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históricos del Perú en las épocas del coloniaje, despues de la conquista y de la independencia hasta la presente, que con la série que ha titulado literaria, alcanzó a completar veintiun volúmenes, hasta la muerte del compilador, ocurrida hace poco.

En Bolivia don Vicente de Ballivian y Roxas emprendió la publicacion titulada Archivo Boliviano.-Coleccion de documentos relativos a la historia de Bolivia durante la época colonial, de la cual solo se editó el tomo I, impreso en Paris en 1872.

El Gobierno de Chile, por su parte, se habia preocupado de que se estudiase la historia del país de manera mas completa que fuese posible, habiendo encargado a este efecto a don Claudio Gay que escribiese una relacion física y política del país. Despues de haber practicado largas investigaciones sobre la topografía e historia natural, Gay se trasladó a España, recojiendo especialmente en la Academia de la Historia de Madrid y en el Archivo de Indias las piezas que le sirvieron para publicar en Paris en 1846 los dos tomos de Documentos que dió como apéndice a su Historia Politica y que son, sin duda, a pesar de los lijeros errores que encierran, los mas importantes de toda ella.

En 1861 se empezaba en Santiago, bajo la intelijente direccion del señor Barros Arana, la Coleccion de Historiadores de Chile con la impresion de algunas cartas de Pedro de Valdivia y de las importantísimas actas del Cabildo de Santiago. Esta coleccion lleva ya once volúmenes, habiendo puesto al alcance de todos la mayor parte de las obras de nuestros antiguos cronistas. Por fin, en 1877, merced al celo de don Benjamin Vicuña Mackenna, salia de las prensas de Valparaiso la Historia Jeneral del Reino de Chile del jesuita madrileño Diego de Rosales, libro que aquel ilustre compatriota habia adquirido en España a subido precio, del erudito don Pedro Salvá.

Se comprende, pues, que habiendo carecido nuestros antiguos cronistas del conocimiento de tan vastos y distintos caudales como son los que forman nuestra documentacion histórica, no hayan podido dejarnos obras dignas de fé, si esceptuamos, como decíamos al principio, aquellas que narran los sucesos que sus autores presenciaron; y que de este modo, sin el estudio de esos documentos, en cualquiera época que sea, no se podrá jamas escribir historia completa y verdadera, es decir, historia. Se esplica tambien así como aun en las naciones mas adelantadas, y con mucha mas razon entre nosotros, el hallazgo de nuevos datos obliga a rehacer relaciones hasta entónces tenidas por verdaderas, destruyendo, es cierto, en algunas circunstancias, ilusiones que acaso valiera mas conservar por lo que ellas tienen de halagador para el espíritu humano.....

Abrigamos la confianza de que, si logramos llevar a término la publicacion que hoy iniciamos, los que vengan en pos de nosotros, hallarán espedita la senda, que con la perseverancia y esfuerzos que no se sabrán agradecer bastante, han ilustrado Amunátegui, Vicuña Mackenna, Errázuriz y Barros Arana. Por el contrario, si nuestra tarea hubiera de sucumbir ante

la indiferencia de los mas, nos quedará al ménos la satisfaccion de dar por bien empleados, en obsequio de esta patria y de sus hijos, junto con nuestros escasos escudos, los mejores años de nuestra vida.

No debemos concluir este prólogo, ya demasiado largo, sin prevenir que los documentos de esta coleccion han sido cotejados con escrupulosidad y que se imprimirán sin mas variaciones que las que en ciertos casos exije la ortografía moderna.

Aprovechamos tambien esta ocasion para agradecer a nuestros amigos. don Carlos Jimenez Placer, actual jefe del Archivo de Indias, la esquisita amabilidad que siempre gastara con nosotros; a su hijo don Antonio la complacencia con que nos ha dirijido el árduo trabajo de las copias; a don Francisco Delgado, el habernos comunicado sin reservas todos los datos que su larga esperiencia del Archivo habia podido suministrarle; a don Fernando Belmonte su buena voluntad para ayudarnos a descifrar las pájinas que parecia imposible leer; y, por fin, a nuestro compatriota don Alejandro Ruiz de Olavarria, digno cónsul de Chile en Sevilla, tantas atenciones como siempre le hemos debido.

