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mos que adquirieron esclarecido renombre y eterna fama un Zamudio en Rávena, un Urbieta en Pavía, un Cristóbal de Mondragón en Flandes, un Martín de Idiáquez en Nordlhinghen, conquistando las Filipinas Legazpi, dando El Cano el primero la vuelta al mundo (1), adquiriendo igualmente en los mares honor y gloria Oquendo, amén de otros que en mar y tierra ejecutaron grandes proezas, no todas sabidas (que son muchos los heroes ignorados), sobresalen como figuras relevantes en la historia patria, ilustrada también por eminencias políticas y lite rarias, especialmente en los siglos XVI y XVII, como secretarios de Estado.

VII

Erro afirma que el vascuence fué la lengua universal, y por consiguiente la primitiva del género humano, la que precedió al diluvio. Larramendi la considera como la matriz, la primitiva y universal de España. Astarloa corrobora los argumentos por otros alegados para demostrar que el vascuence, no sólo fué la primera lengua que se habló en España, sino que la formó el mismo Dios en la confusión de la Torre de Babilonia; y tan encantadora halló su extraordinaria perfección que declaró ser la única lengua digna de ser comunicada por Dios al primer hom bre. Hablando después con más seguridad, confiesa de buena fe no poder probar ni aun si vino á España el vascuence con los primeros pobladores, y menos justificar la formación ó creación de tal idioma en la Torre de Babel. Guillermo Humboldt da al vascuence origen europeo y el más antiguo de los idiomas de

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nuestro continente; no dudando que se haya hablado en otro tiempo, en toda la península ibérica; Thierry sostiene que la lengua vascongada fué la de los iberos; Chaho encuentra analogías de vocalización entre el vascuence y el sanscrito; y apenas hay escritor que se haya ocupado del idioma vascongado que no le atribuya analogías con otros, estando todos contestes en declarar su antigüedad. Y en efecto, á falta de antiguos monumentos y de documentos de toda clase, está el idioma éuscaro (1) que cuenta, cuando menos, más de 37 siglos de antigüedad, que no se parece á ninguno otro europeo, ni tiene semejanza con las lenguas conocidas, aunque sean análogas algunas palabras; y reconociendo Tragia, que no cede en cultura, riqueza y suavidad á ninguna otra lengua; y en su misma riqueza, su mucho artificio y reglas exactas, su fecundidad en variar los nombres y los verbos, su suavidad y cultura, energía y número, halla suficientes motivos para considerar increíble sea una de las primitivas lenguas, siendo las conocidas por tales, pobres y faltas de todo esto. De esta misma perfección se vale Astarloa, como del más robusto argumento, para probar su antigüedad, que todo la informa (2).

Es evidente que las cuestiones de origen son difíciles de resolver, con especialidad cuando se trata de pueblos muy antiguos, á menos que no se pretenda sacar únicamente del Génesis y de la tradición de los judíos, toda la filosofía de la historia;

(1) Lo escribimos con c y no con k, porque con c escribe este adjetivo el novísimo diccionario de la Academia.

(2) Reconoce también su antigüedad el Sr. Fernández Guerra, y separa el éuscaro del idioma de los cántabros, diciendo que estos, «por el contrario, usaban un lenguaje celta, más o menos rudo, que en otro semiculto y nuevo se vino á corromper y transformar. Hizo esto la comunicación forzosa y continua con las familias y cohortes romanas, fortalecidas en las ciudades, atalayas y cumbres, de que fueron desposeídos por Marco Agripa, bajados al llano, aquellos naturales. Ya en el trance de tenerse que entender á toda hora, y sin remedio, los cántabros con soldados nacidos en Italia y Grecia, en Siria y Egipto, en Libia y Mauritania, brotó de tantas aquella enérgica y sonora lengua, que, al decir del Emperador de las Españas Alfonso VII, enardecía los corazones como el vibrante y agudo clamor de una trompeta, y que andando los tiempos se había de inmortalizar en la venturosísima pluma de Cervantes.»-El Libro de Santona.

cuya empresa es tan ardua como la de restaurar los títulos de los orígenes primitivos, no existiendo un solo pueblo en cuyo favor haya podido hacerse satisfactoriamente. Respecto á la existencia de las relaciones de origen entre el éuscaro, las lenguas indostánicas, el antiguo egipcio y algunos dialectos de la América meridional, es un punto sobre el cual se han abstenido sabios filólogos, así como de saber si los patriarcas que de las costas de África pasaron á España, venían de Oriente ó de Occidente. Esto no puede contestarse, dice Chaho; y que los éuscaros no eran de la raza blanca del septentrión, ni de la raza negra africana; pudiéndoseles mirar como una raza intermediaria del Indostán al Occidente, ó que quizá escapase al naufragio de la antigua Atlántida, habiendo enviado desde las regiones del Oeste sus colonias hacia el Oriente. En medio de estas dudas, llama excéntricos y absurdos á Astarloa y á sus continuadores.

