Imágenes de páginas
PDF
EPUB

pueblos, el tortuoso curso del Zadorra, y las bellas alamedas y frecuentes plantaciones de toda clase de árboles desde el chopo piramidal hasta el recortado roble, ofrecen al viajero que contempla el paisaje

[graphic]

desde una torre de Vitoria, uno de los más encantadores panoramas de que puede disfrutarse. En aquella poética llanura se ven más de 150 pueblos, cada uno con su monte al lado, y el Zadorra, cuyas aguas cristalinas en unos sitios, y cubiertas en otros de variadas yerbas y flores acuáticas, que parecen vestir al río de gala y le hacen bellamente poético, serpentea por entre las arboledas ó los prados que alimentan á numerosos ganados, que allí pace el lanar, el vacuno y el caballar.

1 Hacha de piedra.
silex

-2 Cuchillo de silex. Puntas de piedra, y hueso.-(Colección del Sr. D. Ladislao de Velasco.)

II

Respecto á los primeros pobladores de Álava no hemos de repetir lo que en otro lugar hemos expuesto, y á lo cual

nos remitimos; pues si no son exactamente iguales, no puede haber mucha diferencia entre ellos y los primitivos habitantes de una y otra vertiente de las sierras de Andia, de Aránzazu y de Arlabán. Los escasos historiadores que se han ocupado del territorio alavés, hacen suyo, por lo general, cuánto los antiguos han atribuído peculiar á los cántabros, y aplican á Álava la misma historia, sin dejar por esto de consignar la absoluta carencia de datos concernientes á remotos tiempos. Modernos descubrimientos y detenido estudio de antiguos y sencillos monumentos, conducen á fundadas conjeturas respecto á que los primitivos pobladores de esta región, hayan sido indígenas ó exóticos; pero lo que está fuera de toda duda es que los celtas y los romanos han existido en Álava, de lo cual se descubren cada día evidentes testimonios, y aun de mayor antigüedad (1).

(1) Á cinco kilómetros próximamente al Sur de la ciudad de Vitoria, en la vertiente Norte de la cordillera que separa á Álava del condado de Treviño, y es conocido con el nombre de Puerto Vitoria, se emprendió hace 5 años la explotación de un terreno llamado la dehesa de San Bartolomé. Forma éste un valle estrecho y bastante accidentado, que corre de Este á Oeste, elevado á más de 300 piés sobre la llanura en que se asienta la ciudad de Vitoria, y pertenece á la serie de terrenos de la época cuaternaria. Al año de emprendidas las labores de esta explotación agrícola, asomaron un día al surco de los fuertes y penetrantes arados de roturar dos brazaletes (?) de metal. Reconocidos, resultó eran de oro, con peso de 19 onzas, 2 ochavos y 3 adarmes, y su valor 5,897 reales. No había transcurrido un año, cuando en punto no lejano á aquel en que aparecieron los brazaletes (?), aunque algo más elevado y á mayor profundidad, al abrir zanjas de desagüe, mostráronse sucesivamente no reunidas y sí á distancia unas de otras, varias hachas de piedra, enteras las unas y rotas las otras, cuchillos de silex, alguno casi completo, y trozos de otros; y más tarde, en aquel y otros sitios, puntas de flechas, de lanzas, alisadores, cuñas de silex, ó de piedra, y dientes de animales desconocidos.

La antigüedad prehistórica de estos objetos parece evidente, así como la existencia en aquellos sitios de unos pueblos ó habitantes en estado de embrionaria y primitiva cultura; y antigüedad y remota acusan también los fósiles allí descubiertos que pertenecen más al hiparion-prostylum, cuadrúpedo de la época terciaria, y anterior por tanto á la existencia del hombre, y otros al equus fosilis, ó princigenius, correspondiente á la cuaternaria, en la que, al decir de los más doctos geólogos, ya el hombre aparece.

El estar los instrumentos hallados hechos ó tallados en una clase de piedra que no existe en aquel país, demuestra que los que los usaron no podrán reputarse como indígenas, aunque fueran de los primeros pobladores, los antiquísimos iberos que halló Julio César adheridos á una y otra vertiente del Pirineo, pobla

Tiénenla, en efecto, los monumentos celtas encontrados en Álava, y muy especialmente el de Eguilaz, mucho más grande

[graphic][merged small]

y notable que la mayor parte de los descritos por los anticua

dores aborigenes, de cuya opinión participa Humboldt, y es la más admitida y generalizada.

