La Araucana, Volumen1

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Cormon y Blanc, 1824 - 825 páginas

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Página 1 - No LAS damas, amor, no gentilezas de caballeros canto enamorados, ni las muestras, regalos y ternezas de amorosos afectos y cuidados; mas el valor, los hechos, las proezas de aquellos españoles esforzados, que a la cerviz de Arauco no domada pusieron duro yugo por la espada.
Página 31 - Que, vuelta entre nosotros la porfía, Degolléis nuestra patria con su fuerza; Cortad, pues, si ha de ser desa manera, Esta vieja garganta la primera; «Que esta flaca persona atormentada De golpes de fortuna, no procura Sino el agudo filo de una espada, Pues no la acaba tanta desventura. Aquella vida es bien afortunada Que la temprana muerte la asegura; Pero, á nuestro bien público atendiendo, Quiero decir en esto lo que entiendo.
Página 12 - ... allí de un viento fresco y amoroso los árboles se mueven con ruido, cruzando muchas veces por el prado un claro arroyo limpio y sosegado... Do una fresca y altísima alameda por orden y artificio tienen puesta en torno de la plaza y ancha rueda, capaz de cualquier junta y grande fiesta, que convida a descanso, y al sol veda la entrada y paso en la enojosa siesta, allí se oye la dulce melodía del canto de las aves y armonía.
Página 31 - No me pesa de ver la lozanía de vuestro corazón, antes me esfuerza ; mas temo que esta vuestra valentía, por mal gobierno el buen camino tuerza: que, vuelta entre nosotros la porfía...
Página 38 - Y el bárbaro en el hombro la gran viga, sin muestra de mudanza y pesadumbre, venciendo con esfuerzo la fatiga, y creciendo la fuerza por costumbre, Apolo, en...
Página 193 - Los que están en la fuerza retraídos Como buenos guerreros se defienden ; Muertos quieren quedar y no vencidos, Que ya solo un honrado fin pretenden • Y con tal presupuesto embravecidos , Sin esperanza de vivir ofenden , Haciendo en los contrarios tal estrago Que la plaza de sangre era ya lago. Lautaro gente y armas contrastando En la fuerza el primero entrado había, Y muerto á dos soldados en entrando Que en suerte le cupieron aquel...
Página 30 - Caciques, del estado defensores, »Codicia del mandar no me convida »A pesarme de veros pretensores »De cosa que á mí tanto era debida; »Porque, segun mi edad, ya veis, señores, »Que estoy al otro mundo de partida; »Mas el amor que siempre os he mostrado »A bien aconsejaros me ha incitado.
Página 23 - Por dioses, como dije, eran tenidos de los indios los nuestros; pero olieron que de mujer y hombre eran nacidos, y todas sus flaquezas entendieron.
Página 82 - Tras los nuevos los bárbaros saliendo, en el llano asimismo repararon, y la gente esparcida recogiendo, dos gruesos escuadrones reformaron: los catorce españoles, conociendo que era mejor romper, se aparejaron; mueven los escuadrones concertados, por el fuerte Lincoya gobernados. Con flautas, cuernos, roncos instrumentos alto estruendo, alaridos desdeñosos, salen los fieros bárbaros sangrientos contra los españoles valerosos...

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