Eickhoff ha afirmado el parentesco del éuscaro con las lenguas africanas: Wiseman, su comunidad con el egipcio antiguo; fundándose el primero en los muchos nombres de poblaciones africanas que son vascongados; deduciendo que este estudio de la geografía antigua lleve á suponer la existencia de los éuscaros en el Indostán, y haga descubrir las relaciones del vasco y del sanscrito, hasta ahora inapercibidas.

Sin investigar nosotros la verdadera etimología de los nom. bres vascongados de no pocas poblaciones, ríos y montes de España, que hacen suponer ser el vascuence el idioma de los primitivos pobladores (1), si no con el mismo fundamento, le hay para suponer también que no han podido ó debido ser extraños los vascongados al origen de los nombres que han tenido y tie nen poblaciones de Italia y África y aun de países más remotos.

Grim considera interesante averiguar si el idioma vasco po. see afinidades reales con las lenguas caucásicas, ó si se limita

(1) Humboldt, en sus investigaciones, deducc del estudio comparativo de los nombres de los lugares de la península ibérica y de la lengua vasca, que era esta la de los iberos que no hablaban otra.

toda relación á alguna vaga semejanza en la forma exterior de las palabras: Abbadía declara que en el sanscrito, georgiano, finés y en muchas lenguas de África y de la América del Norte, se desvía de la sintáxis vasca: Chaho, siguiendo á Eickhoff respecto á la originalidad africana, de la lengua vasca, ha creído poder unir los iberos á las poblaciones indígenas del norte de África, que, en una época ante-histórica, invadieron á España como más tarde lo hicieron los árabes: Bergmann considera á los vascos como un pueblo de raza saab-méenne (lapofinesa), procedente de las orillas del Báltico en Germania y en Gaulia, y sucesivamente rechazada por los celtas hasta el pié de los Pirineos: para Maury y Schleicher, el vasco es una lengua polisintética, cuyo organismo se parece al de los idiomas del Nuevo Mundo: Charencey encuentra afinidades en el vasco con ciertos idiomas del Oural; afinidades que no excluyen diferencias considerables, expuestas por el príncipe Luciano Bonaparte en su obra La lengua vasca y los idiomas fineses; y por este estilo podríamos ir exponiendo las infinitas y variadas ideas de cuantos se han ocupado del idioma vascongado, objeto para todos de muy profundos estudios; deduciéndose siempre que no es un idioma arbitrario, porque corresponde á los sonidos articulados por el hombre, á los ruidos y murmullos de la naturaleza. O, por ejemplo, designa lo que es redondo,. i, lo agudo, u, lo

hueco.

Careciendo los vascongados de escritos antiguos, no han fijado aún la ortografía de la lengua de una manera terminante, no marchando muy acordes los más sabios vascófilos respecto á su alfabeto.

Hay buenas razones para que los iberos pirenianos perdieran la escritura nacional: después de su establecimiento en las montañas y en un período de 30 siglos hasta la Edad media, no han tenido literatura escrita. Aun durante los primeros siglos de su residencia en los Pirineos, les ocuparon tan exclusivamente la agricultura y la guerra, que descuidaron y perdieron todas

las otras artes que no les eran necesarias; ni aun fabricaban moneda, y en el siglo de Augusto comerciaban por cambios. › De aquí deduce Chaho que los cronistas de la Edad media empleaban las letras romanas ó góticas para escribir en romance ó en latín, pues el alfabeto ibérico no le usaban los montañeses.

No nos ocuparemos, ni hace á nuestro objeto, de los orígenes del idioma éuscaro: multitud de escritores españoles y ex. tranjeros se han ocupado y ocupan con grande ingenio y pocas pruebas en esclarecer asunto tan controvertido, hallando siempre el gran vacío de la falta de monumentos literarios.

Inútilmente buscamos en las provincias vascas códices y libros antiguos; se ha dudado de que sus leyendas, sus sencillos poemas, los improvisados cantos de sus bardos, que hoy cono. cemos, sean obra del tiempo que representan, ni aun antiguos, porque no es testimonio de remota ancianidad su primitiva sencillez, que se halla esta en todas las leyendas y tradiciones modernas, y son el sello peculiar que las distingue, el que también sobresale en las composiciones de los versolaris, esos vates del pueblo, cuyas improvisaciones son tan celebradas. Pero á falta de los anteriores monumentos, ha conservado uno que parece indestructible, el de su lengua viva (1), que, aunque no existen documentos que acrediten su antigüedad, pues los más antiguos que se conocen son de la Edad media, está probada la existencia de este idioma por el testimonio de los mismos historiadores y geógrafos romanos.

Y dice con razón el escritor antes citado, ¿qué libro sería comparable á ese concierto vivo de un millón de voces cuyos acentos impregnados de atrevimiento y de originalidad, singulares, incomprensibles, sin analogía con casi todas las lenguas de

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(1) Lengua virgen y sabia, tal como la hablaba, después de haberla improvisado, la sociedad indiana ó atlántica en la cuna: verbo sonoro, mágico, cuyo soplo inspirador separa, á los ojos extasiados del éuscaro, los velos que ocultan á las miradas extrañas los esplendores de su venerable historia.»-CHAHO, Histoire Primitive des Euskariens-Basques.

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