El Sr. Rodríguez Ferrer posee en su finca denominada el Retiro, á dos leguas y media de Vitoria, una hermosa espiocha de piedra hallada en 1867 junto á su finca en unas minas de calamina antiguas y abandonadas. De pizarra talcosa, perfectamente bruñida, pertenece á los últimos tiempos de la Edad de piedra. (Discurso inaugural del Ateneo de Vitoria el 10 de Octubre de 1870, por D. LADISLAO DE VELASCO.-Los Euscaros, por el mismo.)

rios. No tiene como otros de su clase nichos ó separaciones sepulcrales, sino una fosa ó excavación practicada en el suelo

[graphic][merged small]

sobre el cual se eleva el monumento. Esto unido al hacinamiento de huesos que hay dentro de él hasta la altura de más de cinco piés, manifiesta que este túmulo no era de una familia, sino la tumba de algunos guerreros muertos en algún combate> (1).

(1) Informe de D. Pedro Andrés Zabala en 30 de Enero de 1833 á la Academia de San Fernando; y añade: «A poca distancia del camino cubierto de la entrada del sepulcro y en la misma línea al Oriente se encuentra tierra que parece que

De las tres armas encontradas, dos tenían forma de flecha ó lanza, y una de clavo sin cabeza: eran de cobre.

Con razón dice el Sr. Becerro Bengoa, que, algo de lo más curioso que encierra la comarca alavesa, respecto á los desconocidos tiempos de su primitiva historia, es la colección de monumentos megalíticos llamados dólmenes, y cuya construcción se atribuye al pueblo celta.

Además del de Eguilaz, compuesto de seis enormes piedras calizas, menos la de la pared del fondo que es arenisca, se descubrió á 2 kilómetros de Salvatierra, en el mismo llano que el anterior, el dolmen de Arrizala, conocido en el país con el nombre vascongado de Sorguineche (casa de las brujas). De construcción más sencilla que el de Eguilaz, se compone de 7 piezas calizas, procedentes sin duda de la inmediata rica cantera de Arrigorrista. Cerca existen restos de otros dos destruídos (1).

mada en un grueso de tres piés ó más que sigue en distancia de diez piés descubiertos hasta el día. Esto puede ser efecto de las hogueras que encendían los celtas el último día de Abril en los túmulos, para honrar á los muertos, ó bien por haber quemado encima de la misma fosa en donde habían dado sepultura á los guerreros, los cuerpos de los enemigos y sus armas, cosa que creían los antiguos era un sacrificio que apaciguaba los manes de los héroes difuntos.>>

(1) Añade el Sr. Becerro: «Entre Betoño y Durana existen dos montículos que contienen cada uno un dolmen. El primero, bastante elevado, á la derecha de la carretera, se llama Capelamendi, esto es, Gael celta, mendi monte sepulcral; y el segundo, más pequeño, comprendido en la huerta de la fábrica de harinas del Sr. Guiroga, detrás de la venta, se llama Euskal-mendi, esto es, monte sepulcral de los éuscaros; innegable muestra de que allí se riñó una gran pelea, y de que después los celtas vencedores enterraron las víctimas principales de ella, respectivamente separadas. Y vencieron allí los celtas y construyeron sus dólmenes, porque los iberos ó éuscaros no los construían, ni los hubieran alzado tales cuales son, de quedar dueños del campo.

»No es esa la única localidad que lleva en el llano de Álava el nombre de Gael (celta), puesto que el pico más elevado de la cordillera que se alza al frente de la de Salvatierra á Arlabán, donde dominaban los iberos, en la sierra que va desde los montes de Vitoria á la Encía, es el llamado Capeldui ó sea «alto celta», sin duda ocupado por los invasores cuando dominaron en el llano y alzaron estos monumentos.

>>En un ligero registro que hice en 1879 en el dolmen de Euskalmendi, hallé un número grande de esqueletos colocados en tres capas ó líneas, separados entre sí por losas pequeñas de cayuela.

>>En el valle de Cuartango, que riega el Bayas (Ibay-a; el río) y que termina en la angostura de Techa (Atecha; portillo) existen cuatro dólmenes, uno admirable

« AnteriorContinuar »