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cunvalan el castillo los franceses.-Marcha Suchet à sitiar á Tarragona.-Posicion y condiciones de la plaza.-Campoverde y Sarsfield van á su socorro.-Terrible ataque de los franceses al fuerte del Olivo.-Asalto: resistencia heróica: mortandad.-Consejo de guerra en la plaza.-Sale de ella Campoverde, y queda mandando Senen de Contreras. Ataque y brecha en el fuerte del Francoli.-Retiranse los nuestros á la ciudad.— Gran pérdida de los franceses para tomar otros baluartes.-Llega á la plaza la div.sion de Valencia.-Llama tambien mas fuerzas el enemigo.-Ataque y asalto simultáneo de tres fuertes. Quema de cadáveres franceses y españoles.-Embisten éstos el recinto de la ciudad alta.-Inútil arribada de una columna inglesa.-Asalto general de la ciudad.-Furiosos y sangrientos combates.-Penetran en ella los franceses.-El gobernador herido y prisionero.- Desolacion, desastres.-Pérdidas de una parte y de otra.-La guarnicion prisionera de guerra.-Influencia y efectos de la pérdida de Tarragona en Cataluña y en toda España.-Lacy reemplaza á Campoverde-Suchet mariscal del im perio. Se apodera de Monserrat.-Porfiada y costosa resistencia.-Rescatan los franceses el castillo de Figueras.-Vuelve Suchet á Zaragoza.-Operaciones militares en Granada y Murcia.-En la Mancha y las Castillas.-Cómo vivian los franceses en Madrid. Profundo disgusto del rey José y sus causas.-Conducta de Napoleon para con su hermano. Resuelve José ir á París para hablar personalmente con el emperador.→ Resultado de sus conferencias.-Regresa José á Madrid.

El lector habrá podido observar, y tal vez le haya causado alguna estrañeza, que cuando tantas huestes, asi de los enemigos como de los aliados, se agolpaban á la raya de Portugal, haciendo aquella frontera el teatro principal de los sucesos militares de mas cuenta en este año, no se haya visto la cooperacion de las fuerzas españolas existentes en otras provincias de las que comparten limites con aquel reino, especialmente en las de Galicia y Leon.

No se vió en verdad esta cooperacion que habria sido de desear. El general Mahy, á quien obedecian Galicia y Astúrias, continuó teniendo sus tropas en el Vierzo y tierra de Leon. Las que operaban en Astúrias, cuyo mando inmediato tenia don Francisco Javier Losada, aunque subordinado á Mahy, avanzaban ó retrocedian por las cañadas que forman los rios de aquel principado, segun que se movia el enemigo, y la única accion notable que sostuvie ron fué bien desgraciada. Dióse en las alturas de Puelo, una legua de Cangas de Tineo (19 de marzo); y con ser los nuestros 5.000, y menos los franceses, sufrieron aqueltos gran derrota, salió herido el general Bárcena, y gracias á Porlier (el Marquesito), que con sus ginetes y su serenidad salvó muchos fugitivos, inclusos los generales, no fué mayor el infortunio.

Algo mejoró la organizacion y la disciplina del 6.o ejército, que asi se llamó el de estas provincias, desde que se confió el mando en gefe á Castaños, reteniendo el del 5.o ejército que se hallaba en Extremadura. Pues aunque aquel nombramiento fué casi nominal y de honra, hecho por las causas y con el fin que en el anterior capítulo indicamos, tuvo no obstante una influencia

saludable. Tambien favoreció el haber sucedido á Mahy don José María Santocildes, que gozaba de una escelente reputacion desde la gloriosa defensa de Astorga. Distribuyó pues el 6.0 ejército en tres divisiones: la primera al mando del general Losada, que se quedó en Astúrias; la segunda al de Taboada, que se situó en el Vierzo á la entrada de Galicia; y la tercera al de don Francisco Cabrera, que fué destinada á la Puebla de Sanabria. Quedó además en Lugo una reserva. Todas estas tropas, á escepcion de la division de Astúrias, que ocupó á Oviedo, pasaron á principios de junio á Castilla, al tiempo que el mariscal Marmont, sucesor de Massena, se trasladaba, como dijimos, desde Salamanca á Extremadura. Fué por lo mismo oportuno aquel movimiento de los españoles. Para mayor ventaja y animacion de éstos, el general francés Bonnet abandonó á Astúrias (14 de junio), y de Astorga se retiró tambien la guarnicion francesa á Benavente, despues de destruir cuanto pudo las fortificaciones de aquella ciudad, lo cual proporcionó á Santocildes el placer de ocupar una poblacion en que habia dejado tan escelentes recuerdos, y en donde fué recibido (22 de junio) con el regocijo y los aplausos á que por su ante. rior comportamiento se habia hecho acreedor.

