factura aceptada. El uso de aceptar realmente la factura ha sido abandonado, pero se admite que esta aceptación se deduce del silencio del destinatario (S., 26 de diciembre de 1898, D. P. 99.1.319; S. 1901, 1.326; S., 27 de enero de 1909, D. P. 1909, 1.173; S. 1909, 1.136). Esta jurisprudencia, como se observará, no carece de peligros. La cláusula «pagadero en el domicilio del vendedor, es particularmente desfavorable para el comprador, pues supone una derogación del derecho común, al declarar competente al Tribunal del domicilio del vendedor (art. 420 del Cód. de Procedimientos Civil), mientras que, según el derecho común, siendo el pago exigible, el Tribunal competente sería el del domicilio del comprador. Fuera de estos casos especiales debemos concluir que el silencio no puede obligar. No puede ser considerado como una manifestación de voluntad. No cabría invocar aquí el adagio: El que calla otorga, ni generalizar la fórmula del Digesto: qui tacet consentire videtur. Una sentencia de la Corte de Casación (Civ., 25 de mayo de 1870, D. P. 70. 1.257, S. 70.1.341) ha expuesto el principio de un modo firme. No cabrá, dice esta sentencia, considerar que ha suscrito una emisión de acciones el tercero, que se ha limitado a dejar sin respuesta una carta de un banquero informándole que le había incluido en la lista de suscriptores de estas acciones y pagado el importe del primer dividendo pasivo. Posteriormente la jurisprudencia se ha declarado en el mismo sentido respecto de la suscripción a un periódico enviado con la súplica de que fuera rechazado en caso de que no se quisiera aceptar o renovar la suscripción, y, también, respecto del envío de muestras o de títulos, acompañados de una carta en la que se decía a los destinarios que, salvo reexpedición dentro de tal o cual plazo, serían considerados como compradores (V. Tolosa, 11 de junio de 1881, D. P. 82.2.206, S. 83.2.8; Douai, 10 de marzo de 1864, D. P. 74.2.153, S. 76.2.150). En resumen, se ve que, fuera de las dos hipótesis (tácita reconducción y autorización marital en ciertos casos) en que la ley declara expresamente la similación, el silencio no puede ser considerado como productor de una manifestación de voluntad, salvo en los casos en que el individuo se encuentra colocado en una situación tal que la otra parte debe necesariamente interpretar su silencio como una aceptación. Esta situación sólo se encuentra sos en que las partes estaban en relación de negocios o ya ligadas por un contrato anterior que se trata de continuar. 1924. COLIN Y CAPITANT. EN PRESENCIA DE DIOS, SUPREMO LEGISLADOR DEL UNIVERSO, Y CONSTITUCION. de los ciudadanos: ninguna fracción de pueblos ó de individuos puede atribuírsela, y su ejercicio está circunscrita originariamente á practicar las eleciones conforme á la ley. Art. 3.-Todo poder público emana del pueblo los funcionarios son sus delegados y agentes, y no tienen otras facultades que las que expresamente les dá la ley. Por ella ordenan, juzgan y gobiernan: por ella se les debe obediencia y respeto, y conforme á ella deben dar cuenta de sus operaciones. conforme á las leyes anteriores hayan adquirido esta calidad y los que en lo sucesivo la obtengan, según las reglas siguientes: 1a. Los hispano-americanos que obtengan carta de naturaleza de la autoridad gubernativa, quien la concederá al que compruebe un año de vecindario en la República y su buena conducta: 2a. Los demás extranjeros que soliciten y obtengan carta de naturaleza, ante cualquier autoridad gubernativa, comprobando préviamente dos años de vecindario y buena conducta: 3a. Los que obtengan carta de naturaleza del Cuerpo Lejislativo. |