni algun

I Al márgen: «Cons? Véase la franqueza de la Española.»

género de agricultura, sino solamente algodon, de que hacen sus telas colgadas, sin tener telares ni peines, ni formas de tejer como en Castilla; é visto que hacen alcotonías tan finas como finas holandas, y manteles alimaniscos de seis y siete palmos en ancho, de una pieza, como yo el obispo de México he visto por mis ojos, y los toldillos que hacen de algodon, en que podria haber seis varas de lienzo, se venden por un real de Castilla, poco más ó ménos, de donde se infiere que si se diese á estos naturales tan capaces de razon, manera de vivir en policía y oficios, como en Castilla, juntando los pueblos con calles y plazas, &c., á manera de los pueblos de Castilla, que allende que seria causa total para entrar en ellos la cristiandad, serian ricos en poco tiempo, y no se diminuirian ni moririan como bestias en los campos y montes, estando tan distantes unos de otros que no se pueden valer en su necesidad y enfermedad, y como carecen de quien los cure ó dé lo necesario, se mueren muy muchos que no moririan si fuesen socorridos, y este es un principio para se poblar y perpetuar la tierra, y para que nuestro bienaventurado rey recibiese mucho servicio, y toda Castilla no solamente harto beneficio.

Y para lo dicho convernia, pues acá no hay quien cure ni haga caso sino del oro y plata apañar, y henchir é ir allá á vaciar, que el Consejo de las Indias mandase á los oficiales de la Contratacion de Sevilla, que tengan plantados en tinas ó medias pipas todo género de árboles de cuantos oviere en Castilla, y presos en ellas envien en cada navío que aquí viniere algunos, hasta cuatro ó seis ó tantos en cada navío, á muy buen recaudo, mandando á los maestres que las traigan regadas, guardadas y conservadas hasta las descargar en la Veracruz, y que esto se continúe, porque segun la tierra es muy grande, es menester gran cantidad, y de venir estas plantas á ella siguirse han, entre otros, dos provechos: el uno bien de la tierra y haber manera de granjería en ella, cuanto en estas cosas; y el otro que los españoles que acá están y vernán de aquí adelante, con hallar aquí todas las cosas de Castilla perderán el deseo della y serán mejores pobladores, é los indios se darán á estas cosas y buscarán manera de vivir; y hase de tener atencion que los brotes de olivos que sacaren y plantaren para enviallos, se saquen con sus cepillas, y que sean gruesos, y que vengan presos.

Lo otro, que seria menester que viniesen algunos labradores con sus casas é hijos, porque á muy poco trabajo en ser tierra tan fértil y sana se harian poblaciones de vecinos, y entre ellos viniesen quien supiese criar y labrar y tejer cosas de lino y lana, aunque ya hacen paños, los que yo el obispo de México truje; mas serian menester muchos para tanta tierra y poblaciones que habria en ella; y en esto se habria de tener atencion, que los tales labradores é oficiales no solamente lo hiciesen ellos, mas que á los indios lo enseñasen cómo tomasen la práctica dello; que algunos oficiales, y los más, no se lo quieren enseñar porque no baje su partido ó interese; é saliendo los indios con la práctica dello, como no hay duda que saldrán si se lo enseñan,

se enriquecerán todos, y España recibirá gran bencficio con lo que de acá fuere; porque pues, como he dicho, se vende un toldillo de algodon que tiene seis y ocho varas por un real, y saben hacer de algodon manteles alemaniscos, sin otra arte sino con vellos fechos, notorio está el provecho que desto se siguiria al servicio de S. M. y bien de la tierra.

Lo otro, que trabajen de enviar acá de la serranía de Granada algunos cristianos moriscos que sepan criar y labrar seda, y que traigan mucha simiente della, pues hay aquí tierra fria y templada, y está tomada experiencia que se cria y se labra, y hay morales hartos que llevan moras de Castilla, aunque son algo delicados, y de la planta que viniese se podrian enjerir para ser mejores.