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Segun podrá verse en su lugar, la mayor parte de las piezas que se incluyen en este volúmen han sido ya dadas a luz en el tomo IV de la célebre Coleccion de los viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles, de D. Martin Fernandez de Navarrete, impresa en Madrid de órden real en los años de 1825-1837.

Esa coleccion si hoy todavia no puede considerarse rara, no es tampoco en Chile tan abundante que se obtenga con facilidad; pero, sin esta razon, nos ha parecido conveniente reproducir aquí los documentos a que hemos hecho referencia, porque abrigamos el propósito de presentar a nuestro público estudioso una obra tan completa como sea posible sobre la historia patria. Por esta misma razon, aunque en menor escala, hemos de trascribir todavía otros documentos ya publicados.

A pesar de que con la aparicion de la obra de Fernandez de Navarrete parecia que las materias comprendidas en ella estaban agotadas, pues hasta en la misma Coleccion de documentos inéditos de ultramar, que por muerte del compilador Torres de Mendoza, ha continuado publicando la Real Academia de la Historia de Madrid, apénas si se han citado como piezas nuevas en el tomo II de esa segunda série, (Madrid, 1886) aunque sin darlas a luz, las dos cartas de Ruy Falero signadas con los números XXXI y XXXII de este volúmen; sin embargo, un rejistro minucioso del Archivo de Indias de Sevilla nos ha per

mitido encontrar, ademas de esas cartas, los documentos marcados VII, VIII, XI, XIII, XXIII, XXIV y XXXIII, cuya importancia, por el asunto a que se refieren, no necesita

mos encarecer.

Hemos creido oportuno reproducir las piezas referentes a la demarcacion de las Islas Molucas, por mas que en rigor no se refieran de una manera inmediata a la espedicion de Magallanes, por cuanto son útiles en estremo para apreciar el grado de adelanto en que en esa época, tan interesante para la historia americana, se hallaban en España los conocimientos náuticos, astronómicos y jeográficos, representados en la memorable conferencia de Badajoz por D. Hernando Colon, reputado como uno de los sábios de España en su tiempo, por Simon de Alcazaba, destinado a mandar una espedicion que nos toca de cerca, y por los célebres pilotos y navegantes Sebastian Caboto y Juan Vespucio. En el tomo II de esta Coleccion hemos aun de publicar algunos otros documentos de capital interes en esta materia.

Los números V y XII, que Fernandez de Navarrete habia dado en estracto, valiéndose de los apuntes de D. Juan Bautista Muñoz, los publicamos ahora integros, traducidos de sus orijinales portugueses, segun los trae Magalhaes Villas-Boas en su traduccion del libro del señor Barros Arana.

Y los XXVII, XXIX, XXX y XLI, aunque dados a luz en el tomo I de la coleccion de Documentos inéditos para la historia de España, Madrid, 1837, y en el estimable libro sobre Juan Sebastian del Cano que dejó escrito el mismo Fernandez de Navarrete y que últimamente ha dado a la estampa en Vitoria (1872) D. Nicolas de Soraluce y Zubizarreta, completan nuestros datos sobre la espedicion de Magallanes, dándonos a conocer algunos detalles de la vida del primer capitan que dió la vuelta al mundo en una de las naves que salieron de Sevilla al mando de aquel célebre navegante.

Finalmente, el número XXVI, que contiene la relacion de Maximiliano Transilvano, y que Fernandez de Navarrete imprimió valiéndose del manuscrito que se conserva en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, nos ha de merecer algunos detalles bibliográficos.

I. Dentro de una orla muy adornada;

Maximiliani Tranfyluani Cæfaris / a fecretis Epiftola, de admirabili / & nouiffima Hifpanoru in Orientem nauigatione, qua uariæ, & nul / li prius acceffæ Regiones inuétæ / funt, cum ipfis etiã Moluccis infu / lis beatiffimis, optimo Aromatu / genere refertis. Inauditi quoq. in / colar mores exponuntur, ac mul / ta quæ Herodotus, Plinius, Soli- / nus atque alii tradiderunt, fabulofa effe arguunt. Contra nonnulla / ibide / uera, uix tamen credibilia explicant. quibufcum hiftoriis Infu / laribus ambitus defcribit alterius / Hemifphaerii, qua ad nos tandem / hifpani redierunt incolumes. / ROMA.

