Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small]
[merged small][merged small][ocr errors]
[graphic][merged small][merged small]

BRUMADO aún por el peso de la honrosa distinción alcanzada, escribo las presentes líneas. Casi un mes ha pasado y todavía no se aparta de mi memoria la impresión gratísima que me produjo ver que en el palenque literario, al que acudí como novel caballero, con el escudo en blanco y las armas de no muy buen temple, el éxito había colmado por completo mis deseos y superado mis espe

ranzas.

Ante un hecho de tal naturaleza, que es de esos que forman época en la vida del hombre, y que quizás marque el punto más alto de mi carrera literaria, sólo me ocurre preguntar: ¿A qué debi yo el premio? ¿en qué consiste el mérito de mi trabajo?

No me cabe dudar ni por un momento de la competencia del tribunal que me ha juzgado, compuesto de doctos catedráticos, versadísimos en materias históricas. Y en

cuanto a su imparcialidad, ofrece este mismo certamen fehacientes pruebas, como ya verá el que leyere.

Por otra parte, esta MEMORIA se resiente de la precipitación con que está escrita. Varias personas hay en Valencia mucho más competentes que yo, en lo que á erudición se refiere, cuyos nombres no cito porque están en la mente de todos. Pues bien, apelo al juicio de aquéllas, para que digan si el plazo de tres meses, y más si son los del verano, estación tan propicia á la holganza, basta siquiera á reunir los materiales necesarios para una empresa de esta índole. Menos aún, por consiguiente, para ordenarlos, ni formar una verdadera historia.

Además, el sigilo propio de semejantes casos me obligaba á apartarme de todo sitio donde pudieran darme datos pertinentes á mi objeto. Me honro con la amistad de cuantos se hallan al frente de los Archivos y Bibliotecas que aquí existen, y esto mismo me retraía de acudir á los centros indicados, temeroso de que se trasluciera mi se

creto.

Quizá algunos supongan tuviera yo trabajos previos relativos á la historia de la Universidad valentina. Cúmpleme desmentirlos de la manera más rotunda. En Dios y en mi ánima juraría, si fuera preciso, que jamás abrigué tamaña pretensión, que siempre creí superior á mis fuerzas.

¿A qué atribuir, pues, mi inesperado triunfo? Con certeza lo ignoro; mas por vía de congetura, me atreveré á aventurar la siguiente opinión.

Mi HISTORIA es incompleta, deficiente, falta de datos y no muy sobrada de crítica; pero á pesar de tales defectos y de otros que me impedirá ver mi afecto de padre, es la primera que se ha escrito de esta Universidad literaria.

Parecerá á primera vista sobrado inmodesta mi afirmación; mas confío que podré demostrarla. Toda historia completa de cualquier Universidad ha de abarcar los tres

puntos contenidos en el tema de este certamen, á saber: una relación de los sucesos en ella acaecidos ó parte puramente histórica; una lista de los hijos insignes que allí han brillado, y una reseña de la influencia que ha ejercido en la cultura, tanto general como particular, de la nación á que pertenece.

Ahora bien; ninguno de mis preclaros antecesores se ajustó á los mencionados extremos, ni hizo, por lo tanto, la historia de la Universidad valentina. Y no por falta de condiciones para ello, sino sencillamente porque no lo intentaron. Ortí, en sus Memorias, trató con extensión lo referente á los ilustres varones que nuestra Escuela ha producido, quizás á expensas de la parte histórica, que resulta un tanto desmedrada en su libro. Velasco, en su Reseña, por el contrario, dió gran desarrollo à la sección narrativa, y descuidó lo relativo á los profesores eminentes que aquí han descollado. Uno y otro tocaron muy á la ligera cuanto atañe al civilizador influjo universitario. El P. Teixidor, en su Historia, por desgracia inédita, detalla los orígenes de la Universidad y su primero y glorioso período, pero no la decadencia y las sombras que le siguieron.

El actual trabajo abraza los tres citados puntos. En su parte histórica no ofrece grande novedad. En general me he limitado á recopilar las noticias ya dadas por Ortí y Figuerola, D. Miguel Velasco y Santos, y mi sabio maestro D. Vicente de Lafuente, en şu Historia de las Universidades españolas, añadiendo tan sólo algunos curiosos datos pertenecientes á las dos últimas centurias, que extraje de papeles de familia, que pertenecieron á mis ascendientes D. Manuel y D. José Pizcueta, Prior ó Decano de la Facultad de Medicina, el primero, y catedrático de Botánica, y Rector, el segundo. Gracias á su cuidado en conservar valiosos documentos, confío en que la parte moderna de mi estudio presentará cierto interés.

En lo tocante á hijos ilustres, es mi MEMORIA más com

« AnteriorContinuar »