Imágenes de páginas
PDF
EPUB

distancia en terrenos altos, y á uno y medio en los llanos. Deben hacerse dos dias antes de plantar en ellos; porque en este intervalo todas las particulas dañosas tienen tiempo para exhalarse, y la lluvia deposita la humedad necesaria para la fertilidad.

La planta debe ponerse en el hoyo con mucho cuidado. Se debe cuidar no solamente de no dañar sus raizes tiernas, pero tambien de sacudir la tierra que se pega á ellas al sacarla. Todos los terrenos duros que podian injuriar á la planta se quitan, y el hoyo se cubre de modo que el agua no se deposite alli. Sin esta precaucion la planta de tabaco pereceria.

Para mejor proteger la planta contra los ardores del sol y contra las lluvias violentas, se la debe cubrir con una hoja del banana, ó con alguna otrà semejante. Quatro dias despues se descubre, para reponer las plantas que no han tomado raiz, ya sea por culpa del cultivador, ó por otra causa alguna. El tiempo para plantar puede ser en medio del dia si no hace sol; de otro modo no debe ser nunca mas que por la mañana ó por la tarde.

PARA ESCARDAR.-Despues de estas precauciones, la plantacion debe escardarse tan amenudo como lo pida la cantidad de yerbas. Nada tiende mas al aumento del tabaco, que tenerlo limpio y desembarazado. Asi que la planta nueva ha adquirido bastante substancia y tamaño, trata de deshacerse de sus primeras hojas, que ellas mismas anuncian, por su caida, que son perjudiciales á la planta. La naturaleza pide en este caso la ayuda del cultivador.

GUSANOS.-Desde su mas tierna edad se ve atacado el tabaco por varias especies de gusanos. Pereceria inevitablemente si el hombre no le defendiese contra sus destructores. Como cada uno de estos gusanos destruye á su modo, el mejor metodo para destruirlos es exáminar bien sus caracteres y movimientos. Quando la planta se agacha, indica que está atacada por un gusano que se llama cane. Toman su residencia en la cimo de la planta, y se hallan al abrir las hojas que la forman. Toda aquella parte dañada por los gusanos se corta, junto á la parte sana. Entonces hécha un nuevo pimpollo, que, con cuidado, hace aun una planta de tabaco bastante buena.

La rosca no ataca mas que por la noche; por el dia se esconde en la tierra. Un lecho de espinas puesto al rededor de la planta, es la mejor trampa que se le puede hechar.

Hay un insecto que la gente del pays dice que daña al tabaco por una especie de transpiracion corrosiva, que deposita en la planta. El tabaco decaece insensiblemente, y no revive hasta que se ve libre de su enemigo.

Hay una especie de mariposa, que los Creollos llaman palometa, que comete mucha devastacion en el tabaco. Se escapa facilmente durante el calor del dia, pero la humedad de la mañana le entorpece, y entonces es facil matarla.

La lombriz es casi imperceptible; horada el pimpollo, y destruye la planta.

También hay una especie de escarabajo, que en el pays llaman arador, y que metiendose en la tierra, come las raices del tabaco, el que hace morir muy pronto.

Pero ningun insecto es mas terrible que el gusano con cuernos: no necesita mas que una noche para devorarse una hoja de tabaco, por grande que sea.

El catalogo de los gusanos que atacan al tabaco podia aumentarse considerablemente; pero hemos nombrado los suficientes para dar una idea de la vigilancia que esta planta exîge del cultivador.

AUMENTO.-Pronto la planta crece, y forma en su cima un cogollo, hácia la que el zumo se dirigiria si no se aplicase un remedio. El medio que se emplea con ventaja es el de cortar el cogollo. La planta tiene entonces pie y medio de alto. Esta operacion se repite quando ha llegado á tres pies. Hay algunos que la repiten tres veces, pero esto es raro. Al mismo tiempo cortan todos los pimpollos nuevos, y ramas que atraen á si los jugos nutritivos de las hojas. La experiencia prueba que las ramas ó pimpollos que brotan del tronco, hacen el tabaco amargo, y retardan su cosecha.

MADUREZ.-En conseqüencia de estas operaciones, el tabaco adquiere gradualmente un color entre azul y verde, que es una

señal de que su madurez se acerca. Se conoce que está maduro por una pequeña mancha azulada, que se forma á la punta donde la hoja se junta con el tronco: esto ocurre por lo general en el mes de Diciembre.

Todas las hojas no se maduran al mismo tiempo, porque el zumo no está igualmente distribuido por toda la planta. No se recogen más que las hojas cuyo color indican estar maduras. Las otras no tienen aun el jugo necesario, y no darian sino tabaco sin sabor. La cosecha se continua á medida que las hojas se van madurando.

PARA RECOGERLO.-Es muy importante para la calidad del tabaco que no se recoga mas que quando el sol está en toda su fuerza sobre el horizonte; pues el rocio, ó qualesquiera otra humedad, perjudicaria con la fermentacion á sus principios constituyentes, y haria ineficaces los beneficios que habia recibido de la naturaleza, y los que podia esperar de una preparacion metodica.

A medida que se recogen las hojas maduras, las ponen en montones de veinte á veinte y cinco de ellas en cada uno, y entre las filas de las plantas. Los trabaxadores las recogen, las ponen sobre esteras, las cubren para protegerlas del sol, y las llevan de este modo á la fabrica.

