y probidad inquebrantables para sostener la justicia. Pensaba, que tanto los sacerdotes, guardianes e invocadores de la justicia, deben consagrarse al fiel cumplimiento del deber con toda ilustración y toda probidad, para afirmar el imperio de las instituciones.

Y este hombre que sus hechos los puso de acuerdo con sus pensamientos; que sus acciones no fueron jamás divorciadas de sus palabras, ha muerto pobre porque fue justo; murió aislado porque comprendió a los hombres. Y ese que fue columna macisa del Foro y estandarte de la justicia, se derrumbó al fondo de una tumba. Ante esa tumba, que aumenta las numerosas de nuestros buenos hombres, hago este elogio fúnebre en nombre de la Suprema Corte de Justicia, como un justo y sincero homenaje a sus elevados merecimientos de buen repúblico.

El doctor Penado

De Usulután era originario el doctor don Federico Penado; de aquel departamento que tan buenos talentos ha dado al país. Allá residió después de su recibimiento de abogado, hasta llegar a figurar como cumbre del Foro en oriente.

En 1907 vino a ocupar una magistratura en la Corte Suprema, en donde se dió a conocer por su espíritu cultivado, su rectitud moral y su sólido juicio juridico.

Fue ascendido después a magistrado de última instancia, y, como remate de su nombre de abogado, fue electo Presidente del Supremo Tribunal, en aquella época del recordado doctor Araujo, cuando El Salvador tuvo un resurgir hermoso.

Poseía admirable cultura jurídica y sus opiniones merecían todo respeto por el acierto y pericia en la resolución.

Tranquilo, sin dogmatismos, sonriente, humilde, explanaba con maestría sus tesis jurídicas, demostrando su honda penetración y la rica experiencia que atesoraba.

Rector de la Universidad Nacional, desempeñó con empeño y gallardía las Cátedras de Antropología Criminal, de Código de Comercio y de Práctica Procesal y Notarial.

Sus alumnos le querían y le tenían en gran estima. Expresión fácil y sencilla; dominio de la legislación; lectura asidua de expositores, tales eran los elementos que hacían del doctor Penado un simpático e ilustrado profesor.

El maestro Penado» le decían cariñosamente sus alumnos; y, en verdad, hablaba y enseñaba como maestro, ya que en su larga vida judicial había atesorado rectitud, conocimientos y experiencia.

Tenía lo que se llama talento jurídico. Abordaba con habilidad los problemas e iba derechamente a la solución acertada.

Dolores morales fueron minando aquel recio organismo, que sucumbió por fin al peso de los padecimientos.

Magistrado austero, inteligente profesor, espíritu noble, su muerte significa una gran pérdida para el Foro salvadoreño.

La Corte Suprema de Justicia ha invitado para sus funerales y comisionó al magistrado doctor David Rosales hijo, para el elogio fúnebre.

La Universidad Nacional viste sus negros cortinajes; invita también y encarga de la oración al señor Juez primero de la. instancia de lo criminal, doctor Augusto Castro.

Y la juventud le rendirá su tributo final. En nombre de los estudiantes llevará la palabra el bachiller don Salvador Escalón.

Descanse en paz el honorable jurisconsulto doctor Federico Penado.

El doctor Federico Penado

Desde ayer tarde están los balcones del edificio de la Universidad • Nacional con negros cortinajes, como signo de luto por la muerte del doctor Federico Penado, ex- Rector y catedrático de ese instituto, y miembro importante del Foro salvadoreño.

En las aulas universitarias como maestro, y en las Cortes de Justicia como magistrado, sirvió dignamente a la República. Tiene, pues, razón de ser este público duelo que la Universidad ha sido la primera en pro

clamar en honra de la memoria de tan distinguido ciudadano.

De la región oriental del país era oriundo el doctor Penado. Desde en tiempo del Gobierno del doctor Araujo tenía en esta capital fijada su residencia; y aquí llegó con fama de hombre de sanos principios, ilustración y patriotismo. En honrosos cargos públicos fue desde entonces aprovechada la valía de este ciudadano que acaba de irse de este mundo.

Ha fenecido en envidiable paz de conciencia, con los auxilios de la santa religión cristiana. Pasó por la vida pública sin gran estrépito; pero laboró en silencio por la cultura mental salvadoreña y por el imperio de las leyes. Sus doctrinas y sus obras fueron buenas. Murió como vivió, en el aprecio de sus conciudadanos y con la satisfacción de haber dado fiel cumplimiento a sus deberes. Ya descansa en el eterno sueño!

El DIARIO DEL SALVADOR da el pésame a los parientes del doctor Penado, quienes con razón le lloran, y deplora el desaparecimiento del culto caballero, excelente catedrático, integro abogado y buen ciudadano.