Lo otro, que mucho convernia que en muchos navíos viniesen algunas ovejas y carneros merinos finos, fasta doscientos, para lanas finas, é se refinase la de las ovejas, que en esta tierra se crian más que en ninguna parte, porque paren las ovejas á dos las más, y algunas á tres, y habria presto lanas finas de que se hiciesen paños, no solo para la tierra, pero para fuera della, y seria para la enriquecer y noblecer, y demas desto, en esta tierra hay todo género de tintas, y grana, y algunos lo tienen por carmesí, y colores de todas maneras, si lo supiesen confacionar y darle perfecion, é asimismo alumbres; y los indios, pues hacen tapicería y camas de pelo de conejo, mejor lo harán habiendo lana; y pues se da pastel y azafran, y se dará todo lo demas, que viniesen algunos labradores de cáñamo para que lo labrasen y criasen, mayormente en la costa del Sur para los navíos que allí se pueden hacer en cantidad.

Tambien seria menester que á estos tlatuanes ó caciques y principales de indios, por los imponer en alguna granjería, en especial de ganado ovejuno, se les mandase á cada uno comprar una docena de ovejas á lo menos, con un carnero fino, porque ellos se diesen á la granjería y no á la ociosidad como se dan, y provocasen é incitasen á sus macehuales ó subjetos á lo mesmo; y esto más ó ménos segun la facultad de cada uno, y pluguiese á Dios que lo susodicho se hiciese por agora.

Y porque se suele decir que dolor ajeno de pelo cuelga, &c., para que estas cosas se provean mejor, seria menester un solicitador en Sevilla á quien los vecinos de México y de los otros pueblos diesen veinte ó treinta mill maravedís ó más de salario cada año, porque lo solicitase; que si se deja á los oficiales de Sevilla, olvidallo han ó no se hará nada. -FR. JUAN, OBPO DE MÉXICO.

NÚM. 25.

CARTA DEL OBISPO D. FR. JUAN DE ZUMARRAGA AL EMPERADOR.

[6 de Mayo de 1538.]

[Este documento se halla citado en las Cartas de Indias, pág. 786, col. 2? Á pesar de no serme desconocidos algunos de los redactores de aquella lujosa publicacion, y de haber tomado, ademas, grande empeño en ello mi excelente amigo el Sr. Tamayo y Baus, no me ha sido posible, hasta ahora, conseguir copia de la carta, ni áun saber siquiera dónde existe. Tengo que contentarme con copiar aqui el pequeño párrafo que está en las Cartas de Indias, y lamentar la falta de lo demas.]

P

son pocas

oco se puede adelantar en lo de la emprenta, por la carestía del papel, que esto dificulta las muchas obras que acá están aparejadas, y de otras que habrán de nuevo darse á la estampa; pues que se carece de las más necesarias, y de allá las que vienen.

NÚM. 26.

CAPÍTULOS DE LA JUNTA ECLESIÁSTICA DE 1539.

[Testimonio autorizado, en mi poder.-Impresos en el Apéndice á los Concilios Mexicanos.]

N la grand cibdad de Temextitán México desta Nueva España y dentro en las casas episcopales della, domingo tercero post Pascha, veinte é siete dias del mes de Abrill, año del nascimiento de Nuestro Salvador Jesu Christo de mill é quinientos é treinta é nueve años, por ante mí Fortuno de Ibarra, notario apostólico por la abtoridad apostólica, y de los testigos infraescriptos, se juntaron los Rmos. señores D. Fr. Juan de Zumarraga, primero obispo de esta dicha ciudad, y D. Juan de Zárate, primero obispo de Antequera, é D. Vasco de Quiroga, primero obispo de Mechuacan, y los Rdos. Padres Fr. Juan de Granada, comisario general de la órden de Sant Francisco en esta dicha Nueva España, y Fr. Pedro Delgado, provincial de la órden de Santo Domingo, é Fr. Antonio de Ciudad Rodrigo, provincial de la órden de Sant Francisco, é Fr. Gerónimo Jimenez, vicario é provincial de la órden de Sant Agustin, y Fr. Jorge, prior de la dicha órden, y Fr. Francisco de Soto, guardian, y Fr. Cristóbal de Zamora, de la órden de Sant Francisco, y Fr. Domingo de la Cruz, prior de Santo Domingo, y Fr. Niculás de Ágreda, de la órden de Sant Agustin, y otros letrados religiosos de las dichas órdenes; é ansí juntos, los dichos señores obispos dieron á los dichos Rdos. padres comisario é provinciales ciertos capítulos de esta

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