En la hoja quince el colofon:

ROMAE

IN AEDIBVS. F. / MINITII CALVI / ANNO. M.D.XXIII / MENSE NOVEMBRI. /

4.o menor, una hoja para el título, tres de preliminares y quince sin numerar.
En esta edicion falta la fecha «Vallifoleti die XXIIII Octobris M.D.XXII.»>
(La numeracion Dii está puesta equivocadamente Er.)

Tomamos del Catálogo número 362 del librero Quaritch de Londres la siguiente interesante nota. «Mr. Harrisse ha colocado como edicion princeps la reimpresion hecha en Colonia en enero de 1523 (21), y ha asignado el segundo lugar a la edicion orijinal de Calvus, noviembre de 1523. Sabemos por la dedicatoria del impresor de la edicion de Ro

ma que Maximiliano dirijió y envió su carta a Mateo Lang, cardenal Arzobispo de Salzburgo y Obispo tambien de Cartajena, que la recibió en noviembre, cuando se hallaba en Nuremberg asistiendo al Reichstag, a donde le habia enviado el Papa, en compañía de su predicador Francisco Chericati, obispo de Abruzzo. Este último prelado, que habia sido ántes protector de Pigafetta, a quien habia llevado a España en 1510, tomó naturalmente mas interes en la relacion del viaje, que el cardenal, de quien obtuvo una copia que envió a Roma a Minitius Calvus para que la publicase. Calvus no dice cuando la recibió, pero debemos presumir que los negocios del Reichstag debieron ocupar por algun tiempo la atencion de ambos eclesiásticos. Consta que no imprimió la Epístola hasta noviembre de 1523, un año despues que el Cardenal entregó la copia al Obispo, en cuya fecha obtuvo la licencia para imprimirla, en la cual se conminaba con penas a quienquiera que tratase de reimprimirla. A pesar de esta prohibicion la obra pareció tan interesante que Hirzhorn la reimprimió en Colonia en enero siguiente de 1521, habiendo Calvus dado a luz su segunda edicion en febrero de ese año. Hirzhorn o Cervicornus, dató su colofon en 1523, segun era mas usual cuando la impresion tenia lugar en el mes de enero, ya que el nuevo año (1521) no se suponia comenzar hasta marzo.»>

II. Esta segunda edicion lleva, dentro de una orla en que se ven figuras desnudas, el siguiente título:

DE MOLVCCIS IN / fulis, itemq; alijs pluribus mirádis, qaæ | nouiffima Caftellanorum nauigatio Se- | renifs. Imperatoris Caroli. V. aufpicis fufcepta, nuper inuenit: Maximiliani | Tranfyluani aa Reuerendifs. Cardina- | lem Saltzburgenfem epiftola lectu per- / quam iucunda. /

En el reverso de la última pájina dice:

Datum Vallifoleti die XXIIII Octobris M.D.XXII.

Coloniæ in ædibus Eucharii Ceruicorni. Anno uir- | ginei partus. M.D.XXIII. menfe | Ianuario.

8. menor; título a cuyo reverso comienza el testo de quince hojas sin numerar. III. Tambien dentro de una orla semejante:

Maximiliani Tranfyluani Cæfaris / a fecretis Epiftola, de admirabili & nouiffima Hifpanoru in Orientem nauigatione, qua uariæ, & nulli prius acceffæ Regiones inuétæ / funt, cum ipfis etiã Moluccis infulis beatiffimis, optimo Aromatu / genere refertis. Inauditi quoq. in /colar mores exponuntur, ac multa quæ Herodotus, Plinius, Soli- / nus atque alii tradiderunt, fabulo / fa effe arguunt. Contra nonnulla / ibidě / uera, uix tamen credibilia ex / plicant. quibufcum hiftoriis Infu / laribus ambitus defcribit alterius / Hemifphaerii, qua ad nos tandem / hifpani redierunt incolumes. / ROMA.

Colofon:

ROMAE IN ÆDIBVS / F. MINITII CALVI ANNO M.DXXIIII. / MENSE / FEB. /

4.o menor, una hoja para el título, tres de preliminares y catorce sin numerar.

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