Falleció el doctor Federico Penado

Ayer dejó de existir el doctor Federico Penado que vió la luz primera allá en la cálida ciudad de Usulután. El extinto era hijo de don Francisco Penado y doña Simona Jovel.

Larga y fructuosa para la patria fue la vida pública del doctor Penado, hombre de talento y vocación demostrados en la magistratura y las teorías del derecho.

Sirvió con acierto altos puestos públicos, como la blicos, como la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia, la Rectoría de la Universidad Nacional, etc.

La muerte lo sorprendió cuando la parálisis quería incarle sus tenazas, entregado por completo al silencio y la meditación, alejado de la cosa pública.

A sus hermanos Ramona, Rosalia, Joaquín y Francisco, a sus hijas Rosa Judith, Virginia, Fidelina y Adela, y demás familiares, enviamos nuestras expresiones de condolencia.

De La Nación».

Ha dejado de existir el doctor Federico Penado

Ayer a las dos de la tarde dejó de existir en esta ciudad el doctor don Federico Penado, ex-Rector de la Universidad Nacional.

Para la conducción de sus restos al Cementerio general, que tendrá ve esquelas de la Universidad Naciona rificativo esta tarde, han circulade y de la Suprema Corte de Justicia.

Algunos datos biográficos del ex tinto:

El doctor Federico Penado naci en la ciudad de Usulután el 16 d

mayo de 1859. Fueron sus padres don Francisco Penado y doña Simona Jovel. Comenzó sus estudios de CC. y LL. en San Miguel, en el año 1875 de donde pasó a esta capital a hacer sus estudios de Derecho en nuestra Universidad Nacional, en la cual fue uno de sus más distinguidos alumnos, habiendo coronado su carrera de abogado en el año 1890.

Desde esta fecha el doctor Penado inició su carrera de hombre público, como diputado ante la Asamblea, por el departamento de Usulután; durante los años 1890 y 1891; posteriormente desempeñó los cargos que a continuación se expresan: Juez 19 de la. instancia de Usulután, Presidente de la Junta de Educación del departamento mencionado; 29 Magistrado propietario de la Corte Suprema de Justicia; la de 59 Magistrado del mismo Tribunal; Magistrado Presidente del prenotado Tribunal durante la administración del doctor Araujo; después Catedrático de Práctica Procesal y Notarial en la Universidad Nacional; al mismo tiempo Consejero de Estado Consultivo durante la administración de don Carlos Meléndez, y enseguida Rector de la Universidad Nacional.

Ultimamente era Catedrático de Código de Comercio en el mismo Centro.

Es sensible la desaparición del doctor Penado. Venía sufriendo desde hacía mucho tiempo y al fin la dolencia venció a todos los esfuerzos.

Poseía el doctor Penado un criterio claro y una ilustración poco común. De costumbres modestas y trato afable.

Del Diario Latino».

El doctor Federico Penado

Ayer falleció en esta capital el esta capital el doctor don Federico Penado, después

de sufrir larga y penosa enfermedad.

La muerte del doctor Penado significa una pérdida irreparable para el Foro Salvadoreñio, al que supo prestigiar con su talento, honorabilidad y rectitud de carácter.

El doctor Federico Penado nació en la ciudad de Usulután, el día 16 de mayo de 1859, fueron sus padres don Francisco Penado y doña Simona Jovel, comenzó sus estudios de CC. y LL. en San Miguel allá por el año de 75 de donde pasó a esta capital a hacer sus estudios de derecho en nuestra Universidad Nacional, en la cual fue uno de sus más distinguidos alumnos, habiendo coronado su carrera de abogado el año de 1890.

Desde esta fecha el doctor Penado inició su carrera de hombre público: como diputado ante la Asamblea, como representante del departamento de Usulután, los años de 90 y 91, posteriormente desempeñó los cargos que a continuación se expresan : Juez 19 de 1a. instancia de Usulután como 7 años, Presidente de la Junta de Educación del departamento de Usulután en 905; 29, Magistrado Propietario de la Corte Suprema de Justicia en 1908; la de 50 Magistrado a la Corte Suprema de Justicia en 1909; Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia en 1911, en la administración del doctor Manuel E. Araujo, de la cual fue uno de sus incansables colaboradores; en 1913 Catedrático de la Práctica Procesal y Notarial de dicha Facultad; Consejero de Estado consultivo, el mismo año, administración de don Carlos Meléndez, en unión de los prominentes ciudadanos doctor don Francisco Dueñas, Salvador Gallegos, Julio Interiano, Tomás G. Palomo, Federico Herrera, Teodosio Carranza, don Rafael Guirola D. y don Calixto Velado, y Rector de nuestra Universidad Nacional en el mismo año. En 1916 se le nombró para desempeñar el mismo cargo; en 1919, Relator del