Ocuparon los nuestros la derecha del Orbigo. El general francés Bonnet, que se habia corrido desde Astúrias á Leon, destacó el 23 al general Villetaux con órden de que atacase á Taboada, que se hallaba en el pueblecito de Cogorderos, sito junto à la carretera de Astorga á Ponferrada sobre el rio Tuerto. Defendiase bizarramente el general español, cuando acudió en su socorro don Federico Castañon con su brigada asturiana, y atacando á los enemigos por el flanco, los deshizo completamente, quedando entre los muertos el mismo Villetaux, y cogiendo entre los prisioneros once oficiales. Santocildes por su parte hizo un reconocimiento general sobre el Orbigo, ahuyentando los enemigos. Ayudaban á nuestros generales las partidas sueltas del distrito, de las que se procuró formar una legion nombrada de Castilla al mando del coronel don Pablo Mier.

Dábanse la mano estas tropas, que entre todas se aproximaban á 16.000 hombres, con las del 7. ejército, de nueva creacion, que empezaba á formarse en el país de Liébana y montañas de Santander, y cuyo primer gefe habia de ser don Gabriel de Mendizabal. Mas como éste permaneciese, segun hemos visto, en Extremadura, encargóse del mando como segundo don Juan Diaz Porlier, que para organizarle se estableció en Potes, capital de la Liebana.

Merece bien este país que nos detengamos en él un poco, ya que ha tenido la desgracia de que otros historiadores hayan pasado por alto su heroismo y omitido sus glorias.

Enclavada esta montuosa comarca entre las provincias de Astúrias, Leon, Palencia y Santander, formando una especie de cuenca, á la cual no se puede descender sin subir á elevadísimas alturas, dividida en cuatro grandes y profundos valles de que se derivan otros mas pequeños, conservando sus habitantes el carácter independiente y libre que distinguió á los antiguos cántabros sus mayores, fué uno de los paises que primero se levantaron en 1808, espontáneamente y sin auxilio de fuerza alguna estraña, en defensa de la causa nacional. De los moradores de sus cuatro valles se formaron otros tantos batallones de urbanos, mandados por el respectivo regidor de cada valle. Con pocas armas, pero con mucho corazon, en las diferentes y siempre rápidas incursiones que en los primeros años de la guerra hicieron los franceses en aquel quebrado y montuoso recinto, rara vez dejaron de salir escarmentados por los valerosos liebaneses. Ya en 1809 les habia dicho el general español Mahy en una proclama desde la Coruña: «Habitantes ilustres de la Liébana: la gloria de «vuestros triunfos no ha podido encerrarse en los estrechos límites de una pro«vincia reducida. Toda la península resuena con el eco de vuestro nombre, y la «fama lo ha conducido hasta los términos mas remotos del imperio español... «Descendientes de los antiguos cántabros, herederos de sus virtudes, de su vay de su patriotismo, habeis jurado eterna venganza contra los enemigos «de la libertad de la patria. Aquellos embotaron su cuchilla en la sangre de los «romanos; vuestros abuelos se distinguieron entre los primeros españoles en la «guerra sagrada contra los agarenos; y vosotros, rodeados por todas partes de «enemigos, y ocupadas las provincias limítrofes por unas tropas que se glorian «de haber puesto el yugo á las naciones mas poderosas de Europa, manteneis «vuestra libertad y derechos patrios por medio de prodigios.....>>

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No desmintieron este alto concepto aquellos habitantes en las tres invasiones que sufrieron en 1840, ni se dieron á partido por mas que el general frances Cacoult los halagára primero, y los amenazára después con el incendio y el saqueo de sus propiedades (1). Cuando se formó en la provincia de Santander la division cántabra, y principalmente desde que se encomendó su mando á don Juan Diez Porlier, la Liébana era su amparo y abrigo; alli recibian su primera instruccion los mozos antes de ingresar en los cuerpos; en la villa de Potes, su capital, estableció Porlier hospitales y almacenes de boca y guerra, depósito de prisioneros, y hasta creó en el pueblo de Colio

(1) Mais si sourds á ma voix vous persistez dans votre égarement, si un seul coup de fusil est tiré sur ma troupe, ce será le signal de l'incendie et du pillage de vos propietés. Proclama de Cacoult de 15 de ju

nio de 1810, conservada original por don Matías de la Madrid, ayudante de campo que fué del general Porlier, y autor de apreciables apuntes históricos que ha tenido la bondad de confiarnos.

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un colegio de cadetes, prueba grande de lo seguro que se conceptuaba aquel recinto, plagadas como solian estár de franceses las provincias limítrofes, lo cual dió ocasion á que se llamára á la Liébana «cuna del 7.0 ejército; denominacion que espresaba una verdad, y dictado mas modesto que el de «España la chica,» que en otros tiempos se le habia dado. Igual concepto que á Maby y á Porlier merecieron aquellos montañeses al general en gefe del 7.0 ejército don Gabriel de Mendizabal, que un año mas adelante, al enviarle la nueva Constitucion, les decia: «Hora es ya de que se publiquen vuestras vir«tudes... Sin otra defensa que la naturaleza del suelo que habitais, una reso«lucion generosa supo romper el lazo con que en diez y seis ocasiones se «pretendió ataros al carro del tirano. Sin otro llamamiento que el de la paatria, clamásteis por armas, os fueron concedidas, y las manejasteis con «tal destreza que contais tantos triunfos como acciones. Asi habeis conser<vado vuestros derechos mas sagrados, dando el mejor ejemplo, á nuestra «nacion, á la Europa y al mundo todo. Fuisteis y sois libres por vuestra <heroicidad...>>

