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GAPITULO XXXI.

Don Enrique TV Rey de Castilla.-Fundacion primera del Convento de San Antonio.-Pedro de Cuellar ilustre Segoviano.-Don Fernando Lopez de Villaescusa Obispo de Segovia.-Privilegio de las dos Ferias de Segovia.-Don Juan Arias de Avila Obispo.-Invencion de las reliquias de San Frutos.-Aldeanos de Segovia libran al Rey.

I.

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ON Enrique IV de Castilla rey de los mas infelices en crédito y gobierno que han visto las edades y naciones, sucedió á su padre Don Juan II, en edad de 28 años y medio. Su historia escribieron dos contemporáneos suyos, tan diversos en el juicio que el uno, Diego Enriquez del Castillo, capellan del mismo rey y nacido en nuestra ciudad, solo habla de sus virtudes (que tuvo no pocas) invoncando á cada paso los cielos en favor de su príncipe; el otro, Alonso de Palencia, con afecto tan contrario, que escudri

ñando vicios en Enrique (y tuvo no pocos) sin reparar en discursos superiores, llama siempre rey al infante Don Alonso: tan diversos son los afectos de los mortales. El nuestro es descubrir y escribir la verdad, procurada con haber visto del tiempo de solo este rey mas de 3000 escrituras auténticas. Fue alto de cuerpo, membrudo y fuerte; cabeza grande y bien formada, cabello castaño, frente ancha, ojos zarzos y sosegados, nariz no roma, sino quebrantada de un golpe, el color del rostro rojo tostado. Esto y lo hundido de la nariz le hacian feo. El tono de la voz agradable, el lenguage casto y elegante, mejor para decir que para obrar, por ser muy inconstante y poco ejecutivo, inclinado á música, caza y fábricas. Crióse en nuestra ciudad desde 4 años de su edad, y poseyóla desde 14 con tantas muestras de amor, que siendo de condicion retirada para el pueblo, en el nuestro era mas ciuda— dano que rey. Pasábase muchas veces á la iglesia mayor muy cercana entonces al Alcazar, y asistia á los oficios divinos en silla particular del coro, sabiendo ya los canónigos que no habian de hacer mas movimiento ni reverencia á su entrada, que inclinar la cabeza y proseguir el oficio; asistia á las proce→ siones aun de parroquias particulares, haciéndose escribir cofrade en muchas cofradías de nuestra ciudad; á la cual Hamó siempre mi Segovia.

II. Celebrados los funerales de su padre y aclamado rey, acudieron al homenage los ricos hombres

y prelados, y entre ellos Don Luis Osorio de Acuña nuestro obispo; y en 7 de Agosto confirmó á nuestra ciudad el mismo privilegio que referimos (cap. 3013) haber dado su padre el año anterior diciendo en esta confirmacion: en remuneracion de los muchos, é buenos, leales seruicios que me han fecho, é fazen de cada dia. En breve vino á ella; que habiéndole criado príncipe le recibió rey, con fiestas reales de justas y torneos, mas usados y continuados entonces en nuestra ciudad, que en alguna otra de España ni aun de Europa. El ocio torpe hijo indigno de la paz desprecia los ejercicios militares. Aqui acudieron á hacer el homenage cuantos señores habian faltado, y entre ellos Don Yñigo de Mendoza celebrado marqués de Santillana con sus hijos. A cuya instancia el nuevo rey apacible ó fácil, dió libertad á los condes de Alva y Treviño que estaban presos en el Alcázar. Envió embajadores á continuar las paces con Francia; uno dellos fue Fortun Velazquez de Cuellar, dean de nuestra iglesia. En la cual por estos dias fue consagrado para obispo de Calahorra Don Pedro Gonzalez de Mendoza, que despues fue cardenal de España. Previniendo guerra contra Granada, se tuvieron cortes en nuestra villa de Cuellar; y determinada para el año siguiente se fue el rey al convento de nuestra Señora de la Armedilla, religion gerónima, 3 leguas de Cuellar entre norte y poniente. De alli pasó á Arévalo, de donde envió á Don Fernando Lopez, su capellan ma

TOMO II.

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yor, de su consejo, tesorero entonces de nuestra iglesia y despues obispo, al rey Don Alonso de Portugal para que le diese en casamiento á Doña Juana su hermana, la mas celebrada de hermosa que hubo en aquel tiempo..

y

Deseaba que la reina su madrasta que vivia en Arévalo, villa suya, se viniese con sus hijos Isabel Alonso á vivir en nuestra ciudad mientras asistia en la guerra de Granada; prevencion de seguridad que no tuvo efecto. Partió á Avila y de alli volvió á celebrar la Navidad en Segovia.

III. Ya rey, siguiendo su inclinacion, comenzó y prosiguió grandes fábricas, principalmente un real palacio en la parroquia de San Martin, que dividido poseen hoy los Mercados, Barros, y Porras. La casa de la moneda estaba mal parada; mandó fabricar la que hoy permanece, y sobre la puerta principal se puso un escudo de sus armas en piedra frança, y debajo, en la misma piedra, de letras relevadas la memoria siguiente: esta casa de moneda mandó fazer el mai alto, é mui esclarecido, é escelso Rey, é Señor Don Enrique IV el año de nuestro Saluador Iesu Christo de M.CCCC.LV. años. E comenzó á labrar moneda de oro, é de plata primero dia de Mayo. Las estátuas de los reyes que en la sala de nuestro Alcázar comenzó á colocar Don Alonso el Sabio, como dijimos en su vida (cap. 22 $21), continuó Enrique hasta sí mismo. Tambien mandó proseguir la fábrica comenzada del convento

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del Parral; donde en algunos escudos de sus "armas reales se vé su empresa de la granada con el mote Agrio Dulce: buen dictamen de rey si le ejecutára como debia (46).

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Celebraba por estos dias la religion franciscana capítulo en nuestra ciudad. Habia grandes desaveniencias entre claustrales y observantes; procurando estos introducir su observancia y reformacion, que con revelacion y favor del cielo habia restauradó Frai Pedro de Santoyo. Era cabeza de los observantes Frai Alonso de Espina, varon famoso de aquel siglo y autor del Fortalicio de la Fé. Este con los principales de su observancia se presentó al rey, suplicándole favoreciese su justicia, mandándoles dar á ellos como á verdaderos hijos de San Francisco el convento que los claustrales (franciscanos solo en el nombre) usurpaban. Acudieron los claustrales á su defensa, alegando su posesion. Determinó el rey que los claustrales continuasen la posesion de su convento; y dando á los observantes una casa de campo, que siendo príncipe habia labrado en la parte oriental de la ciudad, mandó se dispusiese en forma de convento con nombre de San Antonio. Asi se hizo; fundándose en este año y ocasion la parte conventual que habitan hoy el vicario y frailes de San Antonio; donde habitaron solos hasta que año 1488, como entonces diremos (cap. 35 $6), las monjas de Santa Clara, que habitaban donde hoy está la iglesia catredal, se trasladaron á aquel

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