Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Vuestras Señorías que les deben dar, con la bendicion de Dios; y que así se haga; por cierto mucho nos ha agradado esta manera de poblar y enriquecer la tierra, y contentar á muchos con tan poco paño; y no va esto fuera de lo que nuestra señora la Emperatriz ha mandado; que las mujeres de esta tierra hilen: ojalá así fuese. Así que habiendo estos tantos y muchos más bienes, estos escrupulosos oidores de S. M. han temido de no dar allá pena, ni que piensen que hacen más de lo que les mandan; y así lo han hecho con condiciones y estrechuras, y que han de pagar ese poco de maíz que se les presta. Mucho nos parece que mucho se debe favorecer á los tales, y con toda brevedad enviar el despacho, y enviar más gente desta calidad. Los naturales se andarán tras estos pobladores, pues les han de dar de lo que tuvieren, y no tomarles lo suyo, al contrario del tiempo pasado. Ya se cria seda, y habrá mucha; ya tenemos árboles, y algunos que dan fruto, como almendros, y duraznos, y melocotones, y albericoques, sarmientos y otros muchos; pero todavía deseamos que S. M. mandase que todo navío trujese alguno, como olivas y otros plantones. Ovejas merinas no hay, pero ya todos los otros ganados. Con estos pueblos, y con su ejemplo, porque estos todos son y han de ser labradores, offciales, granjeros y cultivantes la tierra, los naturales se enseñarian y harian lo mesmo; y para esto deseamos tambien que ellos fuesen favorecidos, que antes del presente no lo eran, en gran detrimento de la tierra y de las rentas de S. M., que todo era tributos y trabajos excesivos; y para eso es menester que Vuestras Señorías sepan la calidad y condicion desta gente. Es gente mansa: hace más por temor que por virtud: es menester que sea amparada, mas no sublimada: es menester que los españoles sean constreñidos á que los traten bien; mas de tal manera que no pierdan la reverencia y temor á los dichos: son trabajadores, si tienen quien los mande: bien granjeros, si han de gozar de su trabajo: son tan hábiles para los oficios, que de solo verlos los aprenden; más son vistos hurtarlos en verlos, que aprenderlos: aplícanse á ganados, y por otra parte es gente descuidada. Los mayores son servidos en gran manera, reverencia y temor: mienten razonablemente, pero poco con quien bien los trata, ó no tanto. Estos males tienen con otros bienes, que es gente que viene bien á nuestra fe. Confiésanse mucho, bien así que no tienen necesidad de preguntas: por la mayor parte son viciosos en se emborrachar, y tienen gran necesidad de se les impedir, como ya quieren hacer los oidores con su buen celo que tienen á la honra de Dios, y esto es gran parte para su salvacion y policía. Los niños de nuestras casas saben ya mucho, y enseñan á muchos: cantan canto llano y canto de órgano competentemente. Pareciónos era bien despues de tanta consolacion como hemos recibido con la venida de los cuatro oidores, dar á Vuestras Señorías tan larga relacion de la tierra redemida, creyendo que de todo se alegrarán, así de lo espiritual como de lo temporal, que todo es menester, y para todo es la tierra hábil y dispuesta, y no somos nosotros los que ménos descamos las rentas de S. M., despues de la salvacion

de las ánimas: é que así sea que les place de todos estos bienes, parece por el gran bien que han hecho á esta tierra, con la venida de estos benditos oidores, pobladores y padres della : todo favor merecen sus trabajos, toda honra, toda gloria, y más el que los invió y inviástes. Dios nuestro Señor se ha compadescido desta tierra con tal provision: de hoy más ya no serán quejas las que escribiéremos, sino gracias y loores del bien recibido: ya somos pagados de todos nuestros trabajos: acuérdense siempre de esta tierra, de la hacer granjear con personas humildes é pequeñuelas. Gran cosa será que haya algunas poblaciones, ántes que el repartimiento perpetuo, ó como ha de ser, se haga. Creemos que somos bien entendidos, pues todo esto es para refrenar los altivos pensamientos á los conquistadores y pobladores. S. M. debe gratificar, y largo, que la tierra lo sufre todo y para todos hay; pero no se olvide ni se olviden de los pequeñuelos, que son grande alhaja y todo bien para la tierra, ansí los que acá están como los que han de venir. No se tome á pesadumbre escritura tan larga, que con el alegría y deseo de más bien, hemos dicho más de lo que al principio pensábamos. El Señor que lo comenzó dé fin á tanto bien, y á Vuestras Señorias dé gloria eterna. De México, desta casa de S. Francisco, á XXVII de Marzo de 1531 años.-De Vuestras Señorías capellanes y oradores.-FR. JUAN, ELECTO.-FRATER MARTINUS DE VALENCIA, Custos et SERVUS.-FR. LUIS DE FUENSALIDA, GUARDIAN DE TEZCUCO.-FRATER ANTONIUS ORTIZ, GUARDIANUS DE MÉXICO.-FR. ANTONIO MALDONADO, GUARDIANUS DE TLALMANALCO.-FR. FRANCISCO XIMENEZ, GUARDIAN DE CUYOACAN.