A esta singular y ya célebre comarca fué enviado por el mariscal duque de Istria en mayo de 1814 con órden de sojuzgarla el general Rognet quo mandaba 2.000 hombres de la guardia imperial, el cual habiendo llegado á Potes por el valle de Valdegrado (25 de mayo), no sin que le acosáran en su marcha los urbanos de los valles, no hizo otra cosa que incendiar una acera de casas de la plaza; y sin emprender movimiento alguno contra los valles insurrectos, ni dirigirse siquiera á rescatar ochenta prisioneros franceses que los nuestros tenian en Mogrovėjo, poco mas de una legua de Potes, retiróse por el mismo valle, bien que torciendo después por el de Brañes y Sejos para dirigirse á Reinosa, por haber divisado las avanzadas de Porlier que se le venia encima por el puerto de Pineda.

Animaba la gente y la enregimentaba desde Bilbao el valeroso Renovales, tiempo hacia enviado á Vizcaya, como ántes hemos visto, por el gobierno central: y bullían y se meneaban, molestando al francés incesantemente, por las tierras de Santander, Provincias Vascongadas, Burgos y Rioja hasta los confines de Navarra, las partidas ya gruesas de Campillo, Tapia, Merino, Longa, el Pastor y otros.

Siguiendo nosotros en esta reseña el mismo rumbo que en otras ocasiones hemos llevado, y á que nos guia la contigüidad misma de los puntos, encontrámonos en Navarra con el mas célebre de los caudillos que voluntariamente habian tomado parte en esta lucha, don Francisco Espoz y Mina. El hecho que vamos á referir fué una de sus mas bellas proezas. Sabedor do que el mariscal Massena, cuando dejó el ejército de Portugal, se encamina

'ba á Francia llevando consigo un numeroso convoy de coches y de carros, proyectó sorprenderle. Al efecto caminó de noche y con todo el posible sigilo por sendas y cañadas de la provincia de Alava que él conocia. El convoy seguia marchando por el camino real de Francia, aunque Massena se habia detenido en Vitoria. Escoltábanle 4.200 hombres, que llevaban tambien unos mil prisioneros ingleses y españoles. En la madrugada del 25 do mayo cruzaban aquellos la sierra de Arlaban, limitrofe de Alava y Guipúzcoa. Mina, que con su gente habia estado emboscado y en acecho, dejó pa. sar los que iban á la cabeza del convoy, y á las seis de la mañana cayendo repentinamente sobre los que marchaban como de retaguardia, los atacó con ímpetu, defendiéndose no obstante los franceses, en términos de durar la lucha hasta las tres de la tarde. Pero á aquella hora todo habia caido en poder del intrépido español: él mismo hizo prisionero al coronel Laffite: perdieron los francescs 40 oficiales y 800 soldados; rescatáronse los pris oneros nuestros: se cogió el convoy, compuesto de ciento cincuenta entre coches y carros: valuóse el botin en 4.000,000 de reales: parte de las prendas У del dinero se repartió entre los aprehensores; parte de éste con las albajas se reservó para la caja militar. Bella sorpresa, que levantó la reputacion ya muy alta de Mina.

Estos distritos que rápidamente acabamos de recorrer son los que NapoJeon, como indicamos en otra parte, creyó necesario poner bajo la direccion militar de uno solo, creando por decreto de 15 de enero lo que se llamó ejército del Norte, y cuyo mando confió al mariscal Bessières. Este ejército llegó á constar de 70,000 hombres, y los distritos que comprendia eran, Navarra, las Provincias Vascongadas, parte de Castilla la Vieja, Astúrias y reino de Leon. Y sin embargo, lejos de lograr Bessiéres el objeto de someter estas provincias, como Napoleon se habia propuesto y creyó fácil y hacedero, mortificábale pelear sin gloria con tantas guerrillas como le hostigaban sin dejarle descanso, y fatigado de lidiar sin fruto, volvióse á Francia (principios de julio), ansioso de conservar su reputacion empleándose en otro género de guerra. Sucedióle aquí el condo Dorsenne.

Prosiguiendo pues nuestro rumbo en la direccion geográfica que vamos llevando, preséntanse á nuestro exámen los sucesos de Aragon y Cataluña, de tal manera enlazados que sería muy difícil poderios referir aisladamente, y no daria el que lo intentara cabal idea de ellos.

Rendida y tomada por los franceses la importante plaza de Tortosa (que fué el acontecimiento con que terminó el año 1840 y el estado en que dejamos las cosas de Cataluña en nuestro capitulo XI.), nada era mas natural sino que el mariscal Suchet aprovechara la influencia de aquel suceso para su desig

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