Los Creollos de Tierra Firme dan á su tabaco dos especies de preparacion; á la una la llaman cura seca, y á la otra cura negra. La diferencia consiste en el grado de fermentacion que dan al tabaco de cura negra. Su objeto es obtener de él un jugo que se estima mucho en el pays. Esto es lo que da el nombre de negra á la manera de curarle.

CURA SECA.-Asi que el tabaco llega de los campos á las casas ó fabricas, lo dividen en pequeños paquetes, que ponen á la sombra hasta el dia siguiente.

Al cabo de veinte y quatro horas, cuelgan á la sombra, y sobre barras, las hojas del tabaco de dos en dos en el invierno, y de quatro en quatro en el verano. Esto sirve para que el tabaco pierda, por la accion del aire, su tension y su color verde, para que en lugar de eso adquiera un color que tiene á amarillo,

y una suavidad que lo haga mas flexîble. En el tiempo de lluvia tiene que estar en esta situacion tres dias, y á veces quatro; pero si el tiempo es seco, dos dias es suficiente.

Asi que el tabaco ha obtenido el debido color y suavidad, le descuelgan sin amontonarlo, por miedo de que fermente. Despues le sacan el vastago, desde la punta hasta dos pulgadas de distancia de la parte en que la hoja se une al fuste. Esto se hace con los dedos, y con aquella precaucion necesaria para impedir que la hoja se rompa. Las hojas que han experimentado esta operacion, se ponen á un lado, y el tabaco dañado y los vastagos al otro, sin ponerlos en montones, porque aun hay peligro de que se calienten y fermenten.

Al mismo tiempo hacen cuerdas ó rollos de estas hojas, que dividen en bolas de setenta y cinco libras, las que despues de la preparacion se disminuyen hasta veinte y cinco libras. Todo esto exîge mucha celeridad, porque sino las hojas se secan, y de consiguiente es mucho mas dificil sacarlas el vastago y el enrollarlas. De este modo, si la operacion se retarda, será la mayor fortuna si el tabaco se queda aun en la segunda calidad.

El interior de la cuerda se hace, lo mismo que los cigarros, de hojas rotas, que cubren con una hoja buena. Así que la bola es del tamaño requerido, se vuelve á torcer de nuevo, de suerte que la parte exterior se haga el centro de la bala. Esto es para impedir que se destuerza.

Las bolas de tabaco se ponen en lechos de un pie de espesura, formados de las ramas ó vastagos, cubiertos de las hojas quebradas. Tambien extienden ramas sobre las bolas para cubrirlas, y sobre ellas ponen pesos ó pellejos. Todo esto tiene que hacerse á la sombra, y baxo sotechados, pues es preciso guardarlas contra el sol, y contra la humedad.

Dexan que el tabaco fermente quarenta y ocho horas, si estaba demasiado seco quando se le sacó el fuste mayor; pero si estaban en el punto que conviene, no lo dexan fermentar mas que veinte horas. Despues lo vuelven á enrollar, de suerte que el exterior se haga el centro; y al mismo tiempo lo mojan mucha para impedir la fermentacion. Despues llevan las bolas al sitio donde

estaban para que fermenten otra vez; y las dexan en este estado veinte y quatro horas, si fermentaron la primera vez quarenta y ocho, y vice versa.

Quando juzgan que las bolas de tabaco han fermentado lo bastante, las exponen al aire hasta que se enfrien; las tuercen durante tres dias por la mañana y por la tarde. Por esta operacion, mas o menos repetida, se corrigen los defectos visibles del tabaco. Si el color tira á negro, si su jugo es viscoso, y su olor agradable, entonces está enteramente exémpto de ellos.

Por último, desenrollan las bolas, y ponen el tabaco en manojos, que cuelgan á la sombra separadamente, para que el tabaco pierda su humedad superflua, y para que adquiera aquel color que tanto influxo tiene en el precio de su comercio. Si el tiempo es demasiado frio, es preciso encender un fuego debaxo del tabaco sospendido, ó poner tales materiales que produzcan un humo espeso.

Es dificil asignar al tabaco un tiempo exâcto, para que continue en este estado. Esto depende del temperamento, de las particulas mayores ó menores de la grasa que contiene, y de la naturaleza de las precauciones observadas en su preparacion. Se verifica abriendo la cuerda y estruxandola. Si el jugo corre libremente, el tabaco no está suficientemente seco, pero por lo general se seca en quarenta ó cinquenta dias.

En algunas fabricas ponen el tabaco al principio en manojos, y los sospenden al aire. Quando juzgan que estan bastante secos, juntan los manojos, de suerte que por el contacto, en el que estan por varias horas, el jugo de la planta se concentra. Toda humedad superflua estando disipada, se aprovechan de cierto tiempo en la mañana ó de un dia cubierto, en que la cuerda es mas flexîble, para atar el manojo á quatro puntos de distancias iguales. Esto se executa con cintas que se cortan de la corteza del banana, de modo que no rompan el tabaco. Despues de esto ponen los manojos en montones, que disponen sobre un lecho de hojas de banana del altura de cerca de dos pies. Cubren los montones con las mismas hojas de banana, sobre las que ponen pesos, para apretar la masa.

« AnteriorContinuar »