Núm. 7.

CARTA DEL OBISPO ELECTO D. FR. JUAN DE ZUMárraga, á la Em

E

PERATRIZ.

[28 de Marzo de 1531.]

C. C. M.

L presidente é oidores que agora residen en esta Real Audiencia me dieron una carta de V. M., la cual, despues de ser por mí recebida con aquel acatamiento é obediencia que á tan soberano príncipe se debe, leida, entendí por ella la excesiva clemencia que conmigo V. M. quiso usar, porque conocí serme enviada á causa de muchas y graves informaciones que contra mí se debieron hacer, y V. M. por ella muestra haberlas recebido, donde colijo uno de dos favores que V. M. me hizo: el uno ser tan lijero el castigo de tan culpada informacion, ó haber V. M. no querido dar el crédito conveniente á la intencion de quien la escribió ó envió ó allá quiso hacer; y porque en lo primero, puesto que la clemencia que mu

cho resplandece en vuestra real persona no debe ser impedimento á la virtuosa rectitud de vuestra justicia, quiero creer lo segundo, ofreciendo á V. M. cuál sea la verdad de lo que contra mí se informó.

Grande es la clemencia y benignidad con que V. M. tan piadosamente quiere corregir á este su siervo sin provecho, no haber tratado los negocios que eran á mi cargo segun debia, formando parcialidad y diferencias con los presidente é oidores de vuestra Real Audiencia, predicando cosas desasosegadas y escandalosas, y muchas dellas en ofensa é injuria de los dichos oidores, é algunas en perjuicio de vuestra preeminencia real, y asimismo dando diversas copias abiertas de las cartas que á V. M. escribia, á personas particulares que las publicasen en esos reinos y fuera de ellos.

Todo lo que más V. M. me manda por su carta, terné delante mis ojos en muy especial cuidado de lo cumplir é guardar á la letra, no con nueva voluntad, porque toda la pasada en lo hacer así se ha ejercitado, y la que con la vida sucediere seguirá este mismo propósito. Y creerme puede V. M. que los cuidados que contra mí tan siniestras relaciones hicieron, no me concedieron que yo no los pasase mayores porque vuestro real nombre en estas partes tan remotas no menos que en los otros sus reinos fuese obedecido y temido, y vuestros mandamientos reales y provisiones tan santas no se disimulasen. Yo doy muy grandes gracias a Dios nuestro Señor por haber demostrado á V. M. los medios con que esta tierra ha recibido remedio, y claro se muestra haber sido alumbrado de arriba el corazon católico y cristianísimo de V. M. en haberse guiado por mano de quien tan eficaz remedio y redencion envió á esta tierra, pues de cuatro oidores que nos envió, en todo lo que toca al servicio de Dios y vuestro, bien y remedio de la tierra, no se muestra sino una voluntad tan conforme y unánime, que muestran bien lo que deben al ejercicio del real oficio que tienen, á la perpetuidad destas partes y á la salvacion de sus almas, y con las tales condiciones estos naturales recibirán noticia de nuestra santa fe, que es el mayor servicio que á V. M. se puede hacer, su corona y patrimonio real será dilatado, y este pobre siervo indigno de V. M. no tendrá por que dar importunidades, y de las causas ya pasadas terná reposo su espíritu. Lo que nos parece á nuestros hermanos y á mí es que V. M. ha echado gran jornada en el descargo de su real conciencia y ha ahorrado de muchas importunidades que no cesaran de ir, en enviarnos tales personas y con tales medios y provisiones: solamente quisiéramos que tuvieran alguna más libertad, que nos parece para tanta distancia tienen muy atadas las manos. É yo espero en Dios las terné para escribir cosa siniestra de su gobernacion é justicia, é que cada dia podré escrebir muchos loores dellos que den descanso al católico corazon de V. M.

que

Lo primero que su S. C. C. M. me mandó, que de todo lo que en estas partes oviese y sucediese le hiciese la más cierta relacion que yo pudiese; y como en mi memoria siempre esté el favor de tan crecida merced, que con la desigual suficiencia que para tanto cuidado

en mí se conoce, quiso con la inmensidad de su liberalidad usar con este su siervo indigno, no olvidando lo que así me encargó, escrebi las relaciones á V. M. y copias á sus Reales Consejos; cerradas y selladas las di yo mismo en el puerto, y conociendo por experiencia las diligencias sobradas que se tuvieron en me tomar otros despachos que antes me tomaron, y cuando pensaba que estaban en manos de V. M. andaban en las destos españoles, busqué todas las vías y maneras que yo pude alcanzar cómo V. M. tuviese noticia de las cosas desta tierra; y si á alguna persona yo dí parte de lo que á V. M. y á sus Consejos escrebia, no á otro fin y por ver que estaba la tierra la candela en mano, que si tardaba el remedio no seria menester; y por guardar la fidelidad que debia á quien tanto me obligó, ni de aquí al puerto osé llevar los despachos conmigo, con las amenazas hechas, ni pensaron muchos que volviera vivo. En un jubon que vestí á un clérigo que allá fué con los despachos, con cuánta dificultad Dios sabe, se pudieron llevar; y pensando que de diversas copias alguna podia escapar de sus manos, ni habia quien me osase aconsejar ni ayudar en la menor cosa, ni hubo tiempo de abreviar ni limar las relaciones, caí con ignorancia en esta culpa, y no sé si la llame feliz, tomando licencia con S. Gregorio, que así llama á la de Adan, que tal Redentor mereció. Cuando estos oidores me dieron la carta que digo de V. M., les respondí que si me mandara azotar en un asno por esta plaza, y me mandara dar muy mayor penitencia, yo no podria perder el gozo que tengo en mi alma por ver así la redencion de la tierra; y pues V. M. no me quiso mandar castigar, pienso que se tuvo consideracion al tiempo y á los enojos y á los peligros en que me puse por cumplir lo que se me mandó é yo debia.

