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LA LECTVRA

REVISTA DE
CIENCIAS Y
DE ARTES

DIRECTOR: FRANCISCO ACEBAL.

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REVISTA DE Revistas, por L. Labiada, D. Barnés y Alvaro Gil Albacete.

Españolas.

Francesas.

RADVARE

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JV 4 1910

GAWURIDGE,

MURIDOS, MASS

ARY

LA LECTURA

B

ALMES APOLOGISTA Y FILOSOFO, POR PE-
DRO ARIAS CARBONERA.

I

Hay en Balmes dos aspectos perfectamente distintos y diferenciasy dos: uno el de filósofo, otro el de apologista. De una manera general, está representado el primero en El Criterio, en la Filosofía fundamental y en la Elemental; representan el segundo las Cartas á un escéptico, El Protestantismo comparado con el Catolicismo y una gran parte de sus trabajos periodísticos-escritos políticos y sociales-en que la consideración apologética es predominante.

En Balmes, y lo propio debe acontecer en todos los hombres de inteligencia sólida y analizadora, el apologista es inferior al filósofo. Por el dominio de la materia, por la originalidad de pensamiento, la penetración y serenidad de juicio, claridad de exposición y por la convicción que engendra, sus escritos filosóficos llevan grande ventaja á los apologéticos, ventaja que se hace igualmente perceptible en la supremacía de la forma, del lenguaje y estilo, claro, diáfano, sobrio y siempre ajustado á la idea en aquéllos, donde nada falta ni sobra, difuso, redundante y frecuentemente declamatorio en éstos.

Por lo común conceptúase El Protestantismo como la obra maestra de Balmes, el más rico y sazonado fruto de su ingenio, monumento glorioso de la ciencia cristiana y una de las más brillantes defensas de la Iglesia católica y de su influjo civilizador. Verdad es esto último, y absolutamente cierto refiriéndonos á España, donde

en un siglo por lo menos nada se ha escrito que pueda por este lado comparársele. Sólo el intento de acometer una empresa de tal magnitud.-El Protestantismo comparado con el Catolicismo en sus relaciones con la civilización europea-revela una inteligencia de primer orden. Que Balmes se dió cuenta de la inmensa transcendencia del asunto lo demuestra el plan de la obra y la distribución de materias referentes á innúmeras cuestiones históricas, jurídicas y sociales, algunas fundamentalísimas y tema de eternas discusiones. Si la ejecución no responde en conjunto á la alteza del propósito, débese en parte á las dificultades anejas á la misma naturaleza de la cosa, en parte á la falta de un abundante y selecto material científico-de erudición y de historia-pacientemente elaborado, lo que no es difícil entender en un joven que á los treinta y cuatro años remataba obra de tan colosal empeño, á la vez que ultimaba El Criterio, maduraba la Filosofía fundamental, escribía en La Civilización, explicaba una cátedra de Matemáticas y andaba engolfado en las cuestiones políticas de aquellos agitados días. Con una mayor cultura histórico-crítica y cercenada una buena parte de las consideraciones ético-sociales en que tan profusamente abunda toda la obra, y de suyo propicias á vagas y declamatorias síntesis, ésta hubiera ganado en fondo y forma, menos brillante sin duda, menos agradable al fácil gusto de los españoles, pero con mérito más sólido y duradero.

Balmes señaló, sino en toda su integridad, con exactitud la causa fundamental del origen y desarrollo de la Reforma protestante. «<Fué un hecho común á todos los siglos de la Iglesia; pero que tomó su importancia y peculiares caracteres de la época en que nació. La semejanza de las nacionalidades europeas en ideas, leyes é instituciones, la viva comunicación que entre ellas existía en una época en que tan activa era la investigación, en que fermentaban tantas discusiones y bullían tantas ideas, el ansia de saber, la sed de descubrimientos, la invención de la imprenta» explicaban el crecimiento y arraigo de la protesta religiosa que en otras condiciones no hubiera alcanzado mayor influencia que la de las sectas wiclefita y husita que inmediatamente la precedieron. Dos siglos, un siglo antes, la obra de Lutero y de Calvino se hubiera extinguido como la de Wiclef y de Huss. En muchos capítulos-como los dedicados á estudiar la influencia de la Iglesia en la abolición de la esclavitud, en la dignificación de la mujer y santidad del matrimonio; la admirable página en que reseña los caracteres de la civilización europea; el contraste que señala entre el patriotismo de los antiguos, donde el hombre mero ciudadano desaparece ante el Estado Ciudad, y el patriotismo de los pueblos cristianos, más digno, elevado y consciente

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por ser el hombre, como persona, principio, sujeto y fin de indeclinables derechos; la magnífica y elocuente descripción del sentimiento de independencia que en el hombre individuo ha hecho germinar el Cristianismo merced al culto y desarrollo de la vida interior; la profunda observación con que de pasada caracteriza los escritos in t políticos de Aristóteles; el análisis de los conceptos de honor y de tolerancia; el claro y firme trazado del problema social dibujado en sus líneas generales con vigorosas pinceladas-en estos y otros capítulos, por el cúmulo y variedad de sagaces observaciones, por la fina psicología con que penetra en el fondo de las más grandes pasiones de la humanidad, por sus intuiciones de la ciencia social, que llamó Filosofía social, en los años en que Comte y Stuart Mill trabajaban para reducir á método y sistema el estudio de los fenómenos sociales, por el entusiasmo y el fervoroso culto que rinde á la civilización europea en sus anhelos por la justicia, la libertad y el común bienestar, Balmes aparece como talento verdaderamente superior, luminoso, ponderado, tanto más de admirar cuanto estas páginas, algunas para siempre imperecederas, se escribieron en edad-apenas cumplidos los treinta años-en que comienzan su carrera la mayoría de los grandes ingenios.

El Protestantismo se escribió en respuesta á las Lecciones de Guizot sobre la civilización europea. En la Historia de la civilización europea de Guizot y en El Protestantismo comparado con el Catolicismo de nuestro Balmes, puede apreciarse el mérito y valía que á las producciones humanas comunican la forma externa, el gusto literario, el culto de una dicción pura, sobria y correcta. La obra de Guizot es en extensión una tercera parte de la de Balmes. Si en la ordenación del plan, en la distribución de materias y en el esmero de la forma, trocando en densidad y nervio la fatigosa ampulosidad de muchas de sus páginas, El Protestantismo hubiera respondido á la solidez y fecundidad del pensamiento que le inspiraba, aun habida cuenta del vacío de cultura histórico-crítica, que el ambiente intelectual de España hacía inevitable, la apología católica contaría en nuestra Patria y en la edad contemporánea con una obra perfecta, como pueden serlo las obras de los hombres en un momento dado de la Historia.

Guizot consideraba la Reforma como el más poderoso elemento de progreso incorporado á la civilización europea á partir del siglo xvi. En su concepto, la Reforma había sido un esfuerzo extraordinario en nombre de la libertad, un alzamiento de la inteligencia, el centro donde convergió el activísimo movimiento intelectual y moral de aquella edad, representado por la reforma eclesiástica in

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