Los SueñosImp. Sucesores de Ramirez y Ca., 1881 - 367 páginas |
Otras ediciones - Ver todas
Términos y frases comunes
ahora alguacil alma alquimistas amigo anda andaba andan andar astrólogo barbas boca boticario buen cabellos calle calvo capon cara Chiton condenado cosas daba damas decia decir dejan demonios despues diablo dicen dientes digo dijera dijo dinero Domiciano dueña Encina enojo entender entremetido eres escribano estaba FRANCISCO DE QUEVEDO frison gasta gente gigote gregüescos Grullo guardar habeis habia habla hallo hijo honra hubiera hurta infierno Júpiter justicia ladrones llaman llegó llorando luego Lutero Mahoma maldito malos manda manos matar médicos menester mentira mira moza muere muerte mujer mujeres mundo nadie narices nariz necios Neron oficio ojos padre parece paso pecado pedir pena peor pícaros pide Piramo y Tisbe Pluton podia poeta Pregunté príncipes puro quereis quiero quiso quisto Radamanto rejalgar respondió risa saber sastres Saturno sois Soplon tambien tengo tenia traer tuviere venia verdad vestido viejo viendo vino vivos voces
Pasajes populares
Página 45 - Volvíme a la mano izquierda y vi un acompañamiento tan reverendo, tanto coche, tanta carroza cargada de competencias al sol en humanas hermosuras y gran cantidad de galas y libreas, lindos caballos, mucha gente de capa negra y muchos caballeros.
Página 338 - Parióme adrede mi madre, ¡ojalá no me pariera!, aunque estaba cuando me hizo, de gorja naturaleza. Dos maravedís de luna alumbraban a la tierra, que por ser yo el que nacía, no quiso que un cuarto fuera. Nací tarde, porque el sol tuvo de verme vergüenza, en una noche templada entre clara y entre yema. Un miércoles con un martes tuvieron grande revuelta, sobre que ninguno quiso que en sus términos naciera.
Página 313 - ... poderoso caballero es don Dinero. Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña; viene a morir en España y es en Genova enterrado. Y pues quien le trae al lado es hermoso, aunque sea fiero, poderoso caballero es don Dinero.
Página 9 - Parecióme, pues, que veía un mancebo que, discurriendo por el aire, daba voz de su aliento á una trompeta, afeando con su fuerza en parte su hermosura.
Página 9 - ... caza. Esto conocía yo en los semblantes de cada uno y no vi que llegase el ruido de la trompeta a oreja que se persuadiese a lo que era. Después noté de la manera que algunas almas huían, unas con asco y otras con miedo, de sus antiguos cuerpos.
Página 342 - Vine á ser tu pretenmuela. Bien sé que apenas soy algo, Mas tú de puro discreta, Viéndome con tantas faltas, Que estoy preñado sospechas.
Página 94 - Ni te estorbo ni te envidio lo que deseas ; antes te tengo lástima. ¿Tú, por ventura, sabes lo que vale un día? ¿ Entiendes de cuánto precio es una hora ? ¿ Has examinado el valor del tiempo?
Página 124 - En esto entró una que parecía mujer, muy galana y llena de coronas, cetros, hoces, abarcas, chapines, tiaras, caperuzas, mitras, monteras, brocados, pellejos, seda, oro, garrotes, diamantes, serones, perlas y guijarros. Un ojo abierto y otro cerrado, y vestida y desnuda de todos colores.
Página 49 - Iban las mujeres al infierno tras el dinero de los hombres, y los hombres tras ellas y su dinero, tropezando unos con otros.
Página 18 - Vino un caballero tan derecho, que al parecer quería competir con la misma justicia que le aguardaba : hizo muchas reverencias á todos, y con la mano una ceremonia usada de los que beben en charco. Traía un cuello tan grande, que no se le echaba de ver si tenía cabeza.