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zan de cargamentos antecedentes es con lo que el factor debe contar para cargar y expedir los navios que van llegando.

Se computa que la masa del dinero en circulacion no es, en la provincia de Caracas, mas que de 4 millones de duros, de los quales la quarta parte es de la moneda pequeña llamada macuquina. Su forma, que basta para quitarle el honor de cuño, y tambien su peso, hacen que continue en el pays, pues no se podria extraer sin perder una tercera parte de su valor Un costalillo de este cuño, que representa el valor de 1000 duros, no pesa efectivamente mas que 700; pero como tiene una circulacion que nadie disputa, el cambio por duros se hace con mucha facilidad, y sin ningun premio.

Las disputas comerciales no estaban sugetas en la America Española á los procesos comunes de tribunales, pero unicamente compadecian ante el Consulado, cuya decision era corta, definitiva, y prontamente llevada á efecto. Si, en la venta de un cargamento, el comprador recibia los generos en nombre del navio, y no del comerciante que los vendia, la deuda se recogia con mas facilidad, pues una dilacion del tiempo convenido le exponia á una detencion de los generos de retorno,-excelente medio para impedir daños en un pays donde no han adoptado la regularidad de los contratos. Las ordenanzas de Bilbao eran las reglas por las que se guiaban en sus transacciones comerciales, que era un digesto de leyes y usos mercantiles tan completo como una nacion podia tener, pues comprehendia remedio para quantos accidentes, ya fuesen causados por desgracia ó fraudes, pudiesen ocurrir en el comercio. Habian sido recogidas por el cuerpo de comerciantes mas sabio y experimentado de la nacion. Los de Biscaya tubieron la mayor parte en formación, de los que tomó el nombre, y que han sido siempre los mas famosos. En esta obra, tubieron por delante, mas particularmente, la reaccion de los abusos que podian resultar de la extension de aquella buena fé, que forma la base de todo comercio vasto.

SECCION VI.

DEL COMERCIO POR MENOR.

EL comercio por menor en generos enxutos está en manos de Canarios, y de algunos quantos Creollos. Los alcanzes comunes del mercador son 25 ó 30 p. c. De aqui pareceria, que hay pocos oficios por los que se pudiesen hacer caudales mas rapidamente; y á la verdad esto sería cierto, si todos los mercaderes pudiesen obtener muchos parroquianos. Pero la especie de vida que se necesita para esta ocupacion, siendo de aquella descripcion sedentaria que conviene al genio Español, las tiendas se multiplican de tal modo, y la venta y ganancias se dividen entre tantos, que no queda á cada mercader mas que lo suficiente para mantener su familia con decencia. De aqui nace, que esta clase, que en todos los parages sube muy pronto al rango de comerciantes, se queda en su estado original entre los Creollos, y se oye mas amenudo de bancarrotas que de caudales.

No es necesario un conocimiento muy profundo para descubrir, que estas tiendas no podrian subsistir sin el credito que los comerciantes tienen que darles. Rara vez sucede que un mercader pague por lo que compra al recibirlo: al contrario, el tiempo del credito expira sin estar prevenido para el pago. Sin embargo, si se le extiende el credito, por lo general satisface todas sus obligaciones; pues se observa, que esta clase se distingue mas que otra alguna por su honradez.

Tambien hay en Tierra Firme ciertas tiendas, conocidas por los nombres de bodegas y pulperias. Sus generos consisten en lozas, alfareria, cosas de vidrio y de cristal, quinquillerias, herramientas, vinos, vinagres, azucar, jamones, frutas secas, queso, licores, &c. Tienen una ventaja sobre las otras tiendas, y es el no tener que cerrarlas los Domingos, ó dias de fiesta. En conseqüencia de su gran comodidad, se las permite estar abiertas desde que nace el dia hasta las 9 de la noche. Este trafico está casi exclusivamente en manos de Catalanes y Canarios activos, económicos, y solteros; y como consiste en articulos fragiles y quebradizos, está sugeto á daños que deben cubrirse por las ganancias de su venta: de consiguiente, ninguno de sus articulos

se venden á menos de ciento p. c. de ganancia, y algunos el doble y el triple de esa suma. En este trafico es en el que se comienzan á hechar las bases para hacer caudal.

Las manufacturas de Colombia son utiles principalmente en su comercio interno, y consisten en alfombras, generos de algodon, mantas, colchas, &c.

SECCION VII.

DEL TRAFICO ENTRE LAS PROVINCIAS.

EL comercio que se hace en las diferentes provincias de Caracas, es de muy poca importancia. Desde Barcelona á la Habana, llevan carne salada y seca: lo preparan en Barcelona, donde apenas cuesta 25 francos el quintal, y se vende en la Habana á 60 y 70 francos. Los retornos consisten en azucar, cera, y plata. Desde Maracaibo envian cacao, &c.; desde Coro, pieles de cabras curtidas, y queso del pays; de Puerto Cabello, mulas, quando no esperan hacer mas de ellas en la Jamaica; desde La Guayra, cacao, sarsaparilla, &c. Tanto Cumana y Margarita como Guiana no tienen ningun trafico con la isla de Cuba. Todo lo que estas provincias envian á Puerto Rico, ó que reciben de alli, se transporta por pequeñas falucas, que pasan de Puerto Rico á La Guayra todos los meses. Todo este comercio, junto con el de Cuba, sube á 100 mil duros anuales.