ly

Á la parcialidad y diferencias de que se me imputa culpa, que diz que formé con los pasados presidente é oidores, á esto responderé aquí en breve, entretanto que V. M. será informado cerca dello, y en lo demas de los presentes y todo lo que contra mí escribieren, dende agora lo apruebo y consiento, y todo lo que en mis yerros pasados se mostrare, porque los tengo por personas rectas y de conciencia, y celosos y deseosos de acertar en el servicio de Dios y de V. M., y estoy confiado, de conocer en ellos este celo, que lo que por ellos se me diere por culpa la confesaré ó no la negaré, para recibir de V. M. el castigo; y porque al presente me obliga dar este descargo, digo, yo siempre haber tenido el acatamiento que á personas que á Vuestra Real Majestad representaban se debia, y mientra ellos tuvieron ante sus ojos lo que se debia á Dios y al cumplimiento de lo por V. M. mandado, yo los acaté en aquel grado; mas desviados deste camino, aunque siempre tuve intento á lo que representaban, con ménos rigor del informado, allende de las amonestaciones y observaciones en particular en sus aposentos, á cada uno y á todos juntos exhorté y requerí, y delante los prelados de las órdenes y con escribano en sus aposentos, ántes de gelo decir en los púlpitos, y no me respondian sino que me enviarian en grillos á Castilla; y si en el modo hubo algun exceso, sé

y

que el oficio pastoral y el celo de vuestro servicio á ello me forzaron. En los desasosiegos y escándalos de que se me hace cargo, por ser general la culpa no doy particular descargo, más de escribir á V. M. que yo he pedido al presidente é oidores me manden dar copia de todas aquellas pesquisas é informaciones que contra mí se hayan hecho, ellos lo han mandado, aunque hasta ahora no las puedo HABER de los secretarios, y temo que no parezcan algunas ; donde segun lo que de mi hallare, confesaré, callaré ó negaré, porque á lo ménos soy cierto que no parecerá que contra la preeminencia real de V. S. C. C. M. yo haya boqueado en púlpito ni fuera, por más que quieran glosar mis palabras; y por no dar pesadumbre con mayor descargo en esto, remítome á lo dicho, que allá parecerá. Estando escrebiendo esta, me dijo el dean, que el contador de V. M. le escribe del puerto la buena nueva del obispo de Santo Domingo, que V. M. le torna á mandar venir aquí por presidente, y que se estaba aprestando para venir: grande nueva es de buena esta, y no se esperaba ménos de la católica intencion y celo cristianísimo de V. M.: es echar sello á todo, y me parece que no hay más que pedir en todo. Dios nuestro Señor, que para siempre vive y reina sea loado por todo, y por muchos y largos tiempos deje reinar á tan bienaventurados príncipes, para que ensalcen su fe y salven almas con tan celestial gobernacion y celo tan cristianísimo. De México, 28 de Marzo de 1531 años. Muy católico y bienaventurado Príncipe R. N. S. De V. C. C. M. menor capellan y siervo indigno.-FR. JUAN, Electo.

En el sobrescrito: "A la C. C. Mag. de la Emperatriz é Reina, Ntra. Sra."

Contuli. Simancas, 1o de Julio de 1782.- Muñoz.

Lo he cotejado con la copia que hizo Muñoz, y que existe en su Coleccion, tomo 79, en la Real Academia de la Historia. Madrid y 25 de Junio de 1858.- BUCKINGHAM SMITH.

[Copia en mi poder.]

NÚM. 8.

CARTA AL CAPÍTULO GENERAL DE TOLOSA, CELEBRADO EN 1532.

TEXTO DEL NOVUS ORBIS, 1555.

EQUITUR alia litterarum copia sub eadem data missarum Reverendo patri electo, cæterisque patribus capituli generalis Tholosani in festo Pentecostes Tholosæ celebrati. Anno Domini M.D.XXXII. Per Reverendum Patrem Dominum Episcopum illius civitatis magnæ quæ dicitur Temixtitan Mexico, in Huketan, et alios patres ibi commorantes.

Reverendi Patres: Notum vobis facimus nos in magnis et assiduis laboribus erga infidelium conversionem esse occupatos. Ex quibus, prævia Dei gratia, per manus fratrum nostrorum ordinis Sancti Fran

« AnteriorContinuar »