Algunos años ha, La Guayra tenia un trafico con Vera Cruz, que era muy ventajoso para Tierra Firme. Habia encontrado alli un mercado nuevo para su cacao, lo que no contribuyó poco á mantener el precio de esta produccion. En 1763 exportaba á Vera Cruz 16,804 quintales. Esta extraccion continuó por varios años, pero está ahora casi muerta.

Maracaibo hacía alli el comercio mucho mas que los otros puertos de Tierra Firme: los cargamentos se componian de cacao, balsamo de Copahu, &c. y en retorno traian articulos de vidrio hechos en Mexico, cuentas de rosario, sacos para embalar, estofas de Indias, que llegaban á alli de Acapulco, y oro y plata.

SECCION VIII.

DE LAS COMPRAS DEL PRODUCTO, &c.

EN ninguna ciudad de Tierra Firme, ni siquiera en Caracas, tienen los comerciantes ningun sitio donde reunirse, como nuestras bolsas, para tratar de negocios comerciales: cada qual trabaxa en el silencio y soledad de su oficina. Trueques les son enteramente desconocidos. Entre ellos no se ve papel ó vales en circulación; pues ignoran la costumbre del descuento. Todas las transacciones se conducen directa y personalmente entre el comprador y el vendedor. Ni tampoco tienen ningún precio-corriente. Aquellas ciudades antes son factorias que villas comerciantes.

La compra del producto no se hace en Tierra Firme, como en otros parages, en grandes cantidades. La ciudad de Caracas es el grande emporio de la provincia; pero su situacion, en medio de montañas, no permitiendo ninguna otra manera de porte que por mulas, las producciones llegan en pequeñas cantidades, que las llevan por las calles á quien mas da, vendiendolas, por lo general, menos de lo que valen. Los cultivadores no tienen agentes que viajan y factores que tomen sus producciones á los mercados. El cultivador no tiene apenas ningun vinculo de interes, y menos de intimidad, con el comerciante. Las necesidades del cultivador ocasionan á veces un trato momentaneo: se ofrece á entregar al comerciante en un tiempo estipulado cierta cantidad de producto, á cierto precio, por la que recibe dinero adelantado. De este modo empeña su cosecha á un precio mas baxo que el corriente. La buena fé preside á veces en estos tratos, y efectua una dichosa conclusion. Pero amenudo tambien reclaman la autoridad del tribunal de justicia para hacer llevar á efecto las contratas; y Depons cree que el comerciante suele ser siempre el aplicante. Las quexas son, generalmente, contra el descuido del cultivador, la mala calidad del producto, ó su adulteracion. Es evidente, que tales transacciones antes tienden á producir desconfianza entre el comerciante y el cultivador que harmonia, y que esta mala inteligencia es uno de los mayores obstaculos que se oponen á la prosperidad nacional.

Las producciones comerciales de Tierra Firme (segun hemos observado en uno de los capitulos precedentes) son de una calidad superior á las de las islas, excepto el algodon, cuya inferioridad antes debe atribuirse á la falta de preparacion que á la del suelo.

El cacao de Caracas, despues del de Soconusco, obtiene en el comercio la preferencia sobre el de otras partes de America. Quando el cacao de Caracas está á 50 duros el quintal en Cadiz, el de Magdalena está á 44, el de Guayaquil á 32, y el del Marañon á 25. El cacao se vende por fanega, ó saco de 110 libras Españolas, que vienen á hacer 100 libras Francesas.

El añil de Caracas no es mas que 8 p. c. menos en valor que el de Guatimala; pero el mas pequeño incentivo bastaria para doblar muy pronto el producto de Tierra Firme. Ninguna otra especie de añil tiene 25 ó 30 p. c. mas que el añil de Caracas. Se distingue en el comercio por el nombre de flor, ó primera calidad, sobresaliente, ú ordinario, y corte, ó inferior. Quando el primero está á 12 reales la libra, el segundo está á 10, y el tercero á 8.

Es imposible aun asignar el rango que el comercio dara al café de Tierra Firme, porque no se ha extraido al extrangero en cantidades suficientes para obtener una plaza particular en los precios-corrientes. Pero la forma del grano, y su gusto, que no puede disputarse, anuncian que algun dia, y ese quiza no está muy lexos, el café de Tierra Firme obtendra la misma consideracion de que su cacao ha gozado por tanto tiempo.

El azucar hace ver la falta de habilidad é ignorancia de sus fabricantes, pero hace honor al suelo que le produce.

En el mes de Julio de 1804, el cacao se vendio en Caracas á 160 francos el quintal.—(Su precio ordinario es de 100 á 110 francos).

El añil en flor á 68 francos la libra.-El sobresaliente y el corte en proporcion.

El café á 130 francos el quintal.-(No habia mucho en el mercado).

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